El secuestro de un Ángel
El diario de un pedófilo hambriento, así nomás, he sacado algunas historias y si todas son una introducción y espero les guste.
Miraba el parque que había escogido y miraba al delicioso niño que jugaba en la resbaladilla, tan pequeño, sabía que máximo tendría unos 6 años, y que antojo le traía desde hace semanas que lo vi por accidente mientras pasaba por ese lugar, nunca lo frecuenté, pero ese día, agradecí a los de la construcción que habían cerrado la calle.
El nombre del tan sabroso niño es Elías, ya lo había oído al escuchar a su madre llamarlo, ella se quedaba ahí, pero era muy distraída, y demasiado confiada.
Y ahí estaba yo, esperando una distracción y contemplando la belleza de ese tan hermoso niño, y como no desearlo, sus ojos café claro, contrastaban con su piel blanquita, y esa sonrisita pintoresca, y justo ahora, con ropa tan simple, una playerita blanca y un shorcito verde limon, y ufff, mirarle esas piernitas y sus pies, amé que esa mujer lo llevara en sandalias, mi pene estaba que escurría solo con verlo, se que no es natural decirlo, pero que sexy se veía, me encantaba mirarlo, quería comermelo todo, y hoy estaba dispuesto a hacerlo.
Su madre estúpida se concentró en pláticar con una mujer que se había acercado a ella junto con otro niño, y aunque por instantes miró a su pequeño, se distrajo lo suficiente, entonces me armé de valor y me acerqué al pequeño lo más rápido que pude.
– Hola, oye, perdí a mi gatito y me gustaría saber si me ayudarías a buscarlo – le dije mirando en dirección a su madre.
– Mmm no lo sé – respondió sin la menor preocupación.
– No te preocupes, Elías, tu mamí que está allá me dijo que si podías venir -. Le dije tranquilamente, aunque sólo en el exterior por dentro mi corazón latía a mil por hora, todo podía salir muy bien o terriblemente mal.
Le tomé su mano y le dije – vamos -.
El comenzó a caminar conmigo y traté de caminar lo más rápido que pude y casi llegando a la esquina lo cargué con la excusa de que iríamos más rápido.
Y tan pronto llegamos a mi auto, le metí ahí diciendo que buscaríamos mejor a mi gato si salíamos en coche, para ese momento el ya sentía seguramente que algo andaba mal.
Yo había disfrutado sentir su piel al cargarle, mi mano en su traserito, y tener su hermosa carita tan cerca de la mía, creí que no lo lograría, así que arranqué el auto y conduje por las calles que ya tenía trazadas, que no tenían cámaras, lo había preparado todo y lo que creí que sería lo más difícil, fue en realidad, lo más rápido y sencillo que pude hacer, y así me robé un ángel, un ángel hermoso, que al manejar y mirarle, sabía que pasaría horas disfrutando semejante manjar, y no mentiré, desde sus piesitos hasta su carita, todo en el era una delicia.
Pero todo esto apenas empezaba.
Hola que tal, espero les gusten estás intros a estas historias que haré estaré mandando, cualquier cosa manden manden ms a mi teleg: @angel9boy



(10 votos)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!