El Poeta
-Si por favor, haceme tuyo. Dijo mientras se movía con tanta fuerza que pude sentir su pene cuál badajo de campana a los cuatro vuelos..
Una tarde, cuando me iba del trabajo, paso por la puerta de unos departamentos y había en el hall un hombre que su forma de vestir era llamativa, obvio que lo miré pero tratando de no ser evidente, caminé y mi adrenalina aumentó notablemente, por lo que decidí volver sobre mis pasos y ahí estaba él, con un libro en la mano apoyado sobre el marco de una puerta entreabierta, me miró, sonrió e hice lo mismo saludándolo con un leve movimiento de mi cabeza. Me acerqué a la puerta de vidrio mientras él hacía lo mismo, yo estaba con la ropa de mi trabajo, abrió la puerta
-Trabajás en el cable supongo
-Así es ¿Por?
– Mi tele no se ve bien ¿Podrás hacer algo?
-Tendría que verlo
-Pasá por favor
Y me guió hasta su casa cerrando la puerta detrás de mí; ya en su comedor fui derecho al televisor, lo prendí y noté que la imagen estaba bien; lo miré como preguntando
-Lo típico, viene el médico y se cura. Dijo
-No te preocupes, suele pasar, ¿qué leías?
-Poesía que escribo yo. ¿Te interesa?
-No sé, quizás, ¿puedo ver?
Y me pasó el libro donde los primeros versos decían: “Así como abres tus redondos glúteos para mí quiero que abras tu alma, porque entraré en ti con la misma fuerza que mi virilidad lo hace en cada cita”. Y seguían describiendo cómo dos personas hacían el amor al mismo tiempo que sus almas se enredaban, pero con un tono muy pornográfico.
-Es un poco fuerte si uno no sabe lo que va a leer. Comenté
-Es la descripción erótica de dos almas gemelas, todos mis libros son así
– ¿Tenés más?
-Dos más. Si te interesan podemos analizarlos, vení sentate. Me dijo mientras se acomodaba en el sillón y me indicaba con su mano que lo haga a su lado, obvio que así fue y algo cerca de él, entonces abrió una página del medio y leyó unos versos que directamente detallaban una relación sexual entre dos hombres muy minuciosamente, me quedé en silencio unos minutos
-Muy caliente. Dije luego
– ¿Te excita? Porque esa es la idea
-Bastante. Respondí casi al mismo tiempo que él tocaba mi bulto duro, y no tardó mucho en estar de rodillas frente a mí sacando mi pija para tragarla, era muy bueno; yo empecé a acariciarlo, tomaba su cabeza y guiaba el ritmo, lo despeinaba, masajeaba sus hombros y su espalda, entonces dejó su tarea oral y nos besamos, se levantó y fuimos hasta su habitación que estaba semioscura ya que encima del velador había una especie de seda azul que daba al ambiente un clima fresco y acogedor. Entonces mientras nos desnudábamos uno al otro nos besamos con fuerza, recorríamos con nuestras manos el cuerpo del otro, nos deteníamos especialmente en la cola y los miembros, el de él era bastante largo, de un grosor normal, pero calculo que tenía los 22 cm. tan buscados. Cuidadosamente se sentó en la esquina de la cama y su lengua saboreaba mi pene mientras tomaba mis nalgas y las abría, yo estaba más que excitado con este encuentro ocasional y en poco tiempo estuvimos en la cama enredados con caricias, besos, 69 y sexo, como siempre me ha pasado inicio como activo, él con toda facilidad me entregó su cola, primero la abrí y con mi lengua jugaba en su delicioso ano, luego con mis dientes mordisqueaba los labios anales y sus glúteos, fue cuando sus gemidos tomaron fuerza y me rogaba que lo penetre, lo que hice mientras acariciaba su espalda como masajeándolo, jugaba en su cola mientras él la movía como una puta, con mis uñas marcaba sus nalgas y eso lo calentaba aún más, empecé a darle chirlos y entonces se puso en cuatro:
-Si por favor, haceme tuyo. Dijo mientras se movía con tanta fuerza que pude sentir su pene cuál badajo de campana a los cuatro vuelos.
A esta altura yo ya había aprendido a manejar mi clímax y muchas veces simulaba acabar sólo para poder seguir como pasivo y por las dudas mi señora justo quisiera hacer el amor. Entonces lo empecé a pajear y gemí con fuerza, le decía cosas como “que lindo sos” “hermosa cola” “me vas a hacer acabar” y mi poeta enloquecía de placer, fue cuando simulé que derramaba mi semen en su interior, ya lo bombeaba suavemente mostrando mi agitación, hasta que lo saqué, aún duro y se acostó boca arriba exhibiendo su largo miembro al que fui directo a saborear, ponía su cabeza en mis labios y la acariciaba con mi lengua, entre penumbras podía verlo a él con su cabellera revuelta mirándome y gozando mis juegos. Suavemente fui metiendo casi todo su duro falo en mi boca hasta hacer arcadas de placer, una y otra vez; podía notarlo muy caliente deseoso de que lo exprima con mi boca, y así lo hice, empecé a pajearlo con mi mano sin dejar de tragarla, hasta que luego de unos minutos sentí en mi lengua el líquido delicioso de su orgasmo, cuando vio que tragaba cada gota dijo:
-Uhhh, sos un hijo de puta, te tragás todo y me cojés bien, no lo esperaba.
Cuando terminó su bombeo fui derecho a acostarme a su lado y ahí me quedé, en silencio, disfrutando lo que habíamos hecho. Sin más pasó un tiempo nos cambiamos y me fui sin decir palabra, pero siempre vuelvo al menos una vez; sólo lo vi una más donde él me penetró con ganas y acabó en mí, no fue que no volviera por eso, sino que en aquel momento un nuevo submundo se abrió en mi vida.
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