Esclavo de una menor. Parte 2
Perdón por demorarme tanto en subir la segunda parte del relato que inesperadamente ha tenido tantas visualizaciones. Salomé me ha quitado mucho tiempo estos días y es dificil escribir así. Agradezco sus comentarios.
Ese primer día pasó todo con plena tranquilidad: aprendí algunas reglas que ella pactó, aunque no me acostumbré a no excitarme y parecía que a ella le molestara muchísimo sin embargo disfrutaba la situación.
S:Trae mi bolso, que voy a enseñarte nuevas cosas.
Fui Gateando por el bolso, que para cargar con los dientes, pesaba como 2 toneladas, se lo entregué y ella lo inspeccionó mientras que yo estaba de pie como lo había ordenado. Empezó a sacar las cosas que había dentro para ponerlas encima de la cama.
S:Estoy harta del colegio, eso no sirve para nada. Voy a enseñarte una vez, solo una vez, a qué materia corresponde cada cuaderno para que inicies también tu función de hacerme las tareas.
Esto era excesivo -o no- ahora quería hiciera las tareas del colegio por ella.
Empezó a mostrarme y referenciarme por materias: matemáticas rosita fresita, ciencias sociales el que tiene estampación rosada, naturales el mandala de fondo blanco, y así sucesivamente
S: cada día, vamos a llegar del colegio vas a desvestirme, y darme un masaje en los pies mientras calienta el almuerzo, lo trae y cuando yo le ordene va a hacer las tareas que me dejen, dependiendo del orden que yo le diga. Por eso es importante que se aprenda los cuadernos para que no pierda tiempo. ¿Entendido, basura? – dijo con una Sonrisa.
Yo: Si, ama. Muy claro
Me ordenó adorarle los pies (masaje, besos y lamidas) y estuve en eso como 2 hasta que llegó la hora de irse a su casa antes de que sus papás llegaran.
S: agradece que vine a mejorar esta pocilga de casa.
Yo: Muchas gracias por su presencia, Señorita, su presencia ilumina y mejora su casa y la vida de su esclavo.
Durante el resto del tiempo, no pude concentrarme en nada, no comía ni dormía pensando en la situación
Al día siguiente me levanté temprano para tener limpia y lista la casa, de nuevo estuve fuera del colegio a las 11:15 am esperando por ella. Salió con unas amigas, y desde que me vio tenía un semblante rudo, pero a la vez era tierna con sus amigas, me asusté de que pudiera aparecer con ellas (que eran menos guapas) pero por fortuna para mí, se despidió de beso en la mejilla de ambas, esperó que se fueran y cruzó la calle para encontrarme. Le dí un beso en cada mano con delicadeza y entrega, y está vez no tuve miedo de mirar a los lados, y le recibí su bolso.
S: hoy también subiremos en Taxi, espero que la casa esté reluciente.
Tomé el taxi, le abrí la puerta y luego subí yo. No levantabamos sospechas porque yo parecía el papá o el hermano sin problemas y ella estaba animosa, como una tierna niña de su edad. Llegamos a la casa, ella abrió la puerta entró y me dijo
S: desde hoy siempre igual: inmediatamente cierre está puerta usted se pondrá de rodillas para quitarme el uniforme, luego se desnudará y se presentará para recibir las órdenes.
De inmediato me puse de rodillas, y amorosamente empecé a quitarle el jumper con mucho cuidado mientras ella estaba de pie, una vez me deshice de él lo olí muy bien, dejando que se impregnara cada partícula de su aroma en mis narices (aprovechándome de su órden) y cuando abrí los ojos la vi sonriendo como extasiada con la situación, luego le quité la camisa blanca para lo que tenía que ponerme en pie e hice lo mismo Oli cada parte de esa camisa: el cuello, las axilas, los botones, toda, y la dejé muy bien doblada sobre la mesa. Pasé inmediatamente a mi segunda parte favorita: los zapatos, estos sí que los Olí con gracia, con fervor, con paciencia, ver cómo se me paraba el pene con su olor parece que le agradaba mucho, me estaba tomando mucho tiempo así que entre risas interrumpió mi momento especial
S: prometo que mañana sudo más, así puedes disfrutar más, que parece que te gusta bastante bastardo.
Luego le quité las medias, que aunque me gustaba el aroma y sobretodo la sensación, no era de mis favoritas y luego, por supuesto Seguía mi cuarta parte favorita de la que estaban compuesto el uniforme escolar de diario: su short oscuro. Sin embargo me advirtió
S: será un premio, solo doblalo y ponlo sobre la mesa.
Se fue para la habitación, encendió el televisor y puso una serie mientras yo iba a la cocina a poner a calentar el almuerzo y al regresar me puse a adorarle los pies mientras ella, con ese cuerpecito pequeño, apenas formado, estaba en ropa interior: un pequeño acostumbrador de bra de color blanco que le cubrió lo que apenas estaban convirtiéndose en senos de mujer, con unos pezones que a veces se endurecían breve pero visiblemente; y unos diminutos cacheteros también blancos, que sí resaltaban unas nalgas que aunque pequeñas por la edad, muy formadas, fuertes, marcadas, que perfectamente podrían hacerse pasar por unas nalgas de una adolescente de 15 años. Cabe resaltar que así, recostada en la cama boca arriba, se le veía y resaltaba el abdomen plano y tonificado que tenía mi ama, con la representante línea que es capaz de formar el gimnasio pero que, seguramente, en esta pequeña se da solo porque es bendecida.
Comenten para parte 3 pronto.
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