El pequeño Uriel.
El niño sube a su habitación, cansado se queda dormido hasta bien entrada la tarde..
Despues de su visita al doctor dónde le revisaron todas las cavidades al pequeño Uriel vuelven a casa. El niño sube a su habitación, cansado se queda dormido hasta bien entrada la tarde. Al despertar, se da cuenta que sus papás no están. Poco les importo que el nene tuviera malestares y mejor decidieron salir de viaje de negocios. A la mañana siguiente se levantó con un poco más de ánimo. Se vistió y con su uniforme formal. Entra la sirvienta para apurarle y al verlo le dice –cambiate, hoy toca deportivo¿No lo recuerdas– el nene golpeó su cabeza –cierto– y una vez más una sonrisa se dibujo en su rostro infantil.
El colegio donde estudia, hay muchos alumnos, dirigido en su mayoría por curas pero desde hace algunos años incorporaron personal no religioso debido al crecimiento del colegio. Uno de ellos es el profe Ramón; Mon para la mayoría de los nns. Profesor de educación física, estricto con todos sus alumnos, no por nada sus equipos de soccer, básquet, voley y atletismo han ganado varios premios. Mon es un hombre atlético, 1,80 de estatura, cuerpo ancho igual que sus piernas, velludo de pecho, con facciones duras y un cabello oscuro que le da un aire malévolo. Siempre viste de pants, con lo cual queda marcada su figura atlética y lleva colgado al cuello su silbato.
Llegada la hora de la clase de EF, Mon exige a los niños den su mejor esfuerzo. Aquellos que cumplen muy probablemente sean parte de los equipos deportivos, quienes no tendrán por castigo limpiar y acomodar el bodegón, que no es más que una bodega alejada del edificio escolar y dónde se guarda mucha utilería. Mon hace silbar su silbato con lo cual los niños prestos ponen atención –muy bien niños hemos terminado pueden jugar la proxima hora. Pero sin hacer escándalo o subir a su salón, se quedarán aquí en el campo– hace una pausa y continua –Uriel como has faltado estos últimos días y te has negado a correr el circuito, tendrás que llevar los balones que no se usen a la bodega y los acomodas. Los demás pueden ir a jugar– los niños rápidamente salen corriendo a tomar balones y utensilios para jugar con ellos. El profe Mon se dirige rápido hacia la bodega y tras él va el pequeño Uriel cargando una enorme bolsa con balones desinflados. Al entrar a la bodega se dirige a lo más profundo casi hasta el final, tras un montón de pupitres y viejas estructuras está la que es la oficina de Mon. Ya ahí le estaba esperando el profesor. De pie frente al escritorio el profe Mon masajea su verga hinchada de sangre mientras mira como ave rapaz a su pequeña presa.
Uriel deja caer la bolsa con los balones y cuál si se tratara de un imán se dirige directo a la verga del profesor. La toma entre sus pequeñas manos y sin pedir permiso se lo lleva a la boca. Mon manda su cabeza hacia atrás y toma con sus enormes y callosas manos la diminuta cabeza de Uriel. Lo empuja a tragar más de su miembro. El niño se detiene con sus manos sobre las piernas del enorme profesor. –ya has perdido condición urielito– le dice mientras empuja un poco más la cabeza del niño hacia su pubis. El pequeño trata de empujar su cabeza para sacar de su boca aquella enorme verga hinchada pero lo único que lograba es que su boca se llenará con saliva que brotó a chorros por las comisuras. Cerrando sus ojos llorosos, solo podía poner un nada de su fuerza para que no siguiera esa tortura. El profe Mon un poco insatisfecho suelta la cabeza de Uriel con lo cual el niño saca la verga de su boca y jala una enorme bocanada de aire hacia sus pulmones. –Ves? Eso pasa por no venir a tus clases especiales, pierdes condición –le recrimina el profesor al niño que ya hacía hincado sobre una colchoneta. –anda una vez mas– se le acercó el profesor balanceando de un lado a otro su miembro y el niño noto como aquel miembro se hubiera hinchado mucho más en tan solo unos segundos. Se le veía más grueso con el glande más grande y brillante con los restos de saliva
Mon una vez más tomo por la nuca la cabeza de Uriel y sin darle tiempo a reprochar hunde en la boca del niño su miembro caliente. Esta vez logro que entraste un poco más, los labios del niño se cerraron alrededor del miembro grueso y dio comienzo a una felación casi impía.
El niño solo pudo atinar a relajar su boca y garganta, su saliva escurre por todo el miembro dejando un brillo particular, gracias a eso dejo que su profesor hiciera todo el trabajo. Sus manos pequeñas tomaron las bolas colgantes de Mon. Sabía que eso lo ponía muy caliente y aceleraba el final. –no pequeño puto, de esta no te libras tan fácilmente– le dijo Mon a su joven amante.
–ya te lo estás chingando??– resonó una voz profunda en todo el bodegón. Uriel ni siquiera se apartó de la faena que le estaba realizando al profesor. Un hombre corpulento se acercó hasta donde estaba el adulto y el niño. Se trataba de Ezequiel el conserje del colegio. Hombre viudo, de casi 60 años, con vicio por los nenes tragapollas como él les decía. El overol del conserje oculta un cuerpo firme, moreno por trabajar al sol. Sus enormes manos hacían ver pequeña cualquier otra mano de adulto. Al llegar al escritorio ya llevaba fuera su miembro viril, cargado con leche y lujuria. Golpeó la cara de Uriel y este de inmediato se apropió de la verga de Ezequiel. –claro, no te iba a esperar — le contesto Mon a su cómplice de batalla. –el cabrón del padre Raúl me pidió de último momento bajar unos utensilios y llevarlos a la capilla– le decia Ezequiel a Mon al mismo tiempo que limpia la saliva de su boca. Relamiendo su bigote blanco de la misma forma que un gato lame sus bigotes después de haber comido algún raton. — y si te tardas me hubieras encontrado con media verga dentro de este pequeño demonio– lo dijo mientras empujaba la cabeza de Uriel hasta hacer tocar su cara con los vellos del pubis del conserje.
Aquello apenas daba comienzo y todavía falta una hora para que de fin el día escolar.
Me dejaste super caliente… Necesito más
Ya creía que esta historia la habías abandonado… y ha sido un placer ver que no era así. Gracias por continuarla.
Como sigue?
me encanta esta historia y la echaba de menos.
como sigue?
Sigue hermano, por favor…