El Principe del Valle
Jehanne es una doncella joven y hermosa, que deberá contraer matrimonio para salvar a su pueblo. Sin embargo, jamás se esperaría que su nuevo prometido fuera solo un niño….
Jehanne era una mujer joven y tradicionalmente hermosa, la hija mayor de la familia Harrenhal, una muy importante en el pais. Con ojos azules, pomulos y un cabello castaño rojizo, eran las características que le daban un rostro muy precioso, y eso se sumaba a su figura alta, agraciada, esbelta y femenina. a sus veinticinco años.
Sin embargo, fue esa misma belleza que la habia llevado hasta donde estaba ahora. En una habitacion dentro de un gran castillo, en una de los regiones mas ricas de todo el continente. Esa misma tarde habia tenido que contraer matrimonio con Kevan de la Casa Tybolt, el principe heredero, en un compromiso arreglado por sus padres.
El invierno habia llegado y, esta relacion forzada era la forma en que los Tybolt estarian obligados a brindar apoyo a la region resguardada por los Harrenhal, lo que evitaria una hambruna que facilmente podria matar a miles… Por eso a pesar de que no estuvo de acuerdo, decidio hacerlo por su gente, lo que la llevaba al presente.
—»No puede ser tan malo…»— Penso ella un poco pensativa, de pie frente al gran espejo cerca de las puertas del balcon, que daba una vista espectacual al igual que permitia entrar a la recamara aquella tenue luz blanca de la luna.
Ya toda esa ceremonia habia terminado por lo que, procedio a quitarse aquel pesado y engorroso vestido de novia… Al principio se le hizo algo dificil, estando a punto de llamar a una sirvienta para que la ayudara pero, despues de varios intentos logro quitarse la parte superior.
Asi termino dejando descubierto su esbelto torso, donde lo mas resaltante fueron sin duda alguna el par de firmes y redondos pechos que, tenian muy buen tamaño, sintiendo el frio aire del exterior chocar contra su suave y tibia piel blanca.
Prosiguio con quitarse la parte de abajo, una falda y velo bastante largos que, hizo a un lado apenas termino de despojarse de estos. Ahora quedo al aire casi la totalidad de su femenina figura, viendo en el espejo sus muslos gruesos, sus anchas caderas y sobre todo, al ponerse un poco de costado podia verse su redondo, grande y firme trasero en forma de corazon, ese que durante tanto tiempo habia atraido miradas.
Solo le quedaban sus bragas y su sosten. Estuvo mirando un par de minutos en su propio reflejo, pensando en lo que inevitablemente pasaria esa noche… «Consagrar su matrimonio», lo que significaria acostarse con su ahora, esposo.
No queria hacerlo o, no por lo menos hasta dentro de un par de años porque, aquel con quien la habian desposado no era un hombre con el cual le gustaria hacerlo. Alguien atractivo, alto, fuerte, de alguien que se viera pudiera brindarle esa proteccion y seguridad que buscaba de un marido, lo que le esperaba esa noche era bueno… Alguien que aun le faltaba mucho para siquiera ser fisicamente, un hombre.
Justo en ese instante la puerta de madera se abrio, y por esta entro totalmente solo su marido, Kevan Tybolt, el hombre con quien deberia pasar el resto de sus dias para darle bienestar y alimento a su pueblo, y… No era mas que un niño.
Por esa puerta entro un niño palido y de aspecto algo debil, delgado, de cabello castaño y unos ojos cafes algo grandes. Tenia piernas y brazos algo largos, un poco de barriga y, con solo doce años de edad, parecia menor por su altura. Un metro con treinta centimetros, poco en comparacion con el metro ochenta y dos de Jehanne.
La pelirroja dio un leve paso hacia atras, cubriendose los pechos con sus manos mientras veia al pequeño cerrar la puerta detras de si. Empezo a caminar hacia adentro del cuarto, mientras se iba quitando con notoria prisa los ropajes de seda y lino que habia vestido en su ceremonia de casamiento.
—¡Esposa, ven aqui— Exclamo en un tono infantil.
Los ojos azules de la mujer se abrieron de par en par cuando escucho la orden del menor a quien, practicamente le llevaba mas del doble en edad. Aun asi, decidio acercarse con una clara timidez, caminando hasta sentarse en el borde de la gran cama matrimional, quedando a menos de un metro de el.
—¿S-si mi señor?— Le pregunto ella en un tono algo nervioso.
—¿Que tal te parecio el banquete? Me gusto mucho el cerdo y el pavo, igualmente que el arroz.— Decia el con cierto entusisasmo infantil, aunque viendola a la cara mientras seguia quitandose la ropa. Ya se habia quitado la camisa, ahora desabrochandose el cinturon de cuero.
—Me parecio muy bien mi principe, tambien me gustaron bastante los postres.— Decia ella en un tono ya un poco mas calmado, alejandose un poco y acostandose de lado en la cama, buscando las sabanas para arroparse pero, fue sorprendida cuando sintio los rapidos movimientos del niño cuando tambien se subio.
Sintio como se movio en direccion a ella, lo que la hizo colocarse boca arriba y… Se llevo una imagen que, la hizo nuevamente abrir sus ojos de par en par, estupefacta ante lo que estaba viendo, siendo una imagen que nunca penso ver.
Encima de ella, parado, con los pies a los costados estaba el pequeño Tybolt, totalmente desnudo, con una mirada totalmente tranquila y una sonrisa casi inocente en su rostro. Sin embargo, lo que la impacto fue ver como el pene del principe estaba erecto, ansioso…
Para ser un niño de complexion casi enfermiza, su miembro tenia un buen tamaño: casi unos veinte centimetros de largo, grueso, carnoso y con venas marcadas a lo largo del tronco, acompañado de unas bolas algo gordas que colgaban, ademas que de su punta salia una buena cantidad de liquido preseminal.
—No te puedes dormir ¡Te quiero follar!— Dijo colocandose encima de Johanne, quien debido al shock no se percato de su situacion, haciendo que su pene cayera en el vientre de su nueva esposa, haciendo que pudiera sentir lo pesado que era.
—E-espera un poco, n-no podem- Ella trato de resistirse un poco, poniendo sus manos sobre el torso del niño para apartarlo de encima de ella, sin embargo, ni bien lo toco cuando pudo ver como en los ojos del pequeño se mostro una rabia increible.
—¿Que? ¡¿Como que no podemos?!— Grito molesto y enojado. —¡Yo soy el principe del Valle, puedo hacer lo que quiera cuando quiera!—
Aun para ser un niño a simple vista debil, uso una sorprendente fuerza para agarrar por el cabello a Jehanne quien trato de apartarlo, empujandolo pero sin poder hacer nada alejarlo. El se acerco aun mas, pegando la punta de su pene contra el rostro de ella y, cuando la pelirroja trato de abrir la boca para gritar, el aprovecho y de una sola embestida le enterro el pene hasta la garganta.
Exclamo un gemido fuerte cuando sintio su pene entrar en la cavidad bucal de su mujer, tan humeda y caliente, solo un par de segundos antes de posicionarse bien. Sentado sobre el pecho de ella y sus piernas junto a los brazos de la mujer, antes de agarrar apoyar sus manos sobre el espaldar de la cama y, empezar a embestir con fuerza y rapidez la boca y garganta de Jehanne.
—¡Esto es mucho mejor que masturbarse!— Dijo el niño extasiado por las sensaciones que le provocaba, embistiendo y follando con necesidad casi animal aquella cavidad bucal. Empezo a jadear como un animal, uno en su mas ruda epoca de celo y que, acababa de encontrar a una hembra con la que saciarse.
La mujer por su parte, no entendia como esto habia avanzado tan rapidamente, trataba de quitarselo de encima pero no podia, porque la fiereza con que el estaba follandola era mas que la fuerza de sus brazos.
Despues de unos treinta segundos se percato de que no podia hacer nada. Incluso si lograra quitarselo de encima y huir: ¿Quien la iba a socorrer?. El era su esposo, su dueño por derecho y, nadie iba a enjuiciar a alguien por follar con su esposa, incluso si ella no queria y el era solo un niño… Lo mejor que podia hacer era dejarse.
El aire le faltaba un poco, y las lagrimas empezaban a correr por sus mejillas debido a las arcadas que sentia, aunque resistiendo como podia ese pedazo de carne que ahora que lo pensaba, si le hubieran dicho que un niño podia tener semejante miembro entre las piernas, jamas lo habria creido.
El siguio follando su boca y garganta durante tres minutos, en los que embistio con bastante ritmo, fuerza y rapidez, con su lengua por fuera y jadeando como un perro en celo. Despues de ese tiempo, Johanne pudo sentir como los brazos y piernas de su pequeño marido empezaron a temblar…
—¡Tragatelo todo!— Grito antes de finlamente dar una embestida final, pegando su pelvis contra los labios y el rostro de la Harrenhal, eyaculando y liberando un chorro de semen directo en la garganta de la mujer.
Johanne sintio que se iba a ahogar, no tuvo mas opcion que tragar forzadamente ese liquido caliente, viscoso y espeso que inundo su boca… Despues de tener ese pedazo de carne hasta el fondo durante unos cinco segundos, finalmente Kevan se lo saco y se aparto, cayendo sentado en la cama.
Cuando ya estuvo libre, ella se aparto y empezo a tose, poniendose boca abajo mientras sentia como finalmente el aire circulaba normalmente por sus pulmones… Penso que ya todo habia terminado, que esa noche solamente iba a usar su boca, sin embargo para ella, aun faltaba, el pequeño macho no estaba satisfecho…
Tybolt nuevamente se lanzo encima de la pelirroja, aprovechando que estaba boca abajo para agarrarla de las caderas. Aun siendo un niño, de un solo jalon logro hacer que quedara con su trasero empinado, haciendo que tuviera en frente ese culo en forma de un perfecto corazon, algo que solo ayudo a que su pene nuevamente estuviera tan duro y palpitante.
—¡E-espera por favor!— Suplico ella cuando sintio como el le bajo las bragas de un tiron, pero no pudo hacer nada… —¡AHHH!— Grito con fuerza, sintiendo como el metio de golpe todo su miembro hasta el fondo en su vagina, tan apretada y caliente, resbalando con sencillez gracias a que solo un minuto antes lo habia «Lubricado» con esa follada de garganta.
—¡Tu culo es gordo, grande, suave, es perfecto!— Dijo el niño con una sonrisa y expresion bobas en su rostro, sintiendo como el interior de la mujer abrazaba su miembro de una forma que se sentia el paraiso.
El se puso aun mas sobre ella, colocando todo su peso sobre esa parte de su cuerpo antes de empezar a embestirla, montandola como un animal desquiciado y sin consideracion, solo preocupado por su propio placer.
La sensacion era exquisita, tan caliente y apretado, algo a lo que sencillamente podria volverse adicto. Si el sexo se sentia asi de bien pues iba a hacerlo todos los dias, en las mañanas, en las tardes y en las noches, el culo de su nueva esposa eran simplemente el cielo y, no iba a dejar de darse placer incluso si ella no lo queria.
Johanne al principio sintio un dolor fuerte cuando el lo metio sin aviso, pero eso no duro mucho… Poco a poco el dolor fue desapareciendo, siendo reemplazado por una sensacion extraña, una que nunca habia sentido antes pero, se sentia bien… ¿Acaso asi se sentia el placer?, si era asi, nunca penso que la primera vez que lo sentiria, seria porque un niño enfermizo la estaria montando.
—¡P-por favor señor, y-ya es suficiente!— Dijo ella empezando a liberar inconscientemente gemidos algo ahogados, que trataba de acallar ella misma.
—¡Yo digo cuando es suficiente!— Grito el niño quien, a pesar de ser un niño enfermizo y palido, la estaba tratando como su fuera su dueño, como si solo fuera su puta con la que podria darse placer cuando quisiera…
El sonido de las embestidas resonaba por toda la habitacion junto a los jadeos animales del niño y, con el pasar de los segundos, a eso se sumaron los gemidos de Johanne… No queria admitirlo pero, poco a poco empezo a agarrarle un rapido gusto a esto, a sentirse dominada, quizas por alguien mas pequeño y menos fuerte que ella pero que, estaba teniendola totalmente sometida.
La sensacion de placer fue aumentando rapidamente en ambos, mas especialmente en Kevan quien se mostraba casi alcoholizado por tanto placer, siendo obvio que este pequeño semental seria uno que la tendria aun mas sometida en el futuro.
—¡Me voy a venir!— Exclamo el niño solo un par de segundos antes de llegar a su climax. Se puso bien de cuclillas detras de ella, sujetando con fuerzas las caderas contorneadas de ella antes de finalmente, dar una ultima estocada y acabar…
Libero otro chorro de semen, casi mas abundante que el anterior directo en el interior de su ahora esposa. La hija Harrenhal libero un fuerte gemido cuando lo sintio finalmente rellenarla como un pavo relleno, usando sus manos para aferrarse a las sabanas de la cama y, enterrar su cara en las almohadas para liberar a todo pulmon ese fuerte gemido ahogado.
Lo mas probable es que no fuera a embarazarla aunque, sin duda alguna no tardaria mucho en hacerlo… El pequeño Tybolt se bajo de encima y cayo rendido a su lado, mientras que Johanne cayo en la cama boca abajo, respirando agitada y cansada, pensando que esta seguramente, solo seria la primera vez de muchas que el la usaria como quisiera… Dandole cierta emocion pensarlo…
Grandiosa historia, una mujer mayor siendo forzada por un chiquillo es algo que me da un morbo…espero continues la historia con jehanne preñada jeje.