Ingenua pero muy social
Por algún motivo la gente que me conoce siempre me ha descrito como una chica demasiado ingenua y despistada, yo no creo que sea así, mas bien me describiría como muy social y alegre.
Hola, me llamo Lola y tengo 29 años, os diré que estoy felizmente casada con mi marido Mario y ambos tenemos una hija preciosa, Sara de 5 añitos.
Por algún motivo la gente que me conoce siempre me ha descrito como una chica demasiado ingenua y despistada, yo no creo que sea así, mas bien me describiría como muy social y alegre.
Ya desde pequeñita tenia muchos amigos en el pueblo, algunos de ellos incluso adultos como Don Carlos que siempre se preocupaba por mi a mis 6 años.
-Ay Lolita! Mírate con esa faldita tan corta que te puso tu mama! Al menos llevaras puestas tus braguitas, verdad? -Me decía Don Carlos al pasar frente a su casa.
-Si Don Carlos, siempre las llevo miré!
Orgullosa yo me levantaba la faldita hasta arriba y le mostraba siempre mis braguitas infantiles al hombre para que se quedara mas tranquilo. Después de asegurarse con sus propias manos de que mi intimidad estuviese bien resguardada bajo la prenda, se despedía de mi con su habitual palmadita en mi pequeño trasero y llamándome “zorrita” claramente halagando mi inteligencia.
En mi etapa como adulta he continuado desarrollando mis dotes sociales, sobretodo tras mudarme a la ciudad donde conocí a mi marido. Nuestro inicio como pareja no fue sencillo, nos conocimos en el bar de carretera de su padre, donde empecé a trabajar. Mario siempre me observaba desde la distancia mientras yo atendía a los clientes.
-Buena moza te has buscado para servirnos Gustavo! -Exclamaban algunos clientes ebrios al padre de mi marido.
Después de los tres primeros días ya empezaba a acostumbrarme a los azotes en las nalgas mientras llevaba una bandeja de cervezas y ya apenas tiraba ninguna.
-La chiquilla viene del pueblo, aunque con esas tetas y esas caderas al principio no sabia si era una chica o una vaca! -Les decía entre risas mi futuro suegro mientras hacia como si me ordeñase los pechos a modo de broma.
Antes del cierre de cada día, Mario siempre se quedaba conmigo hasta tarde y me ofrecía llevarme a mi piso en su coche como todo un caballero.
-No puedo Mario, sabes que tu padre necesita que me quede un rato mas con el para ayudarle con el inventario. -Le decía yo apenada cada noche antes de que se fuese.
Ciertamente su padre era un desastre con el inventariado, mas que nada porque siempre acababa el día estresado y el pobre requería de mi ayuda. En una ocasión Mario tuvo que volver al bar a recoger algo que se había olvidado y se encontró a su padre sentado frente al escritorio de la pequeña oficina sudando y muy acalorado. Tras asegurarle a su hijo que estaba perfectamente y tras marcharse de nuevo, pude salir de debajo del escritorio recolocándome el pelo y pintándome de nuevo los labios.
Tras un tiempo, Mario por fin me propuso salir con el formalmente y yo me sentí la chica más afortunada del mundo. El bar cada vez era más popular y el padre de Mario no tardó en contratar a dos chicas más para ayudarme con el servicio. Uno de los clientes mas habituales, un camionero al que todos llamaban “Tonel” tanto por su físico, como por su gran capacidad de beber, solía ser el cliente mas difícil.
–Mueve ese culote y sírveme otra ronda Lola! -Gritaba desde la otra punta del local cuando ya iba contentillo.
Tras pasar un mar de manos descuidadas y sortear algunos pellizcos traviesos siempre conseguía traerle su ansiada bebida.
-Ahora se una buena chica y ayúdame a ir al baño, apenas me tengo en pie…
Con gran esfuerzo yo ayudaba al cliente a levantarse y acompañarlo al lavabo entre tambaleos para cubrir sus necesidades. No era nada fácil, en ocasiones bastante duro, necesitaba hacer uso de todo mi aguante pero el resultado solía ser satisfactorio para el cliente. Tras un cambio de braguitas y limpiar alguna mancha desafortunada en la falda de mi uniforme ya estaba de nuevo lista para servir a los clientes.
Los sábados por la noche Mario siempre venia con sus amigos al bar para jugar unas partidas de póker, yo personalmente me ocupaba de servirles asegurándome de que no les faltara de nada. De alguna manera mii marido casi siempre ganaba la mayor parte de las partidas y yo, para levantar la moral al perdedor, me sentaba en sus piernas y lo animaba durante un par de rondas.
-Animo, vamos vamos!!! –Exclamaba yo mientras daba saltitos encima del último perdedor.
-Así así joder, muy bien!!! -Repetían ellos agarrándome fuerte de las caderas para que no me cayera.
Como siempre mi marido acababa totalmente ebrio tras sus innumerables victorias y yo también acababa contentilla tras tomar los numerosos tragos que me ofrecían, pero afortunadamente sus amigos siempre se ofrecían a llevarnos a casa en coche. Mi suegro al ver el mas estado de Mario siempre me daba permiso para salir antes con ellos y llevar a su hijo sano y salvo a casa.
-Que buenos amigos tiene mi hijo, asegúrate de darles bien las gracias a cada uno Lolita -Me aconsejaba mi suegro tras despedirse con un accidental beso en la boca.
Mientras dos de ellos cargaban con Mario hasta el coche, uno de ellos me guiaba desde la salida y me agarraba con fuerza desde atrás asegurándose de que no tropezara. Yo realmente me sentía mucho más segura ya que, mis nalgas, al ser bastante grandes, eran el agarre perfecto para evitar una desafortunada caída.
Para facilitar sacar después a mi marido del coche lo sentaban en el asiento del pasajero, mientras que yo y los dos que cargaban con él nos sentábamos en los asientos traseros. Al llegar a nuestro pisito de novios, mis dos acompañantes bajaban primero y tras subirse las cremalleras de los pantalones sacaban a Mario cargando con él. Tras arroparle y darle un cariñoso beso de buenas noches lo dejábamos en nuestro cuarto durmiendo plácidamente.
-Muchas gracias chicos, yo sola no habría podido traerlo a casa -Les decía agradecida ya con mi camisón semitransparente puesto.
Ellos sonriendo halagan mi buen gusto observando mi camisón y me llevan casi a tirones a la habitación de invitados y se desahogan conmigo unas horas tras la larga semana de trabajo.
Próximamente os contare como fue nuestra maravillosa boda y las grandes aventuras que vivo actualmente con mi hijita.
Espero que sea igual de ingenua como madre
Tan buena esposa como madre, espero haberte respondido ^^
Excelente, espero la continuación
Muy pronto ^^ gracias por las valoraciones!
ME ENCANTAN LAS MUJERES INGENUAS EN SITUACIONES MUY MORBOSAS… FELICITACIONES, ESPERO SIGAS CONTANDO TUS AVENTURAS CON LUJO DE DETALLES
Uff deberías de hacer una precuela de tu infancia con esa ingenuidad e inocencia tan excitante, o quizás continuarlo con tu hija de esa manera