Humillándome con mujeres II
Me sigue encantando humillarme con mujeres..
Continúo con mi relato. Esta vez con Diana.
Con Diana.
A Diana la conocí en la calle, la verdad no es que fuera muy bonita, más bien algo gorda, bajita. En realidad, no es que me importase mucho, no tenía la menor intención de andar con ella. Le comencé a hablar solo para forzarme a hacer puterías. Se me ocurrió una que me pareció divertida. Salimos un tiempo, hablábamos seguido por whatsapp y por teléfono, salíamos al cine o a comer, quería que creyera que me interesaba como novia. No sé bien el porqué.
Yo le había dicho que vivía con una amiga que se llamaba Andrea, cosa que no era cierta, pero era parte de mi plan. Un día cuando me pareció buen momento de llevar a cabo mi plan comencé. Le mandé un mensaje a Diana. Mi idea fue hacerme pasar por Andrea, aunque ese realmente era el nombre que usaba cuando comencé a travestirme.
Yo: Hola
Diana: Hola, cómo amaneciste
Y: Bien… Emm, oye soy Andrea, la chica que vive con «Raymundo» (Me diré así)
D: Ah hola, todo bien?
Y: oye creo que le gustas mucho a mi amigo.
D: ¿Cómo sabes?
Y: pues me lo ha dicho, además guardó tu contacto con un corazón
D: pero por qué me hablas desde su teléfono?
Y: Lo dejó, se le olvidó porque lo estaba cargando, y ahorita me marcó para asegurarse que lo había dejado aquí, va a tardar un rato.
D: y por qué me preguntas eso?
Y: quería saber si tú estás interesada en él
D: La verdad sí me gusta mucho
Y: mmm
D: te molesta?
Y: no, realmente hago esto por ti
D: Por mi? Cómo?
Y: pues…
D: Que?, no estás celosa?
Y: no, en serio, esto lo hago por ti.
D: pero cómo que por mi.
Y: no te has dado cuenta de algo raro?
D: no, que?
Y: Pues que Raymundo es un poco…. rarito.
D: de qué hablas?
Y: es medio puto…
D: ehhh??
Y: wow en serio no sabías
D: no puede ser. No te creo, estás celosa?
Y: mira, no me creas, te lo puedo demostrar. Mira esto
(fui a mi cajón de ropa interior y le tomé fotos, había toda clase de tangas, algunas de hombre pero también muchas de mujer)
D: mmm pero eso qué? Puede ser tu ropa interior
Y: mira no me creas si no quieres, lo puedes comprobar por ti misma. Él siempre usa tanga, a menos que crea que va a tener acción, en ese caso se pondrá bóxer, en cualquier otro caso trae tanga, a veces de mujer.
D: por qué me dices esto?
Y: porque yo también quería con él y me hizo perder el tiempo, cuando es obvio que le encanta la verga. Y no quiero que te haga perder el tiempo a ti o a ningún otra chica.
D: pero no eres su amiga?
Y: Sí, pero eso no le da derecho a hacerte eso. Pero mira, has la prueba, la próxima que se vean dile que si van a un hotel.
D: pero si no nos hemos ni besado
Y: pues bésalo y agárrale las nalgas, vas a ver, trae tanga. Eso sí, tiene unas nalgas… uff.
(quise promover un poco mi culo)
Y: Pero bueno chica, compruébalo, nos vemos. Voy a borrar estos mensajes.
Al día siguiente hablé con Diana y me propuso ir al cine, cosa que por supuesto acepté. Me puse un pantalón algo ajustado y una tanga rosa de mujer como le había dicho incluso tenía un pequeño holán. Para mi sorpresa Diana me saludó muy afectuosamente y me dijo que mejor fuéramos a beber algo, unas cervezas. En el lugar, ya con un par de cervezas encima, Diana comenzó a preguntar sobre la amiga que vivía conmigo, que cuándo la conocería y cosas así, yo le inventé cualquier cosa, porque no me interesaba demasiado, lo que quería es ponerme en la situación en la cual se diera cuenta que traía tanga. Pero no pasó nada relevante.
La siguiente ocasión que la vi, iba con una amiga suya, me dijo que, si podíamos ir a su casa a recoger algo, no recuerdo bien. La amiga se llamaba Fabiola, no tenía mayor chiste, algo fea, muy bajita, sin ningún interés. Pero pasó por mi cabeza una idea que me excitó: si Diana no quería saber si tenía tanga, iba a enseñársela a Fabiola y ver qué pasaba. Ese día cambié mi estrategia y llevé un pantalón flojo, y una tanga rosa de encaje, con varias tiras, era muy claro que era de mujer. Aproveché un momento que Diana fue al baño y pedí un vaso con agua, Fabiola me dijo que la acompañara a la cocina y mientras llenaba el vaso me até las agujetas dándole la espalda, por supuesto mi pantalón estaba algo abajo, y mi tanga muy arriba. Fue muy claro que lo notó, ya que dijo «aquí dejo tu…emm… Te dejo… aquí el …agua» Salió a esperar a Diana afuera del baño y escuché que algo hablaban, pero Diana no me dijo nada.
Un poco harto de la situación, dejé pasar unos días e invité a Diana a mi casa por unas cervezas, la convencí de que la supuesta amiga con la que había hablado estaba en una fiesta y no llegaría en toda la noche. Comenzamos a hablar de lo que sea y tomar. Yo me puse un pants blanco de mujer, se me veía bien el culo pero no era exageradamente ajustado, casi podía pasar como de hombre o unisex, abajo me puse una tanga rosa que atrás decía «slut».
Ya algo ebrio comencé a buscar pretextos para ponerle el culo cerca, pero el momento llegó cuando Diana tiró una cerveza y se rompió. Aproveché el momento, fui por algo para secar, levanté los vidrios y luego me puse a 4 patas en el piso, la cerveza se había metido debajo de la mesa, así que me puse junto a Diana, la mitad de mi cuerpo estaba bajo la mesa y mi culo sobresalía junto a ella, me había subido la licra para que se metiera en mi culo y me esforcé por pararlo lo más que pude. Me paré a exprimir el trapo y en la cocina aproveché para subir mi tanga y bajar el pantalón, se me quedó la mitad del culo fuera y me puse en la misma posición.
Ya ni siquiera estaba secando nada, solo fingía y movía el culo y luego me arrastraba un poco para que el pantalón se siguiera bajando. Al principio Diana seguía hablando como si nada, pero después se quedó callada y mientras estaba moviendo el culo escuché el «clic» de una foto ¡me estaba tomando fotos! Y me dijo «oye puta, se te ve la cola». Yo completamente fuera de mi, y la verdad es que ya muuy ebrio, me terminé de quitar el pantalón bajándolo muy despacio y sin moverme de mi posición y le pregunté «¿te gusta?», a lo que respondió «se te ve bonita la tanga» y me dio una pequeña nalgada.
En ese momento le pedí que no se moviera, y fui por un dildo, ella (no sé por qué) se había pasado a un sillón cuando volví. No dije nada, le puse un dildo entre las piernas y comencé a mamarlo, no quise ver qué cara tenía, tenía los ojos cerrados y me empecé a dedear. Al rato me paré, de nuevo intenté no verla, no sabía qué estaba pensando, no decía nada. Me volteé dándole el culo y me subí en la verga para metérmela, pero estaba deseosa de parecer muy puta, realmente muuy puta, entonces me la metí toda de golpe y me di sentones sobre ella al tiempo que repetía «soy una puta, méteme la verga»
Algo que creo que me hizo ver como toda una perra, fue que… jajaja… pues me saqué el dildo del culo. Digamos que no estaba taan limpio, me di cuenta y decidí comenzar a mamarlo. Diana no decía nada, solo seguía bebiendo, creo que ella también estaba ya muy borracha.
Entonces me puse de frente, sobre ella. Al voltear me dijo «vaya pene más chiquito, con razón eres puto» Yo sin decir nada comencé a masturbarme, ahora sí viéndola fijamente. Como soy muy precoz, en menos de un minuto me había venido sobre ella, y para cerrar con broche de oro dije «me encanta tu verga en mi ano». No se quejó pero sí me dijo «y vaya que rápido acabas»
Poco después nos quedamos dormidos, totalmente borrachos. Se fue al otro día y no volvimos a hablar igual después de eso.
Espero que les haya gustado
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