ESCLAVO DE MI PRIMA!!! ÌUUUJUUUU!!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo era un chico adolescente de lo más engreído, y viviendo practicamente siempre solo en casa pues mis padres vivían viajando, un buen día me entero que mi hermosa prima de mi misma edad vendría a vivir en casa, y mi rabia por venir ella a mi dominio exclusivo, fue inmensa.
Pero mi prima desde que llegó, me puso a sus pies.
Fue tremendamente superior su fuerza sobre mí, y ya desde el primer día la cosa quedó clara :
YO, IBA A SER SU ESCLAVO.
Estaba yo solo cuando ella llegó, y de entrada le dije que ella tendría que obedecerme, y ella se largó la carcajada en mi cara y ya nos agarramos en una lucha cuerpo a cuerpo y mi prima me dominó en menos de medio minutito y me arrancó lo único que yo tenía puesto que era un short, dejándome ahí nomás completamente desnudo y sacándose sus medias me maniató y ahí empezó a torturarme.
O sea que a los tres minutos de llegar, ya me tenía desnudo, atado, y torturándome.
Empezó a apretarme los huevos haciéndome aullar de dolor y yo poataleaba desesperado mientras ella reía y me preguntaba si deseaba yo someterme a ella o si prefería seguir sufriendo su tortura.
Ay! qué desdicha la mía! No tuve otra cosa que elegir, y.
mientras ella reía preguntándome si quería seguir sufriendo o me entregaba sumisito a ella para ser por siempre su esclavo, sintiendo su mano en mis huevos y apretándomelos.
no pude resistir más y le dije:
-"Acepto, Gladys, acepto!!!" Mi prima se largó la carcajada, y sin desatarme, comenzó a humillarme gordamente haciéndome cumplir todo lo que se le ocurría hacerme cumplir, pero antes de empezar a hacerme de todo, me dijo todo lo que me iba a hacer:
-Primero, te voy a montar y vas a pasearme montada en tus hombros así desnudo, y vas a llevarme por todo donde yo te haga ir conmigo montada encima tuyo.
después, cuando estés bien cansadito, me vas a lamer bien los pies.
bieeeen lamiditas me vas a lamer las patas.
después, me vas a lamer la concha.
bieeeennnn lamidita también.
y el culo.
bieeeennnn lamidito me vas a lamer el culo!!! Y después, te voy a empezar a pajiar, y te voy a hacer saltar tooooda la leche.
y te voy a volver loco a cosquillas, y vas a saber lo que es ser esclavo caliente de tu prima!
Así que ahorita.
¡voy a montarte!!!
Y empecé a llevarla montada sobre mis hombros, mientras ella reía a carcajadas paseando encima mío caliente y desnudo, y me toqueteaba los huevos y el chorizo con sus pies mientras iba en mí acaballada, y yo veía ahí contra mi cara sus hermosas piernotas gordas y mi calentura me ponía como un burro caliente.
Mi suerte ya estaba sellada.
súbitamente me invadió una especie de pasión como masoquista disfrutando imprevistamente lo que comenzaba a pasarme con mi dominante prima, y aquello pasó a transformarse en una loca fiesta donde tanto ella como yo, comenzamos a gozar iniciando un vivir de continuo relajo donde el sexo a troche y moche se entreveraba con su manera dominante sobre mí, y mi placer de éso así gozar, y ella gozar así teniéndome.
Cojíamos como descosidos.
por cualquier parte de la casa y a todas horas.
mi pija vivía entre sus manos y adentro de su boca, su coño o su culo.
hacía lo que quería conmigo y le encantaba ver cómo me hacía saltar la leche a chorros.
Continuamente casi, vivía calentándome.
provocándome con sus encantos que eran despampanantes.
Yo llegaba a aullar de locura y placer, y ella se largaba las carcajadas así viéndome.
Solía amarrame a la cama -obviamente desnudo-, y someterme a larguísimas sesiones de cosquillas enloquecedoras con folladas y pajas y todo lo que a ella se le antojara hacerme.
Yo, era su juguetito.
¡su esclavo!
Le encantaba cabalgarme follándome como energúmena.
Subía encima mío así amarrado en la cama, y comenzaba a cabalgarme embutiéndose mi verga en su coño o su culo, y subía y bajaba encima mío con ritmos de frenética locura amasándome horas enteras, en las que yo acababa vez tras vez, entre mis gritos y sus carcajadas.
Años, años me tuvo así mi hermosa prima.
!
Hoy, pasados los años y recordando yo aquéllo, dificilmente pueda olvidarlo así viviera mil años.
¡Qué tiempos aquéllos, cuando me tocó ser esclavo de mi prima!
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