Iris, una niña muy promiscua
No se necesita demasiado esfuerzo para conseguir una putita personal.
¡Hola! Muy buenas. Hoy vengo a relatarles una experiencia que tuve con una de mis sobrinas: Iris Enid, una nena que me hizo sentir cosas que yo jamás había experimentado antes.
Iris Enid es una niña divina de 9 años, morenaza, de cabello lacio negro, un poco más chaparrita que las niñas normales de su edad, pero con unas caderas y un culito bien definidos y desarrollados, mucho más que otras nenas promedio, muy coqueta, confianzuda y risueña, gracias a eso pude acercarme fácilmente a ella y arrebatarle su inocencia sin que se diera cuenta.
Para ese momento yo tenía 16 años, y siempre me he llevado muy bien con los niños, al punto de que he sido niñero de muchos familiares y amigos cercanos, siempre cuidando de sus hijos pequeños por cortos períodos de tiempo, esto definitivamente me ha permitido cometer mis fechorías en más de 6 ocasiones y sostenerlas a lo largo de los años, la pequeña Iris no es la excepción, pues fué la primera, siempre me he llevado bien con ella, siempre habíamos jugado durante horas y horas ininterrumpidas, construyendo una relación de mucho cariño y confianza, por lo que me atreví a dar el siguiente paso para llevar nuestra relación a otro nivel de afinidad. Mis tíos siempre han sido una pareja muy ocupada con sus negocios, viajando constantemente, y yo durante una época de más o menos año y medio fuí «el vecino de la casa de al lado», lo que obviamente para mí significaba ser su niñero constantemente cuando a ellos les tocaba viajar a otros estados por trabajo, pero eso nunca fue un disgusto o un problema para mí, jeje, así que durante mucho tiempo estuve en su casa cuidando de esa pequeña delicia de 9 años, cada que yo iba ella se emocionaba, y apenas yo cruzaba la puerta ella de un salto se me trepaba y me daba un abrazo muy lindo, entrelazando sus pies y sus manitas detrás de mi espalda, yo siempre aprovechaba su inocencia tocando y apretando su suave y moldeado culito, luchando con toda mi alma para que no se me endureciera la verga y poder disfrutar más de ese rico momento, luego yo me iba a reportar con sus padres (mis tíos), para despedirlos y asegurarles que yo me encargaría de su nena durante el tiempo que ellos no estuviesen, y así liberarlos de esa preocupación, al inicio no hacía más nada que aprovechar cualquier excusa y «accidente» para poder sentir el rico cuerpecito de Enid, manosear sutilmente su culo, su vientre y sus lindos y pequeños pechos, pero con todas las nenas siempre he tenido ganas de más, de conseguir más de ellas, ver hasta donde podría aprovecharme de ellas, y me puse manos a la obra en eso, sé que las nenas siempre tienen curiosidad de cosas que nunca han visto o sentido, y usé eso a mi favor. Un día, mientras yo veía la televisión en la sala y Enid jugaba con muñecas detrás del sofá, se me ocurrió una idea, yo había comprado una muda de ropa que había visto en la plaza y que me había gustado mucho, y la tenía conmigo porque venía de allí para cuando llegué a la casa de mis tíos, inmediatamente puse mi plan en marcha, ¿cómo? Sencillo, me levanté, coloqué la bolsa de ropa lo más lejos que pude de la sala, fuí a la otra punta y me desnudé completamente, acto siguiente le hablé a Iris, y le pedí que por favor me pasara la bolsa de ropa, apenas se levantó y me vió se quedó quieta, mirando fijamente mi pene con una expresión cómica de sorpresa, le pedí de favor que me acercara la bolsa y le señalé el otro sillón en donde se encontraba la bolsa, ella lentamente caminó y tomó la bolsa, sin quitarle los ojos de encima a mi verga, le pedí perdón por encontrarme desnudo frente a ella, pero le dije que me había dado flojera subir al segundo piso a cambiarme, y que como teníamos mucha confianza y nos llevábamos tan bien, pues que pensé que no le importaría que me cambiara ahí mismo, ella solo me sonrió, me miró a la cara y me dijo «sii, no me importa, nomás que se me hizo raro verte así jaja» yo le dije: «a bueno, entonces no le vayas a decir nada a mis tíos ee, porque si les dices ya no me van a dejar venir a verte y no voy a poder jugar contigo nunca, que sea nuestro secretito, ¿va?» Ella muy linda me respondió: «Noo, no les voy a decir nada, quiero jugar contigo siempre, pero, ¿que es eso?» me dijo señalando directamente mi polla, «Ésto se llama pene, Iris, es lo que los hombres tenemos y que nos diferencía de ustedes las niñas» ella me dijo «aaa, y ¿para qué sirve?» y yo aproveché para adelantar las cosas, «no pues, es lo que nosotros los niños metemos en la vagina de las mujeres, como la que tú tienes, para hacer bebés» ella estaba mirando fijamente mi pene de nuevo, «pero ¿cómo lo metes si es tan blandito?» entonces yo le dije «es que cuando vamos a coger, se pone duro y así podemos meterla y hacer bebés» «y ¿por qué el tuyo no está duro?» «Ay Iris, pues porque para eso se tiene que sentir bien, se tiene que sentir rico para que se ponga duro» «y ¿te lo puedo poner duro?» yo me calenté inmediatamente, pero para que ella lo tocara tuve que rápidamente decirle que pusiera sus manitas en mi pene y empezara a acariciarlo, «ya se está poniendo duro» le dije, la nena solo veía como iba creciendo mi verga cada vez más y más, «dale un beso» agregué, para tantear el terreno, ella toda indecisa lo hizo, acercó sus ricos y morenos labios y le dió un besito a mi verga ya dura, «y ¿ahora qué?» preguntó, «pues así ya la metemos en la vagina de la mujer y le tiramos la leche para hacer bebés dentro» respondí, «¿leche?» cuestionó, con una carita de confusión muy linda, «si mi amor, nuestro pene saca lechita» aclaré, y ella con la mayor inocencia y ternura del mundo, con una alegría dijo: «que rico, quiero lechita, tío, dame de tu lechita» viejo, sentí mi verga más dura que nunca, inmediatamente comencé a jálamela, teniendo a escasos centímetros la linda carita de mi sobrina, viendo curiosa como su tío se masturbaba básicamente sobre ella, «¿que haces tío?» me preguntó con una sonrisa en su rostro, no pude decirle nada más que «te voy a dar de mi lechita mi amor, pero lo tienes que chupar, para que salga más rápido y te tienes que tragar toda la leche que salga, ¿sí?» «Está bien tío, pero sí me vas a dar mucha leche, ¿verdad?» Preguntó. «Demasiada» respondí, mientras sujetaba con una mano la cabecita de mi sobrina acercándola para hacerla chupar mi verga, mientras que con mi otra mano seguía jalándomela, «abre la boquita Iris» lo hizo, y metí la cabeza de mi pene, «mueve tu lengüita mi amor, así saldrá mi lechita más rápido» la mamada que me estaba dando mi sobrinita de 9 años se sentía cada vez más rica, tragando poco menos de la mitad de mi verga y moviendo su cabecita torpemente de atrás para adelante, pero eso solo me gustaba más, bien dicen que las morenas aguantan más verga sin importar la edad, pues es verdad, Iris Enid es una de las pocas nenas que han podido tragar tanto de mi verga desde el principio. Yo estaba en la gloria, disfrutando al máximo de sentir la húmeda y estrecha boquita de una nena de 9 añitos, no aguante más de 5 minutos y descargué todo mi semen en la boquita de mi sobrina, mientras con ambas manos le empujaba la cabeza para que tomara mi verga lo más profundo que pudiese, siempre he cuidado consumir muchas frutas dulces y evitar la comida chatarra para mejorar el sabor de mi esperma, así que a mi sobrina no le encantó el sabor, pero no le disgustó tampoco «tu leche sabe rara tío, pero me gusta, sabe un poquitito dulce» yo había disfrutado de la eyaculación de mi vida, así que le dije mientras le acariciaba la cabeza: «que bien mi amor, porque te daré mucha lechita cada que pueda a partir de ahora jeje» «sii tío, me gustó jaja» » pero ey, no le digas a mis tíos ee, porque si les dices ya no te daré leche nunca más» le advertí, «noo tío, yo no voy a decir nada, pero dame más leche, ¿sí?» «claro mi amor, te daré mucha más lechita, pero cuando estemos solitos aquí en la casa de mis tíos ahora vamos a estar siempre desnudos, ¿va? para que no se nos manche la ropa y podamos tocarnos rico todo el rato» «está bien tío, entonces, ¿me quito la ropa?» me preguntó, «yo te la quito mi amor» respondí rápidamente y me apuré a desvestirla, mis tíos se iban por días, y siempre me avisaban que regresarían a la casa un día entero antes de su llegada, así que no había riesgo de que nos vieran desnudos, y mi casa también estaba desocupada bastante tiempo todos los días, así que no tenía que preocuparme por visitas inesperadas o interrupciones molestas. Rápidamente le quité la camiseta de algodón que llevaba encima y le bajé la falda ligera con todo y calzón, obviamente aproveché para manosearla de todos lados y ponerle mi verga en la cara de nuevo, me puse duro ipso facto, y se me ocurrió otra idea, le dije que nos recostáramos en el sofá frente a la tele, puse una película porno y me empecé a masturbar, Iris me miraba con atención, empezó a preguntar muchas cosas de la película, preguntas que respondí fácilmente, yo sabía que no me la podría coger ese día, así que solo empecé a tocarle la conchita, le dije que también quería hacerla sentir rico, ella agarró mi verga y empezó a jalármela, igual a como yo lo estaba haciendo, solo que con movimientos más torpes y lentos, pero se sentía riquísimo, en la película llegó la escena de la mamada, entonces yo solo miré a Iris, le sonreí, ella me miró, me sonrió de vuelta de manera pícara y volví a deleitarme con una mamada deliciosa, ella se esforzaba en imitar lo más que podía de lo que veía en la porno y yo solo veía como una niña pequeña me chupaba la verga con mi mano manoseando su culo, comencé a abrirme paso en su morenito chocho, metiendo un dedito, sintiendo que se mojaba un poquito, luego dos, y solo hasta ahí, necesitaba hacer que le gustara y que no le doliera para después convertirla en mi putita personal, no protestó, pero no pude aguantar más y me vine en su boquita de nuevo, ella se esforzó por tragarse todo mi semen, y yo la empujaba para que se comiera toda mi verga, solo hice eso ese día, la aventura continuó dos días después, le dije a Iris que guardara silencio absoluto sobre todo lo que pasó entre nosotros, ella muy contenta me dijo que sí, que no le diría a nadie, horas más tarde mis padres me llamaron para ir a dormir, Iris y yo ya habíamos cenado, aunque ella más porque se había tragado toda mi leche, jeje, así que nos vestí, nos lavamos y fuimos a mí casa, ella se quedaba a dormir con mi madre, y yo en mi habitación, así que no podíamos quedarnos a dormir en la misma cama juntos desgraciadamente, pero eso no importaba, había recibido una mamada dos veces en un mismo día de una nena de 9 años, y mejor aún, esa niña pequeña era mi sobrina, así que era más de lo podía pedir, quedé completamente satisfecho, pero la historia con ella continúa, en próximos relatos que les iré narrando dentro de poco.
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