Influencer adolescente
Mi gusto por las menores cambió gracias ella y a mis mejores amigos..
Mi nombre es Samuel y tengo , en la actualidad, 47 años, soy alto, moreno y de contextura mediana.
Nunca antes había mirado con otros ojos a una menor, pero con las niñas de los tiempos actuales, es un tanto difícil hacer la vista gorda.
Todo cambio , hace más de 5 años, con un simple video en una red social. Mientras miraba videos aleatorios sobre temas que me interesan y que se me sugieren, apareció un video muy simpático, una jovencita de piel clara, carita fina, mentón puntiagudo, con frenos, que se notaba le habían puesto hace poco, muy alta, delgada con pechos muy pequeños de tamaño de unos limones, una cintura pequeña pero de caderas muy anchas, un trasero redondito y unos muslos que iban a juego con sus anchas caderas. Tenía cabello negro muy largo, que llegaba más abajo de su cintura y un flequillo recto que llegaba justo al limite con sus finas cejas. En el video vestía una polera con diseño tipo marinero, corta, que dejaba ver parte de su fino abdomen, unas licras con un diseño de cuadritos negros con gris oscuro y zapatos de militar negros. Tenía su pelo tomado en largas coletas, una a cada lado de la cabeza, dejando unos cuantos cabellos sueltos entre las coletas y su flequillo.
Lo que más llamó mi atención era su altura, en el video se notaba que ubicaba su móvil en el suelo, en un ángulo que hacía resaltar más aun su altura y sus anchas caderas.
Su baile era simpático, un coreografía que al parecer muchas niñas se aprendían y subían a sus redes, y se movía bastante bien. No me di ni cuenta cuando ya tenía mi verga dura como palo, levantando mi pantalón, después de ver un par de veces el video.
Estuve horas viendo sus otros videos, mas videos de bailes, unos donde hacia manualidades, otros donde respondía preguntas de sus seguidores, donde me enteré que iba a cumplir los 14 años y tenia una estatura de 1.75m, muy muy alta para su edad.
Su voz era hipnotizante, hablaba casi como niña pequeña y con un poco de dificultad gracias a sus frenos.
Sus videos siempre intentaban no ser provocativos, se notaba que evitaba al máximo quedar de espalda a la cámara, pues claramente sabía el pedazo de trasero que tenía.
Con todo lo que publicaba, no fue difícil saber que vivía en mi misma ciudad, donde estudiaba y parte de su rutina diaria.
Un día jueves por la mañana, hizo un video en vivo, el cual justo pude conectarme a ver, ella estaba en pijamas y se estaba preparando su desayuno, mientras hablaba a sus seguidores, estaba un tanto despeinada y su pijama constaba de una polerita blanca corta y un pantalón de buzo gris. Al ser un video en vivo, se movía de un lado para otro buscando cosas en su cocina y no podía evitar quedar a ratos de espalda a la cámara, donde, aun con esos pantalones holgados, se podía apreciar su redondo culito en esas hermosas curvadas caderas.
Yo estaba aun en la cama viendo su transmisión, como trabajaba desde casa no me hacía problemas en levantarme tarde, por lo que me destapé, me quité los bóxer y comencé a hacerme la paja mientras la veía.
En un momento de su transmisión, se ve que pasa su padre por detrás de ella, un señor de unos 55 años, un poco más bajo que ella, delgado y de pelo cano, se estaba acomodando la corbata mientras pasaba. No pude evitar seguir su cara con la mirada y claramente no se dio cuenta que su hija estaba transmitiendo en vivo, ya que al pasar por detrás de ella sus ojos estaban puestos directamente en el culito de su hija mientras sutilmente se mordía los labios.
Eso me calentó demasiado, imaginaba la suerte de ese viejo al tener una hija así y tenerla cerca todos los días. Pensaba que si fuera él, no me hubiese aguantado las ganas y ya hubiese hecho mío ese culito. Imaginaba escenarios donde él le daba alguna bebida o algún helado para drogarla, se metía a su cuarto cuando ella ya estaba inconsciente, y le metía la verga hasta llenarla de leche.
Seguía haciéndome la paja mientras la veía y mi mente volaba. Estaba a punto de acabar cuando, !la puta madre!, suena mi móvil, era el hijo de puta de mi jefe y no podía ignorar la llamada. Tuve que levantarme y ponerme a trabajar en cosas que eran urgentes.
Estuve todo el día caliente, con la imagen de ella en mi mente, haciendo algún bailecito o hablando con esa tierna voz. Cuando se me viene una idea que me hizo ir un poco mas allá.
Sabía la hora aproximada en que salía de la escuela y por sus videos ya sabía a cual escuela asistía.
Terminé rápido todo lo que tenía del trabajo, vi en el mapa donde quedaba esa escuela, tomé mi auto y conduje hasta allá. Me estacioné en un espacio que quedaba en la vereda de frente a su escuela. Por la hora sabía que aun estaba dentro. Me bajé del auto y me subí en un asiento trasero. Mi auto tienes los cristales de las puertas traseras pavonadas, por lo que no se ve nada hacia adentro a menos que uno se pegue a estas desde fuera. Estuve ahí, un tanto agachado con la mirada puesta en las puerta de entrada de la escuela por unos 20 minutos, hasta que los alumnos comenzaron a salir.
Un calor recorrió todo mi cuerpo cuando la vi salir, se distinguía de inmediato, por su altura, entre sus compañeras, iba con el pelo tomado en una larga cola de caballo, con su flequillo muy bien peinado, iba con su uniforme, una camisa blanca y corbata de rayas color naranjo y rojo oscuro, una faldita gris a cuadros, tableada , que llegaba a mitad de sus muslos, la que se levantaba un poquito más en la parte trasera gracias a su redondito culo. Mi verga se puso durísima solo con verla, abrí el sierre de mi pantalón, me la agarré con fuerza y empecé a hacerme la paja mientras la veía moverse y reír con sus compañeras.
En un momento, una de sus compañeras toca su hombro por la espalda, ella se gira rápidamente y vi como se ralentizaba el tiempo…la cola de caballo en su pelo azotaba el aire como un látigo, la tela de su falda se arremolinó, levantándola, revelando un atisbo de su blanca ropa interior…No me pude contener y en un gemido ahogado mi verga estalló, lanzando chorros de semen que alcanzaron mis manos y mis pantalones. Con mi otra mano logré evitar dejar todo sucio el asiento.
En eso, mientras me limpiaba, los padres de sus amigas, detenían sus autos frente a las escuela y se las llevaban, hasta que en un momento ella quedó sola. En mi mente ideaba planes para llevármela, pero era imposible en un lugar tan público.
Luego veo que saca su móvil, y aleja su mano con él apuntando a su cara, de inmediato saqué mi móvil y entré en su perfil y vi que estaba nuevamente transmitiendo diciendo cosas como que su padre estaba demorado en pasarla a buscar. Escuchaba su voz y veía su carita en primer plano y pensaba que , ni en mil años ella imaginaría que, en ese momento, había un hombre en un auto en la vereda de en frente, masturbándose mientras la veía.
Me pasé por sobre los asientos a la posición del conductor, no me pude bajar ya que tenia los pantalones manchados con semen y, obviamente, sería muy sospechoso si alguien me viera.
Al cabo de unos minutos, llegó un auto al que ella se subió y se fue.
Hice andar mi auto para irme a casa, pero al llegar a la esquina siguiente, vi que delante mío estaba el auto donde se había subido, alcancé a ver que estaba en el asiento del copiloto y conduciendo estaba su padre. Mi curiosidad (y calentura) me hicieron seguirlos, dejaba pasar unos cuantos autos entre medio y mantenía la distancia para que no sospecharan que alguien los seguía. Después de unos 10 minutos pararon frente a una casa, no era una casa de lujo, pero era de gente con una situación económica acomodada, se abrió el portón eléctrico y entraron ahí.
Ahora ya sabía donde vivía la niña a quien dedicaba mis pajas.
Al día siguiente estaba muy arrepentido, pero no de lo que hice, sino de lo que no, la imagen de su faldita levantándose solo estaba en mi cabeza y me arrepentía de no haberla grabado para verla una y otra vez.
Ese fin de semana cambió muchas cosas, aunque yo no me enteré hasta después.
Con mis amigos solíamos juntarnos, a tomar algo los días sábado, a veces en algún bar y otras en la casa de alguno de nosotros. Siempre éramos los mismos 4.
Esa vez tocó en mi casa. Hicimos algo de carne a la parrilla y tomamos cervezas. Adentrada más la noche, pasamos a tragos más fuertes, ron, vodka, wiski, según los gustos. Ya después de un par de horas estábamos todos muy ebrios, mas desinhibidos y , como solía suceder, comenzamos a hablar de mujeres y experiencias sexuales. En un arranque y sin pensar muy bien las cosas (ya con el alcohol me costaba pensar), les muestro una foto de ella. Todos coincidieron conmigo, en que era hermosa y que sus caderas eran de ensueño.
Me arrepentí de haberles mostrado la foto cuando uno de ellos me preguntó por su edad. Tembloroso le respondí que tenía 13 años, pero que ya cumpliría los 14, todo esto mientras en mi cabeza daba vuelta lo que podrían pensar de mi, que tal vez pensarían que siempre me habían gustado las menores y no entenderían lo que me pasaba con ella.
Joel: Yo estuve con una de 15, estaba bastante buena, aunque se veía mayor – Me dice sacando el pecho de orgullo.
Con eso me relajé y seguimos hablando de las niñas de estos tiempos , de que algunas pretendían ser mayores (lo que no era el caso de ella) y ese tipo de cosas.
La conversación se extendió tanto que en algún momento les dije donde estudiaba y donde vivía. Obviamente no les conté que la seguí y me masturbé en el auto viéndola. sino que era la información que ella había dado en algún momento.
La noche avanzó relajada y después de dormir un poco cada uno se fue a su casa.
Pasaron los días y yo ya me había hecho mi rutina, despertar, tomar mi móvil y masturbarme viendo algún video de ella, a veces tenia la suerte de ver nuevas transmisiones en vivo, pero la mayor parte era con algún video que ya había visto mas de una vez.
Era martes por la mañana, pero no era cualquier martes, era un día especial para mi. Era mi cumpleaños.
En mi obsesión, desperté después de un hermoso sueño, donde Naomi (así se llamaba en sus redes sociales), me despertaba de un beso con un pastel en sus manos. Aunque los primeros mensajes de felicidades que recibí esa mañana, eran aun mejor que un sueño.
Tenía en mi móvil 5 mensajes de Santiago, uno de mis amigos. Uno de los mensajes me deseaba un buen día y que esperaba me gustara su regalo. Más abajo en el mensaje habían 3 fotos y un video. Todos eran de Naomi!! las 3 fotos eran de ella en su casa, caminando o sentada en un sofá leyendo y el video era de ella saliendo del baño con una toalla enrollada en su cabeza y otra cubriendo su hermoso cuerpo, desde sus pequeños pechos hasta un poco mas abajo de las caderas. Mi corazón latió a mil, como si quisiera arrancarse de mi pecho y mi verga se puso dura como palo!.
Las fotos era de las cámaras de seguridad de la casa de ella, Santi, el muy hijo de puta, trabajaba en la misma empresa de seguridad que tenía contratado el papá de Naomi. Después de no poder agradecerle más, le pregunté
Yo: No te puedes meter en problemas por esto?
Santi: Puede ser… Tuve que hacer varios trucos para que no quedara rastro y por lo mismo no podría hacerlo de nuevo, pero quería sorprenderte con mi regalo.
Yo: Tu objetivo se superó con creces. Quedaré en deuda contigo por siempre!
Santi: Nah, es un regalo.
Está demás decir que ese video de ella en toalla, fue la inspiración para mi primera paja del día.
El resto de día fue normal, con muchos saludos de felicidades. Tuve que ir a la oficina ese día ya que entre jefe y compañeros de trabajo me invitaban a almorzar por mi cumpleaños y en el grupo de chat que tenemos con mis 3 amigos, me dijeron que el sábado saldríamos a celebrar y me darían mi regalo.
Durante la semana me quedé pensando en qué me regalarían. Teníamos la costumbre que cuando uno de nosotros estábamos de cumpleaños, los otros 3 juntábamos dinero y comprábamos un buen regalo al festejado. Una vez, a uno de ellos, le regalamos una motocicleta, estaba pasando por mal momento económico y necesitaba un medio para moverse y trabajar extra. Pensé en más videos fotos y videos de Naomi, pero ya Santi me había dicho que no podría hacerlo de nuevo.
Llegó el día sábado. Había sido una semana pesada laboralmente y al menos llevaba 3 días sin masturbarme por el cansancio y el estrés, pero tenía el consuelo que que esa tarde saldría con mis amigos y salir con ellos , por lo general, es descontrol.
Eran alrededor de las 7pm cuando uno de ellos, Emiliano, me llama
Emi: Sam! en una hora pasamos por ti. Primero pasaré por Santi y Joel (mi otro amigo)
Así que aproveché de darme una ducha y vestirme acorde a la noche.
Alrededor de las 8:13pm suena una bocina fuera de mi casa, eran mis amigos que pasaban por mi. Subí en uno de los asientos de la parte de atrás y partimos.
Yo: Donde me llevan?
Joel: Es una sorpresa pues!, si te decimos, deja de ser sorpresa.
Yo: Mientras no me llevan al antro del año pasado! – todos reímos
El año anterior me llevaron a un antro que era nuevo en ese entonces y dos borrachos se subieron a bailar con las chicas que estaban haciendo striptease y cuando los bajaron se pusieron a pelear, tuvimos que salir rápido de ahí. Lo bueno es que nos llevamos una botella de wiski en las manos jaja.
Después de unos 30 minutos, Emiliano pasa una bolsa de tela negra hacia atrás
Emi: Joel, ya es hora.
Joel toma la bolsa y me la pone en la cabeza. No lograba ver nada, solo me reí y me quedé ahí a la espera. Pasaron unos 10 minutos más cuando siento que nos detenemos.
Santi: No te quites aun la bolsa!
Obedecí. Me ayudaron a bajar del auto ya que, entre la oscuridad y la bolsa, alcanzaba a ver nada. Me llevaron afirmado de los brazos guiando mi andar. Había mucho silencio, se escuchaban los grillos y nuestros pasos al caminar. Silencio que se interrumpió por el rechinar de una pesada puerta metálica que se abría y que después de unos pasos más, escuché cerrar detrás de mi. Caminamos un poco más y bajamos unas escaleras, y pasamos por otra puerta, que por su sonido, sabía que era más pequeña.
Creía saber donde estaba. Un antro al que un par de veces fuimos y que al bajar las escaleras tenía una zona vip y sabía que ahí abajo habría más gente. Una clásica fiesta sorpresa. Aunque no me cuadraba el silencio y la distancia, pero no le di mayor importancia. Era mi fiesta.
Una vez detenidos me quitaron la bolsa de la cabeza, aun seguía sin ver nada, estaba tan oscuro que ni mis manos veía. Solo escuchaba un murmullo y algo parecido a una risa ahogada.
Estas listo! – gritaron los 3
Yo: Siii!!! – grité fuerte
3..2..1…Sorpresa!!!
Volvieron a gritar los 3, seguido a ello encienden la luz…
Si que fue sorpresa…quedé congelado, enmudecido. Una electricidad recorrió mi cuerpo. Mi corazón comenzó a latir mas y mas fuerte que casi lo llegaba a escuchar.
Estábamos dentro de un galpón abandonado, frente a mi, solo una silla metálica y sobre ella, Naomi.
Estaba atada de pies y manos a las patas y respaldo de la silla. Amordazada con un pañuelo negro con sus ojos llenos de lágrimas. su cabello estaba algo desordenado, pero tenía sus 2 largas coletas a los costados de su cabeza. Vestía con sus licras negras de cuadritos gris oscuro, una polera morada de mangas largas muy ceñida al cuerpo y sus pies solo vestido con medias con dibujos. Emitía un llanto ahogado tras la mordaza, lo que yo había confundido con una risa.
Yo continuaba congelado, sin saber que decir o que hacer. Era mucho más que solo ir a su colegio o seguirla a su casa.
Emi: Feliz cumpleaños querido Sam! – me decía mientras me daba un abrazo – Sabemos lo mucho que querías este regalo, asi que ahi está, toda para tí.
Joel: Está tal cual la encontramos. Intacta para tí – me decía mientras me daba un apretón de manos.
Santi: Disfrútala amigo – me decía al oído mientras me daba un fuerte abrazo.
Yo congelado solo escuchaba, a medias, el relato de como la habían conseguido.
Joel me contaba que la noche anterior la siguieron en un auto que consiguieron por unos pesos en una chatarrería y cuando ella volvía sola de patinar con sus amigos, la habian abordado y subido de golpe al auto.
Al ver que yo hacía nada, se acercaron a ella, la desataron de la silla, la pusieron de pié y ataron sus pies entré sí y, no se de donde, sacaron unas esposas, las que Santi tomó y esposó sus muñecas en la espalda.
Ella solo lloraba mirando el suelo, tratando de balbucear algo tras la mordaza.
Santi: Vamos Sam! es tuya!
Joel: Que se la chuupe! que se la chuupe! – gritaba alentandome
Santi y Emiliano se unieron al coro: Que se la chuupe! que se la chuupe!
La tomaron y la obligaron a arrodillarse frente a mi.
…Yo aun no me movía.
Le quitaron la mordaza y ella estalló en un llanto ensordecedor.
Naomi: Ayudaa!! Auxilioo!! Sáquenme de aquii!!
Emi: No te preocupes – me dijo mirandome a los ojos – no se escucha nada hacia afuera y no hay gente a kilómetros.
Naomi: Por favor, no me haga daño – me dice mirándome a los ojos, con sus ojos llenos de lágrimas – Le juro que no diré nada si me deja ir. Por favor!
Al verla ahí, arrodillada frente a mi, con su cara de angustia, sus ojos llenos de lágrimas, mirándome a los ojos y hablándome entre sollozos con su dulce y dificultosa voz por sus frenos, me causó tal excitación que mi verga casi sale por si sola de mis pantalones. Creo que nunca la había tenido tan dura en mi vida, que sentía que estallaría.
Sin pensarlo mucho, abrí mi pantalón y lo bajé, junto a mis bóxer, a mitad de los muslos. Creo incluso que mi verga estaba más grande de lo normal.
Agarré mi verga con la mano derecha y con la izquierda su cabeza empujándola hacia mí. Acto reflejo, ella cerró con fuerza sus labios y sus ojos, girando la cabeza a un lado.
Seguido esto, la tomé fuerte de una de sus coletas, incliné su cabeza y le di una cachetada, que dejó, al segundo, roja su mejilla.
Ella abrió sus ojos, me miró con angustia y en ello Joel saca una pistola que tenía en el cinturón a su espalda. Yo ya conocía esa pistola y sabía que era de juguete, solo disparaba bolas de gel, y de vez en cuando jugábamos con ella, pero al verla parecía real.
Joel: Abre la boca puta! y haz todo lo que diga él – señalándome a mi – sino no saldrás viva de aquí.
Ella se asustó más aun a ver la pistola, abrió su boca y cerró fuerte sus ojos.
Era una escena soñada. Naomi con su boca abierta frente a mi verga, esperando a recibirla resignada.
Comencé a meter mi verga en su boca lentamente, como si quisiera que la saboreara. Sentía toda la humedad cálida de su saliva y como se iba deslizando mi verga dentro de su boca, rozando su lengua e incluso un poco sus dientes, lo no me molestó nada.
Mi verga llegó al tope, chocando contra su garganta produciéndole una arcada que casi la hace vomitar. Aún quedaba parte de mi verga fuera, pero sentirla tan dentro era maravilloso.
Tomé con cada mano una de sus coletas, las que usé como manijas para jalarla hacia mi, se la metía y sacaba, moviendo su cabeza hacia adelante y hacia atrás ayudándome de ellas, la saliva salía por la comisura de sus labios, empezaba a empapar su barbilla, caer sobre su ropa y al suelo. Aumenté cada ves más la velocidad e intensidad de los azotes con lo que se escuchaba fuertemente el gluck-gluck al golpearle la garganta con mi verga.
Sus ojos se llenaron más aun de lágrimas y su cara se ponía cada vez más roja. Cada cierto rato sacaba mi verga para que pudiese recuperar la respiración, pero sin esperar mucho volvía a metérsela.
Estaba en un éxtasis como nunca antes, con mi verga en la boca de la niña motivo de mis últimas pajas, la niña que veía lejana solo a través de la pantalla de mi móvil.
No pude aguantar las ganas de meterla más adentro y haciéndole una seña a Joel, empezó a empujarla de la nuca contra mi verga, mientras yo hacía fuerza contra su garganta, hasta que de un fuerte golpe entra toda mi verga en su garganta, mis bolas chocan contra su barbilla y su nariz queda enterrada en mi pubis, su cuerpo se sacudió y vomitó violentamente, llenando su boca y mi verga con una mezcla de saliva y bilis. La dejé unos segundos ahí, con mi verga metida entera en su garganta. su cuello estaba hinchado, comenzaba a ponerse más roja su cara, como un tomate, cuando noté que empezó a sacudirse por no poder respirar se la saqué de la boca de golpe, trayendo consigo una gran cantidad de vómito que chorreó por su cuello y su ropa.
Una vez que tomó una bocanada de aire fui al ataque nuevamente, la tomé con ambas manos desde la cabeza y seguí follándomela por la boca igual de profundo.
El sonido de sus jadeos, su tos ahogada por mi verga, el fuerte gluck-gluck de los fluidos siendo golpeados violentamente dentro de su garganta, las arcadas junto a la bilis que vomitaba, eran un manjar para mi.
Estaba ya a punto de acabar en esa dulce boquita, seguramente era primera vez que recibía una verga y sería primera vez que probaría el sabor del semen.
Sin detener mi ritmo, logro ver que Santi esta con un aro de luz con un móvil en el centro, está grabando todo, tomando primeros planos de como me follo la boquita de Naomi.
Santi: Estoy documentando para que te lleves un recuerdo – me dice mirándome.
Yo: Atento a escena, no te la pierdas – le digo aumentando más el ritmo de mis embestidas contra esa cabecita
Emi: Dale! dale!
Yo : Voy!!!
De mi interior sale un gemido de animal, mientras sostengo su cabeza firme contra mi. Mi verga estalla en el fondo de esa garganta, bombeo 3 o 4 abundantes chorros de semen, los que, acompañados de una tos, salen por los bordes de sus labios y por los agujeros de su nariz como mocos de un bebé estornudando.
Wooo! siii!! – se escucha que mis amigos gritan.
Santi: Es el mejor video que he grabado en mi vida!!
Saco la cabeza de Naomi de mi verga y la suelto. Ella cae como un bulto al suelo, con las manos aun esposadas en su espalda y tomando grandes bocanadas de aire como alguien que recién fue rescatado de casi ahogarse en el mar.
Cuando pudo recuperar el aliento, comenzó a llorar como quien llora a un difunto, intentaba ponerse en posición fetal mientras no paraba su llanto.
Mis amigos me daban palmadas en la espalda como si hubiese ganado una competencia.
Joel y Santi levantaron a Naomi, le quitaron las esposas y se las volvieron a poner, pero esta vez con las manos arriba, y las colgaron en un gancho que había en uno de los postes del galpón, quedando con los pies justo en el suelo.
Emiliano por su parte, me trajo una cerveza que tenían en el hielo, y cual boxeador en la esquina de ring, me sentó en una silla que acercó y me hacía masajes en los hombros alentando a recuperarme.
Emi: Que tal tu regalo? te gustó?
Yo: El mejor regalo que he recibido en la vida! – le dije aun respirando agitado
Naomi quedó de pie, con sus manos enganchadas en lo alto. No paraba de llorar y balbuceaba pidiendo la dejásemos ir.
Tras un rato, y un par de cervezas ya me sentía descansado.
Me acerqué a Naomi y la observé por un momento. Comencé recorrer las curvas de su cuerpo con mis dedos, mientras ella se agitaba e intentaba zafarse. Seguí tocándola más, en especial su cintura y su hermosa cadera, sintiendo la humedad de su cuerpo a través de su ropa que estaba empapada de sudor y saliva.
Joel se acercó a mi con una navaja, la abrió y me la pasó. Comencé a pasar el borde sin filo de la hoja por sobre la ropa de Naomi, desde el cuello de su polera, bajando por entre sus diminutos pechos y llegando hasta el borde inferior de esta, mientras ella, con respiración muy agitada, se quedaba inmóvil, solo siguiendo la hoja con su mirada. Llegando ahí, metí la hoja por entre su polera y su cuerpo, subí poco a poco y el filo de la navaja fue cortando su ropa, abriendo una ventana para dejar al descubierto su perfecta piel de niña. Continué el camino de la navaja hacia los brazos, quitando por completo esa ceñida polera sin mayor esfuerzo, quedando solo en su brasier rosa.
Metí la hoja bajo el brasier, justo en medio de sus dos pechos y de un solo movimiento, este se cortó y abrió a la mitad, dejando toralmente al descubierto sus pequeños, pero hermosos pechos.
Sus pezones eran de un café pálido, casi rosas, estaban rígidos por el frio y la humedad.
Me acerque a ellos, sintiendo el calor que emanaban, su aroma dulce, como a berries me llamaban a probarlos. Acerqué mis labios a uno de ellos, saque la lengua y le di una probada a ese hermoso pezón. Naomi tuvo un pequeño espasmo y comenzó a llorar nuevamente. Era tan suave, tan dulce y estaban tan rígidos, que los chupaba, les pasaba la lengua, le daba pequeños mordiscos que solo la hacían tener espasmos cada vez que lo hacía. Los tomada con los dedos, los masajeaba y los pellizcaba tirando de ellos un poco.
Mi verga ya estaba totalmente dura nuevamente.
Apretaba sus pequeños limones queriendo exprimirlos, mientras los devoraba como bestia hambrienta.
Recorrí con mi boca besando cada rincón de su torso, besaba su cuello y le daba mordiscos, a veces tan fuertes que gritaba de dolor. Metí mi lengua en su boca, buscando y haciendo mía su lengua. Aun tenía sabor a semen, pero no me daba importancia, solo quería besarla como nadie la besó antes.
A ratos ella corría su cara, pero Joel le mostraba la falsa pistola para recordarle que debía hacer lo que yo quisiera. Todo esto registrado a cada segundo por el móvil de Santi.
Era tiempo de bajar, metí mis dedos por el borde de sus licras y tiré fuerte para abajo, dejándolas a la altura de sus rodillas.
Llevaba unas bragas blancas con pequeños corazones rosa. Me acerqué a olerlas y su aroma era una mezcla de su dulce perfume y notas florales. Las tomé desde las caderas y comencé a bajarlas suavemente, revelando poco a poco sus escasos y finos vellos.
Ella se movía intentando evitar que siguiera bajando sus bragas, pero era inútil.
Naomi: Noo nooo! déjeme por favor!! – gritaba sin detener su llanto
Pero eso me terminaba excitando más.
Pedí ayuda a mis amigos para quitarle las amarras de sus pies y terminar de quitarle la ropa. Al segundo de quitárselas, ella comenzó a dar de patadas al aire y gritar cada vez más fuerte. Santi y Emiliano tomaron cada uno, uno de sus tobillos y Joel, le dio una cacheta y le puso la pistola en la boca
Joel: Te mato! te juro que si vuelves a hacer eso te mato! – le gritaba sabiendo que con balas de gel era imposible.
Ella se quedó quieta pero no dejaba de llorar, su llanto estaba ahogado por la pistola de Joel dentro de su boca.
Santi y Emiliano le levantaron las piernas dejándolas abiertas mientras ella solo colgaba de las esposas en sus muñecas.
Yo me arrodillé, quedando con esa virgen conchita a la altura de mis ojos. Me acerqué a ella y su dulce aroma persistía. Acerqué mi mano y con mis dedos hice a un lado esos carnosos pero firmes labios, dejando a la vista una suave conchita rosada, totalmente humedecida, que se notaba intacta, asomando un pequeño clítoris de un rosa más intenso.
Le pedí el móvil a Santi y grabé en primer plano esa hermosura. Era la última vez que se vería así.
La cena estaba servida, era de mala educación dejar que se enfriara. Me acerque más y sacando al máximo mi lengua, comencé a dar largas lamidas de abajo hacia arriba, cubriendo todo el largo de su conchita. Hacía énfasis en su clítoris, en el cual me detenía a hacer círculos con la punta de mi lengua. Entre su llanto ahogado, Naomi emitía sonidos como gemidos cada vez que le pasaba la lengua. Cada vez estaba más húmeda y yo gustoso bebía todo el jugo que de ahí emanaba.
Seguí disfrutándola con la lengua, ahora intentaba meterla lo mas profundo que podía en su apretada pero jugosa vagina. Ya con mi lengua casi acalambrada, metí mis dedos en mi boca, dejándolos con mucha saliva, y acerque mi dedo medio a la entrada de su vagina. Poco a poco fui metiendo mi dedo, evitando sacarlo por los pequeños espasmos de Naomi. El interior de ella estaba ya bastante lubricado, por lo que, cuando ya llevaba un tercio de mi dedo dentro de ella, metí todo el resto de golpe.
Naomi dio un fuerte grito de dolor y su respiración se agitó aun más. Joel le sacó la pistola de la boca, pero la mantenía apuntándole la cara.
Dejé mi dedo dentro de ella por unos minutos, hasta que sentí que su respiración bajó la intensidad. Saqué mi dedo lentamente, y como suponía, tenia manchas de sangre. La virginidad de Naomi era de mi propiedad.
Metí y saqué mi dedo unas cuantas veces más, hasta que ya no lo sentí apretado. Iba a meter 2 dedos ahora, pero luego pensé que preferiría que estuviera así.
Me puse de pie. Ahora mi dura verga estaba a la altura de esa rosadita concha. Me la tomé con la mano derecha y la puse entre sus labios. La moví hacia arriba y hacia abajo dejándome toda la punta mojada con sus ricos fluidos. Me detuve con la punta de mi verga ya puesta en la entrada de su vagina
Yo: Mírame linda! – le dije dándole una orden
A lo que ella se negaba.
Yo: Mírame! – le grité al mismo tiempo que le daba una cachetada.
Su vista se dirigió hacia mí, sus ojos estaban rojos, llenos de lágrimas, sus cejas estaba fruncidas, casi tocándose en el centro de la frente, creando una línea profunda entre ellas, sus los labios estaban temblando y torcidos en una mueca de dolor, la piel alrededor de los ojos y la nariz está hinchada y enrojecida por el llanto constante, su flequillo estaba todo desordenado, mojado y pegado a su frente
Yo: Esto lo causaste tú, por tus videítos que subes a tus redes – le dije en tono de enojo, como queriendo liberarme de la culpa por lo que yo estaba haciendo
Empecé a empujar con fuerza pero lentamente. Su apretada vagina hacía resistencia, pero mi verga se habría paso en ella.
Naomi daba gritos de dolor, mientras sacudía su cabeza de un lado a otro. Entraba más y más, sintiendo su apretado interior, como si quisiera estrangular mi verga.
Sentí la pared del fondo de su interior y aun así empujé un poco más hasta que mis bolas quedaron tocando su culito.
Ella seguía llorando a gritos y moviendo las piernas, que Santi y Emiliano tenían fuertemente afirmadas.
Joel solo se dedicaba a disfrutar de la vista y mantener apuntando la pistola.
Estuve unos segundos ahí, la tomé de su diminuta cintura con ambas manos y suavemente fui sacando mi verga, cuando ya estaba a punto de sacarla, la volví a meter hasta el fondo de golpe. Seguido de otro agudo grito de dolor.
Seguí con eso, aumentando cada vez más la velocidad hasta llegar a un ritmo donde sentía que se me salía el corazón.
Mis gruñidos, el sonido húmedo y resbaladizo de mi verga entrando y saliendo su concha, sus fluidos mezclándose y de la carne chocando contra la carne llenaban el lugar.
Yo: Si! Si! toma putita!.. esto consigues con tus bailes! .. toma! toma!
La embestía con fuerza sin soltarla de su cintura.
Estaba por acabar, aumenté más la velocidad y al mismo tiempo me aguantaba la respiración. Veía como piel de sus piernas se movía haciendo ondas por cada golpe de mi cuerpo. Naomi daba un grito por cada embestida que ya casi se unían en un solo grito constante.
Yo: aaaahhhhhhh…ggggghhhh!!
Más chorros de mi acumulado semen salían de mi palpitante verga al interior de esa desvirgada vagina, mientras mi cuerpo se sacudía con la fuerza de cada chorro.
Se la dejé metida por un minuto hasta que logre recuperar el ritmo de mi respiración.
Cuando se la saqué, mi verga estaba cubierta de la mezcla de sus blanquecinos fluidos con mi semen, dejando caer unos chorros de su interior al suelo.
Había acabado por segunda ves, y aunque estaba cansado, mi verga seguía como palo y yo no quería detenerme ahí.
Mi amigos bajaron sus piernas, quedando ella nuevamente de pié. Sin perder el tiempo, la tomé de sus caderas y la giré para dejarla mirando el poste.
La imagen que tenía frente a mis ojos era alucinante. Sus brazos en alto hacían que su espalda se viese más fina de lo que era, su pequeña cintura que casi sentía que podía rodear solo con mi manos, sus hoyuelos en la parte inferior de la espalda eran muy marcados, dando la bienvenida a sus hermosas nalgas. Eran perfectas, redondas como moldeadas a mano, grandes ,pero de un tamaño perfecto para quedar en esas anchas caderas. Sus muslos eran igual de anchos, haciendo una curva perfecta con sus caderas, que, a medida que bajaban, se iban adelgazando para formar unas finas y perfectas piernas.
Mi verga quería más… yo quería más.
Me arrodillé frente a ese hermoso culito, teniéndolo a la altura de mi cara y puse mi manos sobre sus nalgas. Eran tan esponjosas y firmes a la vez, su piel era suave, perfecta, se sentía como seda en mis dedos. Mis manos no alcanzaban a cubrirlas por completo. Movía mis manos haciendo círculos y apretándolas, queriendo recorrer cada centímetro de ese culito que me tenía vuelto loco ya antes de poder verlo desnudo.
Las apreté fuerte y las hice a un lado para abrirlas, revelando un hermoso ano color rosa oscuro.
Pedí a Santi que grabara esa perfección.
Solo saqué mi lengua y comencé a dar lamidas por todo el largo de la rajita de ese culo, especialmente en ese rico ano, al que en cada pasada le metía la punta de la lengua. Naomi se retorcía y lloraba. Estaba agotada por lo que sus movimientos ya no tenían fuerza suficiente para moverse mucho.
Seguí lamiendo, esta ves intentando recorrer desde su conchita hasta su ano. Intentaba poner cada vez más dura mi lengua y meterla más profundo en esa cavidad tan apretadita.
Luego seguí con mi dedo índice. Empapándolo de saliva, lo puse en su ano y lo fui metiendo con fuerza. A pesar de lo lubricado, estaba demasiado apretado y me costaba mucho meterlo. Ella gritaba y lloraba, decía cosas que ya no se lograban distinguir, mientras yo seguía ahí intentando meter mi dedo en ese virginal culito de mi niña de 14 años.
Cuando ya pude meter la primera falange, lo empecé a mover levemente hacia dentro y hacia afuera, intentando que mi dedo no fuese expulsado. Poco a poco lo fui metiendo más y más, hasta que después de un rato ya estaba todo dentro. Ya las metidas eran más largas, hasta sacar mi dedo casi por completo. Ya con ese culito menos apretado, acomodé el dedo medio y el anular en la entrada de su vagina, y los metí al mismo tiempo que metía mi índice en su ano, estuve ahí un rato, metiendo y sacando mis dedos cada vez más rápido, acompañado del sonido que hacían su fluidos al revolverse con mis dedos dentro de su vagina.
Saqué mi mano y me puse en pie, mis dedos estaban todos cubiertos de fluido blanquecino y con el mismo lubriqué la punta de mi dura verga. La ubiqué en la entrada de su ano y la tomé con fuerza por las caderas. La estatura que tenía Naomi, hacía que quedara en una posición cómoda y perfectamente a la altura de mi verga.
Comencé a tirarla hacia mí, mientras empujaba mi verga en ese culito. Un par de intentos fallidos hicieron que mi verga se fuese hacia arriba, quedando aprisionada entre sus nalgas o se fuera directamente a su conchita, lo que hacía que la embistiera de sorpresa.
Después de un par de intentos, seguido de gritos de dolor y desesperación, ya tenía la cabeza de mi verga siendo estrangulada por ese culito.
Sentí tan apretado que casi acabo con solo meterle la punta.
Respiré profundo un par de veces y seguí metiendo más y mas.
Fue la primera vez que tuve tal sensación. Tener toda mi verga aprisionada por culito de una niña virgen, sentir esas perfectas y cálidas nalgas tocar la piel a los costado de mi verga estar tan profundo que mis bolas estaban pegadas a su perineo, con mis manos ferradas a esas anchas caderas.. era un sueño, un sueño que solo era realidad gracias a mis amigos.
Ya con la excitación que tenía, no pensé mucho y comencé a embestirla con fuerza desde la primera metida. Sus gritos y mis gemidos se coordinaban con el sonido que hacía nuestra piel al chocar mi cuerpo contra sus nalgas, las que hacían ondas con cada golpe.
Después de un rato cambiando de velocidad y fuerza de la follada, tomé sus 2 coletas, una con cada mano, y tiré fuerte de ellas como riendas de una yegua descontrolada, eso hizo arquear su cuello y su espalda, haciendo que su culo se vea más grande y mas curvado aun. No pude aguantar mucho más con esa vista
Yo: Toma yegua! Toma puta!. Te gusta que te domen así?!! – le gritaba con rabia tirando más fuerte de sus coletas
La vista y sus quejidos tras cada golpeteo solo me excitaban más y ya en un completo descontrol acabé dentro de su culito, unos chorros menos abundantes pero con la misma exquisita sensación del orgasmo, salían de mi verga llenando el interior de lo único que le que quedaba virgen.
Ya agotado me volví a sentar en la silla que habían puesto para mi, con mi verga que aun me palpitaba.
Pusieron una manta en el suelo, bajaron a Naomi y la acostaron sobre ésta. Ella lloraba con un llanto mudo mientras en su cuerpo se producían espasmos involuntarios que la hacían curvarse y encogerse cada ves más.
Santi: Que tal su regalo señor, le gustó el pastel de cumpleaños? – me pregunta enfocándome la cara con su móvil.
Yo: Es el mejor pastel que he probado en toda mi vida.
Le quité el móvil de las manos a Santi y apunté hacia Naomi.
Yo: Mis padres me enseñaron a no ser egoísta, así que yo sería feliz si también comen de mi pastel – les dije sonriendo
Solo bastó eso para que Santi, se quitara la ropa, y con su verga toda dura se acostara en la manta junto a Naomi, la que, con ayuda de Emiliano y Joel, pusieron sobre Santi, arrodillada, de piernas abiertas, directamente sobre su verga, metiéndola toda en su conchita.
Ella como bulto sobre Santi no oponía resistencia alguna, mientras él, tomándola de la cintura, la movía hacia arriba y abajo, al mismo tiempo que él movía su pelvis.
Joel y Emiliano no tenían intención de esperar su turno y compitieron entre ellos de quien se quitaba la ropa más rápido.
El más veloz fue Joel, que ya desnudo y con su verga lista, se acomodó detrás de Naomi, lo que hizo que Santi tuviese que detener su movimiento. Acomodando su verga con la mano y de un solo golpe, la metió entera por el culito de Naomi, quien con un espasmo dio un grito ahogado.
Santi retomó el movimiento y Joel trataba de coordinarse con él.
Naomi solo daba quejidos al tener 2 vergas metidas al mismo tiempo dándole por ambos agujeros.
Emiliano terminó de desvestirse y se acercó a esperar su turno con la verga lista. Me miró, encogió los hombros y se acercó a Naomi, la tomó de una de sus coletas ya un tanto desarmadas y le metió la verga en la boca. Ella opuso nula resistencia.
Yo no paraba de grabar, la escena era mejor que cualquier porno que haya visto en mi vida. Tres hombre adultos, follándose al mismo tiempo el lánguido pero perfecto cuerpo de una niña de 14, era algo que no se veía en cualquier película.
La siguientes horas solo fueron descontrol, rotaban para turnarse sus agujeros, tomaban y rociaban cerveza sobre ella, le daban de nalgadas, tomaban sus coletas como riendas mientras la embestían.
Tuve que interceder cuando Santi y Joel, gracias al alcohol, discutían por a quien le tocaba darle por el culo, y cual mediador, les dije que lo intentaran al mismo tiempo. Cosa que solo había visto en alguna porno por ahí y ni siquiera sabía si realmente era posible.
Un poco contorsionados, pero al parecer la incomodidad de la posición no les molestaba, uno de ellos metió la punta de su verga en el culito de Naomi, esperando al otro, el que, con dificultad presionada la punta de su verga en el nulo espacio que quedaba libre de ese estrecho ano.
No sé como lo lograron, pero después de unos intentos, ya ambos tenían las puntas de sus vergas, pegadas, metidas en ese rosa culito.
Era poco lo que podían moverse, pero lo hacían, mientras Emiliano se la metía tranquilamente por la conchita.
Yo, para no desperdiciar nada, tomé mi verga ya un poco más recuperada y se la metí por la boca a Naomi.
Ahora éramos 4 hombres los que nos la follábamos al mismo tiempo.
Todo esto estaba siendo grabado, la escena era cual documental de animales, donde 4 hienas comen al mismo tiempo de los restos de una presa.
Comenzamos a acabar, llenamos nuevamente cada uno de sus huecos con la mezcla de semen de cada uno, nos masturbamos sobre su espalda, su culo, sus diminutos pechos y sobre su cara, dejándola toda empapada de sudor, saliva y semen.
Después de un rato de descanso, la pusimos de pie y la volvimos a colgar del poste por las esposas en sus muñecas.
Nos vestimos y recogimos todas nuestras cosas , las que llevamos al auto.
Ya antes de irnos, Santi tomó de entre unas cosas, el móvil de Naomi, lo encendió y ubicó con la cámara enfocándola a ella sobre una silla.
Inició una videollamada con el papá de Naomi y cuando notamos que él contestó, huimos de ahí.
Nunca más Naomi publicó nada en sus redes, de hecho a las semanas su cuenta se cerró. Solo supimos que su padre llegó a la media hora después, ya que nos cruzamos en el camino con su auto y que a la semana siguiente se habían ido de la ciudad.
Ya pasaron más de 5 años del hecho y tampoco supimos si hubo alguna investigación del caso, ya que con la cantidad de denuncias de violación que había en la ciudad, sólo tomaban los casos en que estaban identificados los culpables por las propias víctimas y aunque nuestros fluidos estaban por todo su cuerpo, era primera y última vez que ella nos vio.
Cada cierto tiempo me masturbo viendo los videos que aun conservo los que me hacen revivir las sensaciones de aquel dulce y tierno regalo de cumpleaños.
Espero no haber alargado mucho la historia. Acepto cualquier crítica o sugerencia 🙂
Espero les guste!
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