El Pequeño Trapito 2
Después de aquel día Juan no esperaba ver lo que iba a suceder con sus dos compañeros guardias y aquel tierno trapito..
Después de aquella noche en la que Juan descubrió el secreto de su compañero de trabajo, pasaron un par de días en los cuales Juan aprovechó para revisar las cámaras de seguridad. Donde pudo ver que era la primera vez que Fabián se cogía a ese bello niño vestido de niña. Pero para su sorpresa, también pudo descubrir que su otro compañero de trabajo llamado Paul, era quien en un principio metía a escondidas a ese pequeño trapito en aquellas oficinas para cogérselo. De esta forma Juan llegó a la conclusión que sus dos compañeros de trabajo se estaban comiendo ese tierno culito. Y era de esperarse ya que para ser un niño, aquel pequeño trapito lucía como toda una hermosa chica. Juan quería saber lo que sentían sus compañeros guardias con ese niño de apariencia tan femenina, estaba convencido que si a ellos les gustaba, a él también le podría gustar. Nunca antes había tenido sexo con alguien de esa edad pero eso mismo lo tenía con muchas ganas de probar y además, no había tenido sexo desde que se separó de su ex esposa y de su querida amante adolescente. El hombre lo tenía todo planeado, había pensado hablar con sus compañeros pero primero debía grabar a escondidas también a Paul.
El viernes por la noche el turno de Juan terminaba y llegaba el de su compañero Paul. Como siempre Juan se despidió de él y salió pero esta vez, esperó a escondidas a lo lejos para ver que pasaba. Minutos después llegó la pequeña y linda travesti vistiendo un uniforme de niña escolar y con una peluca bien rubia y platinada. Paul la hizo pasar y justo cuando Juan se acercaba vió llegar a Fabián, por lo que rápidamente Juan se alejó y tras varios minutos él también ingresó en el lugar. Al principio Juan no escuchaba nada y no sabía porqué también Fabián había llegado, a lo mejor se trataba de un encuentro entre los tres, un trío era lo que pensaba mientras el corazón se le aceleraba y la verga se le paraba. Con total cautela Juan caminó hasta la oficina donde anteriormente había visto a su compañero con la pequeña pero esta vez eran tres las voces que escuchaba:
– Paul: Qué sexy te ves con ese uniforme Lucy!
– Fabián: Si, te ves bien rica!
– Lucy: Gracias
– Paul: Hoy te vamos a dar entre los dos, no harás mucho ruido
– Lucy: Ok
Silenciosamente Juan se acercó más y pudo ver claramente como sus dos compañeros manoseaban el delgadito y blanquito cuerpo de aquel niño travestido. Tocaban sobretodo su culito. Paul estaba vestido con su uniforme de guardia y a sus 21 años gozaba de un buen estado físico. Fabián usaba ropa normal y físicamente era trigueño pero también tenía cuerpo de gimnasio como Paul. Lucy por su parte se veía insignificante junto a ellos y estaba ya casi desnuda usando únicamente un mini sostén color lila, medias blancas (de esas que se usan en la escuela) y un hilito también lila que se marcaba bien en sus tiernas nalguitas redonditas.
Juan sacó su teléfono y en seguida empezó a grabar al mismo tiempo que se sacaba la verga que ya botaba mucho líquido pre-seminal. Bien escondido el hombre veía como sus dos compañeros le agarraban cada uno una nalguita a la pequeña travesti al mismo tiempo que le besaba uno en la boca y el otro le chupaba el pechito. La nena gemía y disfrutaba lo que le estaban haciendo. Entonces Paul le ordenó que se arrodille frente a él y a su compañero. Ambos hombres se sacaron sus duras vergas y con sus suaves y tiernas manos, la delgadita travesti empezó a pelarles la verga. Lo hacía como si ya tuviera mucha experiencia. Paul fue el primero que la agarró de la cabeza y le metió sus gruesos 18cm por la boca y luego Fabián sus 19cm. Los dos fuertes y musculosos guardias no dejaban de gemir y se turnaban para penetrar esa tierna boquita que la sentían súper suavecita. Sin parar le hundían sus grandes vergas hasta la garganta sacándole inevitablemente unas lágrimas a la pequeña por los profundos movimientos que hacían. A su corta edad Lucy ya había hecho tríos pero era la primera vez que lo hacía con unos guardias. Juan no dejaba de masturbarse y deseaba estar en el lugar de sus compañeros. Paul no aguantó más y se puso detrás de ella mientras Fabián le seguía metiendo su oscura verga por la boca. Como un lobo hambriento Paul le chupó el culito y luego de un rato le puso su dura verga (que era más gruesa que la de Fabián) en su rosadito huequito. Los 18cm de la verga del guardia fueron introducidos de una por él. La pequeña Lucy gimió fuertemente pero la verga de Fabián hacía que casi no se escuchara nada. Totalmente sometida, la niña travesti tragaba y aguantaba verga como toda una puta adulta. Los movimientos de ambos hombres se hacían cada vez más fuertes. En posición de perrito la tierna nena los complacía a pesar de que sentía dolor. La verga de Paul era muy gruesa pero se la metía y se la metía bien duro por el culito. Aún así era tanto el placer que Lucy sentía que ese dolor quedaba en segundo plano. El nivel de placer que los tres estaban teniendo era sublime. La escena de la cual Juan estaba siendo testigo era muy rica. La tierna travesti estaba sobre un sillón en medio de los dos jóvenes y fornidos hombres que le daban verga como si fuera una muñeca sexual. Y aunque Juan no quería terminar rápido lo que dijo Paul hizo que eyaculara sin parar:
– Paul: Ahhhhhh! Qué rica putita de 10 años!
– Lucy: Gluuup! Gluuup! Aaaaaah!! Aaaaaaah!!
– Fabián: Ohhhhhh! Ohhhhh!
Hasta ese momento Juan había pensado que la pequeña travesti tenía 12 años pero no era así, tenía 10. El semen del hombre terminó en el suelo y casi hizo ruido pero con precaución limpió todo y siguió grabando hasta que Paul eyaculó en el culito de la nena al mismo tiempo que Fabián terminaba en su boquita. La pequeña se quedó con la boca y el culo bien abiertos y llenos de leche.
De regreso a casa Juan se sentía encantado con todo lo que había podido ver y hacer. Tenía lo que quería para chantajear a sus compañeros y en su mente pensaba que la próxima vez que vería a esa pequeña y linda niña travesti, le daría verga él también.
Continuará…
uf que rico esas cosas
Ay papi, continúa con tus relatos, yo también fui un trapito precoz.