Hasta esa noche ninguno de nosotros había sido maricón, todo pasó por mezclar marihuana con ron….
Un grupo de amigos se pusieron a beber ron y fumar marihuana, comenzaron echando chistes de doble sentido, luego se quitaron la ropa y que por el calor y terminaron dándose todos por el culo y poniéndose a mamar vergas..
Como nos encontrábamos bastante aburridos, salimos del pueblo, y tras caminar casi como unos quince minutos, llegamos a la casa de uno de mis amigos.
Apenas llegamos, seguimos bebiendo y contando chistes, pero después de un buen rato de estar tomando, y volviendo a contar los mismos chistes tontos, comenzamos a hablar de mujeres, que, si fulana si la afloja, que la hija del carnicero le gusta que le den hasta por el culo, que una de las maestras de la escuelita es lesbiana, y su marido lo ignora.
Ya nos encontrábamos algo más que tomados, cuando el dueño de la casa, con la excusa de que era verano, y diciendo que tenía mucho calor se quitó la camisa.
Al poco rato la mayoría de nosotros lo habíamos imitado, y eso fue motivo para seguir riéndonos, pero del gordo, ya que, por lo grande de sus pechos, parecían un par de enormes tetas.
En medio del vacilón uno de los presentes, le pregunto al gordo a manera de broma que, si se las dejaba tocar, a lo que el gordo contesto sin ponerse bravo, que sí, siempre y cuando a su vez él también le mamase la verga.
Ya para esos momentos habíamos bajado más de media botella entre nosotros cinco, y las palabras del gordo nos trajeron a la memoria, cuando siendo más chicos, en ocasiones nos masturbábamos todos juntos, y en más de una ocasión, alguno de nosotros se la hacía a otro, y viceversa.
Entre trago y trago no me acuerdo quien fue el primero en quitarse los pantalones, pero después de un buen rato, con la excusa de que hacía mucho calor, ya todos estábamos en interiores, contando o mejor dicho inventando cosas sobre algunas de las mujeres del pueblo, al punto en que uno de los muchachos se comenzó a masturbar.
Era prácticamente como cuando todos éramos adolescentes, y porque no lo voy a decir yo también me puse a jalar mi tripa.
Entre los tragos de ron, y lo que estábamos inventando, no sé precisamente quien sacó varios cigarrillos de la importada, y que sin perder tiempo nos pusimos a fumarla, y entre el ron, que habíamos bebido, el estar hablando de sexo, y estar masturbándonos, nos comenzamos sentir mucho más excitados, en mi caso cuando escuché a uno de mis amigos, preguntarme si me gustaría que él me la hiciera, al mismo tiempo que yo a él, sin pensarlo mucho le respondí que sí.
Realmente, o por lo menos yo no deseaba acabar de inmediato, y así se lo hice saber a mi amigo, el cual me pidió lo mismo, suavemente agarré su verga, al tiempo que él agarraba la mía ante la mirada de los otros tres amigos nuestros.
Mientras nos las jalábamos mutuamente, de momento veo que al gordo tras quitarse los grandes boxes que aún tenía puestos, entre otros dos comenzaron a acariciar sus grandes pechos, incluso uno de ellos hasta se los comenzó a besar, o lamer como si fueran las tetas de una mujer, al mismo tiempo que el otro que nos acompañaba, y el primero acariciaban y agarraban la verga, y las bolas del gordo.
Así que entre los cinco de momento nos encontramos participando de una orgía, a medida que el que estaba conmigo, y yo nos continuábamos masturbando mutuamente, tanto él como yo, poco a poco nos fuimos pegando más, él uno al otro, al punto que sin dejar de masturbarnos comenzamos a besarnos.
En mi vida yo había besado a otro hombre, pero poco me importó en ese instante, ya que se sentía tan rico que mi amigo me estuviera haciendo la paja, que el besarnos fue como algo extra, dentro de nuestra excitación.
Ocasionalmente les daba un vistazo a los otros, y a diferencia de nosotros, no tan solo se estaban besando, y acariciando por todas partes, sino que ya el más pequeño mantenía la verga del gordo dentro de su boca, dándole una tremenda mamada.
Al tiempo que el otro, estaba colocado tras el gordo, acariciando sus pechos, y restregando su verga contra las nalgas del gordo, que se movía de lado, a lado como si realmente ya lo tuvieran clavado.
Pero entre mi compañero y yo surgió una pequeña diferencia, tanto él como yo queríamos comerle el culo al otro, hasta que llegamos a un punto, que ni él, ni yo, queríamos ceder en ser el primero, ya a mí se me estaban quitando las ganas, cuando mi amigo me propuso que lo hiciéramos a un mismo tiempo.
La verdad es que cuando lo escuché, pensé este me quiere coger de pendejo, y ya estaba a punto de mandarlo al coño de su madre, cuando comenzó a decirme, mira yo nunca lo he hecho, pero se me ocurre que, si los dos nos recostamos, tu sobre mí, o yo sobre ti, pero en lugar de cara a cara, yo coloco mis pies hacía tu cara, y tu colocas tus pies hacía mi cara.
Tras pensarlo por unos segundos, imaginándome como quedaríamos, pensé que quizás si era posible que eso funcionara, me di cuenta de que mi verga alcanzaría su culo y la del el mío.
Sin demora alguna, y sin dejar de pajearnos, nos colocamos en esa posición, al principio nuestras vergas chocaron la una contra la otra, y por un corto rato nos las restregamos mutuamente, pero tras nosotros abrir nuestras piernas, y doblarnos, nuestras respectivas vergas quedaron justo frente al esfínter del otro, poco a poco, mutuamente comenzamos a movernos, y fue cuando comenzamos a sentir a un mismo tiempo, como nos penetrarnos el uno al otro.
En cierto momento estuve ganas de hasta quitarme, por el dolor que me producía la verga del penetrando mi culo, pero al mismo tiempo, el placer de estar siendo penetrando por él, hizo que continuase moviendo mis nalgas, sin preocuparme por penetrar a mi amigo, y sin fijarme tanto en el dolor.
Entre doblar un poco más las rodillas, e ir empujando mis caderas, finalmente él me había penetrado por completo, hasta que comencé a moverme rítmicamente, y el placer fue en un franco aumento.
Sentía como su dura y caliente verga me entraba, y salía prácticamente por completo de mi culo, mientras que yo me masturbaba, con nuestros brazos nos apretábamos, más y más, sin dejar de decirnos mutuamente lo mucho que nos gustaba estar haciendo eso.
Hasta que, al centrar mi vista en nuestros otros amigos, vi claramente que, al gordo, le continuaban mamando su verga, como si fuera un cabrito muerto de hambre, mientras que el otro abandonó las grandes nalgas del gordo, y se encontraba penetrando al más pequeño del grupo, salvajemente por el culo, que movía sus nalgas de manera frenética, mientras que, sin vergüenza alguna se besaba con el gordo.
De no ser por la incómoda postura, creo que lo hubiéramos seguido hasta él acabar dentro de mi culo, pero cuando él que le daba por el culo al más pequeño del grupo, propuso alegremente que hiciéramos un tren, tanto mi compañero como yo aceptamos, sin pensarlo mucho.
El gordo también se apuntó, y finalmente el más pequeño también aceptó, pero con la condición de querer ser la locomotora, de inmediato él se puso en cuatro, luego los demás nos fuimos colocando y finalmente el gordo.
Después del tren, al gordo se la siguieron mamando, mientras que yo sin mucha presión por parte de mis amigos, dejé que me clavasen sus vergas, al tiempo que yo se la mamaba a otro.
Sin temor a equivocarme, creo que ninguno de nosotros cinco antes habíamos hecho algo similar ni parecido.
Cuando me desperté ya cerca de las 10 de la mañana, tenía sobre mi cuerpo al gordo, y en mi boca la mustia verga de uno de mis amigos, toda mi cara estaba llena de leche, y mi culo completamente abierto, como si fuera una ponchera, del sin número de veces que me clavaron mis amigos sus vergas.
Después de darme un duchazo, me vestí y me marché sin hacer ruido, ni despedirme.
Ya estando en mi casa, comencé a ver como todos, y cada uno de mis amigos regresaba a la su casa, sin decir nada, ni tan siquiera saludar.
Como a las dos semanas, los cinco nos volvimos a reunir, pero en licorería, volvimos a comprar ron, y como si nada hubiera pasado entre nosotros, regresamos a la casa de nuestro amigo ya casi llegando se nos sumaron otros tres.
Todos continuamos bebiendo, después fumamos, y no había pasado más de una hora, cuando otro de mis amigos, y yo por perder una apuesta, nos encontrábamos completamente desnudos, cuando el resto de los chicos sacaron sus vergas, y nos pusimos a mamar.
No pasó mucho rato cuando todos se quitaron la ropa, y nuevamente dejé que más de uno de nuestros amigos me dieran por el culo.
Al siguiente día, la excusa perfecta fue, que no estábamos acostumbrados a beber tanto ron, y fumar marihuana, pero definitivamente, ninguno de nosotros era maricón.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!