FANTASIA, ABUSO Y VENGANZA.*
Un negocio, una fantasía y una venganza se apodera de un hombre. .
– Amigo. Se me antoja de a madres tu vieja.
Decia Carlos un compañero de trabajo de Luis. Esposo de Karen.
– ¡Callate imbecil. Vuelves a hablar así de mi mujer y te juro que te va a pesar bastardo!
Karen era la obsesión de Luis y no era para menos.
1.68 de estatura piel blanca, cuerpo delgado y con curvas bien definidas, trasero mediano y bien abultado, pechos pequeños y redondos. Su cara muy coqueta y sensual mirada. Simplemente un manjar de esposa que tenía Luis.
Luis era en esa época un accionista de la empresa que le daba a ganar mes con mes redituables ganancias, por lo que Karen podía vestir como quisiera y lo que le diera en gana.
Carlos era el director regional de ventas.
Un tipo con cuerpo atlético y cabello corto. Muy parecido a Luis.
Desde aquella noche de copas y confesiones, Luis trató a toda costa de desprestigiar a Carlos.
Todo sucedió en una celebración privada entre directivos y accionistas, congregados en casa de Luis.
Una casa bastante espaciosa, tanto en jardín como al interior de la misma.
Los niños aprovechando la alberca se daban un buen chapuzón, algunos adultos hicieron lo propio para refrescarse.
Karen. Objeto de todas las miradas de los ahí presentes; misma que al sentirse observada se contoneaba, aún con más razón. Realmente una belleza como en la imagen.
La celebración seguía con la comida, la muy trillada bebida alcohólica, una Karen con vestimenta no tan llamativa como el traje de baño. ¡En fin!
La reunión llegaba a su fin.
Karen le anunciaba a su marido que iría a darse una ducha y luego iría a la cama.
Luis la beso, prometiendo que después la alcanzaría.
La hermosa mujer se hallaba en la ducha, cuando de pronto se apagaron las luces. Se abrió la puerta de la reguedadera, sintiendo unas manos recorriendo su cuerpo, al igual que unos tímidos besos en su hombro.isa que le daban pequeños escalofríos a la cachonda mujer.
Aquellas manos con dedos curiosos acariciaban la vulva semi depilada de la mujer. Esta abrió un poco más las piernas para que aquellos dedos tuvieran más cobertura.
Quedando frente a su marido, este se inclino, subiendo un pie de ella en su rodilla y así acercarse a darle una buena chupada de vagina.
– Ay mi amor. Mmmm. Parece que te calentó. Mmmm. Que me haya lucído en la reunión. ¡Ayyy, que rico, que rico, papi, no pares, aaahhhh!
Pronto. El hombre la empujó en la pared, fundiendose en un lasivo beso.
-Oye te siento raro amor. Como si no fueras tu. ¿Que…?
Siendo abruptamente interrumpida, él la sacó de la ducha, guiandola por la oscuridad hasta su recamara.
Con mucho trabajo consiguió atarla a los extremos de la cama.
Karen entendió el juego y con cierto extasis cooperaba.
No sin antes, tener que soportar una serie de preguntas y tocamientos para comprobar que realmente estaba con Luis.
Finalmente las luces se encendieron al igual que un grito de espanto, por parte de la bella mujer, quien confundida veía a su marido atado y amordazado a una silla, forcejeando para soltarse y a sus pies a Carlos, que sacaba dos dildos de gran tamaño.
Uno era negro, el otro era plateado con el mango rojo, más grueso y más grande que el otro.
Sueltame. Sueltame, ¡por favor! Decía Karen, con gran voz, la cual luego de varias repeticiones se fue opacando al ver al compañero de su marido recorrer con ambos falos de plástico sus piernas y su vagina. Para luego ser amordazada.
Karen se retorció al sentir la lengua de Carlos recorrer su vulva. Luis seguía tratando de soltarse.
¡Chup, Chup, Chup! Sonaban los pezones de Karen al ser jalados y chupados por la boca de Carlos.
A pesar de estar amordazado, Luis daba gritos apagados al ver como su compañero comenzaba a violar a su esposa y está a retorcerce más cuando él besaba su cuello.
– ¡Oohh, si, que rico, ufff, puta… Que rica puta, mmmm!
Se podía escuchar a Carlos decir estas y otras obscenidades hacia la mujer que tanto deseaba.
Karen lloraba en gran cantidad, su marido gritaba toda clase de insultos y amenazas que sólo él podía entender.
Carlos seguía gozando del momento.
Al soltar los pies de la mujer, ella pateaba para que su violador no la volviera a tocar. Logrando así darle un golpe en la cara.
– ¡Maldita perra. Esto te va acostar!
Abofeteandola y tomandola de ambos pies, con violencia, los ato, los alzó y sin ningun cuidado le penetro el culo.
Cosa que hizo que ella se retorciera de dolor.
– ¡como estoy gozando por fin de esta maldita ramera!
Gritaba eufórico Carlos.
Volteando a ver a Luis le dijo:
– No te preocupes. No pienso llenarle la vagina y su culo. Pero su boca… Su boca será mía. Para cuando la beses. Recuerda como me amenazaste y te atrevieras a calumniarme. ¡Idiota!
Terminando su declaración, metió hasta el fondo de la vagina de Karen el dildo negro, con sumo sadismo, lo giraba dentro, lo sacaba y lo metía con gran fuerza. La mujer daba grandes sollozos de espanto al sentir el dildo grueso y de gran tamaño querer entrar en su cavidad anal.
– Mira putita. La cosa es fácil. Tu mamame la verga, hasta que termine, sin tirar, ni escupir ni una gota de semen y no te desfloraré el culo ¿ok?
Carlos chupa a el clitoris de Karen, metiendo el dildo como si la masturbarse. A su vez ella chupaba todo el trozo de carne, que en momentos lo metía hasta la garganta. En aquel 69, Luis lloriqueaba y suplicaba que la dejara en paz, pero él hacía caso omiso.
Sin despegarse de la mujer, aquel hombre coloco dos almohadas bajo la chica, para darle también un beso negro.
Con cuidado y poco a poco fue metiendo el falo plateado, quedando la mujer con los dos dildos dentro.
¡Sorpresa! Karen comienzo a gemir, gozando de la doble penetrada y del oral que recibía en su clitoris.
Prontamente Carlos bebió los jugos salientes de la vulva, masturbando más su clitoris con la yema de su dedo.
Ambas personas gimieron por el orgasmo que les llegó. Tragando toda la leche que le era vertida en su garganta y a como podía, la mujer quedó satisfecha, sin que su marido, quien seguía lloriqueando y mufando se diera cuenta.
Carlos acerco su celular para tomarle fotos a la mujer con los dos consoladores en ambas cavidades.
– Mi querido Luis. Para ti te tengo una sorpresa. Espera y verás.
La cara de aquel socio ahora se torno de gran espanto, pues temió lo peor.
Carlos lo arrastró aún estando atado a la silla, recargandolo a la orilla de la cama, rompió la silla por la parte de la sentadera. Luis gritaba aún con más fuerza al ver que el dildo grande, grueso y plateado fue retirado del culo de su mujer, y con el ensartaba su culo, al cual no le importaba el posible daño que recibiera.
Volvió con el celular, capturando su cara, así como su culo.
Al quitarle la mordaza. Solo escuchaba.
– ¡¡¡Ay, ay, ay. Maldito bastardo. Juro que voy a matarte. Lo juro!!!
Cosa que a Carlos simplemente le dio risa.
Se acerco a Karen, le dio un beso, recorrió sus cuerpo con manos y boca.
– Voy a soltarte solamente una mano. Eso me dará tiempo de irme.
Luisito ¿Porque no le confiesas a esta belleza que tu sueño siempre fue compartirla y tener tu primer experiencia gay? Jajaja. ¿O acaso ya se te olvidó lo que me pedías?
Soltando la mano de Karen, el hombre tomó sus cosas y se marchó, para jamás volverlo a ver.
Nadie. Absolutamente nadie daba razón de él.
No hubo denuncia por aquel crimen.
Tiempo después Luis, retiro el total de su inversión con sus respectivas ganancias y también desapareció junto a la hermosa Karen.
Vladimir escritor.
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