Historias del amor prohibido; Por que me escondo en los matorrales.
corrí, pero no podía divisarles, por más que quería, me paré un momento para tomar aire y en lo que trataba de recuperar el aliento escuche unas voces tenues que casi parecían susurros, parecían venir fuera de la vereda, ya entrando al monte, claramente las distinguí, eran Mario y Samuel.
La vida de campo es algo extraña, las costumbres son bastante diferentes a las que tenemos incluso en los pueblos pequeños de un par de miles de habitantes, en el campo con poblados de apenas unas centenas de personas, la gente es más comunicativa y cercana, por lo que los secretos son más difíciles de guardar, pero cuando vives en un lugar con tan poca privacidad todos los secretos dignos de guardar son por mucho más obscuros o por lo menos en el sentido conservador de nuestra sociedad.
La vida de campo también es extrañamente seductora para nosotros los que vivimos en sociedades más grandes, el medio rural es apasionante y seductor, la naturaleza, lo artesanal, la calidez de la gente, su alegría, etc.
Así comienza la historia de Antonio:
cuando niño mis padres me llevaban constantemente de visita a una comunidad rural cercana a nuestra ciudad (apenas 15 minutos de carretera) mis abuelos solían vivir ahí por lo que cada vez que mis padres tenían un dia libre era una ida obligatoria, por lo que íbamos por lo menos un dia a la semana y en ocasiones hasta 2 o 3 veces si las circunstancias se prestaban, lejos de molestarme a mi me encantaba hacer este viaje.
Cierto día de estos ya cansado de estar sentado en la sala sin hacer nada recordé que mis abuelos tenían unos ahijados con los que podía jugar, así que después de pedir permiso a mi mamá camine unas cuadras para la casa de ellos.
al llegar me encontré a Paúl el cuarto hijo de seis, él me llevaba 3 años y era el más amistoso de los hijos adolescentes, el tenia 14 y siempre tenía una sonrisa alegre en la cara, era muy bromista al punto de ser pesado, pero igual me caía bien, ellos eran de condición muy humilde, por lo que su casa no tenía luz, gas o televisión y solían trabajar desde muy temprana edad, ellos provenían de un pueblo indígena y mantenían algunas costumbres algo «raras» según las palabras de mis padres, se corría el rumor que el padre había tomado a su hija mayor como segunda esposa después de que ésta intentara huir con su novio, yo solía pensar que eran chismes pero por lo que me enteré más tarde, esto era cierto.
Me acerque a él y me saludo con mucho gusto, siempre se animaba cuando me veía, pues le encantaba hacerme mil y una bromas a las que finalmente caía por mi gran ingenuidad.
-Hola Paúl, ¿vamos a jugar?- pregunte, siendo ese todo mi interés.
-Si, nomas que no se acaban de ir Samuel y Mario por leña, ¿si quieres vamos a acompañarlos?-
-si, está bien- le respondí con entusiasmo.
Nos fuimos rumbo al cerro a encontrarnos con los hermanos de Paúl, corrimos para alcanzarlos y cuando al fin los divisamos decidimos gritarles para que nos esperaran.
-¡Samuel, Mario, espérennos! ¡ya vamos para allá!-
-¡HEEEEEEY regresen!- Grito de vuelta Samuel algo molesto.
-¿que? ¿por qué?- pregunto Paúl aun gritando.
-si mi papá llega y no ve a nadie se va a enojar- este argumento fue suficiente para regresar a Paúl, que al llegar a la casa se encontró a su mamá, está lo regaño por irse y lo mandó a limpiar el terreno de un señor, que les iba pagar por el trabajo, Paúl medio molesto se fue tirando maldiciones a regañadientes, eso si muy bajito para que su mamá no lo oyera.
Yo me quedé ahí solo y pensé «pues si yo no me tenía que regresar» después de todo era Paúl el que debía recibir a su papá, así que me fui corriendo para alcanzar a Mario y Samuel. corrí y corrí, pero no podía divisarles, por más que quería, me paré un momento para tomar aire y en lo que trataba de recuperar el aliento escuche unas voces tenues que casi parecían susurros, parecían venir fuera de la vereda, ya entrando al monte, claramente las distinguí, eran Mario y Samuel, así que decidí ir a ellos y como no me esperaban pensé en darles un susto, me agache y casi arrastrándome me acerque a donde estaban ellos, pero antes de que pudiera decir nada me sorprendió el espectáculo que estaba viendo, rápidamente me escondí entre unos matorrales para que no me vieran y trate lo más posible de no hacer ruido.
Una vez que mi nivel de sorpresa disminuyó un poco me levanté un poco de mi escondite para echar un nuevo vistazo a Mario y Samuel, que dado a su concentración no se percataron en absoluto de mi presencia, además como se encontraban dándome la espalda no había riesgo de ser descubierto, ¿que estaban haciendo? te preguntaras, pues sencillamente Samuel (quien era solo un año mayor que Paul) tenía a Mario de 6 años en cuatro frente a él y lo tomaba por la cintura, mientras lo embestía con sus caderas, clavando su pene en el ano de su hermano, yo en ese entonces no era un desentendido de lo que estaban haciendo, pero a mis 12 años apenas me encontraba descubriendo la sexualidad por lo que este espectáculo era muy shockeante para mi que no hacia mas que embobarme.
Las embestidas de Samuel eran fuertes y rápidas, claramente no era la primera vez que lo hacían. La verga de Samuel era algo grande para la edad algunos 10-12 cm y un grosor leve, por lo que era aún más fácil para Mario recibirla, pues tal vez de estar completamente desarrollado Mario hubiera tenido un desgarre.
Pese a que estaba escondido podía observar a la perfección el acto, las morenas nalgas de Samuel sin ningún vello, sus grandes huevos rebotando contra los huevitos de Mario, los gemidos ahogados de ambos y ese bonito sonido de aplausos. Yo me encontraba absorto ante este hermoso show, una erección se pronunciaba en mi pantalón, tan distraído estaba que no me di cuenta que un pequeño insecto se trepó por mi pierna y cuando me di cuenta me dio un susto terrible que me hizo brincar de mi escondite y pegar un grito que naturalmente alertó a los calenturientos de mi presencia.
Una vez que me deshice del indeseable insecto mire al frente para ver a Samuel viéndome de frente y con a mirada más seria que nunca he visto, intente correr, pero el me tomo del brazo, lo que me hizo congelarme en dicho lugar, no podía pronunciar palabra alguna, estaba aterrado y la cara de Mario era de angustia, pero Samuel tenía car de que me iba a matar en ese instante.
-¿Que estabas haciendo ahí?- preguntó seriamente
-Es que me regrese para acompañarlos y un insecto trepo mi pierna, les juro que no vi nada- respondí con muchos nervios y con la lengua casi trabada del miedo.
Samuel miró primero a Mario y sin esperarlo cuando se volvió a mi me puso contra un árbol, pensé que me golpearía, pero en lugar de eso recargo su cuerpo contra mi aun estando de frente, por lo que pude sentir su erección contra la mía, mientras el metía sus manos debajo de mi ropa interior y me manoseaba las nalgas, puso su boca en mi oreja y me dijo:
-Esta bien, no le diremos nada a nadie-
Me sorprendí mucho, pero la verdad lo deseaba con ganas, sentía una enorme curiosidad y sus manos me estaban masajeando tan rico que debilitaba mi voluntad, me puso tan caliente que le empese a besar el cuello, pero en vez de continuar Samuel se me separo
-¡¡¡ora pinche puto!!! pa’ que me besas- me dijo.
-perdon, es que creí que…-
-esta bien, pero no seas puto, si quieres verga ahorita te doy, nomas no me beses que yo no soy joto- añadio Samuel, yo me sentí ofendido, pero la verdad tenía tanta calentura que no replique en absoluto, ni siquiera pensé en lo tonto que era llamarme puto cuando era el que me comenzo a manosear primero, y la verdad es que no tuve mucho tiempo para hacerlo porque enseguida samuel se abrio el pantalon y dejo al descubierto su verga, era morena, completamente lampiña, incluso yo que era mas joven tenia unos cuantos bellos, pero el no tenia ni uno en absoluto y como dije de un tamaño algo grande para la edad, pero sin ser realmente monumental o siquiera grande a un criterio más general.
-Mira, aqui esta, ¿se te antoja verdad?- preguntó Samuel, a lo que yo asentí sin palabra alguna y simplemente se la agarre, no me podía quedar con la curiosidad.
-¡ves que si eres bien puto! nomas la viste y se te antojo- agregó el, y la verdad no se equivocaba.
Una vez que Samuel vio que ya me tenia bien atontado me agarró por los hombros y me guió para ponerme a gatas, que sin queja u objeción alguna hize, ya en cuatro se colocó detrás de mí y me bajó los pantalones, yo me sentía muy nervioso pero todo se me olvido cuando me empezó a meter los dedos, al principio me dolió por que era brusco, pero como tenía dedos delgados aunque callosos los pude soportar, además ayudo un poco el placer que cada vez era más grande, mientras tanto Mario, que no quiso desaprovechar se bajó los pantalones y me puso su pequeño pito erecto en la boca, capte desde el principio y se lo empeze a chupar, no era nada difícil y el sabor pene de niño era muy rico, ese sabor a pipi así como saladito, estaba en la gloria, en eso sentí que Mario me dejó ir la verga, que no era más dolorosa que sus dedos, eso si la textura y movimientos eran muy diferentes, tanto que era más placentero.
Samuel era una maquina y ni por que era mi primera vez me tubo consideración, me estaba penetrando con ganas, tanto que yo no podia hacer mas que pujar con la verguita de Mario en la boca.
Después de unos segundos al parecer Mario tuvo suficiente y entonces le pidió Samuel que me levantara para tener acceso a mi pene así que Samuel me puso en la misma posición que estaba el y empezamos a coger de rodillas, era un poco mas incomodo y menos placentero, pero cuando Mario me la empezo a chupar cambie de opinión, Mario no me la chupo mucho, en lugar de eso se acomodo en posición y comenzamos un trenecito gay tradicional, mi pequeña verga de unos 7 cm comenzó a punzar y mi corazon latia a mil, yo no sabia que pasaba, pero estaba teniendo mi primer orgasmo, una vez que mi pene se durmió pude ver el liquido blanco casi transparente de mi primera eyaculacion salir de Mario.
Al verme despegado de Mario Samuel aprovechó y en un movimiento brusco me empujo contra el suelo y se monto sobre mi, ya para este punto lejos de asustarme esto me gusto bastante, y ah samuel también, por que su respiracion se volvio rapida y mucho mas caliente, me erizaba la piel sentir su aliento en mi cuello, además de las muchas palabras denigrantes que me decía, y de pronto un líquido caliente recorría mis entrañas, y con él disminuyó progresivamente la velocidad de Samuel hasta detenerse, una vez que se salió de mi culo pude sentir el líquido brotar de mi ano, era más blanco que el mio y mas abundante, pero era delicioso sentirlo salir, sin saberlo había descubierto el rico fetiche de ser cogido por atras, dominado y preñado por un hombre y vaya hombre era Samuel, pese a su edad era todo un macho.
Nos quedamos tumbados ahí durante un buen rato, una vez que nos recuperamos del éxtasis nos levantamos y continuamos como si nada, veía ah samuel cortar leña como todo un hombre y sin querer me imaginaba como su esposa a su lado, me lo imaginaba llegando de cortar la leña y aventandome contra un catre para preñarme todos los días, mientras Samuel y Mario simplemente hacían bromas y me decían cosas que lejos de humillarme me daban ganas de bajarme el pantalón y dejar que me preñe de nuevo, finalmente después de un rato llego Paul y las bromas se detuvieron ya una vez recolectada la suficiente leña nos fuimos y mire por un instante el pedazo de suelo donde Samuel se convirtió en mi primer macho y Mario en mi primer culito.
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Hola disculpen mi ausencia, me cuesta trabajo actualizar, pero aún tengo miles de ideas por plasmar así que no dejes de seguir esta hermosa historia.
Mi tg es @LunaG08 si desean conversar algún día
Pueden Leer todas las partes de este relato y más aquí o en una recopilación en mi Wattpad, pueden buscarme como:
@GatoBlancoYNegro
Bye los quiero.
Wao que rico relato
como sigue