EL TIO, PRIMOS Y EL ABUELO mi primer relato
Tengo una personalidad ambigua por naturaleza, unas veces me siento hombre y otras no.
PREÁMBULO
Soy INTERSEXUAL, antes se le conocía como «hermafrodita», término que no es el correcto, muchos años después me diagnosticaron síndrome de Klinefelter, carga cromosómica XXY, por lo que se vio comprometido mi desarrollo anatómico, nací con un testículo no descendido y un ovario, aunado a una mínima abertura vaginal o vagina primitiva, también llamada agenesia vaginal, lo que influye en la conformación del útero y ovario, lo anterior influye en menor producción de la hormona testosterona, como consecuencia poco desarrollo muscular y esquelético, adicionalmente tengo criptorquidia o micropene, así como otras condiciones biológicas, derivando ambigüedad genital, por lo que aparentemente mi zona genital es parecida a una vulva, con labios mayores y menores bien definidos, dado además que mi penecito no más de un centímetro, está muy por debajo de donde debería estar y es el inicio de mi labios menores, adicionalmente el canal uretral se encuentra por debajo de este, lo que es conocido por hipospadias, mi región púbica causalmente a primera vista es de una chica, físicamente igual a una vulva, en resumen, tengo genitales ambiguos, hoy día la ciencia médica se opone a realizar intervenciones quirúrgicas sin el consentimiento del paciente, por lo que hay que esperar al desarrollo de la persona tanto bio-psíquico, anatómico y demás consideraciones al respecto, ya que pudiera la persona intersexual identificarse con un sexo determinado a cierta edad y al ser mutilado sin su consentimiento conlleva a consecuencias nefastas, o también la persona pudiera simplemente estar a gusto con su condición ambigua y sobrellevar todo lo relacionado a esto, no seguiré ahondando en mi condición antes mencionada, a lo largo de mis escrito iré comentando otros aspectos importantes, espero la comprensión en todos los sentidos.
Mi familia es numerosa compuesta por mi padres, cuatro hermanos varones, dos hembras y yo, papá y mis hermanos son extremadamente altos y fortachones, mamá y hermanas de estatura baja en promedio 1,63, yo con unos cinco centímetros más que ellas, son hermosas, ojos claros azulados, refinadas y llamativas con notorias sinuosidades femeninas, lamentablemente nos parecemos, sin embargo, en mi complejidad genética me he sentido más chico que chica por lo que mis vestimentas siempre estuvieron acorde a mi sentir, en ocasiones no me sentía del todo un chico y por tanto en algunos momentos mi gestualidad no se enmarca dentro del estereotipo masculino o al contrario, pero dado a mi apariencia era confundido constantemente como chica, lo que me molestaba enormemente, tuve que acostumbrarme o mejor dicho aprender a tolerar ese trato y aceptar mi corporalidad femenina que intentaba ocultar con vestimenta holgada, en mis primeros años de vida, mi crianza se inclinó más al de chica, vestimentas, aretes, juegos, mi nombre sin embargo, es ambiguo, Sheylle, pensando en mi desarrollo posterior y a la decisión que fuera a tomar en relación a mi definición de género.
Por último, quiero agregar que, a pesar de sentirme chico, tener «pene» y un testículo, no me atraían las chicas sino más bien los chicos y sobre todo los hombres mayores me llaman la atención, seguramente porque admiraba lo que yo deseaba para mí, un físico varonil, su musculatura definida, voz grave, fuerte, anhelaba tener bigotes y barba, era un sueño, me fijaba mucho en los pies y manos de los chicos y hombres, al compararlas con los míos era motivo de frustración, hasta el punto que evitaba el saludo de manos, mi peor trauma era no tener un pene prominente, envidiaba a rabiar mi cuerpo en este sentido, muchas veces me colocaba medias en mi zona púbica, simulando un pene, me paseaba en mi cuarto, me miraba por horas al espejo, simulaba orinar de pie, en casa podía observar discretamente el bulto de mis hermanos, papá, tíos, primos, es como sentirse castrado, mi cuerpo empezó a tener cambios notorios a partir más o menos a los 9 años, aparición de los botones mamarios, cadera, cintura, piernas y el pompi demasiado definido, muy parecido al de mamá y mis hermanas, estaba consciente de ello y mi peor pesadilla, a los 10 años, tuve mi primera menstruación, irregular al principio, intenté que nadie se diera cuenta en casa, me había preparado para si ello llegara a ocurrir, no tuve molestias antes de suceder, simplemente sucedió, al darme cuenta lloré días enteros, me encerraba sin salir a nada, fue inevitable que mi madre se diera cuenta, me habló sobre ello con mucha delicadeza y tacto, conocía muy bien mis traumas, pensé que sería un secreto entre ella y yo, pero la verdad que no fue así, me irritaba el trato de los chicos y hombres, sobre todo lo subliminal, las intenciones, eso me hacía ser impulsivo, algunas veces maleducado, detestaba parecerme una chica porque sentía muchas privaciones y restricciones comparada con la crianza libertaria de los chicos que con las hetero normas tradicionales casi que pueden hacer cualquier cosa, al igual que las tareas están definidas de acuerdo a la genitalidad, las chicas y chicos se adaptan a sus roles impuestos creciendo bajo el estereotipo del sexo genital que les toca, me identificaba y deseaba ser y parecer varón, esto último lamentablemente no sucedió, mi anatomía dista mucho a la del típico varón, igual mis juegos, actitud y gustos que en su mayoría estaba relacionado al trabajo manual, a lo rustico, lo que me trajo frustraciones, miedos, terror y hasta traumas puesto que los niños son crueles, no por naturaleza sino por inmadurez, por ejemplo en los juegos de fuerza, peleas, luchas, carreras, mi desventaja era notoria, al igual que mi corporalidad por lo que constantemente era fácilmente sometido, humillado, pero mi carácter aun siendo indomable se quebraba constantemente al oír y sentir infinidades de estupideces en mi contra.
Durante mi infancia y pubertad sobre todo en el colegio vivía en un constante tormento y persecución por parte principalmente de los chicos, me era casi que imposible escapar del acoso, luego ese acoso en la medida que mi cuerpo cambiaba se sumaron algunos maestros, representantes y hasta bedeles, sin embargo, me las arreglaba, unas veces me hacía el desentendido, otras los enfrentaba con insultos y hasta a puño limpio, cuando esto sucedía me tocaba la peor parte cuando se trataba de pelearme con algún chico, muy al contrario cuando me enfrentaba con alguna chica a la que vencía en ocasiones, no sin dificultad, en muy pocas ocasiones, decidía pedir ayuda para escapar de alguna situación embarazosa de maltrato o asedio, a pesar de todo debo decir que también tuve grandes amigos y amigas, quizás porque me comprendían o porque siempre he sido sobresaliente en mis estudios, no me importaba cuando estaba con mis mejores compañeros el trato hacia mí, indistintamente si era de chico o chica, ya que percibía que no había intención de hacerme sentir mal ni herirme emocionalmente, hasta a manera de chanza algunas veces depende de mi interlocutor me hacían comentarios como, que te parece tal o cual muchacha, tú le gustas o al contrario, mis amigas me decían algo parecido, fulanito gusta de ti, me dijo que le gustaría ser tu novio, luego nos reíamos y no pasaba de allí, o también llegó a suceder que muchas veces reunidos alguno de los amigos me sacaba a bailar y lo hacía con él como chica o al contrario si una amiga me invitaba a bailar también lo hacía pero como chico, era divertido sin la más mínima mala intención.
Pienso que el bullying siempre ha existido como una constante de acoso, de rechazo para que la persona agredida se sienta lo peor del mundo, su intención es totalmente malsana, nefasta para quien padece la agresión donde por lo general consigue muy poco apoyo o solidaridad, en muchas ocasiones me vi en problemas por salir en defensa de alguien, me indigna ver situaciones de ese tipo, sé la impotencia que se siente, algunos usan el arma de ignorar y aislarse para evitar el maltrato, el qué dirán, o exponerse al escarnio público, pero por dentro están destrozados, la vida le parece un infierno aterrador, otras personas son duales pero crueles también que esconden su sentir binario o doble vida maltratando a otros para aparentar una normalidad impuesta por la sociedad.
Muchas de las ofensas hacia mí eran con el remoquete de marimacha, machorra, o más allá, en cuanto a que me decían cosas como:
. – Lo que te falta es macho para que se te quite lo que tienes o,
. – Cuando te preñen se te quitará lo marimacha, etc.
. – Algún día conseguirás a un hombre bueno con buena cabeza. (doble sentido)
. – Cuando sientas a un bebé dentro de ti sabrás lo bonito de la vida.
. – Mami soy un hombre comprensivo y cariñoso, seguro que si pasas una noche conmigo te enamoras de los hombres.
. – Reina soy papá con un hermoso y grande Bebé, me hace falta una «mamaa» para mi Bebé. (Doble sentido)
. – Prestame un beso y te lo devuelvo mañana cuando despiertes a mi lado.
. – Marisquito, Marica, Fresita, culona, Putito, etc…
Aclaro, la persona intersexual no padece de “Disforia de Genero”, nuestra naturaleza es binaria o dual por biología natural, es decir, tenemos algo de ambos sexo al mismo tiempo, unas veces podemos sentirnos y actuar como varones y otras no, independientemente de la apariencia física, pero la ignorancia en la sociedad es la que pretende marcar el norte de la vida que no entiende ni comprende, en algunos casos el intersexual llega a definirse por el género donde más se adapta y le agrada, en otros no es así.
La intención del acosador es humillar lo más posible a su víctima, dar la impresión de hacerte sentir una cucaracha, imponerse, mediante la fuerza, la palabra, la acción, en fin, cualquier medio para doblegar a su víctima sin importarle nada más.
A mis siete u ocho años por mi físico, tuve mi primera experiencia sexual, antes de eso hubo infinidades de momentos de acoso, toqueteos, piquitos obligados, abusos, violencia, hasta que llegó un tío político médico ginecólogo, casado con una de mis tías, que comenzó a violarme en cada consulta, sin que yo me diera cuenta, usando insensibilizantes anestésicos, hasta que pude darme cuenta de lo que sucedía, esa primera experiencia la cuento en otro relato, la relación con el tío, se extendió por años hasta un poco más de salir de la universidad, desde mi niñez siempre fui objeto de asedio, acoso y violaciones, inspiraba un no sé qué a la gran mayoría de los hombres y chicos, aprendí a la fuerza, el sexo vaginal me era imposible por tener extremadamente estrecha tanto la abertura como el canal vaginal en sí mismo, admito que llegó el momento en que
muchas veces el dominio masculino ejercido sobre mí, era tan marcado que solo el llanto de impotencia me aliviaba de alguna manera, no pude evitarlo, el acoso incesante tanto explícito como el acoso oculto tras bastidores, en fin, literalmente me secuestraban en la escuela, en mi barrio en cada juego u oportunidad que se presentaba, prácticamente en cualquier parte que me encontrara sin resguardo, por lo general sucedía algún incidente sexual, no me encantaba ser el centro de atracción sexual, oír las necedades que me proferían a cada momento, ni el constante acoso, es vivir en estado de alerta y sobresalto.
Durante mi infancia sobre todo en el colegio vivía en un constante tormento y persecución por parte principalmente de los chicos, me era casi que imposible escapar del acoso masculino tanto de chicos como de algunos maestros, representantes y hasta bedeles, existe como un código de señas, de palabras que vas asimilando y hasta aprendiendo, sin embargo, me las arreglaba, unas veces me hacía el desentendido, otras los enfrentaba con insultos y hasta a puño limpio, cuando esto sucedía me tocaba la peor parte generalmente, muy al contrario cuando me enfrentaba con alguna chica la vencía no sin dificultad, en muy pocas veces decidía pedir ayuda para escapar de alguna situación embarazosa, de maltrato o asedio, a pesar de todo debo decir que también tuve grandes amigos y amigas, quizás porque me comprendían, por algún interés o porque siempre he sido sobresaliente en mis estudios, no me importaba comportarme cuando estaba con mis mejores compañeros ya que el trato hacia mí, era con respeto, indistintamente si era de chico o chica, ya que percibía que no había intención de hacerme sentir mal, ni herirme emocionalmente, hasta a manera de chanza algunas veces depende de mi interlocutor me hacían comentarios como, ¿Qué te parece tal o cual muchacha?, tú le gustas, o al contrario, mis amigas me decían algo parecido, fulanito gusta de ti, me dijo que le gustaría ser tu novio, luego nos reíamos y no pasaba de allí, o también llegó a suceder que muchas veces reunidos algunos de los amigos me sacaban a bailar y lo hacía con ellos como chica o al contrario si una amiga me invitaba a bailar también lo hacía pero como chico, era divertido sin la más mínima mala intención.
Pienso que el bullying siempre ha existido como una constante de acoso, de rechazo para que la persona agredida se sienta lo peor del mundo, su intención es totalmente malsana, nefasta para quien padece la agresión, por lo general consigue muy poco apoyo o solidaridad, en muchas ocasiones me vi en problemas por salir en defensa de alguien, me indigna ver situaciones de ese tipo, sé la impotencia que se siente, algunos usan el arma de ignorar y aislarse para evitar el maltrato, el qué dirán, o exponerse al escarnio público, pero por dentro están destrozados, la vida le parece un infierno aterrador, otras personas son duales, pero crueles, esconden su sentir binario o doble vida maltratando a otros para aparentar una hetero normalidad impuesta por la sociedad.
Por último, quiero agregar, que la mujer tiene que madurar antes de tiempo, su infancia es relativamente corta, puesto que ya desde los diez años, la mayoría comienza su desarrollo producto de las hormonas, su cuerpo va transformándose llamando la atención de los hombres, por lo que empieza el calvario del acoso, las insinuaciones, lo roces, piropos sanos y malsanos, toqueteos lo que contribuye al desarrollo del instinto de supervivencia y casi el fin de la infancia.
RELATO
Recuerdo que en una ocasión fuimos a visitar a unas tías y tíos en los llanos, era época de vacaciones, si ellos no iban a visitarnos íbamos nosotros, tenían una hermosa finca donde todos vivían allí, por supuesto cada quien en sus predios, era como una especie de pequeña mini urbanización privada dentro de la propiedad, la cual estaba cercada por un inmenso muro, una sola entrada y salida, pasaba un pequeño riachuelo donde fue acondicionado un espacio para la recreación y el compartir en familia, idearon un pozo artificial, bien acondicionado, con diversas profundidades, a cierta distancia tenía sillas, mesas, una parrillera, unas hamacas bien lindas de flecos coloridos, a unos 100 mts, más allá, había una churuata, igualmente acondicionada, donde por lo general se reunían todos para compartir, cantar, jugar domino, bailar, jugar bingo, al costado también recrearon una cancha de usos múltiples para basquetbol, tenis y volibol, allí vivían cinco tías y tres tíos y el abuelo, donde hacían vida privada dentro de ese espacio de terreno, compuesto por casas muy bellas y de gran gusto.
Tendría alrededor de doce o trece años, como he dicho anteriormente por razones particulares antes explicadas mi apariencia física es de chica, para mitigar mi vergüenza en ocasiones usaba ropa muy holgada, pero inevitablemente se notaba de alguna manera mi contrariedad, por lo que era más aceptada mi presencia en los grupos de chicas donde pasaba por una más sin problema alguno, al contrario que en los grupos de chicos o de hombres, por confundirme con un solo género, las conversaciones entre los chicos en más soez, hasta el punto que muchas veces se hace desagradable
Al llegar nos recibieron de la mejor manera, nos ubicaron en sus casas de acuerdo a la escogencia de nosotros mismos, por insistencia de “MA”, amiguito de mi edad y miembro de una familia muy allegada, que también estaba de visita, compuesta por el “Dr.F”, esposa, el hijo mayor “HF”, una hermana muy linda novia de uno de mis hermanos, le seguía el tercero “JF” y por último mi amigo, quien era algo afeminado, conocía de sus andanzas, era casi voz populi, él me contaba siempre con lujos de detalles con quien lo hacía y hasta como se lo hacían, lo cierto es que cada quien se dispersó con sus pares de las mismas edades, se hicieron los acostumbrados grupos de reunión, yo me junté con varias primas y primos de mi edad, jugamos Futbolito, volibol y básquetbol un buen rato, luego decidimos ir al río, el tío “M”, (Mi amante desde mis 7 u 8 años) estaba muy pendiente de mí, pero era absorbido por el resto de los tíos, primos y demás hombres para jugar dominó, bolas criollas o compartir cualquier otra cosa, el hermano del tío, a quien le decíamos tío “P”, desde que tengo uso de razón era uno de mis acosadores predilectos, realmente era un hombre espectacular, alto, buenmozo, fuerte, con fama de mujeriego por lo llamativo de sus dotes masculinas, algo rustico en su forma de ser, típica de los llanos, me llama la atención el tipo de hombre fuerte, rudo, varonil, de grandes manos y pies, siempre he admirado ese estereotipo de hombre machote, me encantaba estar cerca de ellos y verlos gesticular y hablar, seguramente por en el fondo cuando me sentía chico quería parecerme a ese tipo de hombre, pero mi físico no atina ni a un 20% a ello, bueno el Tío al cual me refiero era lo más parecido a mi “querer ser”, cuando él podía me llenaba de elogios, manoseos, besos, forjamientos y todo cuanto pudiera hacerme sentir que supuestamente yo le pertenecía, eso me enardecía sobremanera, me buscaba para decirme:
. – Mocosa estas bonita, deja las carreras y la brincadera mami, se te marca un triangulito bien rico, pero deja de brincar, sabes que si me lo partes me lo pagas, eres responsable.
. – De qué hablas tío, ¿si le parto qué?
. – Ese culote gata bella, ese culo es mío, si me lo partes me lo pagas, tú también eres mía, se te marca una cuquita bien sabrosa, quiero besarla sudadita como esta.
. – Qué le pasa, estás loco, necio, asqueroso, ¿Quiere que diga lo que me está diciendo o qué?
. – Si mami, anda dilo pues, ¿a qué no te atreves?, ¿Qué vas decir?, que me tienes el guevo parao, si quieres lo digo yo, bien duro, que todos sepan que no quiero que andes corriendo como una gata loca con ese culote tan bello, ¿quieres que lo diga?… Un poco de carajitos andan detrás de ti oliendo tus ricos peitos pá ve que consiguen, ¿no te das cuenta?, diles a esos muchachos que esa torta es mía.
Me dio tanta rabia que le dejé hablando solo, como siempre diciendo sandeces, él estaba muy pendiente de mí, bastaba que yo me alejara del grupo para interceptarme y acosarme de mil maneras. Otras veces para molestarme me decía:
. – Cuando te haga señas que vengas donde yo estoy, vienes de inmediato, porque si no voy a gritar: «Culona te estoy llamando», o «Gata bella ven acá», sabes que lo hago, me conoces, ahora mismo te pones otra vaina encima, con ese shorcito se te marca la totona sabrosa, me tienes el guevo parao desde hace rato, recuerda voy a gritar lo que te dije.
En verdad, pensaba que era capaz hacerlo, por ello, me cambiaba, tal como me lo ordenaba, ese día, al cambiarme me puse un pantalón bermuda, holgado, evitaba verle para no darle la excusa que le vi llamarme, de esa manera no acudía a su llamado, cuando el momento se lo permitía me mostraba su espectacular miembro, estuve muchas veces a punto de sucumbir a sus andanzas pero no me atrevía por ser hermano de mi tío “M”, (mi amante), a quien yo le decía que su hermano no cesaba de acosarme, discutían al respecto pero no bastaba, por lo general continuaba en su constante hostigamiento sexual, a él se sumó el padre de ellos a quien cariñosamente le llamábamos «abuelo», era un hombre mayor pero con muy buen físico, alto, trigueño, fuerte, de manos y pies enormes, aparentemente apacible, buena persona, en ocasiones de alguna forma se las ingeniaba para decirme algo o darme una nalgada «cariñosa», aun cuando yo tenía cierta malicia adquirida ante tantas vivencias de acoso, no pensaba que el abuelo tendría alguna intención que no fuera otra que mostrarse cariñoso, en casa le teníamos mucha confianza y cariño, solía entrar en casa como un miembro más de la familia, en una ocasión, mamá, mis hermanas y yo estábamos como de costumbre en una sesión de bailo terapia en una pequeña terraza, recuerdo que llevábamos bastante rato en eso, algo pasó que el video beam dejó de funcionar, a mí me gustaba reparar cosas y hacer trabajos manuales que para ellas era trabajo exclusivo de hombres, me puse a revisar lo que pensaba que había pasado con el video beam, por lo cual ellas decidieron hacerse a un lado para terminar la jornada haciendo ejercicios varios, al irme yo donde se encontraba el aparato que se acababa de dañar, vi que el abuelo estaba sentado estratégicamente en un salón contiguo donde él tenía rato viéndonos, en el lugar donde me aparte, él no podía verme a mí, tenía en sus manos un libro, pero la verdad es que, disimuladamente no le quitaba la mirada de encima a mi madre y mis hermanas, me parecía que las devoraba al tiempo que se tocaba su cosa, aprecié que estaba erecto, por alguna razón me parecía que se lo apretaba con fuerza, lo retorcía y halaba brutalmente, luego vi cuando se levantó dirigiéndose a un pequeño baño, logré asomarme por la ventana, era obvio que se masturbaba, por supuesto que no logré verle su «coso» pero la forma de moverse estando de pie lo decía todo, desde ese momento cambió mi apreciación del abuelo, en la noche se lo comenté a mamá, ella me recriminó porque intenté verlo, me dijo que era imaginación mía, no le dio mayor importancia, pero yo si sabía lo que había visto, después de ese incidente estaba muy pendiente del abuelo ya que observaba como él miraba disimuladamente la zona íntima de las muchachas y mujeres de cualquier edad, incluyendo la mía, muchas veces sin querer la ropa ajustada hace notar la vulva o los labios de la zona íntima, algunas mujeres le dicen «pata de camello», mamá le decía: «el monedero, la alcancía» y cualquier otra cosa chistosa, para hacernos ver que esa zona se veía y debíamos tener cuidado con ese detalle, con el tiempo se aprende como ocultar esa parte íntima, una de ella es usar ropa holgada, o ropa íntima de tela gruesa, o también alguna especie de almohadilla, en fin hay muchas técnicas.
En ocasiones, delante del abuelo mamá me regañaba muchas veces por no hacer algo que ella me mandaba hacer, por lo que me recriminaba diciéndome malhumorada:
. – ¿Qué le pasa a este muchacho que no hace caso para nada, ¿Será que te faltan unos palos bien dados?
El abuelo con doble sentido sin que mamá lo percibiera, me decía:
. – Lo que te falta es palo, ¿Verdad?, a la misma vez se tocaba su parte íntima asegurándose que yo lo viera.
Recuerdo que cuando más pequeño dada a la inocencia natural de un niño, el cual se cree más inteligente que cualquier persona, el abuelo me decía por ejemplo refiriéndose a mamá, a mi hermanas, a mis tías o alguna prima, cosas como:
. – Vamos hacer una apuesta, el que pierda trae helados o refresco, voy a adivinar de qué color es el bikini de tu mamá, el que gané es el campeón, tu mami tiene un bikini rosado bien bonito.
. – Noooo, perdiste, es blanco, te gané.
También me apostaba, otras morbosidades como que:
. – Tú hermana «C», tiene su cosita peluda, negrita se la vi y es muy bonita.
. – No abuelo, perdiste de nuevo, no tiene pelitos, se afeita, tampoco es negrita es blanca y es horrible.
. – Ahora si voy a ganarte, tus bikinis son negros, muy gruesos y se te meten por la colita.
. – Abuelo te equivocaste, son de tal color, no son gruesos y no se me meten por la cola.
. – No te creo, debes enseñarlo para saber si ganaste o no.
Inocentemente se los mostraba y me reía por haber perdido nuevamente y entonces me decía:
. – Acércate para saber si son gruesos o no.
Allí aprovechaba para tocarme y acariciarme, luego me retaba:
. – A qué no adivinas de qué color son los míos.
. – Blancos, todos lo usan blancos, perdiste.
. – Me ganaste, pero que a que no sabes lo que guardo aquí, ¿Quieres verlo?
Se bajaba la trusa y me mostraba un enorme pollón negro, duro y grueso, a la vez que me decía, tocalo, a él le gusta que lo saluden cariñosamente, me quedaba absorto mirándole su cosa por largo rato, deseando tener algo así, no podía entender ni puedo todavía como por arte de magia crece y se pone de esa manera, me imaginaba que tienen como especie de un botón que los hace crecer.
. – No abuelo, no puedo tocarlo, eso es malo, mejor no, es horrible, parece una morcilla.
Luego reía y me hacía reír por mi comentario, siempre me arengaba y me hacía prometer que no debía comentar de nuestras adivinanzas, así como de su saludo matutino:
. – ¿Cómo está la niña más bella de la familia?
. – Abuelo por favor, no soy niña, (todo dependía de mi estado de ánimo o de mi dualidad para el momento).
. – Tienes razón mami, te pareces ya a una mujer muy linda, no eres una niña.
El abuelo tenía sus mañas, sabía hacerme cambiar de un estado a otro fácilmente, por ejemplo:
. – Te ví esta mañana caminar con tu novio, te veías contenta, hacen buena pareja.
. – Abuelo no somos novios, somos amigos.
. – Es muy simpático el chico, tus amiguitas y tus primitas lo miran mucho, parece que les gusta el muchacho, pero él solo te mira a ti.
. – ¿En serio, tú crees abuelo?, pensaba que no se fijaba en mí.
. – Claro que si mi amor, todos nos fijamos en ti, eres muy bella y llamativa, a todos nos traes de cabeza, hasta los chiquillos te buscan, ¿por qué será?
. – Ay no abuelo, son muy malos, es por otra cosa que me buscan, mejor no te digo nada, es un fastidio.
. – Tranquila mi niña, yo sé porque te buscan, lo que pasa es que a los hombres y a los niños nos gusta lo que se te marca ahí abajo, es lo que tú mami le dice la Chichi, la oigo en la mañana cuando les pregunta a ustedes si se asearon la Chichi, y los varones como no tienen chichi les encanta lo bonito de esa cosita triangular tan hermosa que ustedes tienen.
. – No, wacatela, es horrible, no me gusta lo que dices abuelo, y menos que estén detrás de mí por eso, me atormenta, es un fastidio.
. – Mi niña a ti no te gusta porque eres hembrita, pero la chichi es hermosa, bella, sabrosita, tiene un olor y sabor tan rico que a los hombres nos gusta mucho, la tuya se ve hermosa, jugosa, deliciosa.
. – Abuelo por favor, ¿Qué dices?, es asqueroso, no me gusta que me hables así.
. – Mami es un chiste, es en broma, pero tu sabes que muchos te miran ahí abajo, ¿o no lo sabes?, veo como muchas veces te tapas tu cosita como la mayoría de las chicas lo hacen, hasta tu mami la he visto taparse con sus manitas cuando se da cuenta que la miran allí… le interrumpí:
. – Basta abuelo, no me gusta ese tipo de juego, no sabía que hasta tú me miras allí, sabes también que odio me trates como lo haces.
. – Ok, como te dije estaba echando broma, pero tienes razón, tampoco me gusta ese juego.
. – Ya basta pues, no me gustan esos chistes.
Su trato siempre giraba en el sentido de hacerme sentir chica de algún modo, elogio, algún gesto cariñoso, destacar algo físico de mí.
Ese día en particular jugamos un buen rato futbolito y basquetbol, pero la mayoría de las chicas no participaban por ser algo violento este juego, luego decidieron ser más inclusivos y optaron a jugar voleibol, al cansarme de tanto ajetreo y ante el inclemente sol me fui a descansar llevándome una especie de colchoneta de foami muy delgada con la que me senté a la sombra entre unas enormes matas de mango para continuar viendo el juego, luego vi al abuelo caminar en dirección al río, donde instantes antes había pasado la muchacha con la cual se acostaba, al poco tiempo tuve ganas de orinar, por las razones antes expuestas solo podía hacerlo agachado, por lo que me alejé a buscar un espacio ideal, pero en mi mente rebotaba la imagen de aquellos seres que se escabulleron vía al río, la curiosidad me tentó, por ello, me dirigí en esa dirección, me monte en una lomita tupida por los arbustos para observar bien a esos amantes furtivos, limpié la zona muy bien para mirar cómodamente como otras veces lo había hecho, colocando la colchoneta de foami para mi comodidad, estando inmerso en el espectáculo sexual, no me di cuenta que llegaron detrás de mí, dos hombres entre 19 a 22 años, uno sobrino de mis tíos, nieto del abuelo y el otro peón de la finca, el sobrino del tío se colocó inesperadamente encima de mí, propinándome sonora nalgada que me hizo dar un grito muy parecido al de una chica aterrorizada, en eso me tapó la boca inmovilizando todo mi ser, intenté batallar sin resultado alguno, el peón acercó su boca a mi oigo, diciéndome:
. – Te quedas tranquila, sin gritar o te corto la cara y todos se van a enterar que estás fisgoneando al abuelo, y que la vez pasada vimos al tío cogiéndote en el río. – dejé de forcejear, me dio vuelta por lo que quedé boca arriba, en total asombro ya que pude darme cuenta que ambos estaban desnudos de la cintura para abajo, el sobrino del tío sostenía mis brazos por encima de mi cabeza sentado en mis muslos, no podía moverme, ante mi indefensión sabiendo lo que sucedería lloraba mientras en voz baja les decía:
. – Por favor detente, no me hagas daño, suéltame, te prometo que no diré nada de esto, déjame ir.
El otro chico me tomó la cara con fuerza e intentaba introducir su lengua en mi boca, aun cuando era más fuerte que yo, no pudo hacerlo, en ese momento me arrancó la franelilla, dejando ver un top muy ajustado que usaba para ocultar mis pezones, el peón intento arrancarlo, pero es una tela de lycra muy resistente, por lo que la bajo a mi diminuta cintura que había quedado al descubierto, el sobrino del tío se lanzó a tocarme y mamar desaforadamente mis botones mamarios, mi llanto y suplica no les importo, luego el peón sostuvo mis manos y el sobrino del tío me quito el bermudas y el short quedando solo la minúscula pantaleta, expuesta mi aparente vulva mientras que me besaba y succionaba allí, a la misma vez que el otro absorbía hasta el dolor mis botones mamarios con escasas aureolas y no tan prominentes, al tiempo que me decía:
. – Te vamos a quitar lo machorra, para que te comportes como hembrita, estas muy rica gata, tengo años detrás de ti y no me paras bola, desde hoy vas hacer mi yegua, te voy a coger las veces que yo quiera y cuando yo quiera.
Ellos insistían en repetirme que el tío “M” siempre me cogía en el río y en el establo, que ellos desde hacía tiempo lo sabían y yo ahora era su hembra, se dedicaron a besarme y a tocarme por todos lados, por mi parte, yo llorando les rogaba que me dejaran en paz, que era mentira lo que decían entre el tío y yo, el sobrino del tío intentaba penetrarme vaginalmente, obviamente al ser tan estrecha esa abertura no podía, me hacía sentir mucho dolor, me maltrataba en su deseo de penetrarme, entonces en su desesperación e ignorancia le dijo al otro:
. – No quiere abrir la cuquita, la cerró, eran tan inexpertos a mi entender, que no se daban cuenta lo estrecho de mi abertura, pensando que eso se puede cerrar a voluntad, el otro le dijo:
. – Vamos a voltearla, no importa que cierre la totona igual la cogemos por ese culote tan sabroso.
Entre ambos me pusieron boca abajo sujetándome con mucha fuerza, mientras el sobrino del tío restregaba su pene erecto lleno de precum en mi cola, al mismo tiempo agregaba:
. – Estás muy bella, tremendo culo mami, te voy a coger, este culote está rico, te veo excitada, dime que te lo meta, que ya no eres machorra.
. – No por favor no lo hagas, déjame, suéltame por favor. – sin mediar palabras me propinó otra espantosa nalgada, me dolió un montón por ello grité nuevamente de dolor, me amenazó con darme un puñetazo y romperme la cara si volvía a gritar, el cansancio me invadía, no puse más resistencia, me asustaba la idea de más maltrato, llorando en silencio de pena, vergüenza y dolor, le dejé sin poner más obstinación, pude sentir cada centímetro que iba entrando en mí, como ignorantes y estúpidos que eran ambos, decía el sobrino:
. – Le gusta, mira cómo le está entrando, no cerró el culote, aparta esas nalgotas para ver.
. – No puedo guevón, están duras, es puro músculo, está apretadita y calientita, que rica está, ahora si se le va quitar lo machorra.
No se daba cuenta que me estaba haciendo daño, solo le importaba lo que él sentía, sus sensaciones de placer, era obvio que no tenían la menor idea de lo que el sexo anal mal hecho puede resultar tan doloroso y espantoso, no supo dilatarme, parecía una bestia desesperado en su mete y saca a profundidad, mientras que el otro lo apuraba, y le decía:
. – Javier apúrate, pero no le acabes adentro, después vengo yo, no quiero batir leche.
De pronto se vino dentro de mi completamente, sin importar el ruego del peón que le imploraba que no me acabara adentro, era obvio lo que sucedió debido a los espasmos que dejaba ver, el peón le insultó por venirse dentro de mí, al salirse, casi que instantáneamente el peón fue a lo suyo, me penetró con facilidad, pero brutalmente, su vaivén fue más prolongado, me besaba por todas partes, hasta venirse, pensé que todo había acabado, cuando «HF», hermano de «MA» (mi amiguito afeminado) hizo presencia diciendo:
. – Les dije que me esperaran, que bolas tienen ustedes. le acabaron adentro, me la cojo por la cuca así la preñe.
. – Ellos le dijeron a “HF” no vas a poder, cerró la totona.
. – Claro que sí puedo, no voy a batir leche.
Me volteo e intentó una y mil veces, tampoco pudo penetrarme por mi diminuta abertura por lo que volvió a colocarme boca abajo, desesperado también hizo lo que quiso, me di cuenta que todo fue previamente acordado entre ellos, los tres reían y bromeaban entre sí, diciendo que estuvo mal acabar adentro sabiendo que no estaban solos, luego agregaron que iban a bañarse para recuperar fuerzas y echar el segundo polvo, decidieron que el peón se quedaría cuidando que yo no me fuera, me acurruque abrazando mis piernas con mis brazos mirando a la nada, llorando de vergüenza y sentimientos de culpa, sin fuerza y sin nada que poder hacer, ellos reían cuando de pronto el abuelo con estruendosa voz gritó:
. – ¿Qué coño está pasando aquí?, saliendo disparados los tres semidesnudos, perdiéndose entre los arbustos, recogí mi ropa y traté de taparme lo mejor que pude, en eso el abuelo se me acercó y preguntó:
. – Cariño ¿te cogieron, verdad?, no llores mami.
Yo solo lloraba sin responder, pensando en que me había salvado de una próxima arremetida, me apenaba mucho estar como estaba delante de él, se sentó a mi lado siguiendo yo en la misma posición fetal, luego se recostó a mis espaldas, oliendo mi cabello, acariciando mis pechos y piernas, después se sentó nuevamente y me tomó con facilidad y suavidad, sentándome en sus piernas, acariciándome, tocando mi aparente vulva, mi ano, piernas, pechos, yo no sabía que hacer, le dije que por favor no me hiciera daño, que solo me quería ir y contar lo que me había sucedido y profirió:
. – Mi niña, nada de esto puedes contar, es muy peligroso, va a venir la policía, todos se van a enterar y nadie más nunca te van a tratar igual, me doy cuenta que esos desgraciados te acabaron adentro mami, déjame ver mi amor, ya no tenía fuerzas para luchar, no hice el menor intento de oponerme a él, sabía lo que vendría, era mejor que sucediera y ya, me cargó y llevó al río, entró conmigo en el agua sin quitarse el bermudas ni la franela, se detuvo a cierta profundidad donde él mismo me lavó con cuidado, yo sin dejar de soltarme de su cuello deje que me besara intensamente, luego me llevó donde antes había estado con la chica que comenté, era un colchón improvisado, se desnudó totalmente, se posó encima de mí, me dio un cálido beso de lengua que tuve que corresponder sumisamente, sus grandes manos abarcaron mi cintura tocando la punta de sus dedos entre sí, diciéndome:
. – Catira bella he soñado con este momento mi amor, tenerte para mí, hacerte mi mujer, eres bella, te pareces a tu mamá, lamento lo que pasó con esos muchachos, te prometo que lo arreglaré apenas los vea.
. – No por favor abuelo, ahora no quiero que nadie se entere de lo que pasó, fue mi culpa por seguirte a ti y a la muchacha, discúlpame, no sé porque ellos me hicieron esto, no puedo entenderlo, no les he hecho nada para que actúen así
. – Mami, yo sí sé porque lo hicieron, no lo entenderás, los hombres somos así pues, también supe que me seguías, igual que nos estabas viendo, oí tu grito y la nena que estaba conmigo dio por terminado todo diciéndome que oyó gritar a una chica, me dijo que fuéramos a ver, pero ella se desorientó tomando el camino equivocado, la seguí, estuvimos dando vueltas pero no dimos contigo, aun cuando yo si sabía dónde estabas, pero no quise guiarla para acá, por último, nerviosa pensando que pudieron verla me indico que se iba para su casa, si la hubiesen visto a ella primero, seguro le pasa lo mismo que a ti, nos separamos y vine a buscarte, por eso no llegue antes, pensaba que te habías caído o vistes algún animal y te asustaste, nunca me imagine lo que estaba sucediendo.
No dejaba de acariciarme delicadamente, advirtió mi excitación y sin más habladuría sus grandes labios se posaron en los míos, disfruté su hábil lengua en el interior de mi boca, me envolvió en sus fuertes brazos posándose encima de mi tiernamente, sus manos asaltaban con destrezas todas mi zonas erógenas, nuestros gemidos parecían un canto a la naturaleza, ya no había vuelta atrás, o lo hacía por las buenas o seguro iba ser por las malas, luego beso mis pezones un largo rato hasta bajar a mi pubis, allí se detuvo en mi pequeño penecito o casi clítoris y se sumergió en él, dándome extremo placer, hurgo en mi diminuta hendidura vaginal, diciendo que había un problemilla en la estrechez de mi conchita, pero que no pasaba nada, siguió un poco más abajo y al encontrar mi ano se lo devoró totalmente, supo que es mi zona explosiva de placer y orgasmos, se terminó de quitar la ropa interior, dejando al aire su morcilla bien erecta a mas no poder, para luego acostarse boca arriba y hacerme sentar en su boca y mis entrañas palpitantes deliraban de un placer inusitado ante la invasiva lengua, mientras, él se masturbaba asegurando mantener la erección, sin saber en qué momento sucedió estábamos en un gran 69, yo con su esbelto y fuerte pene en mi boca, igual le succionaba hasta arrancarle rugidos de placer, intentando que se viniera para evitar lo posterior, en uno de mis orgasmos me apartó y saco de su bermudas una crema con la que lubricó su pene y mi ano, para luego en la posición del misionero, estando encima de mí y con mis piernas a cada lado de él. me dijo:
. – Mami, confía en mí, sé lo que hago, cuando sientas molestia me dices y paro un rato hasta que te sientas cómoda, le dije que estaba bien, y comenzó a penetrarme con mucha sabiduría y experiencia, poco a poco, hasta que pude sentirlo todo dentro de mí, sus movimientos de cintura era todo un poema, rítmico, controlado unas veces y otras no, no paraba de besarme y arrancarme gemidos de verdadero placer, podía sentir sus testículos cuando rebotaban en mí, en una de esas giró y quede encima, jineteándolo, para luego volver a la posición inicial, yo debajo de él, en un momento indeterminado hubo el inevitable estallido de sus espermas dentro de mí, yo tenía mis piernas en su espalda, así duramos un largo rato, sudados a mas no poder, tanto así, que pude saborear su piel salada, su sudor caía en mi cuerpo, luego se derrumbó a mi lado y durmió profundamente una media hora, espere unos minutos y fui a bañarme al río, busqué mi vestimenta, la franelilla estaba rota, conseguí el bermudas pero no el pequeño short ni mi ropa interior, supe que se la llevaron, me coloqué el top nuevamente, me cubría muy bien pero no quería presentarme así, me senté a orillas del río, repasando lo sucedido, esperé a que el abuelo se despertara, cuando lo hizo se incorporó y fue al río, su miembro a cada paso se movía de un lado a otro, me preguntó porque llevaba puesto su franela y le comenté lo que pasaba, acordamos que al llegar cerca de las casas él iría en busca de mi amigo «MA», para decirle que fuera donde yo tenía mi equipaje para buscar una franela y entregármela, así lo hicimos, ante tanta gente nadie noto mi ausencia, por ello pase desapercibido, la marica de “MA” no cesaba de preguntarme con quien había estado, o si fue con el abuelo, eran un poco más de las seis de la tarde, comí y me uní a un grupo donde estaban cantando y tocando instrumentos musicales, en una de esas me percaté que el tío y el abuelo hablaban con los tres muchachos, me asusté sobremanera, pensaba que de un momento a otro podía ocurrir cualquier cosa y saldría a la luz todo, al cabo de un rato el tío me llamó aparte y me dijo que el abuelo le comentó lo sucedido y hablaron con los muchachos, ellos le dijeron que no pasó nada, que solo bromeaban conmigo, hasta que llegó el abuelo y se fueron corriendo, me di cuenta para tranquilidad mía que igualmente el abuelo no mencionó nada de lo sucedido entre nosotros.
Horas antes, mientras caminábamos del río a la reunión familiar, el abuelo me iba diciendo que no podía comentar nada de lo sucedido, que yo debía entender que estas cosas sucedían muy a menudo, también me preguntaba porque no me comportaba como la chica que era, que debía ser más femenina, que yo era una chica muy linda con grandes encantos que volvía loco a cualquier hombre, que me diera cuenta y pensara que al querer parecerme a lo que no era me traía muchos problemas, al mismo tiempo que me hablaba y caminaba no dejaba de tocarme, me daba una que otra delicada nalgada o me cargaba nuevamente excitado queriéndome besar, me imploraba:
. – Mami quiero echar un rapidín más por favor, no estoy satisfecho, no me dejes así, no seas malita con el abuelito, mira cómo se puso el “loco” bien duro otra vez, quiero hacerte mía, desde ahora serás mi mujer, te voy a cuidar y mimar mucho mi cielo, anda compláceme.
. – Abuelo, no quiero saber más nada de eso, me siento mal, por favor, no insistas, ya estuvimos juntos, de verdad no quiero.
. – Viste que, si eres una nena, así son las mujeres, como que no les gusta el sexo, se cansan muy rápido, pero nosotros no somos así, queremos singa a toda hora, mira como estas mi amor, eres muy linda y estas muy sabrosa, por favor, te prometo que será rapidito.
En una de esas me sujetó fuertemente, como desesperado y malhumorado, intentando bajarme el bermudas, diciéndome:
. – Tú no te gobiernas carajita, te voy a coger otra vez y listo, eres ahora mi mujer, no me vas a dejar con el guevo “parao”, entiende que ahora eres mía, soy tú hombre o te cojo o me mamas el guevo, ¿Qué prefieres?
Con los ojos húmedos de la impotencia y el desconcierto de su repentino cambio, le balbuceé:
. – Abuelo suéltame me haces daño, ¿no entiendes? no quiero nada, tapé mi cara sin entender y comencé a llorar desconsoladamente.
Espontáneamente mis lágrimas brotaron ante su actitud tan violenta, parece que por mi llanto reaccionó, se dio cuenta lo que me pasaba, soltándome de inmediato y disculpándose, asegurando que no volvería a pasar, que le perdonara su comportamiento violento, me cargó en vilo besando mis lágrimas quiso mostrarse tierno y comprensivo en su tosco hablar, diciendo:
. – Mami, disculpa, no soy así, tú no entiendes que los hombres nos enfermamos sino lo hacemos, se nos hinchan los testículos, nos duelen, y más si tenemos una mujer tan bella como tú, pero está bien, te entiendo, tengo el guevo parao y me duele, esto se llama cojonera, no sé cómo las mujeres no entienden, necesitamos coger mi cielo, yo quiero entenderte, pero entiéndeme tu, ok, tu ganas, voy a masturbarme para no enfermarme.
Me colocó con delicadeza en el suelo y comenzó a masturbarse violentamente, me parecía que se hacía daño, primera vez que veía algo así, no salía de mi asombro, su cara se desfiguraba y sus movimientos eran violentos, creo que le producían dolor y placer al mismo tiempo, hasta que por fin vi sus mecos saliendo disparados, se le notaba muy agotado, transpiraba y bufaba hasta que fue calmándose, luego le vi orinar, yo solo miraba porque muy pocas veces había visto orinar a un hombre, cuando término me pareció que acomodaba su pene en el interior de su ropa, mi impresión era mayúscula, pensé miles de cosas sin tener respuestas a mis interrogantes.
Luego de eso llegamos a la reunión donde estaban cantando, momentos antes “MA” me dio lo encomendado, toqué la guitarra un rato hasta que alguien me la pidió, en un momento de la noche estando sentado en el piso oyendo las canciones y pensando en lo ocurrido durante el día, «HF» se hizo lugar y se sentó a mi lado, al momento me dijo:
. – ¿Sabes una cosa corazón, damos una vuelta?, me debes una. – Me levanté diciéndole:
. – Eres un sádico estúpido, no te debo nada, déjame en paz. Me jaló por la muñeca y me hizo sentarme.
. – Si me debes culona, le diste totona al abuelo, lo vimos todo, como te gusta que el viejo te coja, con nosotros cerraste esa cuca, pero esta noche me das cuca por las buenas o por las malas, quiero cogerte como el viejo lo hizo, ya sé cómo te gusta que te traten, quiero cuquita también, parate de esa vaina y vamos a mi casa.
Estaba muy agresivo, algo tomado, quise herirlo sabiendo que a los hombres les atormenta el tamaño del pene, le dije:
. – Lo tienes chiquito y feo idiota, espera que te crezca más para que te creas un hombre.
Se levantó de golpe muy ofendido, salí a la carrera, me fui de inmediato sin decirle más nada, casi me golpea, busqué el refugio de papá y mis hermanos, allí sabía que no me haría daño, bastó para que esa noche no me buscara más, el tío buscó la forma de llamarme para decirme que dormiríamos juntos en la casa del abuelo, que ya todo estaba arreglado, el tío «P» también me había dicho que me esperaba en casa de su papá (El abuelo), un primito de mi edad insistía en que me quedara en su casa, porque quería hacer cositas, en fin, el asedio varonil estaba en puerta, no quería saber de hombres, por ello decidí dormir con mi madre, los hombres se quedaron departiendo, jugando dominó, bolas criollas, tomando licor, cantando y oyendo música, la mayoría de las mujeres se fueron retirando a descansar, me daba cuenta por los gestos de ofensas que los chicos se molestaban con sus novias porque estas se retiraban, pienso que los hombres y las mujeres son muy distintos, ellos por lo general como que tienen el sexo metido entre ceja y ceja, mientras que ellas no tienen esa efervescencia sexual tan manifiesta.
Al otro día como a las siete de la mañana nos levantamos, aseamos, y al salir del cuarto me di cuenta que en la casa solo habían puras mujeres y algunos niños pequeños, hicieron café, desayunamos, comentaban lo del día anterior como la habían pasado y lo que harían este día, en una de esas mamá nos dijo a mis hermanas y a mí para ir a ver dónde estaba papa y mis hermanos, salimos con otras tías y primas prestas a saber dónde estaba sus maridos y sus novios, fuimos directo a la churuata, pues estaban todos allí, incluyendo a dos de mis violadores, la mayoría de los hombres dormidos, en algunas hamacas, en muebles, sentados en el piso y recostados en la pared, a lo lejos divise a «MA», saliendo de la casa del abuelo, era obvio lo que había pasado entre ellos, mis hermanas tomaron fotos divertidas en las distintas poses que tenían, otros dos sentados oyendo música llanera pero en total estado de embriaguez, cuando nos vieron soltaron una carcajada sin sentido, los acostamos en unos muebles y ante tal desorden mamá repartió las tareas de limpieza, dijeron que harían una buena sopa para la resaca que evidentemente mostraban todos allí, pero que para no despertarlos se haría en el río para bañarnos y departir allí, fuimos a la casa, montamos las cosas en una camioneta para dirigirnos al río.
CONTINUARÁ
Como sigue?
Excelente relato.. como sigue?
Como sigue? Necesito mas…
como sigue?
Uff.. me encanta esta historia… Ojala pronto subas mas.
Gran relato…Como sigue? Necesito de esta historia… 💦💦
Excelente historia, me mantuviste muy interesado en la lectura, hiciste una buena descripción de tu condición física, no sabía que les llaman Intersexual, espero que sigas contando tus experiencias y es luchar por ser hombre y no mujer, no me gusta como te trataban como un objeto sexual,
Saludos en espera de mas
Enryal, gracias por tu comentario, la intersexualidad es una condición biopsicosexual, poco conocida, hoy día hay mucho material literario al respecto. Gracias…
Buen relato.