Intento cogerme a mi papá
Durante años intento seducir a mi viejo .
Anteriormente había narrado como froté la verga en el culo de mi papá cuando estaba borracho e inconsciente. Lamentable, o felizmente, como se quiera ver, no fue la única ocasión que me aproveché del viejo. Hasta muy entrada la madurez, siempre fue mujeriego. Y mi obsesión con él comenzó al término de mi adolescencia, cuando me empieza a presionar para que me acueste con mujeres.
Al principio mi objetivo era obtener información de las putas con las que se acostó, para poder recrear la escena en mi mente y hacerme chaquetas. Aprovechaba cuando estaba ebrio para que me contara, con el pretexto de que quería aprender. Muy pronto me di cuenta que, además de obtener datos muy morbosos, también se me ofrecía a la vista el espectáculo apetecible de mi papá en calzones, lo cual me prendía mucho más. Poco a poco fui ingeniándomelas para disfrutar ver su culito. Una vez, por ejemplo, él tenía resaca por todo el alcohol que había consumido, y le dolía el cuerpo. Yo amablemente me ofrecí a ponerle bálsamo en su cuerpo y de esa manera pude masajear sus nalguitas pálidas y vírgenes.
Algunas veces ponía porno para calentarlo, pero no daba su brazo a torcer. Solamente me contaba sus experiencias. Una vez que quise propasarme, él sospechó y me aventó con fuerza… eso solamente alimentó mi obsesión. Tenía que conseguir ver de nuevo ese culito.
A la vez que aumentaba mi excitación, disminuía el respeto, pues me di cuenta de todas las veces que le fue infiel a mi mamá. Y ese resentimiento hacía más grande el deseo de poseerlo…
Debo confesar que, cuando vi que el alcohol ya no hacía el efecto que yo buscaba, «accidentalmente» un somnífero fue a dar a su copa. A la hora el viejo comenzó a marearse y luego estaba a mi disposición… Intentó orinar y se mojó la ropa, y yo, como buen samaritano, lo llevé a acostar de nuevo y le quité el short que llevaba puesto. Fue glorioso tenerlo acostado con las piernas abiertas mientras lo despojaba de su ropa: frente a mis ojos estaban la verga y los huevos que me originaron y al alzar sus piernas para poder quitar su ropa pude ver ese culito intacto. Me permití acariciar su pito flácido así como su pancita chelera y lamer su pezón. Por miedo a que reaccionara, me retiré a mi cuarto a jalármela. Sin embargo, un par de horas después, el somnífero aún estaba haciendo efecto, pues de pronto escuché un golpe (en ese momento sentí remordimiento). Fui a ver rápido y estaba tratando de ponerse de pie. Con esfuerzo lo ayudé a acostarse de nuevo y caí encima de él. Mi verga estaba bien parada, y al contacto con sus nalgas me vacié encima. Recuerdo que me dijo con voz entrecortada: «No te vayas a aprovechar, hijo». Se quedó dormido hasta muy tarde y yo con la verga enrojecida por tanta fricción. No me comentó nada, pero estuve evitándolo por varios días.
Aún me arrepiento por no haber llegado más lejos. Me hubiera gustado estar contando que le enterré mi verga, pero el miedo pudo más que yo…
¡Híjole!, que feo arrepentimiento pero lo bueno es que tuviste un buen inicio en la sexualidad homo.