El vicioso de la calle
Bajo mi bragueta y metió sus dedos para sobarme la verga sobre el boxer, quería sacarla pero no podía porque el pantalón era algo grueso y ajustado.
Hacía mucho frío pues era invierno la ciudad de México amanecía con 8 grados, yo estaba temblando de frío pero debía levantarme temprano porque me tenía que alistar para mi primer día de trabajo.
Pues conseguí un trabajo temporal por las vacaciones decembrinas, quería comprar una consola pero como algunos sabrán mi economía en ese entonces no era la mejor de todas así que buscando por internet encontré una oferta de trabajo como repartidor de garrafones de agua en pequeños cochecitos, un moto carro pero con 4 ruedas.
En México el agua de la llave no es recomendada para su uso ya que no es tratada al cien por ciento, para ello hay empresas que embotellan el agua potable y la venden, yo sería un repartidor de garrafones de agua para abastecer algunos abarrotes o pequeños comercios de mi zona, como era un coche pequeño no tuve problema para manejarlo y es que a mis 17 años aún no podría obtener una licencia de conducir pero gracias a mi físico aparentaba de mayor edad, media 1.75, cabello castaño ondulado, tez clara, velludo.
Al llegar al lugar de trabajo mi jefe me dió una lista donde podía observar los comercios en dónde abastecería y me dió una gorra de color azul ya que era del logotipo de la empresa, yo estaba algo molestó porque no me gustan mucho pero me dijo que era para que me viera más mayor de edad y no tuviera problema con la licencia de conducir, termino por gustarme ya que me hacía ver más varonil.
Antes de irme me comentó que ese día trabajaría el turno matutino pero que al día siguiente debía cubrir a un compañero por la tarde y que tuviese un poco de cuidado por el último tramo de reparto ya que a veces habían viciosos que piden dinero, parti un poco nervioso a realizar mi labor.
Todo la jornada transcurrio de forma normal y sin contratiempos pero me percate de que en efecto había un par de viciosos en el parque, se encontraban dormidos asi que no me preocupe por dejar el cochecito mientras descargaba los garrafones para entregárselos al dueño de la «tiendita» (abarrotes de comestibles) . Regresé al depósito de garrafones para terminar por ese día mi jornada, le entregué las llaves del cochecito a mi jefe y me fui a la casa.
Al siguiente día me levanté un poco más tarde por lo que me dió tiempo de ir hacer ejercicio, al llegar a mi casa trate de bañarme pero no había agua, menudo coraje hice porque eran pocas veces que podía bañarme sin interrupciones y es que estaban lavando los tinacos de la unidad habitacional. Seguí alistándome, ese día utilice un pantalón estilo straight color azul marino, como yo entrenaba en ese tiempo las piernas, los muslos en general estaban más fuertes y a eso le agrego que tengo unas pantorrillas bastante llenitas pues ese pantalón me quedaba bastante bien.
Agarre la playera que me regaló mi hermano meses atrás, era una camisa de forro polar con botones manga larga de color verde musgo y negro. Use unos boxers ya bastante desgastados, eran negros pero por las lavadas diarias estaba roto de la parte izquierda de mi pierna pero aún me aguantaba pues toda mi ropa interior se encontraba secándose y no pude cambiarla.
Realice todos las entregas como estaba establecido en la ruta pero me faltaba la última, tenía algo de temor porque los viciosos de esa zona son agresivos algunas veces, todo depende de que tan drogados estén. Llegué a esa última tiendita del recorrido, para entonces ya eran las 10 de la noche, pude darme cuenta que ya los viciosos andaban drogándose y veían quien pasaba para pedirles dinero.
Baje a descargar los 5 garrafones para el cliente, mientras los cargaba note como un vicioso del otro lado de la calle me veía, me asustó ya que no sabía si estaría tramando algo para pedirme dinero o en el peor de los casos asaltarme, yo me apresure y descargue los últimos garrafones de agua, encendí mi cochecito y antes de partir ya tenía al vicioso en mi ventana:
V: oye carnal no tienes una monedita que me regales?
«Que crees que no carnal no tengo, ahí para la otra va?»
V: como eres así conmigo, mira como estoy, tengo hambre y tú te ves así todo arreglado y guapo se ve que te va bien en la chamba
Yo insistí en que no traía nada así que el se aparto de la ventana y arranque el carro pero para mí mala suerte a la vuelta del parque me quedé parado, no se que le sucedió al cochecito que no arrancaba, cuando veo por el retrovisor me percató que venía de nuevo ese tipo hacia mí.
El vicioso tendría unos 35 años, delgado como suelen estar por las drogas, con unos arapos, su color de piel era morena y sus ojos profundos. La verdad si me daba miedo pues no sabría si vendría con alguien más o cargara alguna arma blanca. Trate de estar tranquilo:
V: híjole mi buen, te quedaste paradito aquí en la oscuridad verdad?
Entre la calle solo se encontraba el parque y una fábrica pero estaba abandonada con un poste de luz que parpadeaba y apenas podía alumbrar muy atenuada la mitad de la calle.
Le respondí:
«Que paso carnal me vienes ayudar?»
V: no carnalito yo no le se a esas chingaderas, solo se mover la palanca y no la de los autos
Empezó a reír de una forma frenética, se notaba bastante drogado para estar en esas condiciones.
«Jaja tonces solo mueves estás palancas verdad?» y me agarre el bulto para seguirle el juego mientras mandaba mensaje a mi jefe por medio del celular diciéndole que me viniera alcanzar que me quedé parado, estaba nervioso pero no deje que se me notará tanto.
V: órale de esas si te las ando manejando carnalito, oye entonces que no traes ahí un 10
(Se refiere a unos $10 pesos, unos 50 centavos de dólar) que generalmente lo piden como una pequeña cuota para que te dejen en paz en ese momento.
Mientras el recargaba su antebrazo sobre el marco de mi ventana que estaba con el vidrio bajado, pude notar de reojo como me observaba con una mirada acosadora.
«Déjame ver si tengo carnal»
Metí mi mano hacia el bolsillo derecho para ver si encontraba una moneda que por casualidad aún me sobrará pero para mí mala suerte no encontré ninguna.
«Hijole compadre no traigo, me agarras ahora sí que sin nada de efectivo»
Al momento de que el vicioso escuchó eso se empezó a comportar agresivamente:
V: ah cómo no vas a traer mijo, si yo te basculeo y te encuentro dinero que te hago?
Basculear es revisar sin tu consentimiento.
«No pues ahora sí que no se carnal te estoy diciendo que no traigo»
V: a mí se me hace que si traes, o dame esa playera que traes puesta, se ve nueva
«Que no carnal mira basculeame no traigo nada»
Estiro su mano y empezó a tocarme el bolsillo derecho, le dió unas 3 palmadas y luego procedió a meter su mano sucia a mi bolsillo, sentí como me palpaba la pierna y luego me pellizco suavemente para sentir si no traía alguna moneda. Al momento de hacer eso, me pellizco el boxer también y recorrió con sus dedos el borde de mi boxer que podía entre sentir, luego saco su mano del bolsillo y de pronto me dijo
V: Y aquí que traes
Me agarró el bulto que se me marcaba sobre el pantalón y me lo sacudió un poco para luego decir
V: Vendes chicles o porque traes ese paquete ahí
Mientras se reía y sus ojos delataban otra intención.
«Es la palanca que sabes mover jaja »
Le conteste de forma sarcástica para amenizar el momento y ver me dejaba en paz.
El continuó sobándome el bulto, me encontraba confundido ya que creía que me atracaría o llamaría algún cómplice suyo. Lo mire a los ojos y el miró los míos, seguía sobándome el bulto, mi boxer empezaba a frotarse al ritmo de su mano, su palma era algo gorda. Sentía como mis huevos se hacían a un lado y al otro con los movimientos que hacía de un lado al otro.
V: te está gustando cabron, que te la mueva?.
V: Dime!!! si te está gustando o no hijo de tu puta madre!!!
Me di cuenta que era una persona peligrosa pues estaba completamente loco, sus ojos desorbitados mostraban perversión y no creo que fuese a razonar a menos que le diera lo que en ese momento estaba buscando.
«Ah jeje que paso te gusta mover palancas verdad?»
V: vienes bien pinche caliente verdad wey
«Jeje algo algo» le contesté en forma nervioso pues la situación me estaba calentando, de saber que estaba siendo abusado de esta manera pero a la vez cauteloso por qué no sabía cómo reaccionaría está persona en las condiciones en las que estaba.
V: «Mira esta camisa bien abotonada wey, haber déjame sentir la tela»
Introdujo su mano por una abertura que se formaba en la unión de los botones y fue tan la fuerza con la que metió su mano que me desabotono, tirando mi botón por los pedales.
«No mames we mira como dejas mi camisa»
V: ira esos pelos que te cargas, ay papá!
Sentía como su mano áspera y rugosa se iba deslizando por mi pecho derecho, me estaba acariciando los vellos, me apretaba los pectorales aunque lo hacía con mucha fuerza a la vez que seguía masajeando mi bulto en forma circular y lentamente lo que hizo que mi pene comenzará a erectarse.
V: ira, ya vienes bien pinche fierrudo, que pedo wey
Me lo seguía repitiendo como grabadora, saco la otra mano de mi abdomen donde lo estaba acariciando y empezó a desabrocharme el cinturón, el sonido que hacía la hebilla al ser desabrochado me exitaba.
Bajo mi bragueta y metió sus dedos para sobarme la verga sobre el boxer, quería sacarla pero no podía porque el pantalón era algo grueso y ajustado de esa parte. Podía sentir sus dedos tratando de descubrir mi verga del boxer pero por más que lo intentaba no lo conseguía y eso me empezó a prender, se me disparó una adrenalina y lo ayude desabrochando mi botón.
«Mira este fierrote, ya estás bien duro mijo»
«si le metes velocidad a esta palanca?» Le respondí ya en un tono más cachondo.
Procedió a masajear mi bulto sin responderme, se veía tan hipnotizado por mi verga que se remarcaba y vio que tenía roto el boxer del lado izquierdo:
V: haber ese fierrote
En eso me agarra de ese lado del boxer y me lo rompe con una fuerza que hizo que me moviera, el carro se tambaleó y dejo mostrar mi verga preseminando, escurriendo una gota que llegó a mis testículos. Un fino brillo en el glande gracias a mi presemen, empezaba a llegar el olor a mi pene sudado.
V: Te huele bien rico carnal, haber así quédate
Bajo su cabeza pero no para chuparmela si no para oler mi verga, sentía su nariz muy cerca, mi glande se puso más rojo y grueso, la presión y tensión era tanta que estaba a punto de venirme, en eso el empezó a masturbarme, su pulso era inestable y hacia que me vibrara la verga.
«Ahhhh, ahhhh me vas hacer venir wey»
V: Pinche fierrote que te cargas wey, que pedo, irá
«No mames wey aaaahgg»
Empecé a disparar los chisguetes de semen pero como el sujeto me la seguía jalando a la vez que apretaba al momento de bajar y subir hacia que siguieran saliendo disparados como proyectiles que caían en el techo del carro y uno de ellos me impacto en la cara.
«Este wey si sabe no mames» le respondía con la voz entrecortada
El seguía jalandomela hasta que vio que dejó de salir la última gota de semen, me la sacudió a los lados lo que hizo que el semen cayera en el sillón del copiloto y en la manija de la puerta. Estaba tan extasiado que ya la preocupación por ser asaltado había desaparecido.
V: se ve que estás bien pendejo porque no te la jalas mijo?, irá como me dejaste la mano llena de tus mecos .
Echaba a reír como si le hubiesen contado la mejor de las bromas, pero entonces se escuchó el sonido de una sirena, era una patrulla que venía dando la vuelta para incorporarse a la calle donde estábamos.
V: Bueno mijo ahí me das mis 10 para la otra porque ya vienen tus compadres
Saco su mano de mi verga y se apresuró a salir de la escena, yo rápidamente me subí la bragueta y abotone mi pantalón pues mi boxer había quedado echo trizas, mi playera la intenté fajar pero seguia semi abierta, me limpie con mi mano el semen que me cayó en la cara y me me lo embarre sobre la playera sin darme cuenta.
La patrulla paso justo al lado mío, me preguntó que estaba haciendo a esas horas por ahí, le expliqué que algo paso con el motor y me dejó parado, el oficial se bajó para ver ver qué todo estuviera en orden y me dijo
Oficial: todo está bien joven, salvó el olor a pescado, mire si no quiere tener problemas no se jale el ganso aquí, vea como dejo el techo de su carro y su playera jajaja aguantese joven, no le digo?.
» si oficial disculpe es que ya sabe cuándo nos agarra el deseo es difícil no contenerse, lo siento no volverá a pasar.»
Oficial: ora pues joven.
Se subió a la patrulla y siguió su recorrido, poco después llegó mi jefe en su moto con unas herramientas para ajustar una pieza del motor que se le había olvidado comentarme que a veces hacia eso el carro pero con una llave bastaba para que arrancará nuevamente.
Cuando arranque el carro y avance al llegar al final del parque ví al vicioso nuevamente riéndose como loco mientras se lamía la mano con la que me había sacado toda la leche. Mi jefe me dijo al lado mío montado en su moto
«Quien sabe que se está comiendo ese pinche vicioso, ha de estar tan bueno para que se ria de felicidad»
y le respondí riendo:
«Mientras se le calme el hambre a ese vicioso es lo importante»
¡Qué rico! Precisamente una de mis fantasías es llegar a oler un pene. Cada vez que imagino oliendo ese olor de hombre y mezclado con orines me resulta muy excitante.