El precio de la lujuria.parte 6.
Carne negra..
Pedro.- Bueno, entonces, si quieres podemos echar un ratito. Así descargas.
Cris.- me parece buena idea, pero ahora por el culo no me apetece. Todavía siento el roce de tu polla en las paredes. Jajaja.
Pedro.- ah vale, entonces tu culo lo dejamos descansar. Pero verás, me gustas mucho y quiero comerme tu cuerpo entero. ¿Vamos a la cama? Es donde te quiero tener.
Cris.- claro. Estaremos más cómodos.
————
Se acercaron a la cama y se desnudaron. Ambos vestían la camiseta y el pantalón de lino blanco. Cris se tumbó y se acariciaba todo el cuerpo con su mirada lujuriosa. Pedro lo observaba tocándose el miembro cada vez más erecto. El chico le hizo una señal con el dedo para que se acercara.
Se subió a la cama y se tumbó a su lado. No tardaron en acariciarse y besarse. Las manos de Pedro recorrían su espalda y su culo. Derrochaban pasión en cada beso y en cada caricia. En un movimiento rápido quedó encima del chico, le agarró las manos para inmovilizarlas encima de la almohada. Sus miradas radiaban de deseo. Comenzó a frotarse encima del delgado cuerpo del muchacho haciendo que ambas vergas se rozaran. Cris fué abriendo sus piernas para que quedara encajado entre ellas. La fricción era completa, los hacía gemir más que nada por el morbo de la situación. Aunque Cris, para su edad, era un experto en morbosear, Pedro sabía cómo poner caliente a un amante.
Pedro liberó sus manos para acariciarlo mientras comenzó de nuevo a besarlo. El chico se anudó a su cuello apretando para que el beso fuera más intenso. El cuarentón buscó el cuello, besando y lamiendo haciéndolo estremecer. Fué bajando con sus besos por el pecho, lamia los pequeños pero negros pezones, escuchaba los gemidos y los mordió. El roce de sus manos y después de sus labios por los costados del delgado cuerpo notando las costillas le produjo mucha exitacion.
Ya por fin llegó a su ansiado anhelo. Le tropezó en la barbilla y la fué refregando por su rostro hasta que la punta de la nariz rozaba la parte baja de sus huevos. Sacó la lengua y le lamió las pelotas. Primero una y después la otra se las fué metiendo en la boca para chuparlas y saborear el dulce aroma de juventud.
Tiesa como un garrote acomodada en su panza esperaba ese tronco brillante por el precum. Una polla, de unos 18 cm más gorda por la base, esperando a ser devorada. La lamió de arriba a abajo varias veces, cuando llegaba a la punta hacia círculos alrededor del glande provocando los gemidos femeninos del marinconcillo. Una mano se apoderó de la base para alzarla y de una se la metió entera en la boca cerrando los labios para darle un chupetón en el frenillo. Ahí comenzó a tragar polla. Su maestría era impecable. Con sus labios cerrados la oprimía y con su lengua repasaba la punta llenando la habitación con gritos de placer.
Lentamente así se la comía, a veces la sacaba de la boca y la masturbaba. Otras quitaba la mano y se la tragaba hasta traspasar su garganta. Tan bueno era comiendo que ni arcada le daba. Controlaba perfectamente la respiración para dar todo el placer que podía.
Conforme oía el aumento de la respiración del chaval más intenso y rápido era la mamada. Así hasta que notó que se iba a correr. Paró de una haciendo que Cris lo mirara con cara de asombro. Estuvo a punto de vaciarse.
Se fue incorporando hasta sentarse en su vientre. Echó mucha saliva en su mano y se la untó en su culo. Colocó la punta del capullo en su esfínter y se fué sentando de a poco. La saliva hizo su efecto, así fué entrando despacio esa barra de carne. Al principio entró bien pero conforme iba engordando más trabajo le costó. Cuando llegó al gordo final se quedó quieto pues el dolor era intenso. Se arrepintió de no haberse lubricado o dilatado bien. Se la sacó entera y escupió bastante más saliva en la mano para volver a untar en el ano, dos veces lo hizo. Agarró de nuevo la polla y volvió a ponerla en la entrada. Hasta descansar sus huevos en el pubis de Cris la fué metiendo. Esta vez con un mínimo dolor bastante soportable. Esperó un poco para acostumbrar su interior al intruso y comenzó a cabalgar despacio. La sacaba casi entera y lentamente la volvía a introducir hasta donde daba. Así él mismo se provocaba gemidos por el placer que estaba recibiendo con esa verga.
Cris hacía pequeños movimientos de caderas para ayudar que le entrara toda. Compaginaron bien las metidas y poco a poco el ritmo fué en aumento.
Era tal el placer que estaba recibiendo que ya cabalgaba con desenfreno. El ruido provocado del choque de los cuerpos sonaba a hueco en la estancia.
Cris.- joder, vas a hacer que me corra, siii, sigue así. Voy a preñarte. Me corrooo, siiii.
Pedro.- siii, dale, preñame. Correte dentro de miii. Siii, preñame. Joder me voy a correeeer, siiiii.
Ambos a la vez se vaciaban los huevos. Pedro sobre el vientre de Cris y este en lo más profundo del culo de su amante. Quedaron rendidos uno encima del otro. La polla alojada en el culo comenzó a perder vigor hasta que se salió de su culo. Se miraron con la respiración agitada y besaron sus labios. Pedro le dió las gracias por la follada y se levantó para ir al baño preguntándole si lo acompañaba.
Ambos entraron en las duchas. Se enjabonaron y limpiaron mutuamente recordando su primer encuentro ya que no pararon de besarse y acariciarse.
Volvieron a la habitación, se tumbaron abrazados y el sueño les pudo quedándose dormidos.
Se despertó sobresaltado. Miró a su lado y estaba solo. Volvió a tumbarse y recordó la noche anterior. Le gustaba follar con ese crío. Se imaginó que estaría haciendo su trabajo por ahí. A eso que sonó la puerta autorizando que pasasen.
Una gran preocupación le invadió cuando vio que el que le traía el desayuno no era Cris. Un chico más o menos de la edad de Cris apareció con una bandeja. Era pelirrojo y muy blanco de piel. Llevaba puesto solo el pantalón de lino, se le veía el cuerpo muy marcado por unos músculos bastantes definidos. Por el pantalón se le notaba una polla en reposo que cuando andaba se bamboleaba chocando con la tela.
Pedro.- Buenos días. ¿Dónde está Cris?
Alex.- Buenos días. Está ocupado ahora mismo en una reunión con los jefes.
Pedro.- pero está bien? No ocurre nada malo verdad?
Alex.- jajaja, no, no te preocupes. Todos los días nos dan directrices, no es nada malo. Yo le diré que te venga a ver cuando pueda.
Pedro.- vale, gracias. ¿Cómo te llamas?
Alex.- Me llamo Alex. Ayudo a Cris cuando él está ocupado con otras cosas. Por ejemplo anoche le sustituí en la lavandería. Ahora le estoy sustituyendo en traerte el desayuno. Así que si aparezco yo cuando necesites «algo» espero no decepcionarte.
Pedro.- no, no lo haces. Al contrario. Por lo que veo tienes «algo» que no me decepcionaría nada.
Alex.- Jajaja, pues para la próxima me cuentas que opinas de mi otro «algo» cuando me de la vuelta y salga por la puerta. Encantado de conocerte.
Cuando se volvió pudo comprobar que la fina tela del pantalón se le metía entre dos cachetes que no eran muy grandes pero sí redondos y parados hacía arriba.
Pedro.- Alex, perdona- el chico se volvió- solo quiero decirte que tu otro «algo» tampoco me decepcionará.
Con una risa traviesa le mandó un beso soplando en una mano y salió de la habitación.
Estando tranquilo que con Cris no ocurría nada malo se dispuso a desayunar. Pensaba que pasar la noche con él después de haber follado le traería consecuencias. No sabía qué hacía allí y cuáles eran las intenciones que aquellos hombres tenían. Y con Cris se sentía agusto, era el único que le daba cariño y lo cuidaba. No quería que por su culpa sufriera algún daño.
Acabó el desayuno tomado el vaso de agua que venía en la bandeja y respiró hondo. El agua seguía con ese gusto extraño pero quedó bien satisfecho con la comida.
Tras un rato dando vueltas por la habitación miró hacia el escritorio y vió el interruptor. Ahí se acordó que era para llamar si necesitaba algo de Cris. Con una sonrisa de alegría lo pulsó.
En menos de un minuto tocaron levemente la puerta y se abrió. Era Cris quien entró dándole los buenos días y preguntando si le hacía falta algo.
Rápido se fué hacia el y lo abrazó. Le dijo que se había preocupado cuando el otro chico le contó que estaba reunido con los jefes. Se imaginó que por su culpa lo estaría castigando o algo peor.
Cris.- jajaja, que va cariño, es lo normal. Me dan algunas órdenes, lo rutinario. Pero muchas gracias por preocuparte. Eres un encanto.
Pedro.- gracias a ti. Me cuidas mucho y temía no tener tu compañía.
Cris.- estoy aquí para eso. Es mi trabajo. Pero ya que te conozco no me lo tomo solo como trabajo. Estoy encantado de ser tu sirviente.
Pedro.- no eres mi sirviente. Eres mi amigo. Mi ángel de la guarda.
Cris.- pues así será. En lo que pueda te ayudaré, solo déjate llevar, como ya te he dicho otras veces. Cuando quieras comer, beber, conversar o follar solo tienes que tocar el timbre y aquí estaré para lo que necesites. Ahora si no te importa tengo trabajo en la lavandería. Por cierto, qué te ha parecido Alex?
Pedro.- muy simpático y servicial. Se ve buen chico.
Cris.- me alegro, si que lo es. Bueno, cuando acabe las faenas vengo a verte y charlamos un poco, vale? Que me tienes que seguir contando qué pasó con la rubia.
Pedro.- eso está hecho. Luego nos vemos.
Una vez solo de nuevo se echó en la cama y una sonrisa se le escapó. Dentro de lo malo de la incertidumbre de su cautiverio se alegraba de tener a Cris a su lado. Notaba que el chaval también estaba agusto cuidando de él.
Pensando en todo lo vivido estos días se acordó que, según lo dicho por Mike, hoy hablaría con Ignacio. Sentía miedo, pero a la vez quería hablar con él y explicarle que no era su intención ofenderle por su affaire con su hijo. Intentó calmarse y no preocuparse más, lo que tenga que venir vendrá sin poderlo evitar. «Déjate llevar», la frase más repetida de Cris se le vino a la mente.
Algo más de una hora pasaría en esos pensamientos cuando sonó unos leves toques en la puerta y esta se abrió. Quien entró fué Cris con una amplia sonrisa.
Cris.- Hola cariño, ¿cómo estás?
Pedro.- bien, aquí deseando verte. Pero ya estás aquí. Ven siéntate a mi lado.
Cris.- jajaja, ahora no puedo, he venido a informarte de unas órdenes. Mike quiere verte, tiene algo que hablar contigo. Así que acompáñame. No temas nada, es lo normal aquí, solo tienes que acudir cuando te llamen.
Pedro.- Vale, no te preocupes. He decidido que lo mejor que puedo hacer ahora es obedecer.
Cris.- me alegro que así sea. Si quieres podemos pasar por el baño por si quieres asearse. Te he dejado ropa limpia allí.
Pedro.- me parece perfecto, nos bañamos juntos?
Cris.- ummm, ojalá, pero no podemos, no tenemos mucho tiempo. Vámonos.
Al baño entró solo, Cris le dijo que en 30 minutos regresaría a por él. Antes de entrar se abrazó a su cuello y le dijo que una de las duchas estaba preparada para limpieza interna. Que se limpiara bien porque después de la charla con Mike, iría a verlo a su habitación porque quería follarselo. Y con un beso en la mejilla lo dejó pasar a las duchas.
Ya dentro vió la ropa y las toallas en una mesita, se desnudo y entró a wc. En las duchas y se limpió bien por dentro. El chaval lo puso caliente con la idea de volver a follárselo. Después se duchó con agua templada, se secó y se vistió con la ropa limpia. Al rato de esperar llegó Cris y le dijo que le acompañará. Se detuvieron en la habitación 105.
Cris.- Pedro, solo «Déjate llevar», Mike es buena persona y seguro que te ayudará durante el tiempo que estés aquí. Después nos vemos cuando te lleve el almuerzo. Ahora pasa, no lo hagamos esperar.
La escena que vió después de que la puerta se cerrará detrás de él lo dejó fuera de órbita. La habitación era amplia, en medio una cama redonda con una sábana encima, en la pared de enfrente una estantería llena de juguetes sexuales y varios botes de lubricante. A la izquierda estaba Allen sentado en un taburete con su fusil colgado del cuello. Junto a la cama de pie estaba Mike completamente desnudo agarrando su flácida pero descomunal polla negra.
Mike.- Hola Pedro. No tienes que temer nada. Te he hecho venir porque quiero follarte. Sólo si tu quieres, por ahora no tengo autoridad para obligarte a eso. Me gustas y quiero pasar un rato contigo a solas. Por Allen no te preocupes, el es mi seguridad. ¿Qué dices? ¿Te apetece una polla negra?
Pedro.- Mike, verás, no sé que hago en este lugar, espero que, como me dijiste, pueda hablar hoy con Ignacio y que me resuelvan todas mis preocupaciones. He decidido dejarme llevar y colaborar en todo. Lo que me ofreces me parece maravilloso. Desde que vi esa polla el otro día en los baños me apetece comerla. Solo te puedo decir que soy uno más y que cuando queráis algo de mi solo lo tenéis que pedir. El sexo es mi afición y si aquí me lo ofrecéis en bandeja ya te digo que, dentro de mis incertidumbres, voy a disfrutarlo como loco.- Acercándose a Mike y agarrandole la verga.- Quiero comerme este pollón y quiero que me hagas gemir como una puta cuando me folles.
Se arrodilló ante él pajeando el tronco que cada vez tenía más dureza. Descubrió el glande y lo metió en su boca comenzando a chupar mientras la mano apretaba y acompañaba el ritmo de la mamada. Sentir como crecía y se endurecía la polla dentro de su boca lo ponía más caliente todavía. Conforme se iba endureciendo más aumentaba el ritmo de las chupadas.
Mike.- guuuaaauuu, que rico cabrón, la chupas como las putas. Que bueno. Disfrútala, asiii, como me pones maricón.
Allen viendo que Pedro colaboraba se levantó y haciendo un gesto a Mike abandonó la habitación dejándolo allí en medio del cuarto con el abogado comiéndole el nabo.
Agarrándolo por los pelos le obligaba a comer más profundo. Aunque Pedro es un mamador de primera, esta polla le estaba costando trabajo que tragarla entera. Ríos de babas la tenía empapada. En la habitación solo se oía el chapoteo de la mamada.
Mike estaba ya llegando al momento cúspide. Así que separó al mamador y le ordenó que se pusiera en cuatro en la cama. Fué a la estantería a por un bote de lubricante y se trajo un dildo de unos 20 cm y unos 3 cm de grosor. Su intención era dilatarlo pero no tanto, quería partirle el culo con su pollón.
En posición de perrito en la orilla de la cama lo esperó, moviendo las caderas enseñándole dónde quería recibir los pollazos. Pronto notó dos manos abriéndole los glúteos y como una ancha lengua le lamía todo el ojete dejándolo mojado de saliva.
La punta de la lengua hurgaba alrededor del agujero intentando entrar. Poco trabajo le costó colar un par de centímetros y hacer movimientos circulares arrancándole unos gemidos a un entregado Pedro que pedía ya que lo follara.
Mike entonces se puso de pie, cogió el bote de lubricante y roció un buen chorro en el culo. Lo esparcía con una mano por todo el ano y colocando el dedo corazón en la entrada lo enterró hasta topar con el nudillo. El gemido que soltó le indicó que no había dolor. Lo follo un rato hasta que le colocó también el índice. Como sus dedos eran más bien gordos costó al principio pero ese esfínter estaba acostumbrado a ser follado y poco a poco ya entraban ambos con holgura. Los sacaba y metía girandolos y abriendolos dentro. El abogado gemía y acompañaba el mete saca con sus caderas.
Sacó los dedos y observó el agujero abierto, le roció dentro otro chorro de lubricante, cogió el dildo echando una gota en la punta y esparciendo a todo lo largo lo mojó de la crema. Apuntó hacia dentro y sin ningún gesto de dolor se la colocó hasta topar con los huevos ficticios del consolador. Pedro apretó el esfínter para notar mejor el roce del juguete. La dedicación que empleó Mike para dilatarlo lo tranquilizaba, vió que no tenía nada por lo que temer, así que entre gemidos le pidió que lo follara.
Pedro.- follame negro. Meteme la polla ya, ábreme en canal. Me tienes ardiendo.
Se la sacó y la tiró al suelo. Se puso de pie y echó otro chorro más en su polla y la esparció por toda ella. La agarró con una mano y la colocó en la entrada. Se sorprendió cuando Pedro al notar la punta rozar su piel rugosa con un movimiento hacia atrás se metió la cabeza él solo y se detuvo dando un grito. Una vez colocada hasta un poco más del capullo lo agarró por la cintura y empezó a empujar carne para adentro. Notaba como se abría el culo a su paso, las paredes oprimían el tronco pero le dejaban paso hasta llegar como a un tope. Se detuvo para que el abogado cogiera un poco de aire. Quedaba por meter como tres dedos, la fué sacando hasta que el borde del capullo tocó la parte de salida y volvió lentamente a empujar para dentro. Así, sacándola y metiéndola despacio pero con firmeza consiguió que sus huevos rozaran con los de él.
La follada era lenta, no tenía prisa. No todos la aguantaba en su totalidad, así que para uno que podía quería aprovechar y disfrutarlo. Miraba hacia abajo y veía cómo toda la barra entraba y salía abrazada por las paredes.
Mike.- diooooss, que culo. El mejor que me he follado. Que placer. Joder que bueno cabron.
Pedro.- siii, ¿te gusta mi culo? Negro? Venga disfrútalo. Es tuyo. Que polla por dios. Dame así, despacio, noto como me abres.
Así siguió por un tiempo, deslizando cada centímetro. No quería parar pero había algo que le daba mucho morbo. En una de las salidas la sacó entera para comprobar lo abierto que quedaba. La colocó de nuevo en la entrada y la metió lentamente toda para sacarla de nuevo y volver a entrar. Eso lo ponía caliente, ver palpitar el ano cuando la sacaba y volverlo a abrir ensanchándolo con su pollón.
Notaba que por el tiempo que llevaba en la posición a Pedro le temblaban un poco las piernas. Le dijo que gateara más al centro de la cama y sin sacarla se incorporó detrás de él poniéndose de rodillas. Haciendo presión con una mano sobre su espalda lo hizo ponerse tumbado boca abajo y él se colocó encima poniendo una pierna en cada lado. Y así siguió con el mismo ritmo enterrando toda la verga.
Esta postura es la que más le gusta a Pedro cuando actúa de pasivo. Deja su cuerpo a merced de lo que quiera el follador. El gusto que le daba el pollón alojado en su culo es inexplicable, el roce con una verga tan grande es muy largo y entra tan profundo que a veces siente que está empalado. El roce con la próstata ya le había provocado descargar tres veces un chorro de leche. Ahora en esta postura notaba como se alojaba en sus entrañas.
Mike estaba cansado. Por querer disfrutar más de ese culo la follada se dilató mucho en el tiempo. Ahora quería preñarlo, así que poniendo sus manos encima de la cama comenzó a darle más ritmo a las penetraciones. La sacaba casi entera y la metía de un golpe seco que provocaba el típico sonido de dos cuerpos al chocar. Así poco a poco se movía a más velocidad hasta que ya lo follaba salvajemente arrancándole gritos de gusto que sentía.
Cuando llegó al clímax sus penetraciones eran bestiales. Así rompiéndolo como estaba se detuvo cuando sintió que se corría. Una gran cantidad de leche que tenía acumulada inundó el interior de Pedro también comenzó a correrse al notar, lo caliente de la lefa, bañarlo por dentro.
Así quedaron un tiempo, Pedro desparramado sobre la cama y Mike echado sobre él. Cuando se quitó de encima aún estaba duro. Se tumbó boca arriba para coger más aire. Pedro hizo lo mismo giró su cuerpo quedando mirando al techo.
Pedro.- Guauuuu, que polvazo me has dado. Dios me has abierto el culo como una ventana.
Mike.- ufff, es que tu culo es un espectáculo. Como traga polla. Me ha encantado.
Pedro.- Mike, si el castigo que me tiene Ignacio es este, bendito castigo.
Mike.- jajajaja, ojalá me ordenara de follarte todos los días. Pero no te preocupes por nada. Si colaboras verás que aquí no se está tan mal. Además que hay mucha gente que quiere follar contigo. De eso no te va a faltar. Ahora vuelve a tu habitación que pronto te llevaremos el almuerzo.
Se levantaron y Pedro preguntó si podía ir al baño primero. Mike le dijo que por los pasillos podía caminar como quisiera. Así lo hizo, de dió una ducha y se fué a su habitación ha esperar el almuerzo.
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