Fui poseído por el espíritu de una puta, y frente a todos mis amigos actué y me comporté como lo hacía ella en vida.
En una vieja casa de campo unos amigos beben ron y fuman marihuana, cuando uno de ellos es poseído por el espíritu de una puta actuando y comportándose como ella..
Fui poseído por el espíritu de una puta, y frete a todos mis amigos actué y me comporté como lo hacía ella en vida.
Me encontraba pasando el fin de semana en una retirada finca propiedad de un conocido mío, que en innumerables ocasiones me había invitado.
Desde que llegué el sábado en la mañana, no hice otra cosa que beber, fumar marihuana y tomarme una que otra pepa que mi amigo me invitaba.
Por lo que al caer la tarde ya me encontraba entre borracho y drogado, por lo que cuando llegaron otros invitados, hablamos de todo incluso de religión y de sexo.
Ya había anochecido, cuando en cierto momento mi amigo el dueño de la finca, comenzó a contar una tétrica historia.
Se trataba de una prostituta, que había vivido durante el siglo pasado, en la misma casa en la que nos encontrábamos, y donde fue hallada decapitada.
Al rato otro de los invitados propuso que hiciéramos una sesión espiritista, para ver si se nos aparecía la muerta.
Por lo mucho que habíamos bebido y fumado todos lo vimos como parte del relajo que teníamos, por lo que de inmediato, nos pusimos de acuerdo para realizar la sesión espiritista.
Por lo que apagamos las luces, prendimos unas velas, nos sentamos alrededor de una mesa, y entre tragos de cerveza y algo más, nos tomamos las manos.
Para de inmediato cada uno en su momento llamar a algún espíritu, lo cierto es que, durante un buen rato, la cosa no pasó de ser una tontería.
Hasta que uno de los invitados, comenzó a decir que se presentase algún espíritu, de momento se apagaron todas las velas, cosa que a mí me asombró, pero casi de inmediato comencé a sentir algo raro.
Era una rara voz que me decía que se iba a meter dentro de mí, al principio pensé que se trataba de un vacilón de mi amigo.
Pero a medida que esa extraña voz me seguía hablando, yo trataba de ver quien era, pero como todo estaba bien oscuro, no vi a nadie.
Fue cuando se me ocurrió decirle al resto de los presentes lo que yo estaba escuchando, al principio no me creyeron.
Hasta que alguno de ellos me dijo, que la dejase que se metiera en mí, para ver qué pasaba.
Yo como estaba tan borracho, y drogado, riéndome le hice caso, o por lo menos eso creí hacer.
Cuando varios de los presentes después de volver a prender las luces, me dijeron que yo me veía raro, yo seguí sintiendo un sinfín de cosas raras.
Cuando les comencé a decirles que se dejaran de bromas, mi voz me sonó bien aflautada o femenina, cosa que más me sorprendió.
De inmediato comenzaron a hacerme preguntas, las que yo sin pensar respondía, preguntas tales como si yo o mejor dicho el espíritu era de la puta, a lo que yo no sé porque respondí afirmativamente.
A medida que siguieron haciéndome preguntas, las que yo seguía respondiendo sin pensar, no les quedaba la menor duda, de que se trataba del espíritu de la puta.
Les conté a que se dedicaba, cuanto cobraba, y todas las cosas que hacía, cuando estaba en vida.
Ya en esos momentos, comenzaron a tomar la cosa más en serio, mientras que yo poseído por aquel espíritu seguía hablando y comportándose como si fuera toda una puta.
Para mi mayor sorpresa, de golpe me puse de pie, y como si realmente fuera una mujer, comencé a caminar alrededor de la mesa.
Quitándome toda la ropa, desnudándome lentamente, hasta que llegó el momento cuando me bajé los interiores y comencé a mostrarles mis nalgas, de manera bien seductora.
Al tiempo que mentalmente me decía a mi mismo que eso no me podía estar pasando.
Lo que sumado a todo eso, mi manera de mover mis caderas, de hablar, y de comportarme, para todos ellos yo estaba poseído por el espíritu de la puta.
Además, yo seguí bebiendo al igual que todos, y sin vergüenza alguna caminaba entre ellos, tongoneando mis nalgas, y pasando mis manos por encima de la tela de sus pantalones, agarrándoles sus vergas.
No fue hasta que mi amigo, el dueño de la finca tomándome entre sus brazos, me preguntó qué era lo que deseaba.
A lo que, indudablemente poseído por el espíritu de la puta, le respondí “Quiero sentir toda tu verga dentro de mi culo”.
El resto de los presentes se nos quedamos viéndonos, mientras que yo tras soltarme de sus brazos, no sé cómo, ni por qué me recosté bocabajo sobre el sofá de su sala.
Imbuido por aquel mal sano espíritu, separé mis piernas, y con mis propias manos separé mis nalgas, ofreciéndoselas al dueño de la casa.
Lo que él de inmediato dijo, fue. “Chicos, ya saben, a caballo regalado no se le mira el colmillo” y tras darse un trago, se bajó los pantalones, quedando con su verga completamente por fuera.
La verdad es que ni tan siquiera la tenía parada, pero apenas comenzó a restregarla contra mis abiertas nalgas, como por arte de magia, su verga se le puso bien dura.
Mientras que yo horrorizado por todo lo que yo estaba haciendo, fui incapaz de impedírselo.
Por su parte, otro de los presentes antes de que otro fuera a adelantársele, se colocó frente a mi cara, al tiempo que fue sacando su verga del pantalón.
La que de inmediato, bajo el influjo del espíritu de la puta, enjuagué con algo de cerveza, y acto seguido me la he metido a la boca, y he comenzado a chupársela, al tiempo que me preguntaba mentalmente a mí mismo, por qué yo estaba dejándome hacer eso.
Justo en ese momento comencé a ser penetrado por el culo, por unos momentos saqué aquella verga de mi boca, y comencé a chillar, con esa femenina voz de puta.
Así que mientras me dedicaba a mamar aquella verga, chupándola divinamente, mi amigo el dueño de la finca continuaba metiendo y sacando toda su verga, al tiempo que, a mi vez, poseído por aquel inmundo espíritu, movía como toda una puta, mis nalgas.
En algunos momentos bajo la influencia de aquel, yo sacaba la verga de mi boca, y gemía de placer, pidiéndoles que me dieran más y más duro.
Lo que gustosamente ellos seguían haciendo hasta el mismo momento en que se vino dentro de mi boca, y garganta, por lo que involuntariamente me tragué toda la leche que soltó.
Es más aun después de que terminó de venirse, aun obligado por aquel abominable espíritu de la puta, continué chupando toda aquella verga, hasta que finalmente su dueño me la sacó de la boca.
Casi de inmediato, otro de los presentes ocupó su lugar y nuevamente el espíritu de aquella puta que me tenía poseído, continuó mama que mama.
Cuando de momento fue evidente que el primero en penetrarme por el culo, se había venido, sacó su verga y comenzó a venirse sobre mis nalgas.
Al mismo tiempo que yo, sumamente asustado y excitado, ya que, sin tan siquiera tocar mi propia verga, también me vine.
En esos momentos vi y sentí como otro de los presentes, agarrando mi camisa me limpió las nalgas y sin pensarlo mucho le ha enterrado toda su verga por el culo.
Lo más raro de todo era que yo, que me sentía poseído por el espíritu de la puta, chillaba de placer, no dejaba de mover mis nalgas y seguía pidiendo que me dieran bien duro.
En la mañana al despertarme, desnudo en el medio de la sala, lleno de semen por todas partes, dando tumbos como pude me dirigí al baño.
Donde después de bañarme, enjuagarme la boca un sin número de veces, y lavarme muy bien las nalgas, me encontró uno de los invitados en el baño, y cuando entró a lavarse la boca, al colocarse frente a mí.
Aun bajo la influencia del espíritu de aquella maliciosa puta, de manera descarada, me obligó a que le agarrase su verga, y sin pérdida de tiempo me dediqué a mamársela gustosamente, para posteriormente dejar que me volviera a dar sabrosamente por el culo.
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