He llorado de placer
Daniel y Alejandro culean desde su más tierna edad y han logrado conectarse de una manera mística.
Ale y Dany se encontraban en el momento más esperado por ambos, sus cuerpos por unirse en una danza de pasión y deseo. La habitación estaba iluminada solo por la luz suave del sol que se filtraba a través de las cortinas, creando un ambiente mágico y sensual. Les encantaba culiar a la luz del día y les encantaba el verbo “culiar”. Aunque no fuera necesario se decían siempre a modo de pregunta “¿Culiemos?”
Ambos estaban solo en ropa interior, Dany tomó a Ale por detrás, envolviendo su cintura con sus brazos fuertes y acariciando su piel suave, le apoyó la pija que se sentía dura debajo del bóxer. Ale sentía en su espalda el pecho vigoroso y fuerte de Dany, una sensación que lo hacía sentir seguro y deseado. La respiración caliente de Dany en su oído, mientras lo apretaba le mordía el cuello suavemente lo hacía estremecer de placer, mientras que sus manos expertas exploraban cada curva de su cuerpo. Ale se dio vuelta y besó su boca mientras sus pijas paradas hacían contacto como si fueran a estallar dentro de la ropa interior. Ale bajó con sus labios por el cuello de Dany, poco a poco hasta llegar a sus pectorales, siguió por su abdomen hasta quedar arrodillado, le bajó el boxer a Dany y su pija pareció dar un salto. Esa posición reflejaba exactamente la devoción que Ale sentía por la pija, era como si la estuviera venerando.
Ale comenzó a chupar el glande de la pija de Dany dando giros con su legua alrededor. chupó una y otra vez esa rica verga hasta tragarla. A Dany le encantaba ver los ojos llorosos de Ale cuando le hacía garganta profunda. El sabor del líquido preseminal de Dany ya había danzado con las papilas gustativas de Ale. Sin decir palabra, Ale se levantó y empezó a rozar su culo aún en bóxer sobre la pija hermosa de Dany, como una danza animal de pareamiento. Ambos fueron hacia la cama y quedaron arrodillados sobre ella. Dany le siguió frotando el culo con su verga hasta que le sacó el bóxer. Ahora sí, los dos estaban completamente desnudos.
Antes de profundizar en su unión, Dany tomó un pomo de lubricante y lo aplicó generosamente sobre ambos, asegurándose de que el acto fuera placentero y sin dolor para ambos. La sensación del lubricante fresco y resbaladizo sobre su piel aumentó el deseo mutuo, haciendo que cada caricia fuera más intensa y apasionada.
Con un movimiento suave pero firme, Dany penetró a Ale, llenándolo con una sensación de plenitud y satisfacción. La conexión entre ellos era tan profunda que parecía como si sus almas estuvieran uniéndose en ese momento. El lubricante permitió una fricción perfecta, haciéndolo todo más fluido e intenso.
Mientras Dany se movía dentro de él, Ale sentía oleadas de placer recorriendo todo su cuerpo. Cada movimiento era como una caricia apasionada, llenándolo de deseos insatisfechos hasta ese momento. La espalda fuerte y musculosa de Dany era un recordatorio constante de la pasión y el deseo que los consumían. Los brazos de Dany envolvían a Ale apretándolo y Ale hacía lo mismo pero hacia atrás, empujando en culo de Dany, como si eso ayudase a que la penetración fuese más profunda. Los movimientos eran lentos pero intensos, luego Ale se reclinó hacia adelante quedando en cuatro patas, este era el momento para la parte más intensa, pero todo sin decir palabra. Dany le agarró la cintura y lo empezó a culear más fuerte. Las embestidas parecían golpes y los gemidos agudos de Ale llenaban la habitación combinados con la frase “¡Ay sí, culiame Dany, culiame!” “¡Dame pija, sí, que rico!” “¡Culiame Dany, culiame!” Esto a Dany lo exitaba más y cuando veía que se le salía la leche, bajó un poco la intensidad de sus movimientos, respiró y se acomodó para quedar nuevamente con su pecho en la espalda de Ale. Esto permitía que Ale girase su cabeza levemente y pudieran besarse al ritmo de la penetración, ahora suave pero intensa. Esos besos eran como un atajo hacia la eyaculación. De repente Dany apartó su boca de la de Ale y empezó a gemir con un grave y seguro “¡Ah… Ah…Ah…”! que se prolongaba haciendo inequívoco que estaba vertiendo toda su leche dentro de Ale, que tenía la capacidad de llegar al orgasmo sin tocarse la verga. Dany sabía que Ale aún no había acabado y lo siguió culeando pese a haber eyaculado. Estas embestidas eran diferentes porque la cantidad de leche que Dany le había metido se salía del culo de Ale chorreando por su perineo tan sensible hasta llegar a sus bolas. Esa sensación y las penetraciones lubricadas con semen hicieron que Ale, que gemía agudamente comenzase a llorar de pacer cuando su orgasmo se hizo presente. Su pija lanzaba chorros interminables al aire mientras sus lágrimas de éxtasis rodaban por su cara. Mientras sus cuerpos se estremecían bajo las olas del placer más puro, fueron bajando hasta quedar acostados, con la pija de Dany todavía metida en el culo de Ale hasta que se desvaneció dejando salir leche menos espesa del culo saciado de Ale.
Buen relato.