Entre primos (parte 3 final)
Parte tres de los dos primos follando.
Por la noche, mi primo y yo bajamos a cenar ya que mi padre había llegado del trabajo y cocinado, comimos tranquilos como si nada hubiera pasado.
Al terminar de comer le pregunté a mi padre si Luca se podía quedar a dormir y el accedió, ya que casi nunca se quedaba nadie en casa.
Nos pusimos felices porque sabíamos que la íbamos a pasar bien esta noche. Más tarde, como a las una de la madrugada, Luca y yo nos acostamos en la cama para dormir. Los dos estábamos en boxer con una musculosa ya que hacía calor. Nos acostamos para dormir hasta que me puse de costado y sentí algo duro apoyándose en mi culo… Era la verdad de mi primo, que para que no se baje comencé a mover mis nalgas de arriba a abajo para provocarlo aún más.
—Creo que alguien todavía no se quiere dormir. —Le dije mientras presionaba mi culo en su verga.
Él extendió su brazo hacia mi entrepierna y comenzó a tocarme sobre el boxer, mi verga también estaba como una piedra y pedía a gritos salir de mi ropa interior.
—No hagamos ruido… —Dijo Luca un poco asustado, ya que la habitación de mi papá estaba frente a la nuestra.
—No te preocupes, le dije calmado. —Cuando todo se ponga mejor, te olvidarás de lo que pasa en nuestro alrededor.
Fui abajo de las sábanas hacia la verga de mi primo y comencé a lamerle el boxer y a masturbarlo sobre él. Mi verga quedó sobre su cara, así que me quitó el boxer y comenzó a frotar mi verga por sus labios. Yo le quité el boxer y comencé a lamerle la punta haciéndole círculos con mi lengua, su pene estaba por estallar.
Él comenzó a lamer mis huevos y todo mi pene, yo me introduje todo el suyo en mi boca y comencé a hacerme una auto follada, él lo mismo. Fue nuestro primer 69… Él se corrió dentro de mi boca y yo también, nos tratamos todo. Me paré sobre él y comencé a masturbarme en su cara, toda mi leche salió y manchó sus labios. Él lamió todo sin desperdiciar nada.
Después, Luca me tiró a la cama en cuatro y me empezó a chupar el culo, me pegaba y apretaba las nalgas, para luego meter toda su verga dentro. Me tapé la boca y comencé a sacar lágrimas de mis ojos, nunca me la habían metido. Él me follaba con fuerza y me golpeaba, gemía con placer hasta que se corrió en mis dos nalgas, yo me quedé acostado con el culo para arriba, ya que sentía dolor y placer a la vez. Mientras él se acostó a mi lado con los ojos cerrados debido al placer que sintió…
Esa fue la última vez que lo ví, luego creció y formó una familia y se mudó de país, mientras que yo, ahora a mis 29 años, pienso en él y me masturbo imaginando todos los momentos que pasé junto a él.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!