El sex-shop

La primera vez que visito un sex-shop termino en una cabina de gloryhole rodeado de pollas y descubro que me gusta bañarme en su leche caliente y pegajosa .
Hola, los que ya habéis leído alguno de mis relatos anteriores me conocéis, así que para los nuevos lectores me describiré.

Soy un hetero madurito que le gusta exhibirse delante de extraños y ha descubierto que le encantan mamar las pollas de los mirones que se le acercan.

También que me gusta vestir atrevido, con lencería sexi: medias de rejilla, liguero tanga y pantalón cortos tran estrechos y cortos que se desbordan mil nalguitas.

Eso es un verano en la playa pero acabo de descubrir que en mi ciudad hay un sex-shop, entre las amistades de las RRSS que estoy frecuentando he leído que algunos hacen crussing allí.

Así que dije: Pues chico acércate y a ver qué se cuece, si quieres ser una zorrita debes ir.

Aprovechando una tarde libre me acerqué al sitio, más o menos a la hora que decían que estaba con más gente.

Me había puesto un tanguita rosa, unas medias blancas hasta el muslo, un liguero a juego y un vestido de lo más corto que encontré, todo con una peluca, maquillado y totalmente depilado.

La verdad es que cuando me vi en el escaparate del local tenía una pinta estupenda de sissy facilona y un poco tontita, vamos una pieza que ningún macho dejaría escapar sin follarla.

Entre en el local, tenía una luz tenue y un dependiente muy agradable que me saludo con una enorme sonrisa.

Que deseas bomboncito, no solemos ver chicas tan bonitas aquí. Ella sabía jugar a mí juego y me gustó

Verás, dije, quiero probar una cabina de gloryhole que me han recomendado unos amigos.

Has venido un poquito pronto mi vida, si te parece te enseño el sitio ¿Te apetece?

Ohhh claro que amable eres, además de guapo simpático. Y le seguí dentro, por un pasillo estrecho y oscuro donde había muchas puertas y se oían suspiros.

Vaya que oscuro le dije, y él me cogió de la mano para guiarme. Ven sigue por aquí princesa 😍. Que gusto cuando me tocó, primero en la espalda empujándome a una sala y luego bajando a mi culito

Notaba como una mano fuerte me acariciaba a través de mi vestidito tan corto que ya lo llevaba subido por encima de mis nalguitas

Que rica estás, me decía mientras tenía las dos manos en mi culo y me metía la lengua en la boca hasta la campanilla uuuy que bien se siente

Yo me deshacía, con el culo al descubierto y un precioso dependiente aprovechándose de mi.

La sala tenía un montón de espejos y detrás unos mirones que veían como me metían mano. Yo ya estaba sin vestido solo con mi tanguita y las medias blancas, en tacones arrodillado con una polla enorme en mis manos y mi boca sorbiendo su cabeza como si fuera un chupachup.

El chico agarro mi cabeza y sin avisar empujó hasta que me trague su rabo entero, su tronco me llevaba la garganta. Que puta más mamona eres, te gusta verdad zorrita, voy a follarte la boca y te tragaras mi corrida.

Yo apenas podía respirar pero no estaba dispuesto a dejar de mamar esa maravillosa polla que empezó a palpitar soltando chorros enormes de leche caliente que no pude tragar y terminaron en mi cara, mis ojos, mi pelo y salpicando el suelo.

Joder tío que bien la chupas, puta eres una auténtica mamona. Lame mi polla límpialo todo

Dios cómo me gusta que me trates así, soy tu esclava mi amo, dame fuerte soy tu zorrita.

Ven puta ahora si te voy a enseñar la cabina de gloryhole. Me empujó hacia una puerta que daba a una especie de baño con paredes llenas de agujeros y me obligó a sentarme en un banquito atándome las manos detrás de mi espalda.

Me dió un azote en el culo que apenas cabía en el banquito y rompió mi tango. No te va a hacer falta, quiero tu culo y tú polla disponibles.

En ese momento aparecieron pollas por todas partes a las que solo podía chupar y lamer mientras el dependiente me daba azotes y empujaba mi cabeza de una polla a otra.

Saltaban chorros de leche por todas partes, me caían en la cabeza el cuerpo las piernas, todo yo estaba cubierto de la leche viscosa de un montón de cabrones que me estaban follando la boca y se pajeaban sobre mi.

Al rato cuando por lo menos diez pollas de todo tipo y tamaño se habían corrido sobre mi, entraron tres viejos feos, gordos y babosos que me follaron el culito mientras que me pellizcaban las nalgas, los pezones y me tiraban del pelo

Me dejaron abierto y lleno de tanta leche que me resbalaba por las piernas.

Cuando se marcharon todos, el dependiente me desató las manos y me ayudó a limpiarme y vestirme de nuevo. Tío eres una bomba, vaya zorrita que estás hecha, ven cuando quieras

Cuando sAli del sex-shop había un grupito de tíos que me sonrieron y guiñando el ojo me dieron las gracias, supongo que todos ellos eran responsables del escozor en mi culito

Besitos, espero con muchas ganas vuestros comentarios morbosos a este relato