Fue cuando, esa hermosa chica de grandes tetas, me dijo. “Soy travesti y deseo sentir tu verga dentro de mi apretado culito.”
Un joven salva a unas chicas de un acosador, ignorando que eran travesti, lo invitan a un bar y luego se va con una al apartamento de ella, donde por lo borracho que está, el travesti le come el culo y luego llega el otro y lo ponen a mamar, vestidito de nena y pidiendo que le den bien duro..
Bebiendo cerveza, con un viejo amigo él se acordó la vez que vimos, a dos chicas en apuros.
En ese momento lo que mi amigo y yo vimos fue a un viejo calvo, y panzón hostigándolas a ellas, en un pequeño Fiat, solo bastó que nosotros nos detuviéramos al lado de su carro, y mientras mi amigo les preguntaba a las chicas si necesitaban ayuda.
Yo que iba manejando, abrí la puerta y agarrando un bate de beisbol y parándome en el marco interior de la puerta, lo que daba la impresión de que era mucho más alto de lo que soy realmente.
Por lo que nada más tuve que colocar el bate con fuerza sobre el techo de mi auto, para que ese viejo tras vernos con vara de asustado arrancara rápidamente y dejara de molestar a las chicas.
La cosa es que en agradecimiento nos invitaron a que las acompañásemos a una disco, pero ya estando dentro, me di cuenta de que era una barra de ambiente gay, cosa que, a mi amigo, ni a mí nos importó.
Esa noche tanto mi amigo como yo bebimos mucho, y cuando me vine a dar cuenta la que se hizo pareja mía, y yo nos encontrábamos solos en un apartamento.
En mi vida había pensado que algo así me pudiera pasar, cuando ella me invitó una cerveza, luego nos sentamos en un gran sofá, y como si nos conociéramos de toda la vida, comenzamos a besarnos.
Y entre beso y beso nos fuimos quitando la ropa, y luego de una buena mamada que me dio, traté de penetrarla por el culo, pero como ya me había venido dentro de su boca, además por lo mucho que yo había bebido, mi verga no me hacía el menor caso.
Fue cuando, esa hermosa chica de grandes tetas, me dijo que, era travesti y que deseaba sentir mi verga dentro de su apretado culito, y miren que traté, pero el hijo de la gran puta de mi miembro, nada que se quería levantar, al parecer además de que bebí mucho, también mesclé distintos tipos de bebidas.
Lo que a mí me aparte de que me indignaba, me dejaba completamente frustrado, fue cuando mi pareja me dijo que, si yo dejaba que ella me diera un beso negro, lo que en esos momentos ni idea tenía de lo que ella me hablaba.
Pero como habíamos tratado casi de todo, y seguíamos bebiendo, nada de nada, por lo que quizás por lo borracho que me encontraba acepté su propuesta, pero me dijo que antes me daría un pequeño masaje entre las nalgas.
Ya me encontraba desnudo, por lo que lo único que hice fue acostarme bocabajo, esperando el masaje, para luego si resultaba clavarme por el culo al travesti ese, que aun sin ropa tenía un llamativo par de tetas, su larga cabellera roja, y sus modales femeninos, completaban la ilusión de que era una chica, ya que hasta ese momento mantuvo su miembro oculto a mi vista.
Suavemente comencé a sentir sus cálidos dedos, acariciando mis nalgas, y como poco a poco, fueron ganando terreno, es decir avanzando en dirección a mi esfínter, por lo que a pedido de ella separé mis piernas, y sus dedos comenzaron a profundizar más y más.
De momento comencé a sentir, como ella me iba pasando una crema por sobre mi esfínter, una agradable sensación que me provocaban sus dedos acariciando lentamente mis nalgas y mi apretado culito, cosa que lejos de molestarme en esos momentos sentía que para mí era una sensación muy agradable y satisfactoria.
Mientras que ella más y más profundo me fue enterrando sus dedos, yo sin una clara conciencia de la que estaba sucediendo, comencé a menear mis nalgas, al tiempo que mi pareja comenzó a ir colocando su cuerpo sobre el mío, y comencé a sentir como la cabeza de su verga poco a poco iba presionando mi esfínter.
Y aunque de inmediato no se dio el resultado que yo esperaba, pero el comenzar a sentir sus grandes tetas pegadas a mi espalda, y sus labios chupando y mordisqueando mis orejas, y cuello.
Todo eso hizo que yo en cierto momento nuevamente comenzara a mover mis caderas, cuando aún poco a poco fui sintiendo como el glande de su verga me comenzó a penetrar por el culo.
Yo la verdad no me esperaba eso, pero fue tanta mi excitación que de momento sin poder aguantarme más le pedí casi gritando que terminara de metérmelo, y fue cuando sin consideración alguna me ha empujado todo aquel gran pedazo de carne por el culo.
Lo cierto es que, si me dolió, y hasta le pedí y le rogué que me lo sacase, pero en lugar de hacerme caso ignoró mis pedidos, presionando con más fuerza su verga contra mi cuerpo, hasta que terminó de penetrarme completamente.
Tras lo cual se detuvo por un corto rato, mientras que yo luchaba inútilmente por sacar eso de mi cuerpo, cuando no se si quizás fue algo natural, que comencé nuevamente a mover mi culo, y a sentir como ella continuaba metiendo y sacando todo su miembro de dentro de mis aporreadas nalgas.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero de momento que mi pareja me dice que quiera que cambiemos de posición, y extrayendo toda su verga de mis nalgas, me dijo que me colocase bocarriba, cosa que sin chistar hice.
Luego me tomó por los tobillos, separó mis piernas, y fue cuando vi realmente que su herramienta era muchísimo más larga y gruesa que la mía, lo que me dejó sin palabras.
No lo podía creer, pero vi claramente como me volvía a encular y como el maricón de mi culo, tranquilamente se tragaba toda aquella monstruosidad, así estuvo dándome verga de la buena por un largo rato.
Lo peor, o mejor de todo fue que solo bastó que me agarrase mi flácida verga, con sus largas uñas para que yo en ese mismo instante, me viniera como todo un verdadero pendejo.
Cuando él finalmente sacó su vergota de mi apretado y goloso culito, yo quedé como desmayado, hasta que lo sentí regresar del baño, donde se seguro se lavó su verga hasta con pasta dental, porque a eso fue que me supo cuando me puso a mamar.
Yo había pensado que todo había terminado, pero no fue así, a medida que yo seguía mama que mama toda aquella enorme verga, una vez que se le puso bien dura de nuevo, sin tan siquiera decirme nada, me volvió a penetrar divinamente por mí ya abierto culito.
A medida que siguió metiendo y sacando todo ese gran pedazo de carne de mi cuerpo, me fue diciendo que yo tenía unas nalgas divinas, lo que hizo que yo con vos aflautada le diera las gracias, por ese cumplido, y continuara moviendo mis nalgas, como toda una puta, o mejor dicho como todo un maricón en ese instante.
En esos momentos pensaba que una vez se volviera a venir dentro de mí, me dirigiría al baño, y tras asearme, de inmediato me vestiría y aunque me encontraba disfrutando de todo lo que me había estado haciendo.
Recuerdo que pensé que nunca más me dejaría dar por el culo, ya que eso para mí era como que aceptase que me había vuelto maricón en un abrir y cerrar de ojos.
Nos encontrábamos de lo más concentrados en lo nuestro, cuando su amiga o sea el otro travesti llegó, y claramente vio como su compañera que estaba me dando verga de la buena a mi culo.
A pesar de la borrachera que cargaba, de momento me ha dado un ataque de vergüenza, por el hecho de que su amiga viera como me estaba dando por el culo salvajemente, mientras que yo movía mis caderas de manera desesperada.
Su amiga en cambio sonrió, y logre entender que nos dijo que mi amigo se encontró a una conocida en la disco, y la dejó a abandonada, por lo que decidió irse al apartamento que comparte con la que me estaba comiendo el culo de manera tan sabrosa.
Cuando la que estaba sobre mi se volvió a venir, yo pensé en irme, pero de inmediato las dos travestis, me condujeron al baño, después de que expulsé todo lo que tenía en mis tripas, me ayudaron a ducharme, me lavaron las nalgas, en fin, hasta me secaron.
Yo seguía pensando en marcharme, cuando una de ellas prendió un tabaco de marihuana, nos sentamos en el sofá, y así como me encontraba completamente desnudo, comencé a fumar, al tiempo que, entre jalón y jalón, seguía bebiendo cerveza, por lo que la nota o mi borrachera fue en franco aumentó.
La cosa es que no sé cómo me convencieron de que me pusiera algunas de sus prendas íntimas y de vestir, tras lo cual me maquillaron, y hasta nos pusimos a bailar.
Ya a medida que me fueron vistiendo, fácilmente me convencieron de que hablase como ellas, y si cuando la primer me clavó su verga por el culo, a mí se me aflautó la voz, en esos momentos bailando con ellas, y dejando que me acariciaran por todo mi cuerpo, ya no tan solo hablaba como una chica, sino que también me comportaba como una.
Y entre baile y baile, sus besos y caricias, terminé nuevamente mamándole la verga a la primera, mientras que su compañera, divinamente me estaba dando por el culo, también con una enorme verga mucho más grande y gruesa que la mía, en esos momentos, me decía a mí mismo que, esa era la cosa más rica que jamás me había pasado.
Movía mis nalgas, al mismo tiempo que con gusto seguía mama que mama, lo cierto es que, en determinado momento, me ofrecieron que me fuera a vivir con ellas, como una chica más, en esos instantes estaba encantadísima, pero a la mañana siguiente, como que no tuve el valor de aceptar su oferta.
Claro que las volví a ver, y de todo lo que me pasó, no le conté nada a mi amigo, pero hoy en día, aun las visito en su apartamento, o en su negocio de venta de plantas, en donde me vuelven a vestir de nena y mientras que una divinamente me vuelve a partir el culo, a la otra me dedico a mamar su sabrosa verga.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!