ESCLAVO DOMESTICO: DISCIPLINA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
ESCLAVO DOMESTICO: DISCIPLINA
Era una mañana muy fría de invierno, llevaba la calefacción encendida en el interior de mi coche. No era un viaje largo pero tardaría al menos dos horas en llegar a mi destino, iba a casa de una mujer dominante que había conocido dos semanas atrás en la famosa fiesta fetish que celebró LadyMargaret. La fiesta fue todo un éxito, acudió una gran cantidad de personas, conocí a bastantes personas tanto dominantes como sumisas e intente ser participativo pero llegue a la conclusión que era un desastre y estaba bastante verde como sumiso, necesitaba mas experiencia y comportarme de diferente manera, todavía estaba muy lejos de ser un buen sumiso, hice el ridículo en diversas ocasiones por mi torpeza, algunas Amas se burlaron de mi, otras me ignoraron y otras como MistressPain me reprocharon mi comportamiento y actitud, llevándome una gran reprimenda por su parte, aunque al final terminamos charlando y ella me hizo una oferta que no pude rechazar, me ofreció la posibilidad de aprender a ser un buen sumiso a su lado, lo que desconocía era lo estricta y dura que podía llegar a ser en su entrenamiento, lo que para mi era aprendizaje para ella era disciplina.
Estaba deseando llegar a mi destino aunque estaba muy nervioso ya que conocía el carácter de mi futura tutora, una mujer muy seria y estricta, dudaba si estaría a la altura de lo esperado. Tras algo mas de dos hora llegue a la dirección indicada, era un pueblo pequeño y acogedor y no me costo demasiado trabajo encontrar la casa. Paré el motor del coche justo a la entrada del número que me había indicado y me baje completamente nervioso, tome aire fresco y me decidí a llamar al timbre que había a un lado de una gran valla metálica. Desde fuera se apreciaba una amplia casa con un bonito jardín. Esperé nervioso al otro lado de la puerta, escuche unos pasos y me abrió la puerta MistressPain, con su mano me hizo un gesto donde me invitaba a pasar a sus dominios.
MistressPain me superaba notablemente en edad, cabello rubio muy cortó, rostro serió con una mirada directa que te traspasa y un tremendo carácter dominante que la define. Físicamente es más bien de tamaño grande, ancha de caderas, algo obesa con unos brazos amplios y fuertes. En cuanto Su personalidad esta claramente definida como una mujer dominante, estricta, dura, amante de la palabra disciplina y obediencia , con una larga experiencia que la avala como Mistress severa e implacable que no duda un segundo en aplicar uno de sus muchos castigos y recursos para conseguir se cumpla su orden y palabra. Los limites los marca ella a su manera y antojo aplicando severos castigos ante la desobediencia o falta de respeto hacia ella como pude comprobar.
Su casa era preciosa y grande, decorada con muy buen gusto. La entrada daba a un amplio salón, dos grandes sofás rodeaban una mesa de cristal. Las paredes estaban adornadas por tapices de un gran tamaño, entre uno de sus muchos adornos en el salón había una foto de ella vestida con una toga de abogada, era una mujer con clase y buen empleo, solo había que ver su casa. Me invito educadamente a sentarme en un sillón y ella frente a mí, encendió un cigarrillo y cruzo sus piernas enfundadas en unas botas altas de montar que seguro la resguardaban bien del frío que hacia ese día. Me miro fijamente y dirigió su palabra hacia mí:
– “Me alegro que hayas venido, eso significa que estas dispuesto a cambiar tu lamentable actitud de sumiso pero Antes debo informarte de algunos puntos; tu adiestramiento no será nada fácil, te espera un camino largo , has de saber que voy a exigirte el máximo. Si estas dispuesto a seguir adelante deberás conocer tres normas básicas y muy importantes para mi. “– Se dirigió hacia mi con su tono de voz estricto y sin apartar su mirada de mi un segundo, desde el principio dejo bien claro quien mandaba y yo escuche atentamente cada una de sus palabras. Quede intrigado a la espera de conocer sus normas y reglas.
– La primera y fundamental norma es obedecerme, cumplir al pie de la letra todas mis ordenes, cualquier orden que te de la obedecerás al instante, sea lo que sea, como ves es muy fácil, solo obedecerme,¿ has entendido? – Rápidamente la conteste con educación que había entendido perfectamente su primera regla. Ella continúo fumando y hablando en su tono estricto mirándome fijamente a los ojos.
– La segunda norma también es muy fácil, nunca hablaras sin mi permiso, odio que hablen si no les doy la palabra o les pregunto, detesto que me interrumpan con tonterías, por no hablar de cuanto odio los quejidos, así de fácil es, no abrirás la boca nunca al menos que te de permiso, te aseguro que tengo medios para cerrártela y será mucho peor – . A medida que iba conociendo sus normas estaba más nervioso, parecían ser fáciles pero algo me decía que iba a ser un adiestramiento muy duro y no era ninguna broma.
– La tercera es que nunca dejo a medias lo que empiezo, si decides seguir adelante ya no habrá marcha atrás, detesto perder el tiempo, si incumples mis normas me dará igual no dudare un instante en castigarte, si tengo que castigarte todo el día así lo Hare, esto terminará cuando yo decida, así que piénsate bien si quieres seguir adelante aun estas a tiempo , si decides continuar hazlo bien y obedéceme en todo o te prometo que puedo llegar a ser tu peor pesadilla – Trague saliva y me quede perplejo al oír sus duras palabras, me habían infundado mucho respeto y quizás algo de temor, esto iba muy en serio, era una mujer realmente estricta. La decisión ya estaba tomada antes de llegar a su casa, deseaba aprender como sumiso, seguiría adelante, como ella bien había dicho me esperaba un largo camino, mi adiestramiento comenzaba en este momento.
MistressPain asintió y acepto mi adiestramiento, “desde este momento me obedecerás y acataras mis normas, eres de mi propiedad “. Se levanto y me ordeno que la siguiera, me enseño su casa, era muy grande, me encantaba su casa, un largo pasillo con habitaciones a ambos lados, varios cuartos de baño, una enorme cocina, y todo con muchos adornos y objetos originales. Según me fue enseñando la casa me fue dando instrucciones, me dio un sin fin de ordenes de limpieza domestica, me dijo como quería que se limpiara cada habitación, me dio muchos detalles de la forma que lo quería limpio. Intentaba prestar la mayor atención posible y memorizarlo para que no hubiese luego ningún contratiempo aunque eran demasiadas cosas. Hablaba con tono estricto y ordenes concretas como debía limpiar y fregar todo, debía empezar por las habitaciones, luego el baño, cocina, me dio instrucciones para preparar la comida que debía estar a las 2 en punto servida en la mesa con una colocación especifica. Deseaba tener un papel y Boli a mano para poder apuntar todo y hacerlo bien pero no quise interrumpirla, intente memorizar todo lo mejor que pude. Estaba preparado para mi primera orden, dejar su casa limpia y brillante.
Termino de darme todas las instrucciones pero aun quedaba una sorpresa, entró en una habitación y salió con algo en la mano, era ropa, me fije y pude comprobar que era un traje de criada muy femenino, sería mi uniforme durante mis labores domesticas.
– Eres mi criada, te encargaras de todas las labores domesticas, me gusta el orden espero que las hagas bien, este será tu traje, te encargaras de que este limpio y cuidado, la próxima vez sin decirte nada lo cojeras tu y te lo pondrás, los sábados por la mañana vendrás y limpiaras, ¿has entendido? – . La conteste educadamente y cogí el traje de criada dispuesto a ponérmelo. Era un traje negro con adornos, bordados y un lazo en el pecho, el atuendo lo completaban unas medias negras. Me sentía completamente ridículo y feminizado. Me coloque todo siguiendo sus ordenes, ahora era y debía comportarme como una mujer y como criada de MistressPain. La ropa lo complemento con unos zapatos de tacón, apenas podía mantener en pie sobre ellos, era una criada muy torpe, tenía que hacer esfuerzo para no caerme y caminar. Mi dueña me miraba con una sonrisa divertida y malévola, lo peor llegaba ahora, agarró algo con su mano y me lo mostró, era un pene de goma, de un tamaño medio, me lo entrego en la mano:
– colócatelo, mi criada lo llevara puesto siempre que lo desee, así ira mi putita mientras limpia – . Lo tome con mi mano asombrado junto con un bote de lubricante, intente colocármelo pero no sabía como hacerlo, no tenía experiencia en ello, mi dueña me miraba y cada instante que pasaba perdía mas la paciencia lo notaba en su mirada, no conseguía ponérmelo yo solo. Ella finalmente se canso de esperar.
– Si tengo que hacerlo yo será peor, eres una estupida puta – . Ella me quito de la mano el pene de goma, cogió unos guantes de látex que se colocó en sus manos y me ordeno ponerme a cuatro patas, se puso detrás de mi y note como comenzó a untar la zona del ano con vaselina y de pronto note la punta del pene de goma comenzando a introducirse, ella me dio una palmada con su mano para que me estuviese quieto, comenzó a presionarlo al interior de mi ano, empezó a doler según iba introduciéndose, finalmente dio un empujón mas fuerte y entro por completo, eso me produjo un pequeño quejido de dolor pero una vez dentro sentí alivio. Ella cogió cinta adhesiva y comenzó a pegar el pene de goma a mi ano para que no se saliera, subió mis braguitas y lo dejo totalmente introducido, tendría que llevarlo hasta que mi dueña quisiera, era muy molesto pero mi dueña quería que fuese así y debía obedecer.
– Te doy un aviso, te dije bien claro que no me desobedezcas, si te digo que hagas algo lo haces además deje bien claro que tampoco me gustan los quejidos, la siguiente vez no será un aviso, quedas avisado. ¡¡ ahora ponte a trabajar estupido ¡¡¡ , lo llevaras dentro todo el día para que te acostumbres – . MistressPain me dio un aviso, la había echo enfadar, su tono de voz no dio lugar a replicas, rápidamente asentí y me puse a hacer las labores domesticas, debería andarme con cuidado, no deseaba saber que sucedería si volvía a hacerla enfadar.
Vestido de criada con un consolador en el ano y subido en unos largos tacones comencé a hacer mis tareas domesticas, me costaba caminar pero seguro que me acostumbraría, trate de recordar todas las instrucciones que me había dado mi dueña, así que comencé por las habitaciones, me arrodille y empecé a fregar el suelo con un paño húmedo y un cubo de agua que me había facilitado mi señora. Puse todo mi empeño y terminé la primera habitación dejándola impecable, continúe con la segunda y quedo muy ordenada y limpia, luego le toco el turno al baño, tarde mas tiempo de lo esperado ya que mis rodillas comenzaban a dolerme de estar arrodillado, finalmente quedo reluciente. En el momento que iba a salir entro mi dueña, me ordeno que no me marchara, ella se sentó en el wc y yo de rodillas con la cabeza agachada, comenzó a orinar, yo permanecí impasible al lado suyo, cuando termino me ordeno limpiarla con papel, “no te has ganado el derecho de hacerlo con la lengua” me dijo, cuando termine de limpiar los restos de orina ella cogió el papel y me lo introdujo en la boca riéndose a carcajadas, me abofeteo y me hablo:
– Aquí tienes un embudo, quizás la próxima vez no me apetezca venir hasta el baño, serás tu quien venga con el embudo y tragaras mi orina, esa será otra de las funciones de mi putita- . Ella se dio la vuelta y se marcho.
Todavía quedaba por limpiar y fregar la cocina, pasillos, salón…..la casa era muy grande, requería mucho esfuerzo la limpieza de esa casa. Comenzaba a estar especialmente cansado, había echo un gran esfuerzo y aun quedaba la mitad de la casa, empecé a desmoronarme y aquello no creo que le gustase a mi dueña, estaba cansado, me dolían las rodillas y me molestaba el pene de goma en mi ano, quizás tomarme un descanso me sentaría bien y continuaría con mas fuerza, me senté en el suelo unos minutos, pero cometí un gran error.
En el momento que estaba descansando apareció MistressPain por la puerta, yo me encontraba sentado en el suelo descansando, no la gusto nada verme en aquella situación, rápidamente se dirigió a mi en un tono duro y de reproche:
– ¿que estas haciendo imabecil hay parado? – me miro fijamente esperando una respuesta.
– Estaba muy cansado Señora….. y me tome un descanso …..para ahora continuar – la respondí educadamente y de forma nerviosa.
– ¿te di permiso para hacerlo imbecil? – iba a contestar pero ella no me dejo volver a contestar, estaba realmente enfadada, antes de que pudiese contestar se adelanto.
– Cállate¡¡¡¡no te he dado permiso para hablar, veo que no me estás tomando suficientemente en serio, te dije que no me gusta perder el tiempo, veo que no lo has comprendido, ya te di un aviso y ahora te paras a descansar sin mi permiso, además solo llevas un rato limpiando , encima mira como te has puesto el traje y para rematar tienes la osadía de responderme, eres un completo desastre, te tendré que enseñar a tomarte en serio tus obligaciones, te deje bien claro que no me gusta que me desobedezcan, te enseñare que sucede cuando no lo haces – . Su enfado era notable, me miraba con cara de ira, ya no había vuelta atrás, había conseguido enfadar a mi dueña algo que no debía hacer hecho, ahora tendría que asumir las consecuencias y pronto descubriría en que consistían.
MistressPain me ordeno que la acompañase, fuimos hasta el final del pasillo a una habitación que había permanecido cerrada con llave, ella abrió la puerta, encendió la luz y me ordeno que pasará, me lleve una sorpresa al encontrarme una habitación parecida a una mazmorra, era una habitación de tamaño pequeña, el mobiliario consistía en un armario en un lado de la pared, una alfombra en el suelo, y por las paredes enganchado algunos instrumentos de castigo. Era el cuarto de castigo de MistressPain, su habitación preferida de la casa donde impartía disciplina. Me hice a la idea que iba a recibir mi castigo,. Me quede esperando instrucciones mientras ella cerraba la puerta con llave por dentro, quedando encerrando ambos dentro, se guardo la llave en su escote y se dirigió hacia mí, me miro fijamente:
– Te advertí que si era necesario te castigaría, no me gustan los maleducados ni desobedientes, tendré que enseñarte de otra manera, por las buenas no pareces comprenderlo entonces será por las malas, si mediante castigos es la única forma que aprendas así será, ah y te advierto que por cada falta que cometas te duplicare el castigo, si es necesario lo duplicare una y otra vez, te dije que siempre termino lo que empiezo, no pararé hasta que aprendas a obedecerme-. Con la cabeza agachada escuche los reproches y advertencias de mi dueña, su tono de voz era duro debido a mi comportamiento, no me quedaba mas remedio que pagar mi error.
– Mi dueña se acerco al armario que había en un lado de la habitación, en el guardaba una gran cantidad de objetos bdsm así como ropa fetish, era su armario donde guardaba todo el material. La vi seleccionar algunos objetos, eran de metal por el sonido que producían, hasta que se dio la vuelva y se acerco con ello en la mano no pude observar que era, en una mano agarraba unas esposas metálicas, las abrió y me ordeno poner las manos a la espalda, obedecí sus ordenes y pronto mis muñecas quedaron rodeadas por las esposas, cerro el metal con fuerza aprisionando mis muñecas, el metal mordia mis muñecas, hice una mueca a modo de queja , ella se dio cuenta de mi dolor y me advirtió antes de que me quejara “ a callar imbecil no quiero una sola queja “ , ella continuo con los objetos que había cogido, entre ellos un collar de perro que pronto me rodeo mi cuello con el, cerro las hebillas dejándolo apretado. Siguió con un mecanismo domestico donde enganchaba una cadena a una argolla del techo y el otro extremo al collar de perro que llevaba sujeto a mi cuello, tiro de la cadena de el extremo obligándome este echo a quedar de puntillas ya que la cadena estaba tensa tirando hacia arriba de mi sin mas remedio que adoptar aquella posición, era uno de sus métodos infalibles, era realmente incomodo y me había despojado de toda movilidad con las manos esposadas a la espalda y sin apoyar por completo los pies en el suelo, mis movimientos eran prácticamente nulos, había sido inmovilizado de una manera muy eficaz, me di cuenta que estaba bajo el completo control de MistressPain y no había nada en mi mano para poder evitarlo, tenía que resignarme al castigo que me correspondía por haberla desobedecido.
La posición era bastante incomoda, tenia que hacer un gran esfuerzo para mantenerme de puntillas y el tener las manos esposadas hacía que no fuera nada fácil mantener el equilibrio, MistressPain me había inmovilizado de forma segura y a la vez muy incomoda buscando mi castigo aunque aquello no era mas que el comienzo. En esa posición miraba atentamente al armario expectante de lo que ocurría a mí alrededor, su siguiente paso fue coger unos guantes negros de cuero, se los enfundo en sus manos, su brazo era amplio y por tanto sus guantes eran también grandes, se ajusto los dedos cuidadosamente a sus guantes quedándola bien ajustados permitiéndola tener movilidad en las manos, acto seguido agarró algo con su mano, me invadió el temor al comprobar que era un cinturón, era un cinturón corto de longitud y ancho de grueso, realmente debía producir dolor al ser azotado con el, mi castigo iba a consistir en azotes, deseaba pedir perdón pero era demasiado tarde, debía asumir mi castigo, las consecuencias de mi error por haberla desobedecido.
– Es tu primer castigo, 50 azotes serán suficientes, no vuelvas o desobedecerme o te prometeo que duplicare el castigo hasta que aprendas a obedecerme “. Suavemente me acaricio la cara con su mano enfundada en su guante de cuero suave y se aparto de mi, se colocó detrás mía fuera del alcance de mi vista, tenía mi culo a su completa merced, suponía que ahora era el momento donde empezaba mi castigo y no me equivoque, escuche un pequeño zumbido y el cinturón se estrello en mi culo, me hizo perder el equilibrio y me balancee sobre los pies de puntilla, antes de que recobrara el equilibro ya estaba recibiendo otro azote, sentí un fuerte escozor , el cinturón escocia produciendo un fuerte quemazón en la zona donde chocaba, antes de reponerme de los primeros azotes empecé a recibir mas azotes, uno tras otro. Mi dueña eligió un objeto que causaba dolor, la sensación de ardor era cada vez mayor a cada azote que recibía, cada azote dolía un poco mas, la sensación de quemazón era mas intensa, cada vez lo aguantaba peor e hice algo que no debería haber echo, empecé a quejarme, pequeños gritos de dolor salían de mi boca, hecho que enfado a mi dueña, ya que me había dejado bien claro que odiaba los quejidos. En ese momento paro un instante de azotarme y note su enfado creciente, apenas llevaba la mitad de los azotes cuando se detuvo, eso indicaba que algo no iba bien, la había desobedecido en una de sus normas molestándola con mis quejidos, me dejo bien claro que era algo que ella odiaba.
– Imbecil no te deje bien claro que no tolero los quejidos, ¿no fui lo suficientemente clara? Su mirada seria y dura me hizo agachar la mirada, había vuelto a enfadarla, – eres un sumiso muy torpe, ¿acaso no me expreso con claridad?
– Si Señora, fue clara – . Ella me agarro la barbilla con su mano y levanto mi mirada hacia la suya, tenía una mirada furiosa, aguante avergonzado su llameante mirada.
– Entonces fui lo suficiente clara pero no me has obedecido, no pareces tomarme en serio, no querría empezar tan pronto pero veo que va a ser necesario, disciplina es lo que necesitas, aprenderás a obedecerme te lo aseguro – . Se dirigió de nuevo hacia el armario y regreso con un rollo de cinta de embalar en su mano y un pañuelo de seda, “abre la boca “, no tuve mas remedio que obedecer, comenzó a introducirme el pañuelo de seda en la boca, poco a poco fue llenando mi boca, cuando quedo dentro por completo pego varias cintas adhesivas quedando completamente amordazado, ya no podría emitir mas quejidos eso era seguro. Apenas podía emitir sonido alguno de mi boca, tendría que asumir las consecuencias de haberla desobedecido.
– Has vuelto a desobedecerme, la próxima vez te lo pensaras antes de soltar tus quejidos de niña , veo que tendré que ser mas dura para que lo comprendas, recibirás el doble de azotes, serán cien , si me vuelves a desobedecer te prometo que lo duplicare hasta que se te rompa el culo – . Su tono serio y duro me había atemorizado, me esperaba un castigo muy duro por delante.
MistressPain se ajusto sus guantes a sus manos y agarro con fuerza el cinturón, se colocó de nuevo detrás de mí, “aprenderás a comportarte y obedecerme te lo prometo “ antes de comenzar de nuevo los azotes volvió a recriminarme mi comportamiento y tras hacerlo volví a escuchar el silbido del cinturón antes de estrellarse en mi trasero, al momento volví a sentir un escozor inconfundible, esta vez era mas fuerte, mi culo comenzaba a estar caliente y mi dueña azotaba con mas fuerza, el dolor era mas intenso y por cada azote que recibía se intensificaba mas y mas, prometía ser una azotaina realmente dura.
ZAAASSS, ZAAAAASSS. ZAAAAASSSSS- El cinturón impactaba en mi trasero con fuerza una y otra vez., mi trasero me ardía y cada azote me producía mas dolor, mi dueña mantuvo el ritmo, no ceso en ningún momento, tal como prometió me azoto una y otra vez, era una azotaina muy dolorosa, cuando llevaba la mitad de los azotes el culo le tenia completamente dolorido y aun me esperaba una larga azotaina por delante. En la habitación solo se escuchaba el impacto del cinturón contra mi trasero una y otra vez y un leve gemido proveniente de mi boca amordazada “HmmMmmhhhhmMmmm “. Mi sufrimiento aumentaba por cada azote, se había convertido en un verdadero suplicio, los azotes no cesaban y no soportaba más la azotaina pero no tenia mas remedio y seguía recibiendo azote tras azote. Mi dueña era realmente estricta y de palabra, no cesaría hasta que recibiese mis cien azotes.
La azotaina se hizo eterna, perdí la cuenta del numero de azotes que llevaba recibidos, me resigne a mi destino y encaje lo mejor que pude cada uno de ellos, durante treinta largos minutos recibí azote tras azote y cada uno de ellos aumentaba mi sufrimiento. Tomo el final de la azotaina con tranquilidad, se paseaba por la habitación recriminando mi actitud y enseñando como debía comportarme para acto seguido soltar con energía su cinturón contra mi culo provocando un fuerte dolor. Comprobé de mi propia piel que pasaba cuando se desobedecía a MistressPain, en el futuro procuraría no volver a hacerlo, no deseaba recibir otra azotaina mas, mi trasero no lo aguantaría. Los azotes cesaron, había completado los cien azotes, mi culo había quedado dolorido y completamente rojo, le tenía ardiendo, no podría sentarme durante algún tiempo.
– Estupido espero que te haya servido de lección, no vuelvas a desobedecerme o te aseguro que recibirás una azotaina que no olvidaras en tu vida- . MistressPain me miraba fijamente reprochándome con su dedo mi comportamiento. Tendría que tener mucho cuidado de ahora en adelante y comportarme como un buen sumiso sino quería volver a recibir un castigo aun peor. No podía cometer más errores.
Mi dueña me libero de las esposas y de mi collar, mi sufrimiento había terminado, me ordeno continuar con mis tareas domesticas, antes la di las gracias, ella extendió su bota y comencé a besar sus botas mientras la daba las gracias por terminar mi castigo, ella hizo un gesto para que saliera de la habitación, enseguida continúe con mis labores domesticas donde lo había dejado, ella tenía razón sus castigos me ayudarían, sin dudarlo puse mas empeño en realizar mis labores de forma correcta. Continúe toda la mañana fregando, limpiando, planchando, colocando la ropa de mi Señora, un sin fin de labores domesticas. La casa era grande y había muchas cosas que hacer, por otro lado empecé a preparar la comida, debía convencerla con mis dotes culinarios, preparar una comida especial y saber recompensarla por todo lo que estaba haciendo por mi, me puse manos a la obra en la cocina, deje a fuego lento la comida y continúe con mis labores, estaba echo todo un amo de casa, quería que estuviese orgulloso de mi.
Deseaba descansar pero esta vez no iba a caer en el mismo error, continúe con mucho esfuerzo fregando, a pesar de que mi culo estaba completamente dolorido y me molestaba el pene de goma que había llevado dentro durante toda la mañana no cese en mi empeño pero cada vez me movía con mas dificultad hasta que cometí un grave error. El corazón se me acelero al comprobar el grave error que había cometido, empecé a oler a quemado, me había olvidado por completo de la comida, fui corriendo a la cocina y comprobé como salía humo negro de la comida, el pulso se me acelero y mas aun cuando entró por la puerta MistressPain alertada por el olor, el mundo se me vino encima, rápidamente apague el fuego y trate de arreglar el estropicio pero era demasiado tarde, escucho resoplar a mi Señora detrás de mi, no tenía valor para darme la vuelta y mirarla, era un completo desastre mi señora tenía razón, ella me hablo a mi espaldas:
– Eres un completo imbecil, no sirves para nada, no he visto un esclavo mas estupido que tu en mi vida- su tono era duro y estaba realmente enfadada, la había decepcionado una vez mas.
– Lo siento señora. -. No sabía que mas decir, no podía justificar mi comportamiento.
– Deja tus labores, no toques nada mas, solo te mereces castigos, es lo que vas a tener de ahora en adelante hasta que aprendas – . Mi dueña me agarro por el pelo y tirando de el me llevo de nuevo a la habitación de antes, su actitud era mucho mas dura que anteriormente. La habitación estaba tal como lo habíamos dejado antes, ella me dejo en el suelo de rodillas y se marcho de la habitación, regresó al instante con un plato de comida, era lo que yo había preparado, quemado con aspecto negro, dejo el plato en el suelo:
– ¿Así tratas a tu dueña?, esta porquería te la comerás toda- . . Estaba muy enfadada conmigo, era un autentico desastre, normal que se enfadara conmigo.
En el armario había un cuenco de perro metálico que dejo en el medio de la habitación, me quede totalmente sorprendido al averiguar lo que tramaba, iba a comerme la comida pero de una forma muy humillante, mas de lo que pudiese imaginar. Se puso delante del cuenco de perro y empezó a levantarse la falda, se agacho y se puso en cuclillas encima del cuenco, aparto sus braguitas y observé como empezó a orinar sobre el cuenco metálico, su orina comenzó a llenar el recipiente, miraba atónito viendo lo que estaba haciendo. Cuando termino se levanto, se subió de nuevo su falda y comenzó a reírse, mi dueña estaba planeando algo muy humillante y estaba disfrutando mucho. Cogió el plato donde esta la comida quemada y la mezclo con el cuenco de perro, puse cara de repugnancia al ver lo que hacia, ella continuaba riéndose mientras mezclo la comida con el cuenco lleno de orina. Era completamente humillante aquel cuenco, ella me miro:
– A cuatro patas, ahora te comerás todo, no se te ocurra dejar nada, vamos que yo te vea – . Era una orden muy humillante, despacio comencé a arrodillarme, miraba el plato repugnante que había frente a mí, lentamente comencé a acercar la boca al plato, ella me agarro la nuca y metió mi cara en el plato “vamos entupido, comételo todo “, no tuve mas remedio que comer todo y tragar toda la orina. Ella comenzó a reírse cruelmente mientras yo lamia el cuenco. Su bota comenzó a pisarme reteniendo mi cara dentro del cuenco, mi cara se lleno por completo de sus fluidos, yo seguía lamiendo y masticando la comida, era repugnante, no se me ocurrió dejar de lamer y tragar, humillado cruelmente termine hasta la ultima gota del cuenco bajo la atenta mirada de la Señora.
– Así me gusta que seas obediente pero me has hecho enfadar, eres un completo imbecil que necesita disciplina, no parare hasta hacer de ti un sumiso obediente – . MistressPain me acaricio la cara suavemente y fue de nuevo al temido armario, cogió sus guantes de cuero ajustados y su cinturón, mis ojos se abrieron por completo al ver que pretendía de nuevo azotarme, no aguantaría mas azotes, me entro el temor a ser azotado de nuevo.
– Lo siento Mistress, pondré mas atención, seré obediente—- – No se me ocurrió otra cosas que suplicar, era mi ultima opción y la mas equivocada.
– Te dije que no hablases sin mi permiso, de una vez por todas aprenderás mis normas, haré que no se te olviden nunca- . Me dio una tremenda bofetada y se destornillo de risa mirándome fijamente.
Se coloco sus guantes de cuero ajustados a sus manos y cogió de nuevo las esposas, en un abrir y cerrar de ojos quede esposado con las manos a la espalda, dejo bien apretadas las esposas a mi piel. Recogió el collar de perro que sujeto alrededor de mi cuello cerrando la hebillas dejándolo apretado, a continuación sabia lo que iba a hacer, la cadena la engancho al extremo del collar dejándome en aquella difícil situación, estaba completamente inmóvil bajo su control, mi resistencia era nula, no había forma de escapar del castigo de mi dueña, nada ni nadie lo evitaría. Mis suplicas no sirvieron de nada, era demasiado tarde, mi dueña se canso de escucharme y se bajo sus bragas, las apretujo con una mano y la acerco a mi boca, con la otra mano cerro con fuerza mi nariz y no tuve mas remedio que abrir la boca, ella comenzó a introducir sus bragas en el interior de mi boca, estaban húmedas de sus fluidos, mi boca se lleno del sabor de mi dueña. La cinta de embalar cubrió mi boca impidiendo que pudiese escupir mi mordaza, ahora estaba completamente inmóvil y amordazado, no se escuchaba ningún sonido de mi boca, estaba a merced de MistressPain, debía aceptar el castigo que ella me impusiera.
Ahora grita, llora. lo que quieras, aprenderás disciplina, terminará cuando yo decida, no dejo nada a medias te lo advertí –. Sabía que de un momento a otro escucharía el inconfundible Silbido del cinturón al caer hacia mi culo, era cuestión de segundos, quedo fuera del alcance de mi vista colocándose a mi espalda, cerré los ojos esperando lo inevitable y efectivamente escuche un silbido inconfundible, el cinturón se estrello en mi culo, un fuerte dolor recorrió mi piel, antes de recuperarme del primer azote ya estaba recibiendo el segundo, su cinturón chocaba en mi culo una y otra vez produciendo un fuerte escozor en mi piel, deseaba gritar y quejarme pero lo tuve que hacer en silencio y aguantar mi castigo. ZAAAS, ZAAAASS, ZAAAAAS, el ritmo era constante y con la misma intensidad, estos azotes eran los más dolorosos que había recibido, tenia el culo dolorido de la anterior azotaina y ahora cada azote se convertía en mayor sufrimiento, era un castigo realmente duro. MistressPain agarraba con fuerza el cinturón y con fuerza una y otra vez me azotaba. HHhmmmmhhmm es lo único que podía hacer, gritar entre la mordaza. Esta vez estaba conociendo realmente a mi dueña, desobedecerla era un error, las consecuencias se pagaban muy caras, no toleraba la menor falta de respeto o desobediencia, no dudaba un instante en coger su cinturón y enseñar la lección, estaba aprendiéndola a base de azotes, nunca se me olvidaría.
Una lagrima corrió por mi rostro, eran lagrimas de dolor, era una azotaina interminable, los azotes no cesaban y era una completa tortura cada azote, el cinturón golpeaba mi culo y mis muslos con intensidad, esta vez aprendí la lección, nunca desobedecería a mi dueña, pondría un especial cuidado y atención, me había quedado muy claro que pasaba si la desobedecía. Tras una larga azotaina los azotes cesaron. MistressPain puso su cara frente a la mía:
– No vuelvas a desobedecerme, que sea la última vez – . Ella limpio la lagrima con el dedo de su guante. Soltó la cadena de mi collar y caí rendido al suelo de rodillas. Me dolía por completo mi culo, no podía apoyarlo. Mi dueña se acercó al armario y cogió algo que rápidamente pude ver que era un arnés. Comenzó a ajustarse el arnés alrededor de su cintura, llevaba un pene de goma algo mas grande que el que había llevado en el ano todo el día, mi dueña me había entrenado para ese momento, ella me iba a penetrar.
– Ahora me darás placer, hazme gozar o te aseguro que continuamos con castigos – . Me quito la mordaza y acerco el pene de goma a mi boca y comencé a lamerlo, ella agarro mi pelo y comenzó a mover mi boca para que lamiese su pene de goma, su pene de goma profundizaba en mi boca mientras lo lamia obedientemente, ella estaba disfrutando y yo me sentía orgulloso de poder dar placer a mi señora. Me ordeno tumbarme en el suelo bocarriba, el contacto de mi culo con el suelo produjo quemazón en mi piel, me ardía del castigo recibido. Se levanto su falda y se sentó literalmente en mi cara, en sentido contrario a mi posición, mi nariz y boca quedaron entre sus nalgas, me aplasto con su culo, mi respiración quedo limitada al trasero de mi ama.
– Lámelo bien, no hagas enfadarme – Lamí su ano con mi lengua tímidamente, hasta que apretó mis testículos con fuerza para que lo hiciese bien y rápidamente metí mi lengua por completo en su ano, ella comenzó a jadear y disfrutar de mi lengua, lamí humillantemente su culo hasta que ella quedo saciada, mi sometimiento hacía ella total, la pertenecía por completa, mi voluntad era suya. Era esclavo de MistressPain.
A cuatro patas fui sodomizado por mi dueña, note el contacto de su piel junto a mi y su pene de goma entro por completo en mi , fue algo doloroso al principio pero una vez dentro me relaje, ella con movimiento de cintura comenzó a sodomizarme una y otra vez. Su pene de goma salía y entraba en mi ano a un ritmo continuo, fui penetrado por mi ama durante un buen largo rato, ella disfrutaba sodomizándome duramente. Mi Ama jadeaba de placer mientras sacaba y metía su pene dentro de mi, mi dueña estaba disfrutando humillándome y recibiendo placer. No cesó hasta que no quedo satisfecha, una y otra vez volvía a penetrarme, era de su propiedad.
Había sido un día muy largo junto a MistressPain, había aprendido mucha disciplina a su lado, hoy era mejor sumiso pero mi adiestramiento solo había comenzado, quedaba mucho camino por recorrer y ella me lo recordó:
– Cada sábado quiero que vengas a realizar las tareas domesticas, espero que la próxima vez lo hagas mejor, cada vez seré mas dura y exigente, aprenderás a obedecerme y te convertirás en mi esclavo- . Me esperaba un largo adiestramiento y cada vez los castigos serian más duros, la próxima vez debía tener mucho mas cuidado sino quería conocer la crueldad de MistressPain.
M encantaría recibir sus comentarios: sumisso22@yahoo.es
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