Fiesta en Casa II

No olvidé los relatos que hacía antes, lo que pasa es que tuve muchos contratiempos y apenas estoy retomando mis proyectos. Hay que leer Fiesta en Casa I.
De pronto empiezo a sentir un dolor en mi culo anormal, que me hizo despertar solo para tomarme con el hijastro mayor de mi tío, y cuando estaba a punto de gritar, ágilmente me tapó la boca –Shh, ayer bien que te gustaba esto- me escupía mientras me mostraba su celular, una foto de Manolo y yo anoche, eran ellos los que estaban afuera.

-Te vas a portar bien si no quieres causar problemas zorrita-

[Continuará]

-Que culo tan paradito tienes, si me vas a aguantar, sabes, mi hermano y yo estamos solos y muy calientes, pensamos que habría chicas que podríamos convencer, pero pues una puta a nuestro antojo es mejor- Me decía el más grande. Los hijos de Karla eran Carlos y Mario. El mayor y el menor respectivamente, y mientras el primero tomaba el mando el segundo salía del cuarto a ver quién quedaba en casa.

Carlos tiene un porte de dominante, de esos que solo cogen para gozar ellos, mientras que su hermano se veía más tranquilo, aunque ambos son activos. Sabía que querían sexo, pero no me sentía tranquilo, en que podría desembocar todo esto, y la mano del mayor en mi culo no me dejaba pensar claro. Por mientras traté a toda costa de esconder el ligero placer que sentía.

-Bien zorrita, este es el trato, tú de dejas usar en estos días cada que queramos, y a cambio, no diremos nada, ni te lastimaremos demasiado, de lo contrario vas a terminar usado y expuesto ¿Qué dices? –  decía Carlos. Estaba sin palabras, es decir 2 vergas son deliciosas, pero no sé si será lo mejor, con mi tío y todos aquí.

-Está bien- Terminé aceptando, – Muy bien , Mario, ve quien queda en esta casa, yo iré primero y tu bocabajo – ordenaba con un tono nato de un líder. Yo solo me quité las sabanas de encima, total, técnicamente estaba listo para la faena.

Carlos se quitó la ropa mostrando un rico miembro de unos 19 cm. Para luego acercarse a mi cara –Te gusta lo que ves ¿no? Abre-. Por completo metió su dura verga a mi boca, entrando hasta mi garganta  – ¿Por qué será que los putos la maman más rico? Me recuerdas a uno que me cogía duro en la prepa- era raro que me contara esa situación. Hasta que Mario reapareció.

–No hay nadie, dejaron una nota que llegan hasta las 8 pm. Tu primero, cuando termines me hablas, voy a desayunar. – le dijo al tiempo que se alejaba, y en el acto me sacó la verga de la boca – Ya escuchaste, nos vamos a divertir, acomódate en la orilla-  Me dolía la garganta pero acepté, y la estaba lo suficientemente lubricado porque el solo se posicionó en mi ano y a la fuerza entro.

La cogida de mi tío me dejó sensible, a pesar que estaba dilatado no pude evitar gritar –Ah, ah- Solo atiné a morder las sábanas –Anda putito, bien que te las tragas ¿no? –Sus embestidas eran rudas, me costaba acostumbrarme, esa sed de sexo me la transmitía. Esa ansia con la que sostenía mi cadera me dejaba marcadas sus manos, como si yo fuera a irme. Me enterraba las uñas o me golpeaba, haciéndome gemir para poder saciar su sádico gusto.

Mis expresiones solo alentaban la rudeza del macho de turno. El ocasionalmente me sacaba su verga solo para meterla nuevamente de forma violenta, lo que no dejaba que me acostumbrara y encontrara algo de placer para mí. Sin pensar trate de colocar mi mano en su abdomen, con el fin que ya no golpeara la totalidad de su miembro contra mí, llevándome como respuesta un tirón de cabello y una cachetada sonora.

-¿Qué intentas mierda? Aquí te aguantas a lo que yo haga-

-Por favor, me estas lastimando mucho- Traté de replicar, como respuesta Carlos tomo mi muñeca y con su fuerza torció mi brazo mientras retomaba su ritmo de manera más fuerte, lo que me complicaba resistir porque ahora solo tenía un brazo para apoyarme.

-A mi ningún maricón me pide nada que no sea pito- Me espetaba Carlos molesto, como indignado por mis palabras. Me dejaba muy claro que este tipo de encuentros eran frecuentes para él, supongo que una chica no soportaría este nivel de sexo. Fue tardado, pero la sensación de placer comenzó a llegar poco a poco, hasta que de la nada decidió salir de mi culo-Date la vuelta, te quiero patitas a los hombros- ordenó.

Sin más obedecí, por lo menos sería un descanso para mis brazos, pero eso haría más apretado mi culo, lo que sentí de inmediato cuando reintrodujo su miembro en mi culo. Al tiempo que, bastante inspirado por la calentura, Carlos apretó mis pezones y con su pulgar los estimulaba. Entre el dolor y el placer me perdía por momentos, pero eso dejaría de suceder cuando nuevamente dejo de penetrarme, solo para bajarme de la cama y ponerme bocabajo en el piso. -En el piso es donde me gusta violar putitos- me decía al oído mi macho de turno al tiempo que retomaba sus estocadas.

La faena estaba por terminar, pues Carlos aceleró sus embestidas contra mí, mientras bufaba y ocasionalmente me daba bofetadas -Ah si puta, me voy a correr, Ah Ah-. Sentí bastante leche en mi interior, sentí como incluso escurría fuera.

Carlos sacó su verga de mi adolorido ano con cierto desdén, dejándome recostado en el suelo, pues la verdad estaba agotado. Atrás quedo el extasiado hombre para darle paso a la especie de gánster que me había despertado tiempo antes -Tu culo es muy apretado para lo puta que eres, me desleche bien, pero más te vale entender quien manda- al terminar me escupió en la cara, tomó su ropa y salió.

Me costaba reaccionar, estaba agotado y aún faltaba Mario. Era como si Carlos tomara mi energía para seguir cogiéndome. Me estaba absorbiendo en mis pensamientos cuando llego Mario con una pronunciada erección en su pantalón, mirándome tanto con deseo como con amabilidad. Se acerco y me ayudó a levantarme -Tranquilo, mi hermano es algo bruto, pero mientras se saquen la leche se calma, yo te voy a tratar…mejor, ya empecé solo-

Nos recostamos en la cama, el sobre vi, y contrario a lo que pensaba comenzó a besarme. Pero era un beso dulce, alguien que era más cariñoso que calenturiento, no sabría que estaba sintiendo- Separa tus piernas no voy a tardar- Me pedía muy tranquilo, me comencé a perder en su mirada, parecía tranquilo con pequeños besos continuos, pero siempre esos son lo que peores son. Sólo podía escuchar el cierre del pantalón de Mario, hasta que sentí su miembro rozando mi sensible entrada.

Sin mayor aviso entró, y a pesar de la faena anterior fue un nuevo escozor su penetración, -Ay perdón, se me olvidó decirte que mi verga es más grande que la de mi hermano, por eso siempre lo dejo pasar primero- A pesar que me dolía el placer era más fuerte provocándome gemidos. Sujetándome de la cintura y demostrando su fuerza me levanto, yo por inercia me sostuve de su cuello y nos acomodó para que yo quedara sobre él –Dame unos ricos sentones ¿si? – era tierno que lo pidiera y con algo de timidez asentí. Subía y bajaba de su erecto miembro cual prostituta, ocasionalmente apretaba mi ano como le ha gustado a algunos de mis hombres, movimiento que más disfrutaba, mientras sus manos pasaban por todo mi cuerpo, más frecuentemente en mi culo. Estuvimos un rato así hasta que Mario me indicó me pusiera en 4.

-Que rico aprietas, ahora entiendo por qué Manolo te tenía en secreto- Mario me embestía firme pero no agresivo, que permitía que ambos disfrutáramos, algo que no había sentido plenamente con alguien. Ambos sudorosos con el olor a sexo por toda la habitación. No tardó mucho cuando comenzó a llenarme con su abundante semen mientras o eyaculaba sobre la cama –Ah si , uh tenía 2 semanas sin coger, gracias culito-

Mario salió con delicadeza de mi culo y yo comenzaba a sentir nuevamente el agotamiento. -¿Te gustó?- me preguntaba el recién deslechado –Mucho ¿Y a ti? – le respondí – Supongo que si, sabes complacer a un hombre putito-  nos habíamos concentrado tanto que no vimos que ya eran las 3:00 pm y Manolo y Carlos estaban en la puerta.

-Ya hablé con Carlos, no voy a objetar nada, pero si quiero hablar con mi sobrino ¿nos permiten?- Manolo se veía contrariado mientras los hermanos iban a la sala -¿Qué solo sabes solucionar las cosas como las putas? No me gusta que usen mis cosas- Manolo estaba molesto.

-Tu apareciste antes de la hora, y te advertí que no cogiéramos, además yo no soy tuyo nada más- No sé de dónde me salieron huevos

-Yo te puedo exhibir como el guarro que eres- Me amenazaba mi tío apoyándome contra la cama y poniendo su mano en mi cuello. –Tienes suerte que me cogí a mi vieja y vengo seco si no te daría verga como la primera vez.. o peor- Manolo al verme a los ojos se calmó y suavemente me soltó.

-Lo siento, es solo que es mucha presión- Manolo me hablaba más cabizbajo al tiempo que tomaba asiento en la cama

Ya más tranquilo me senté junto a el -Esta bien tío, además ellos solo serán unas veces y nosotros podemos coger después, pero te advierto que no serás el único, además entre más aprenda podemos coger mejor ¿no crees?-

-Tienes razón putito, ya te daré verga de nuevo, hasta te puedo conseguir más vergas. Mientras báñate y yo ordenaré, para que nadie se de cuenta ¿Vale?-

-Vale tío- fui como pude a la ducha limpiando mi cuerpo y reflexionando sobre lo que había pasado, era raro ver a Manolo celoso, pero me hacía sentir cierta seguridad.

Para la tarde-noche, cuando ni mi mamá ni nadie había regresado, Karla llegó para avisar que tenían que irse de urgencia por lo que mi alma descansó, pero en la despedida Mario me dio un papel con su teléfono – Hablemos después, tal vez podamos hacer algo más- me susurraba, pero sentía la mirada de desaprobación de mi tío, el cual fingió olvidar algo y al regresar amenazó- Vas a seguir de putita, pero yo tengo preferencia ¿captas?- Yo solo asentí, pero con más calma me di cuenta que lo que le dolía a mi tío era su orgullo. Y eso traerá consecuencias

Continuará (esta vez es en serio, es que tuve algunos problemas y cambié de trabajo, pero habrá más cosas. Promesa de pajero)

X: @SEXJOUXXX3947