FUTURLAND 4 LA CEREMONIA DE INICIACION (PARTE 2) MARCUS
Marcus, el joven soldado de 19 años, con la ayuda del 16añero Jim, va a estrenar el ano de 13 años de Albert en mitad de un estadio lleno de gente.
Tarariiiiiiii -sonaron las trompetas y se volvió a hacer un silencio espectral en el majestuoso estadio.
Marcus avanzaba con paso firme con su arm up colocado. Era algo incómodo: cada vez que daba un paso aquel huevo que tenía dentro de su ano provocaba que su pene se empalmase más, pero el cockring que rodeaba su pene hacía que su sangre no pudiese volver, con lo que su miembro parecía supergrande y que se agigantaba por momentos en cada paso hasta que llegó al circulo central del estadio. Unos veinte pasos firmes en los que era observado por un público espectante, ávido de emociones.
El roce del huevo en su próstata le había empalmado más que ningún día –o quien sabe si la expectación al ser observado por miles de personas desde las gradas–.
Jim sujetó, desde detrás, las piernas de su compañero en alto ofreciendo a Marcus el espectáculo de la estrellita de Albert, estrellita que iba a desflorar.
Sin pensárselo dos veces colocó el glande junto a la misma y en un paso firme y decidido Marcus penetró a Albert desflorándole mientras un oooooohhhhh y una ovación del público llenaron de voces el estadio.
Sus 19 centímetros de pene avanzaron poco a poco pero sin parar en el ano de Albert quien puso una mueca de dolor. Era la primera vez que recibía en su ano algo tan largo.
Ahora pensaba que había hecho lo correcto yendo la noche anterior a los vestuarios para entrenar metiéndose aquel consolador de plástico. Pero aquel dildo tenía 15 centímetros –no era tan largo (cuatro centímetros menos)– y tampoco era tan grueso como el pene de Marcus, que estaba tieso como si fuese de hierro.
Albert hizo una mueca de dolor cuando entró en él el 16 centímetro del largo y grueso pene de Marcus, un soldado chachas, de pecho marcado, con abdominales de gimnasio, y pene musculado y duro como nunca antes había probado.
El huevo anal lo excitaba más, y el saber que estaba siendo visto por todo aquel público y los veteranos de la Colonia, lo excitaban summun.
Jim sujetó las piernas de Albert para que el joven muchacho no pudiera escaparse a la par que facilitó la entrada de Marcus que de un tirón se la clavó toda.
Albert gimió de dolor pero sabía que tenía que soportar dolor y que el dolor muchas veces, como le habían enseñado en el colegio, era la antecámara del placer, por lo que sabía que, aunque le doliera, se tenía que dejar penetrar por aquel joven adulto musculado.
Jim besó a Marcus a la par que sujetaba firmes las piernas de su efebo amiguito.
–Ouch.
Albert gimió y Marcus también. Marcus empezó una penetración frenética
Cada vez que tomaba impulso las contracciones hacían que su huevo anal le excitase más en el perineo y en la próstata, con lo que a cada arreón que le estaba dando a Albert su pene era mayor y más duro. Nunca se lo había visto tan ancho ni tan grande.
Aquella situación primeriza para Marcus –era su primera vez como soldado en la isla– le excitó de tal manera que su mente de obnuviló y no podía parar de follar al pequeño Albert, que le estaban dando la follada de su vida en su ceremonia de iniciación
–Aguanta Albert, le dijo su amigo Jim mientras le sujetaba firmemente sus piernitas en alto.
Albert sabía que debía aguantar. Se había preparado para esto, para esta ceremonia de iniciación, durante dos años.
Marcus estaba en frenesí aumentando la velocidad de los arreones y cuanto más rápido le follaba al pequeño Allbert más excitado tenía su ano y más engordaba su pene, con lo que ambos chicos sentían un profundo placer.
Albert estaba a punto de desfallecer. Llevaban diez minutos follándolo como si fuese una máquina ganando velocidad. hasta que ya no pudo mas y de su pene brotó al aire un chorro de semen justo en el momento en que la polla de Marcus tocaba su próstata por centésima vez.
Marcus esta vez no se salió ni tomó impulso de espaldas para clavársela más a Albert sino que se quedó dentro de él dándole un fuerte arreon mientras eyaculaba dentro de su ano. Jim sujetaba las piernecitas de su compañero que había sido acabado de iniciar.
El público aplaudía frenéticamente mientras los chicos tomaban aliento.
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