Historia de mi vida sexual como gay (4)
En esta parte, toca contar mis experiencias sexuales con Manu y Rafa, dos adolescentes bien varoniles que, en secreto, se aprovecharon de mi homosexualidad para hacer realidad fetiches o usar mis cavidades como depósito de semen..
Lo cierto y lo concreto es que yo, el día que vaya a cumplir 18 años y a diferencia de muchos, tenía encima una historia con 100 meses desde que empecé a recibir el ADN de los hombres…y no precisamente por ser estudiante de biología. Y cuando hablo de ADN, me refiero a todo ese semen que me depositaron, ya sea en lo más profundo de mi ano hasta en los dos agujeros de mi oreja; pocas eran las partes de mi cuerpo que aún no fueron disparados con el distintivo líquido varonil…la verdad es que por cada libro que me regalaron, solo en mi culo largaron 20 veces; por cada pelota que chuté, pija chupé en diez ocasiones. Y como regalo por mis 15 años, Raúl puso su poronga a disposición para la 30 mamada hecha por mi boca, la cual para mí fue especial ya que al fin no me violentó con sus manos y lastimar mi garganta…30 petes, 30 lecheradas, 30 veces que lamí y succioné la misma pija…
Luego de pasar dos meses tras cumplir 15 años y, de manera sorpresiva, pasaron dos cosas: Raúl se borró de mi vida por un largo tiempo, sin explicaciones y, a través de una amiga, le conocí a Rafa y a Manu, ambos del tercero de la media; Rafa era un blanco rubio de cuerpo delgado con 17 años, dieciocho de poronga, el típico flaquito desnalgado con cara de pajero; pibe sociable con muchos amigos que le respetaban por chutar bien y por su historial de cogidas, siendo la mejor cuando le reventó y luego le llenó el agujero de leche a una de las rubitas más deseadas del cole, los perros le ovacionaron por darle pija sin parar a esa colegiala de 14 años y, luego de juntarles en ronda para contar con lujo de detalles, hizo que unos 15 pibes llenaran de semen el piso del vestuario, al hacerles imaginar a cada uno de ellos tener a la nena sentada en sus miembros gritando de placer y pidiendo lefa. Ahora bien, por otra parte, Manu era un feroz trigueño, tan alto y corpulento que yo apenas le llegaba a sus pectorales…y con el único deseo de pasarse la vida dando de mamar con su dotado miembro masculino.
Siendo directos, los dos compartían el deseo de cumplir sus morbos conmigo, aunque ellos nunca supieron que me compartían y que conmigo fueron «hermanos de leche». Como yo ya tenía fama de putito, Rafa callado fue el primero que me encaró y, sin dar vueltas, me llevó directo a su casa y en esa primera vez, luego de poner en su tele de su pieza porno hetero a full por un buen rato, me dice «Sabemos que a vos lo que te gusta es una feroz pija y yo lo que tengo como fantasía es pajearme encima de una cara mientras veo porno y tirar leche, no te quiero coger pero si te interesa, te voy a revocar esa carita las veces que quieras, ¿te va?»… «A full yo taladro conchitas pero sabes luego, las mujeres son delicadas no se dejan hacer esto que yo quiero y me pregunto si vos te vas a dejar», y le dije «Dale bueno, vamos a probar Rafa porque me gusta la leche pero, si te da ganas, me podés coger cuando quieras o dejar que te chupe»… «Bueno bb, sacate la remera para no manchar y acostate acá mirando hacia arriba si?»…
Y por su parte, Manu, aunque al principio dudó de hacerlo conmigo, una vez que tomó confianza me hizo chuparle la poronga una y otra vez… con peteadas en donde me bombeaba brutalmente la garganta o me pedía que le chupe despacio, me hacía tragar enterita o a veces, poniendo su mano por el tronco, me hacía succionarle solo el glande, perdiendo la cuenta de las veces que me hacía mamar ya sea arrodillado, boca arriba o abajo en la cama, sentado en el sofá, silla, water o directo en el piso con mi nuca golpeando a ratos la pared al compás de la penetración…Manu solo me daba sexo oral, a causa de sus hembritas que poco y nada le hacían el pete y así se pasaba dándome de tomar siempre unos dos a tres tiros de condensada leche por vez. A diferencia de mis otras experiencias, Manu me largaba siempre en la boca y yo, sin protestar, lo tragaba hasta la última gota.
Y volviendo con Rafa, el ritual normalmente empezaba con una buena porno casera en su pantalla, mi remera al suelo y mi cuerpo acostado con mi cabeza ya sea pegada a su panza o encima de sus muslos, para luego sentir el movimiento de sus brazos agitando su mamadera bien estimulada con tremendas escenas porno y acompañadas por detalles de sus promesas sexuales, esas gotas de precum iban cayendo en mi cara como previa de la abundante lecherada final que con sus manos me lo empavonaba por todo mi rostro; recuerdo que le calentaba decirme cosas como por ejemplo comparar los vídeos con sus garches o fantasías «Mirale a esa puta, le encanta de cuatro… asi mismo le cojo a tu amiga pero más fuerte», «Quiero darle huevo a una de 12 y que se aguante tenerla adentro», «Pegaría ver la cara desesperada de tu amiga Rocío cuando le reviente el culo y antes de largar le meta en su conchita y su reacción al soltarle toda mi leche hasta dejarla preñada», «Osino ver tu reacción cuando te coje una bien grande patitas al hombro, a ver cuánto aguantas»… «Che, en serio te gusta pio así que me pajee encima de tu cara?»… «¿Será que ya te hicieron doble penetración?», «¿Ya tuviste una poronga que te hizo llorar de dolor?»… «Ehhh sí, el del novio de mi mamá varias veces hasta largar», «Legal? Cómo fue? En que posición estabas cuando lloraste?»…»¿Y te largó encima de tus lágrimas o te preñó?»…Y yo, para ayudarle con el morbo, respondí: «Se subió encima de mi espalda y me metió duro sin parar, ahí lloré, grité y me quise zafar, hasta que me agarró fuerte y con su bóxer tapó mi boca y casi me quedé sin aire y me bombeó full hasta que sentí su leche caliente dentro de mi colita». Y en ese momento, se calentó tanto que empezó a golpearme una y otra vez con su pija por toda mi cara… «Ufff dios mío Javi, que putito que sos, tomá te merecés esto de premio, ¿Te gusta, querés más?»…»Sí Raúl, se siente rico»…»Ahí tenés, dale, sentí la fuerza de este mazo igual o quizá más rico de tu papi», «Que tremenda putita sos, lloraste pero bien que te pasaste igual comiendo la mazorca que era de tu mamá», «Así que ahora abrime bien la boca y empezá a chuparme, quiero que pruebes mi pene en tu boquita hasta sacarme la leche, te lo ganaste por putaso»… y así fue la única vez que le hice oral para luego disfrutar el sabor de su producción láctea, la misma que hasta ese momento siempre llenaba mi cutis y dejaba dura mi piel.
En resumen, los siguientes meses me pasé con mi cara empavonada y mi estómago de abundante leche, por parte de uno que feliz se pasaba jalando su ganso apenas encima o al lado de mi nariz y del otro que invadía mi garganta y pincelaba mis labios para descargarse en placer y así, entre pijazos en mi mentón y mi lengua en testículos, iba yo agregando páginas a mi vida sexual como joven gay pasivo y sumiso, como cuando Raúl dejaba de pajearse para golpearme con su pija hasta por mi nariz y con el pijudo de Manu llenando sin pausa mi estómago con esa blanquecina sustancia. Pero algo me faltaba volver a sufrir o sentir en mi culo, ya que en todo este tiempo se me negó el sexo anal, aunque por suerte esa realidad estaba por cambiar, para mi goce y felicidad…
Como sigue?
Bb en proceso parte 5
Gran relato, me encanta esta historia 🔥😋
Muchas gracias por el apoyo, cuando quieras chat hot