El pequeño Uriel: la playa 3.
Fiesta privada..
La fiesta hacia rato que había comenzado en aquella casa de playa. Los invitados es gente pudiente, de mundo y ricos. Mucho festín en el lugar pero eso al pequeño Uriel le aburría. Solo había adultos, los que servían, que eran muchos, estaban tan ocupados como para ponerle algo de atención. Los que disfrutan son gente muy mayor que hablaban de viajes, negocios y dinero.
Uriel está ataviado con un pantaloncillo corto color blanco que le llega hasta las rodillas y un camisa color salmón. Su cabello estirado y bien peinado camina entre las personas. Algunas lo saludan y la mayoría solo lo ve como un invitado, el único niño en la fiesta.
Después de haber tomado algunos bocadillos de las mesas, corre hacia su habitación, al caminar por el largo pasillo ve que en la playa hay poca gente así que decide salir de la casa enorme y dirigirse a afuera. Ahí en los camastros, echados se encuentra a los pilotos que lo habían traído. Ambos están bebiendo y compartiendo alegremente. Al sentir la presencia del niño cerca, el primero en voltear fue Hans, quien levanta los brazos al aire y grita eufórico. -ehhhhhh aquí está el nn de la casa, veni y sientate con nosotros- Uriel alcanza un sitio donde se iba a sentar, pero en un rápido movimiento, toma al nene entre sus grandes manos, lo levanta en el aire y lo sienta entre sus piernas. Uriel rie con una risa jocosa y contagiosa, típica de un lindo nn.
Hans toma un bocadillo de los que lleva Uriel y se lo come. Uriel pronto voltea al otro lado y le ofrece un bocadillo a Octavio el segundo piloto. Este duda un instante pero termina por tomar el último. Hans comienza a jugar con el nene y este fácilmente se deja querer. -Quieres ir mi cuarto por un chocolate?- pregunta Hans al pequeño. El niño afirma con su cabeza, mientras que el joven piloto, Octavio, río nervioso. El maduro piloto baja al nene y se levanta con lo cual queda en evidencia una gruesa erección que es aprisionada dentro de su bermuda de vestir color azul rey profundo. Le da la mano al nene y comienzan a caminar, Hans se detiene y con la cabeza le indica a Octavio que venga con ellos. El joven piloto voltea a todos lados nervioso pero al ver qué todo el mundo está ‘ocupado’ se levanta del camastro y alcanza a Hans y al pequeño Uriel.
Hans va abriendo camino adelante, detrás de él guiado por su mano va Uriel y tras ellos el Octavio. Atraviesan el jardín hasta colocarse detrás de la gran mansión de playa. Aún con la poca iluminación Uriel se ubica que estan llegando a un gran almacén donde guardan muchas cosas, muebles, autos, ropa. Hans entra primero seguido del niño y por último de Octavio. Al estar dentro pone el seguro en la puerta para evitar que alguien entrase por accidente. Continuaron hasta el fondo y atraviesan una segunda puerta, tras ella se encontraban las habitaciones del personal provisional. Hans deja las llaves sobre una mesita de centro. Uriel nunca había estado en ese lugar y le pareció muy austero. – dónde está el chocolate? – pregunta con sorna inocencia a lo cual Hans sonriendo y después de beber un vaso de alcohol voltea hacia donde están sus invitados – está en el pantalón de Octavio, pero vas a tener que quitarle selo para que te lo dé todo –
Octavio un tanto nervioso, ríe y pone sus manos en la cintura dejando expuesto su pantaloncillo. El pequeño Uriel se acerca y con firme decisión desabrocha el pantaloncillo. Al abrirlo ve que Octavio no lleva ropa interior, una mata negra de pelo púbico rebajado, se arremolina alrededor de un pene grueso y en crecimiento. Uriel ríe pícaramente, con su manita derecha toma la base del pene del joven piloto y lo saca con un suave movimiento. Al estar completamente expuesto, Uriel ve que el pene de Octavio no tiene un prepucio, pero si un glande grande y blanco. Lo mira un instante y sabiendo lo que debe se hacer se lo lleva a la boca. Primero solo la punta del miembro pero en poco tiempo lo devora en su totalidad.
Octavio abre su boca dejando caer un hilo de saliva en el cabello de Uriel mientras que con sus manos dirige el ritmo de la mamada que un nene de no más de siete años le está realizando. Uriel se maneja como todo un putito con gran potencial que a pesar de tener un miembro de un adulto alojado por completo en su boca no esboza molestia alguna. Con la rapidez de un guepardo Octavio se desnuda y continua dirigiendo al pequeño. Hans por su parte yace sentado en un banquillo. Con su mano izquierda sostiene su celular con el cual enfoca la maestría bucal de Uriel. Mientras que con su mano derecha masajea su miembro viril hinchado de sangre.
El niño comienza a tener problemas para continuar con el ritmo de la mamada y al sacar se el miembro de su boca, lo contempla en toda su magnitud. Un par de bolas grandes dentro de un saco rugoso. Un vello abundante y negro alrededor de un calibre grueso. Unas venas verdosas rodean la circunferencia y con una curvatura que hacen que el pene del joven piloto apunte hacia su ombligo. Octavio tiene abiertas sus piernas con lo cual la escena es por demás candente. Sus gruesos músculos enmarcan a un nene pequeño y delgado mientras que con sus manos sostiene la cabeza de Uriel. Hundiendo una y otra vez con un ritmo constante su miembro caliente. Uriel por su parte se deja hacer todo eso, porque sabe que en cualquier momento recibirá su lechosa recompensa llena de cariño.
Octavio aumenta la intensidad de la mamada, sus ojos cerrados y su boca abierta en una pequeña letra o, demuestra que el hombre está concentrado en una tarea intensa: darse placer. Sería el hecho de estar recién casado con su joven esposa y estar lejos de ella o que vio todo lo que Hans le hizo al pequeño Uriel en el avión al traerlo lo que encendió en él una flama candente y lujuriosa. La mamada continúa, Uriel a apoyado sus manos en las piernas de Octavio. Esté por su parte continúa con los ojos cerrados mientras que pequeñas gotas de sudor comienzan a crecer en su frente.
Hans sigue grabando todo la escena mientras que con su otra mano aumenta el ritmo de su placer. Los glúteos de Octavio se contraen una y otra vez a la vez que la boca del nene sigue moviéndose por toda la longitud de su miembro. La frente de Octavio se arruga, mientras sus labios se contorsionan. Sus manos de adulto sostienen la cabeza del niño y al sentir el orgasmo crecer en su escroto le da dirección y se deja llevar…
Abre sus ojos, grandes como enormes platos de cocina, con una mano empuja la cabeza de Uriel lejos de él mientras que con la otra masajea de forma frenética su miembro. Uriel abre su boca grande sacando su lengua y en pocos segundos el adulto suelta su orgasmo en liquida muestra. Espasmos tras espasmo vomitan una cantidad considerable de leche de los adentros del joven piloto. Sus piernas por completo estiradas y endurecidas le dan la fuerza al orgasmo. La cara del niño se llena de un blanquecino y caliente liquido. Ojos, nariz, frente, mejillas todo queda mojado por el copioso orgasmo.
Hans se acerca rápido y con un frenético movimiento de su muñeca apura su propio placer. De su grueso glande rojizo un segundo orgasmo en depositado en el rostro de Uriel pero una gran cantidad va a caer al cabello alborotado del nene.
Al pasar la intensidad del placer en ambos hombres, miran con sorpresa el resultado de tal acto: el rostro y cabello de Uriel completamente cubierto de semen. Mientras el niño trata de abrir sus ojos mojados ambos hombres se voltean a ver y sonríen en complicidad masculina.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!