El Psiquiátrico 1 Darwin el Enano Violento
A los 30 años yo era un vago pajero que no sabía qué hacer con su vida, pasaba el día masturbándome con cosas de internet hasta que tuve una idea. Hoy a los 45 años acabo de tomar la dirección del Psiquiátrico más grande del sur de nuestro país. Este es mi harem y Darwin mi debut..
A los 30 años yo era un vago pajero que no sabía qué hacer con su vida, pasaba el día masturbándome con cosas de internet hasta que tuve una idea.
Hoy a los 45 años acabo de tomar la dirección del Psiquiátrico más grande del sur de nuestro país, que da cobertura a una amplia zona geográfica. Es el cargo más importante, solo le rindo a la dirección regional en unas reuniones una vez al mes, fuera de eso, este es mi dominio, cumplí mi sueño tras mucho esfuerzo por fin tengo un harem, un poco diferente al imaginado, pero con muchas peculiaridades.
Los lunes son días de baño, las enfermeras se esmeran en dejar muy limpios a los pacientes, es una ardua labor, los perfumaban y limpiaban sus cuartos.
a las 20 hrs abandono el ultimo turno. Todo en orden tomé mis cosas y fui a su habitación.
Entre con mi maletín y puse el pestillo, y ahí estaba el condenado, muy tranquilo se veía ahora dormido por tremenda dosis de sedantes que había recibido bajo mi receta, pues quien más que yo sabía lo adecuado para este paciente, de todas maneras, le inyecté un relajante muscular para ayudar y asegurarme de su sedación. Este pequeño bastardo ya estaba listo, lo destape por completo y se veía casi angelical, parecía una niña, casi un bebe en este piyama con los que lo visten, viéndolo así parecía inocente de cualquier cosa, nadie como él podía haber hecho algo malo, pero eso no decían sus antecedentes y tan solo a sus 18 años era un verdadero demonio, considerado loco por las brutalidades cometidas y enviado acá por su seguridad. Y no contaba con enfermedades de transmisión sexual.
Yo siempre fui hetero, pero a este enano le había echado el ojo por tremendo morbo que me provoco la idea desde que lo conocí. Para ayudar al proceso había traído una peluca de melena negra, se la puse y ahora si parecía una nenita, angelical, tan tranquila durmiendo. Me bajé los pantalones y me empecé a masturbar frente de él, fui con los dedos de mi otra mano a abrirle su boca que cedió sin esfuerzo y le metí los dedos en su boca, tan pequeña, tan ensalivada, también a propósito, justamente le había suministrado medicamento que tenía ese efecto secundario, apenas caían 3 de mis dedos en su boca, era tan pequeño este bastardo que todo en él era pequeño inclusive esa lengüita que tomaba como pinza con mis dedos mientras con mi otra mano me masturbaba. Le metí el dedo del medio al fondo de su boca y no hiso ni un gesto, hacia como que mi dedo se lo follaba por la boca mientras me masturbaba con la otra mano.
Me recosté a su lado en la cama, lo acomode dejando su cabeza a la altura de mi pene, y no costo nada con su peso era fácil de maniobrar, acerque mi glande a su frente y con el frenillo comencé a masajearle, le pasaba la punta de mi pene despacio en zigzag, mi pene ya estaba duro y húmedo, así que la piel de mi frenillo se pegaba en la piel de la pequeña frente de este enano, así que avanzaba a tirones, eso me excitaba, le daba palmadas con mi verga en la frente y la volvía a sobar en su frente para luego baja a sus ojos. Mi glande era más grande que sus ojos, de todas maneras, me calentaba el tacto de la punta del glande con la suave piel de los ojos de Darwin, con mis dedos le abrí un ojo y le puse mi pene en contacto con su globo ocular, era tan blandito, gelatinoso, y el contacto se sentía fantástico, luego de punzarle unas veces el ojo con mi pene comenzó a lagrimear. Con el otro ojo tuve menos tacto, se lo abrí a la fuerza y le puse mi pene encima, con los dedos le tome los parpados e intente que me abrazasen el pene mientras este presionaba el ojo lloroso y ya rojizo de Darwin.
En ese vaivén me dio miedo hacerle algún daño, se la saqué y me fui a su nariz, poniéndola frente a frente con la entrada de la uretra, se la puse en la punta de la nariz, y subí todo el prepucio parar terminar cubriéndole toda la nariz con el cuero de mi pene. Tenía la mini nariz de este enano dentro de mí, en mi verga, me masturbe un rato sintiendo la presión de su nariz con mi uretra, era tan rico, se veía tan angelical, a veces perdía la noción que fuera hombre enano y sentía que fuera una niña de muy corta edad.
Al verlo ahí con mi pene y su nariz pegados, tan tranquilo, tan tierna, me dio pena, era tan pequeño tan indefenso que me dio pena, pero no me duro mucho al recordar las víctimas, la familia que destruyo, las vidas que sepulto y todo el daño que hice, me dio una rabia por dentro, que me hiso sentir que podía ser un héroe, y yo podría ser quien hiciera pagar a este pequeño demonio todo el daño que había hecho.
Me levante un poco y le acerque mis bolas a su cara y comenzó a pasarlas sobre su cara haciéndoles presión, tenía a ese pequeño joven con mis bolas pegadas en su cara, la imagen era exquisita.
No aguante más y con ambas manos le abrí la boca para introducir la cabeza de mi pene en su muy pequeña boca y la metí de golpe, fue fantástico sentir como sus labios se abrían y estiraba pegados a mi verga para que pudiera entrar la cabeza de mi glande fue fantástico, sin ni un esfuerzo, casi como mantequilla le logre meter toda la cabeza de mi pene en su boca y lo deje ahí un momento.
Por fin lo había logrado, ese pajero de hace 15 años había cumplido su meta, su degenerada meta, tenía esto a mi merced, este muñeco de menos de un metro colgando de mi verga succionada por su boca era la muestra, ahora si me sentía grato, que lo había logrado, la visión se hiso realidad, había llegado a mi paraíso.
Su boquita era muy pequeña y mi glande entraba con dificultad, era tan blandito, húmedo y caliente, que me tenía a mil, le afirme la cabeza y me pasaba que cada contacto con él me impresionaba, su cabecita era muy chica, eso me generaba un morbo que me hacía meter un poquito más la punta en la boquita de Darwin. Era tan tierno verlo con su peluca y tan degenerado con tremenda verga clavada en la boca, era un sueño.
Bien que se lo merecía, pensaba en cada vez que hacía presión con mi pene en su boca y con mis manos tomándolo de la cabeza y acomodando la penetración.
Era exquisito el enano, de puto le hubiese ido muy bien, pero tuvo que elegir la delincuencia, y nuevamente me acordaba de sus víctimas, con eso la rabia y ganas de ser el justiciero, yo haría venganza por los damnificados, entonces le acomode su cabecita de tal manera que con presión de un golpe le entro la mitad de mi verga en la boca, por dentro sentí como mi pene se curvo para entrar por su garganta, estuve un par de segundos así, y el cuerpo de Darwin comenzó a estremecerse y se la saque para que pudiera respirar.
Estaba en la gloria, le estaba haciendo pagar al maldito y eso me estaba generando un tremendo placer.
Se la volví a meter y nuevamente apretado, tenía que encajar su postura para acomodar mi verga y que pudiera, entrar y por fin, con un sonido de golpe, entraba mi verga en su garganta, era tan apretado, por fuera su garganta se expandía como haciendo arcadas y por dentro la sensación era de lo mejor, caliente, apretado, jugoso, era realmente fantástico.
En cada embestida un poco más adentro, hasta que acordándome de quien era, con rabia se la metí hasta el fondo, y la mantuve ahí, era lo mejor, sentí su nariz en mis pelos, y se la saque, no quería ahogarlo, y de nuevo se la metí, había dos barreras, uno en su garganta y otro más adentro que con un poquito de fuerza mi pene duro podía atravesar con unos cuantos sonidos jugosos que emitía la penetración.
Mientras se la metía a lo bestia pensaba en que eso le causaría un dolor de garganta a Darwin, así que mientras se lo follaba por la garganta pensaba en el mejor remedio para la ocasión.
La situación era demasiado excitante y me detuve, no quería correrme tan pronto, tenía el tiempo del mundo, pero quería mantener la excitación, aun me faltaba metérsela por el culo.
Se le saque de la boca y lo deje descansar, a esta altura tenía toda la cara empapada entre saliva y liquido preseminal.
Ahora si se veía como una muñeca, pero abusada, totalmente tenía un poco la cara hinchada entre tanto vergazo y agarre fuerte, pero ya era suficiente con su cara, era momento de algo más.
Me reincorpore para comenzar a desvestirlo, el buso salió rápido, y apareció su cuerpo, él era totalmente lampiño ni un pelo, era como una niña sin pechos, pero cuando le quite el pantalón apareció lo que me dejaría claro que no era una niña. Ahí tenía una verga gruesa colgando de la entrepierna. Siempre me había dado un poco de repulsión ver vergas ajenas en vivo, pero con él era distinto.
Lo di vuelta y ahí si, podía ver un culito tan pequeño que me sorprendió nuevamente, se lo abrí con ambas manos y apareció su asterisco, lampiño y chiquitito, se lo toque con un dedo y estaba calentito, movía el dedo el circulo sintiendo los pliegues del hoyo de su culo contemplando lo que se venía.
Saque de mi maletín unas tollas que acomode debajo y una botella con vaselina, con una jeringa de 10, la llene y le metí la puntita de plástico dentro del orificio de su culito, solté una gotita y saque y esparcí en la entrada de su culo, me heche una gotita en el dedo y empecé a forcejear su agujero, mi dedo igual era grande para ese culo, todo era grande en comparación con él, pero me daba lo mismo, era un criminal, debía pagar sus fechorías.
Le metí la punta del dedo índice, era tan blandito su interior y tan calentito que me entusiasme y fui metiendo mi dedo que se fue atorando en el camino, saque mi dedo y le metí de lleno la jeringa, hasta el fondo, y derrame todo el líquido dentro de su culo, al sacársela callo un poco en las toallas que había colocado.
Le metí los dedos que ahora entraban con más facilidad, ya me lo estaba follando analmente con mis dedos, le entraba uno y apretados 2 pero ya iban cediendo. Llene nuevamente la jeringa y se la vacié en el trasero nuevamente, al sacársela broto un poco de su trasero, le puse el dedo y de que se mantuviera, se lo saque y corrió un poquito de hilo de vaselina, me acomode y ya tenía listo mi cometido.
Acerque mi verga y se la puse en la entrada de su agujero, queriendo sentir su calor de inmediato hice contacto en su jugoso ano, comencé a masajear en cirulos su entrada, fascinándome con el culito chico que veía y mi tremenda verga jugando con su orificio, ahí empecé a empujar su entrada, de poco en poco, hasta que sentí como me habría en sus entrañas, sin mucho esfuerzo ya había entrado mi glande en su culo.
Lo tome fuerte de la cintura me levante, y de pie tomándolo de sus caderas y con mi pene clavado en su ano haciendo equilibrio, empecé a meterla y sacarla, meterla y sacarla, meterla y sacarla una vez tras otra… lo tenía flotando frente a mi como una muñeca, una muñeca de carne caliente y con verga, pero, desde mi ángulo veía una niñita, con el culito más chico que había visto en mi vida y con tremenda verga gruesa clavándose dentro de él.
Estaba en un frenesí, ya no media mi fuerza, mis embestidas metiendo de golpe mi pene en las entrañas del jovencito para luego sacarla casi completa de su pequeño culo abierto por mi duro y grueso miembro, mientras chapoteábamos con la vaselina que brotaba del interior del culo de Darwin tras la fricción con mi pene clavado.
Ahí me di por pagado, 15 años de esfuerzo estaban bien recomenzados, había creído cuando me dijeron «querer es poder» y lo había logrado, mi pene en el culo de ese enano era la evidencia, y no solo eso, sino que estaba haciéndole pagar a un desgraciado, a un peligro de la sociedad los daños y las muertes que había cometido, el bastardo pensó que haciéndose pasar por loco se libraría de la cárcel, de que se lo comerían en la cárcel, bueno tuvo razón, tenía mi verga clavada en lo profundo de su pequeño culo pero estaba sedado en un lugar limpio y controlado. Maldito bastardo, pensaba en eso y mis embestidas se volvían más brutales, se la metía y sacaba cada vez más fuerte y rápido.
Ya era incontrolable, su peso no me significaba nada, era una muñeca a mi merced, y su ano totalmente dilatado abrazaba toda mi masculinidad de hombre mayor, era realmente en sueño.
Sin sacarle el pene de su culo lo deje en la cama a lo perrito y se la clave con todas mis fuerzas, y me corrí dentro de lo más profundo del ano de Darwin, me recosté a su lado sin sacarle mi verga, mientras palpitaba encada carga de semen que dejaba en lo profundo de este joven, tuve espasmos de placer que nunca antes había tenido, fue alucinante, me quede reposando haciéndole cucharita a Darwin sin sacarle mi miembro de su sorprendentemente dilatado ano.
Casi me dormí disfrutando del momento y podría haberlo hecho, era lo que me daba más gusto, el poder que ahí tenía.
Pero aun así me incorpore me senté y tomando a Darwin le saque mí ya flácido pene que aún estaba enterrado en su apretado culo, este salió y empezó de su culo a brotar semen, saque de inmediato una cuchara para depositarlo todo en un frasco, tenía el ano tan rojo y dilatado que le logre sacar casi todo el semen del interior de su recto, fueron varias cucharadas, lo había llenado de semen, al parecer tenía mis bolas bien cargadas.
Saque todo en un frasco y para mi sorpresa era bastante cantidad, cerca de 3 jeringazos saldrían de ahí, llene una y dejando a Darwin boca arriba se la puse en la boca y empecé a verter todo ese semen dentro de la boca de Darwin, eso me daba un morbo y una sensación de justicia impagables, Se la termine vaciando y poco a poco fue bajando por su garganta el espeso semen que había caído en su boca. Llené la jeringa y ahora quería que sintiera mi masculinidad por todo lado este pequeño bandido, se la puse en un agujero de la nariz y tapando el otro se la fui vaciando dentro de sus fosas nasales. Llené la jeringa con lo último que quedaba del semen y se lo vertí en el otro agujero, tuvo espasmos y tocios luego de esa carga, seguramente para poder respirar entre tanto semen.
Ya más tranquilo, me empezó a desagradar el olor a hombre de la habitación, así que me dispuse a limpiarlo con toallitas húmedas, vestirlo y dejarlo nuevamente en su cama, para que se repusiera de la tremenda culeada que le había dado.
Al otro día Darwin no se levantó, estaba indispuesto, por lo que tuve que ir a su habitación, le recete unos analgésicos y le dije que algo debió haberle caído mal, que se quedara en cama un tiempo.
El me trataba con respeto sumisión, ayudado con medicación era un buen joven.
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