Isla Pagana (1/3)
Erick es un joven maestro de literatura recien graduado, pero acabará dando clases en una extraña isla que esconde erotismo….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
I
Erick acababa de graduarse de la carrera gracias a su tesis de literatura de ficción y horror cósmico, deseaba volverse maestro en un colegio privado de esa materia (literatura), su amistad con cierto docente del plantel le aseguraba que así fuera, pero la mala suerte decidiría que un mentecato ocupara la plaza, gracias a ser el sobrino del director, pero que ni siquiera tenía perfil, universidad trunca, borracho y bastante libertino, si luego se enteraría de algunas pestes, pues acabaría embarazando a una alumna, lo cual dejaría a la escuela en la ruina, pero mientras eso ocurría el maestro tuvo que buscar donde podría irse a meter para conseguir sustento, algo que no parecía sencillo, pues las vacantes como educador eran muy pocas, estando así al menos 4 meses, hasta que una secretaria apiadándose de él, cierta mujer con la que tenía su buena relación, le daría una propuesta segura, aunque no era tan agradable la plaza, pues nadie en su sano juicio estaría dispuesto a terminar en ese lugar. Erick por desgracia tenía deudas, se hallaba cansado de buscar empleo en otras escuelas de paga, así que no se lo pensó mucho antes de aceptar, aunque tuviera que irse de la ciudad a un lugar de mala reputación, lleno de rumores feos, al menos por un tiempo, pues debía ir a una comunidad en una pequeña isla cercana, un pequeño asentamiento distante casi olvidado por todo el mundo, como muchos en las montañas, sólo que en la playa, y lo mejor es que no era tan lejos, considerando las distancias, era como a 3 o 4 horas de viaje, fácil podría quedarse ahí para regresar los fines de semana, o eso creyó.
Saldría muy temprano, siendo despedido por algunos familiares, entre estos su hermano, quien no le quería mucho, estaba convencido que este quería acostarse con su esposa, idea no tan descabellada, pues la tipa era una puta de lujo que siempre estaba ofreciéndose a cuanto idiota con verga estuviera cerca, y en ese momento iba con una camisa tan corta que presumía sus enormes tetas que parecían a punto de romper la camisa, más no le dio importancia, antes ya había hecho un par de pajas en su honor. Acabó llegando en camión luego de un fastidioso viaje partió al amanecer y luego fue a tomar una pequeña lancha, donde recordaba que por mas amistoso que fue con el lanchero, este siendo un viejo de aspecto funesto, jamás intento responder a ninguna frase o comentario, le pareció tan antipático, incluso grosero, pero tuvo que importarle poco, pues no le quedaba de otra, por suerte el vieja no duró mucho, al menos 15 0 20 minutos antes de llegar a un pequeño muelle frente a la isla.
Aquel pequeño lugar si acaso tendría unas 10 hectáreas de terreno, y una quinta parte era de tomada por cierta depresión montañosa, apenas se veía la costa desde su lugar, no era más que un pequeño paramo lleno de vegetación, de hecho se preguntaba porque la gente se ubicó ahí, aunque debía reconocer que era bastante bonito, lleno de vida vegetal, una jungla verde, que al fondo estaba coronada con una montaña, todo oculto por una gruesa mata selvática, dándole mucha intimidad, si hasta tomó un par de fotos del lugar, y una vez puso un pie, el lanchero se marchó a toda velocidad, no supo como tomarlo, aparte de otra grosería del tipo en cuestión, pero no se desanimo. Erick sin demora se adentró, pero en cuando puso un pie en la selva, pudo notar casi de inmediato algo extraño, una sensación de ser vigilado, incluso le pareció ser observado, así que llamó a quien pudiera estar al lado, pero no respondió nadie, fastidiándole un poco más, así tuvo que continuar, siguiendo su camino por una pequeña vereda hasta llegar a un pequeño poblado, viejas cabañas de aspecto lamentable, rodeados de muchos campos con plantas frutales, toda una comunidad rural empobrecida, de al menos 50 habitantes, donde al pasar no dejaban de verlo raro, aunque eso fue reciproco, porque el joven también fue notando que algo muy raro, aunque no sabía a ciencia cierta que estaba ocurriendo ahí, no veía muchos adultos, señoras si, pero hombres nada, algunos niños, pero en su mayoría eran niñas, muchas chicas. En pocos minutos llegó a lo que parecía ser la casa de quien mandaba, pues se hallaba en el centro, al pie de la montaña, además que era la construcción más grande, a la cual llamó con cuidado (pensó que la construcción podría caérsele encima), y como no podía ser de otra forma, una anciana de algunos 50 años o más, lo recibía, una mujer de piel quemada por el sol tropical, con un atuendo de cuerpo completo, un vestido con ciertos bordados que le recordaba algo, que no pudo reconocer, aunque le sonaba de algo, pero eso quedó de lado, pues esta mujer era más amable:
Qué bueno que pudo venir, el lanchero es un amargado, no quiere hablar con nadie, por eso la mujer le abandonó, espero que no le haya molestado mucho, vera, en esta isla tenemos muchas costumbres diferentes, la escuela que tendrá es una pequeña cabaña, no hay mucho como podrá darse cuenta, pero siéntase en libertad de tomar lo que quiera, como es una comunidad tan reducida sea paciente, pues llegamos aquí hace poco menos de 100 años, un grupo de peregrinos, se que suena extraño, nos aceptamos, nos dedicamos a las cosechas frutales, que luego vendemos fuera, esta tierra es generosa, así conseguimos dinero para comprar algunas cosas, pero nuestro pueblo es bastante pobre, yo ni nací aquí, y desde entonces el lugar no ha cambiado mucho, por lo general los jóvenes son quienes salen a buscar mejores opciones de trabajo, pero ya no regresan, algo pasa en la ciudad que les gusta, se olvidan de su hogar, por ello quedan pocos hombres, y los que tenemos son unos vagos que viven en la otra parte de la isla, cuidando de la pesca u otros campos de cultivo, pero se la pasan borrachos, y nadie quiere convivir con ellos, pierda cuidado, seguro que un joven como usted, será bien recibido, le adecuamos un par de chozas, una para que duerma, otra para dar clases, de hecho es la misma que uso su predecesor, quien se fue hace como 3 años y no volvió nunca.
Erick no pudo más que suspirar resignado, viendo que iba a pasar por momentos muy difíciles en aquel lugar, aunque eso fue lo de menos, como todo hombre joven miró los alrededores, había muchas mujeres, casi todas las mayores le veían con cara de pocos amigos, gestos amargados, pero las más jovencitas por el contrario le sonreían muy amenas, como si desearan algo de él, viéndose unas muy guapas, pechos grandes, cinturas breves, piernas torneadas, rostros bellos, apenas vestidas con pequeños trazos de piel que apenas cubrían esas formas tan delirantes y llenas de sensualidad, de hecho eso le sorprendió bastante al comienzo, aunque tenía lógica dentro de la comunidad. Haciendo memoria los hombres abandonaban el lugar, las hijas se quedaban, había muchas por ahí, viéndole con cierto recelo, además, aunque creía que sería una sociedad donde todos eran morenitos, tal vez con rasgos toscos, en realidad eran muy variados, era una mezcla de etnias muy amplias, con rasgos finos, rubios, morenos, castaños, había mucha variedad debido a que venían de algún grupo que se aisló hace como 100 años, y en parte por la historia se justificaba, aunque intuía que debía tener cuidado, porque algo no le gustaba del todo, pero no le dio mayor importancia, el solo tenía que dar clases, de hecho se tuvo que quedar un mes en pésimas condiciones porque la cabaña que le dejaron eran bastante pobre, mientras daba clases, así que debiendo pasar al menos un ciclo escolar, viendo que los alumnos eran casos difíciles, sobraban los chicos problemas, indisciplinados, quienes no querían estudiar, y solo hacían travesuras, lo cual causó molestias, que no se quedaron calladas. Sin embargo Erick era muy terco, decidió poner manos a la obra en todo, empezando por arreglar su hogar temporal, en unos días tuvo una casa decente, incluso con letrina, y una regadera con tina, porque muchos iban a un lago a limpiarse, o al menos juntaban agua para asearse en casa, todo por la precaria situación de la isla, realmente estaba mal esa comunidad, así que al finalizar los arreglos su cabaña terminó por llamar la atención de muchos, además se trajo algunos árboles frutales que no eran comunes ahí, dejándoles ver algo diferente a muchos locales, si notó a muchos niños viendo con curiosidad su casa, en especial las frutas, pues nunca habían comido manzanas, higos, duraznos, pero al contrario plátanos, papaya, naranjas, toronjas sí. Al menos en su casa se notaba la diferencia, sobresalía porque las demás eran poco más que chozas, y pronto vio como algunos chiquillos se metían para hacer diabluras, igual que pequeños vándalos odiosos, así que al reportarlos con la matriarca notaria algo perturbador, pues ciertamente dañaron algunos de los arboles más grandes, lo cual enojó al hombre, iba a castigarlos en clase, más nunca los volvió a ver, cosa que sorprendió a Erick, pero al preguntar qué paso, la anciana le dijo:
Perdone si le asustamos, pero la comunidad tiene reglas estrictas, respeto a los invitados, en especial cuando aportan algo, además usted lo dijo, esos niños no son aplicados en los estudios, veo con gusto que mi nieto aprende a leer, pero los otros nada, prefieren hacer maldades, así que como son haraganes los mandamos con los otros, para que destrocen tanto como puedan halla, así que pierda cuidado, los dejamos en manos de un tío de ellos, como le dije, tenemos costumbres particulares, esperamos que eso no le moleste, pero a mí me hace ilusión probar las manzanas de su huerto.
Erick se sorprendió un poco, ciertamente los chiquillos eran muy indisciplinados, ruidosos y molestos, pero correrlos del pueblo, le pareció excesivo, aunque los dejaron con un familiar, así que era lo de menos, aparte todo quedaba en la isla, al final, ese era su hogar y debía respetar las costumbres de los otros, o al menos eso pensó, no quería conflictuarse con nadie , aunque la actitud de las mujeres mayores le molestaba mucho por lo cerradas que eran, pues casi no podía hablar más que con las que eran madres de algunas estudiantes, y las demás no se veían nada amables. Por otra parte debía seguir con su trabajo, no podía preocuparse por otras cosas, en especial cuando no veía muchos progresos, sus clases eran agradables, en la mañana estaba con los niños, y estos eran demasiado juguetones, no les gustaba estudiar, querían salir a correr y jugar, así que les enseñaba en el exterior para explicarles algunas cosas, por suerte Erick era muy práctico en ese aspecto. Pero lo más “interesante” era en la tarde, cuando le tocaba darle clases a las chicas, pues casi no había muchachos, muchos se iban desde chicos, apenas les empezaban a salir pelos, se sentían muy hombres y dejaban la isla, costumbres, pero eso le dejaba un salón lleno de lindas chicas de entre 12 y 16 años, muchas bellezas, vestidas con la falda escolar reglamentaria, una playera y nada más, porque debido al ambiente tropical muchas olvidaban las calcetas y zapatos para llegar descalzas, de hecho notaba que casi nadie usaba zapatos aparte de él, se habían acostumbrado demasiado a ese ambiente, pero al contrario algo parecía ocurrir, porque las actitudes de muchas rozaban en la coquetería, jugando con el filo de sus faldas, enseñando de más piernas torneadas, que se movían de forma seductora, invitándole a ver más, además que los pechos de algunas chicas eran bastante grandes, parecían estar por romper la tela de sus ropas, liberando la sensualidad de cada una de estas, y todo se veía orquestado por las mismas adolecentes. Después de 3 meses de clases y viendo que las cosas no parecían progresar, decidió hacer un examen de prueba, de esa forma esperaba sacar algunos resultados, esperando comprender mejor su situación, además que no quería seguir viéndose como un degenerado, pues las alumnas en sus juegos, lo estaban tentando, y mantener oculta su erección se volvería difícil, siendo sincero, poco le faltaba para lanzarse contra las chicas, ya que varias se daban a desear muy fácilmente, además cabe decir que en veces tenía que salir a reportarse con las oficinas que lo contrataron, necesitaba sacar resultados, y como lo imaginó, los niños salieron mal, las mejores calificaciones fueron algunos 6, un 7 de un crio despierto, pero la mayoría sacaba 4 o 5 incluso sacaron algunos 2 o 3, y con las alumnas de la tarde, fue un poco mejor.
Erick veía a su clase, eran alrededor de 30 chicas, algunas muy bonitas, ninguna le parecía fea, todas soltaban alguna clase de aire erótico, dedicándole miradas fugaces, sonrisas traviesas, en ocasiones se hallaban mal sentadas dejando ver debajo de su falda, descuidadas, casi enseñando pantis de color blanco algo gastadas por el tiempo, que se amoldaban perfectamente a sus formas, dándole a entender que lo estaban invitando a otras cosas, o también por “culpa” del calor, los botones de varias camisas eran abiertos dejando a la vista sus pechos, lo cual era tortuoso, pues no traían sujetador, seguramente si hiciera frio, las puntas de sus pechos tratarían de romper las telas que los cubrían, de hecho Erick se ponía tremendamente nervioso, pues clavaba su vista en aquellas formas, deseando sentirlas con la lengua, tocar cada parte de esas preciosas chicas, pero no sabía que costumbres tendrían con respecto a muchas cosas, la sociedad era hermética ahí, hasta para los nombres eran raros, así que a todas les daba un apodo cariñoso con tal de facilitar las cosas. Una de ellas era Heidi, la niña de las montañas del cuento, y la llamó así por su cara inocente, pero un par de tetas enormes, también estaba Blondie, pues era preciosa la chiquilla, rubia y de carácter inocente, bastante hermosa, si le resultaba difícil ignorarla al verla pasar, curiosamente entre ellas había una pelirroja de formas muy bonitas, a quien llamaba Berry, asegurando que le encantaban las fresas (strawberry = fresas). Como fuera el caso el maestro tras ese pequeño examen se dio cuenta que las chicas también no estaban prestando la atención necesaria, así que decidió volver a darles el examen a manera de simulacro, así que debían estudiar más, cuestión que mejoro cuando las madres al ver los resultados dieron regaños a los críos, y nalgadas a las hijas, recordando perfectamente como a cierta belleza de ojitos rasgados a quien llamaba Saaya (por una actriz oriental que le gustaba), su madre le daba nalgadas, y se quedaba grabado en su mente el sonido de esa palma resonando en los cachetes de esas carnes, un sonido intenso que le hizo sentir nervioso, en especial cuando al voltear pudo ver como se le veían las masas voluptuosas todas rojas y redondas gracias al movimiento de su madre dejándole ver más de su alumna, una chiquilla de algunos 14 añitos muy bien cumplidos.
Lo siento profe, luego se la educo para que le haga más caso – dijo la madre llevándose a su hija, quien le dedicaría una mirada picara antes de irse, no sin antes enseñar un poco mas de esa piel enrojecida, que parecía pedir una mano cariñosa encima.
Eso le dejo tremendamente nervioso, pues en 6 meses no había sentido una mujer, recordaba que su ex novia, fue una maldita infiel, largándose con un tipo que ya se había acomodado, y ahora estaba en esa isla con casi puras mujeres, muchas viejas amargosas que le hacían sentir mal, pero entre estas, las mas jovencitas le dedicaban miradas intensas, como si tramaran algo delicioso, cosa que no quería creer posible, pero empezaba a ganar fuerza, al menos en su cabeza, aunque desechaba la idea por sus presiones, a fin de cuentas estaba en una comunidad pobre, apenas tenían servicio de agua, la luz era un lujo, por ello el había conseguido una planta de energía solar, siendo realmente el único con ese servicio, esa gente vivía con ideas demasiado extrañas, atrapada a propósito en una época distante, como fuera el caso, esa tarde al regresar a su casa, para idear como arreglar las cosas, estaba cansado, y se fue a recostar, así paso un par de horas, cuando escuchó un sonido, alguien entraba, y al revisar pudo notar que se trataba de “Molly”, una de las niñas mas lindas que tenía Erick a su cargo, de cabello largo castaño, ojos color azul, piel enrojecida por los rayos del sol, aunque podría ser algo pálida en comparación de otros, además que tenía un cuerpo bastante bonito, de carácter algo despistado, pues muchas veces llegó a ver sus preciosas tetas en descuidos, incluso rozó su vulva de manera accidental, sacándole un ligero pujido, que le hizo hervir la sangre, pero ahora llegaba tratando de ser silenciosa, cosa que no logró, siendo descubierta al entrar.
Ah, eres tu Molly, ¿Qué pasa? No es común verte por aquí, dime tienes problemas con algún tema – dijo Erick esperando que quizás fuera por alguna ayuda académica.
Profe, perdón es que no soy buena con esas cosas, soy muy torpe, me lo dice mi mamá, siempre – decía la chica mientras terminaba sentándose enfrente del maestro.
Para la próxima estudia más, yo te puedo ayudar, estaré encantado de recibirte – dijo Erick más tranquilo, aunque no dejaba de ver a la chica con cierto interés sexual.
Justamente por eso vengo, dígame profe, no habrá algo que pueda hacer para pasar, me da mucha pena con usted, siempre nos está explicando las cosas, pero simplemente no entiendo, soy una tonta, mi único rescate es que no soy tan fea – dijo la chica acercándose de manera sugestiva, aunque su voz era diferente a una coquetería, aunque termino quedando en 4 viendo al profe que se había sentado para verla mejor, pues no era temprano, y la poca luz no le afectaba.
Solo tienes que estudiar, es lo básico, todos fuera de la isla saben esas cosas, es cultura general – dijo Erick tratando de calmarla pero lograría el efecto contrario, aunque seguía viéndola con deseos ocultos, pues ahora notaba como las tetas le colgaban.
Soy una tonta, no puedo aprender algo tan fácil, que voy a hacer – dijo triste la muchacha, haciendo sentir al joven que había dicho lo contrario a su intención, incrementando la culpa, pues esta se veía irresistible.
Tranquila, yo tampoco entiendo muchas cosas, es cuestión de aprender, descuida solo debes prestar atención en clases – dijo Erick tratando de calmar la situación, aunque no dejaba de ver a su alumna con un interés cada vez mas sexual gracias a su escote tan sugestivo.
Así como usted la pone cada que subo un poco la falda, me mira con tanto interés, cuando le estoy enseñando lo de abajo – dijo Molly llamando la atención del maestro.
Eh, perdón, pero siempre pongo atención en mis alumnas – dijo tratando de disculparse Erick.
No importa profe, yo quería que usted me viera, igual que todas las que lo hacen – dijo Molly llamando la atención del joven mientras movía sus manos jugando con el filo de su falda.
Eh, en serio – acertó a decir Erick algo sorprendido.
Profe tiene razón, usted es muy listo, pero no conoce muchas cosas, dígame, yo podría enseñarle ciertas tradiciones de la isla, si usted me ayuda con sus clases, soy muy tonta, pero al menos sé que tengo algo que le puede interesar – dijo la chica con un tono de voz diferente, y levantándose, se iría sacando la ropa.
No podía creerlo, pero en cuestión de segundos, su alumna, una linda castaña de largo pelo hasta la espalda se iba sacando su camisa escolar, y saldría sin problemas dejando a la vista un par de pechos de bonita forma, no traía sujetador, así que se le veían unas enormes tetas coronadas por un pezón rosa, un vientre plano casi sin grasa, solo una ligera curva irresistible, además que en segundos caería la falda, quedando en el suelo, dejando visible una panti que apenas podía contener el jugoso coñito de la estudiante, la cual estaba humedecida de cierta parte especial, además de unos grandes muslos, así la chica se quedaba viendo al tutor, algo nerviosa aunque parecía lista para la más ardiente noche de placer posible, Erick no sabía que decir, su alumna se estaba ofreciendo frente a él, lo que era más importante, sin olvidar que parecía que otras más se hallaban interesadas en él, resultaba demasiado extraño, aunque una sospecha llegó a su mente, acaso podría ser que sus alumnas todo este tiempo se le estuvieran ofreciendo, eso resultaba demasiado erótico.
Vamos profe, yo no sé como continuar – decía Molly dejando ver su cuerpo al desnudo, una figura por demás bonita, ansiosa de sentir el calor de un hombre.
Carajo – se diría a si mismo Erick dándose cuenta que no hacer nada sería una reverenda estupidez, así que jalaría a la chica para besarla intensamente.
Era una pobre virgen en las manos de un hombre adulto, quien no perdería tiempo tratando de apoderarse de ella, le encantaba lo que tenía entre sus manos, lo demostraba sobando cada parte de ese bonito cuerpo, sintiendo como se estremecía con cada toque, conteniendo suspiros sexuales, pues a diferencia de su ex, la chica sabía a virginidad, esta se estremecía de sorpresa por cada toque o beso del hombre, entre besos, con sus manos, sujetaba con fuerza aquella deliciosa figura que se entregaba, pensando que lo mejor sería solo besar sus labios, quizás Molly no entendía mucho, y no quería llegar tan lejos, pero antes que se diera cuenta, sus mano se había apoderado de su entrepierna, acariciándola de tal forma que soltaba sus primeros jugos de lujuria, mientras unos quejidos llenos de erotismo llenaban el ambiente. Todo esto encendía más a Erick, quien se hallaba con una terrible erección, difícil de disimular, la cual apuntaba a su estudiante, pues Molly prácticamente era una muñeca en sus manos, dejándose hacer tanto como este quisiera, pensando que con esto podría pasar las clases, o quizás la alumna escondía algún secreto, aunque eso no le interesaba a Erick, quien al sentir ese cuerpo delicado no podía más que hervir en placer por el gusto de tentar todas esas formas deliciosas que ahora despedían un olor a deseo tan embriagador, sobando cada centímetro, mientras su verga hinchada buscaba llegar a la siguiente parte.
Carajo, que no había cogido en meses – se decía Erick mientras se sacaba la ropa.
¿Coger? No entiendo – dijo Molly algo confundida, su mente se perdía mientras su vulva escurría.
Tranquila, que ahora te enseño algunas cosas preciosa – decía Erick tomando un poco de distancias para quedar desnudo.
La chica por lo oscuro apenas pudo ver la verga que la iba a hacer mujer, y el joven por el morbo, no se resistió a comerle la conchita jugosa, además que no deseaba que después le fueran a decir algo, a su vista necesitaba que la chiquilla se perdiera en deseo, de ser posible la haría su putita personal en la isla, estaba perdido en la lujuria, así que pensó en todo caso, que si le llegaban a reclamar, este se haría responsable con tal de que no lo fueran a acusar de alguna violación, y sin más comenzó a chuparle la conchita.
Profe, que hace, ahí es mi AH – apenas podía hablar Molly mientras su maestro le comía la vulva penetrándola con su lengua de tal manera que la pobre muchacha se quedaría sin aire tratando de gritar por el placer naciente.
Mira primera lección, hombre que se respete, hace sentir rico a su pareja, y eso se puede lograr con una mamada – diría Erick deleitándose con el sabor de aquel coño joven.
La chica no entendía mucho, pero debido al placer sujetaba la cabeza del hombre para apuntarle contra sus entrepierna, como si este se fuera a escapar, mientras ella se hallaba gimiendo con mucha fuerza, sintiendo como se le iba el alma en cada lamida, sacándole sus fluidos con mayor abundancia, haciéndole gozar de forma indescriptible, sonrojándola, pues ella no sabía nada de esas cosas, solo podía entregarse a los placeres que le estaban provocando, respirando tan ansiosa que con cada bocanada de aire sus tetas se veían más grandes, se hallaba atrapada de manera tan intensa que la pobre Molly no podía entender nada, pero antes que se diera cuenta una reacción inesperada llegaba a su cuerpo, sintiendo como si algo saliera.
AH, profe, me voy a orinar – diría la chica sintiendo un espasmo muy fuerte.
A lo que Erick se alejaría para ver como efectivamente la muchacha se estaba orinando, aunque era una mezcla con su orgasmo, lo cual la haría desfallecer, una sensación demasiado nueva para la pobre Molly, quien veía al profe algo confundida.
¿Qué me paso? Profe, me orine – dijo apenada la niña.
No te preocupes, Molly, eso no me importa, pero ahora viene lo bueno, que después de esto no sales sin que te coja – decía el joven listo para continuar.
La pobre muchacha apenas entendería algo, pero vería a su maestro ponerse encima suyo y apuntarle algo a su entrepierna, apenas pudiendo resistir cuando resintió que algo entraba por su tierna vulva, lo cual entraba fácil gracias a su humedad, por suerte estaba muy lubricada gracias al orgasmo, pero pronto sintió como era penetrada, su gruta era abierta lentamente, aguantando un dolor punzante, que la hizo llorar, y por momentos esa reacción detuvo al hombre, quien miraba como estaba a punto de desvirgarla, pues notaba su himen intacto, pero la alumna diría:
No profe, siga, márqueme como suya – decía con ansiedad Molly abrazándole, y ante esas palabras algo confusas le respondieron.
Bueno, pues aquí vamos – decía Erick quien pensó en romperle el coño de un jalón para acabar con eso de una vez, aparte que apenas se contenía al tener esas tetas contra su pecho.
Que gusto se daría, pues nunca en su vida había desvirgado a nadie, pero fue lo mejor que había sentido, meterle la verga, casi amoldando su verga en el interior de su alumna, sería una sensación indescriptible, además el calor era delicioso, aunque lo haría apenas contenerse un poco, pues el dolor de la chica le inquietaba, no quería que gritara demasiado, aunque esta se le aferraría como si la vida se le fuera en ello, por ello Erick la traspasaría de una embestida, entrando de un solo jalón hasta lo más profundo de su vulva, quedando quieto por unos instantes, mientras la chica se iba acostumbrando, dejando escapar un par de lagrimas, pero al verse seguro comenzaría a embestirla, cogiendo con cierta fuerza sintiendo como su cuerpo se apoderaba de ella, con cada vaivén, en un ritmo constante, la pobre Molly se iba perdiendo en aquel placer tan adictivo, pues el hombre estaba tomando el control haciéndola gemir con gusto, la pobre no sabía nada, o casi, pero Erick por el calor que inundaba el momento no podía más que engancharse a esa alumna hasta hacerla correrse, pues ella no era consciente, sólo se entregaba al hombre, así sus jugos dejaban escapar el olor del sexo, haciendo que el cuarto se llenara de esa esencia, despertando el libido, de ella, haciéndola decir:
Profe me está marcando, ahora soy suya – dijo Molly abrazándose al hombre.
Te estoy cogiendo Molly, te estoy cogiendo – dijo Erick sin entender.
Cuando un hombre coge a una mujer la marca como suya, es la tradición – dijo Molly.
Y tras esas palabras, pareció Erick comprender algo, pero justo en ese momento gracias al juego, toda la acción desencadenada, la cercanía de ambos cuerpos rosándose al compas del ritmo lujurioso, y el tiempo de ardor sexual, pudo sentir como su miembro actuaba casi con mente propia, se terminaba corriendo en su interior llenando a la chica con una corrida abundante producto de la abstinencia involuntaria, lo cual preocupo un poco a este, pero Molly no se vería afectada, incluso parecía con hambre de más, se volvia una hembra deseosa de placer, buscando al hombre que la marco como suya, por lo que suspirando un poco su maestro continuaría disfrutando de su cuerpo, una bonita figura curvilínea que al parecer ahora solo le pertenecía a este desde ese instante, que bien…
Aun en la mañana siguiente, despertaría a su alumna con una buena cogida, como estaba s su lado desnuda, no perdió tiempo tomándola con fuerza, metiéndole la verga hasta el fondo, aunque en un movimiento cadencioso, lleno de pasión, realmente sentía como si esa criatura le perteneciera, eran tan deliciosa que no se hartaba de tenerla a su lado, aunque solo fuera una colegiala más entre muchas otras a su alcance, pero al despertar no pudo evitarlo le ensartó su miembro despertándola con un orgasmo, logrando que ella se perdiera en el deseo, abrazándose y besándose con deseo. Sin embargo al acabar ella se retiraría alarmada por la hora, apenas se vestiría, dejándole ver gracias a la poca luz, esas formas tan apetecibles, Erick quería por momentos detenerla, estaba intoxicado en deseo, quería tomarla como su mujer, aunque un poco de aire fresco le haría recapacitar, dejándola marchar, esperando que su mamá no se enojara, y para eso él deseaba acompañarla, pero no sería posible.
Era un sábado, así que por costumbre iría un poco a la ciudad, con una mezcla de emociones, el lanchero molesto como de costumbre, parecía no caerle bien a nadie, pero era el único que se animaba a ir hasta la isla, de vuelta en la civilización reportó las malas calificaciones, y los directivos no se preocuparon, nadie creería que algo fuera a cambiar con esa gente en sólo 3 meses, de hecho que estuviera ahí para intentarlo era suficiente, le pagaron bien, luego haría unas compras, conseguiría un árbol de Mangos y también otro de moras (notaba que muchas aldeanas le miraban con curiosidad por ello), además compró varias cajas de dulces, creyó que con estímulos podría lograr que los niños hicieran las tareas. Una vez que regresó fue calma, el domingo se dedicó a arreglar el jardín, llamando la atención con el por los nuevo arboles, pues no le decían mucho, la actitud arisca de las vecinas era molesta, sin embargo parecía que los campos de árboles frutales o sembradíos eran importantes entre la gente, o eso se fijaba, pero al tener algunos diferentes le estaba dando cierta atención, incluso una importancia entre la comunidad, como si fuera una forma de riqueza, realmente no sabía que pasaba ahí, pero lo grave es que la gente seguía siendo tan reservada con él, como si quisiera evitarlo, cosa que no entendía, pero no podía hacer mucho al respecto.
El siguiente lunes llegó con los niños y estos fascinados con los caramelos empezarían a ser adiestrados para aprender, una idea sencilla, quizás poco ética, sin embargo muy efectiva, pues conseguiría que ellos prestaran atención al estudio, todo con tal de sentir ese dulzor al final de las clases. Rato después en la hora de las chicas, se daba cuenta, realmente que las estudiantes eran más descuidadas de lo imaginado, pero solo era una serie de jugadas, todo con tal de llamar su atención, los ánimos eran diferentes, hasta una al sentarse dejó ver perfectamente su calzón, como incitándole a decir algo, también había otras que se notaban excitadas, sus pezones sobresalían de la fina camisa, como si fueran un regalo mal envuelto, y por fin fue notando ligeras miradas fugaces entre ellas pidiendo atención, unos ojos que reflejaban un morbo, por sentirse empaladas por una buena verga, la cual trataba de ocultar el maestro, siendo un objeto de deseo entre aquellas colegialas. Realmente era un desfile de ninfas deseosas de la misma carne que había saboreado con Molly, aunque curiosamente ella no estaría ahí, detalle que le preocupó, siendo la que más deseaba en ese momento, más porque la sentía suya, ella misma lo dijo, por ello estaba pensando que debía ir a verla, pues tanto sábado y domingo no supo nada de ella, tanto así fue su nerviosismo que apenas pudo dar su clase, adelantando la hora de salida con la excusa de una tarea especial, pero al final todas se alegraron con el premio de los caramelos. Una vez fuera, se movió entre las viejas odiosas, sintiendo sus miradas que eran acusadoras, pero las ignoró por sus prioridades, así llegó a la cabaña de su “noviecita” donde encontró a la madre, una de las mujeres más hurañas de la comunidad, aunque curiosamente se hallaría de un excelente humor, si hasta sonreiría un poco, haría bromas, pero aparte de eso diría que Molly no fue a clases por un encargo especial, detalle que le calmó un poco, y esperaba que al día siguiente volviera a clases, cosa que no sucedería, pasando así: martes, miércoles, y jueves; lo que le fue preocupando, pues quería volverla a ver, llegando a tanta su molestia, que se intensificaba con las actitudes de otras tipas, cuando en la noche recibió una visita, se trataba de Blondie, una de sus pocas estudiantes rubias, una linda criatura de piel clara y ojos verdes, con una apariencia realmente hermosa, sabía que si hubiera más chicos ahí estarían sobre ella, casi parecía un ángel cuando sonreía, esta llegaba con algo de comida, pescado asado a fuego lento, seguramente con algún condimento, olía bien y muy tranquila dijo:
Buenas profe, oiga, mi mami ya vio que tiene arboles nuevos, y quería sabes si no compartiría un poco de la fruta, que ya lo averiguo no, la costumbre – dijo la chica algo coqueta.
Erick algo fastidiado por el hermetismo de la isla, tanto secretismo, y sentir que algo no estaba bien, vería a su alumna con frialdad, notando su sensualidad al ir usando un viejo short muy corto que enseñaba sus redondas nalgas que casi parecían retarlo a violar aquel coñito virgen, una playera de tirantes que no ocultaban sus modestas tetas que se veían tan sensuales, si las puntas se marcaban de forma sugestiva, pero estaba realmente inquieto por lo de Molly, así que dijo:
No sé nada de ustedes, y eso me está hartando, trato de ser buena gente, pero se me quedan viendo con cara de pocos amigos, dicen cosas a mis espaldas, como si fuera a hacerles algo, ya no aguanto, son todas unas viejas odiosas, si creen que les voy a hacer algo malo, me tienen harto, incluso estoy pensando que pierdo mi tiempo viendo los resultados, así que quizás me vaya con los arboles a cualquier otra parte, maldita sea – dijo Erick en un arranque de enojo.
No espere profe, no se vaya, la señoras son unas amargosas, pero nosotras queremos seguir estudiando, solo denos una oportunidad, todas queremos aprender de usted – decía asustada Blondie dejando la comida para ver a su maestro.
Aja, si es así porque Molly no está, parece que se rindió – dijo molesto Erick.
Bueno, el pueblo tiene costumbres, seguro ella hizo el encargo y quedó fuera de la comunidad – dijo algo asustada la muchacha.
Ah, la corrieron, que bonito, no me voy a quedar si hacen esas cosas con mis alumnas – dijo molesto Erick asustando más a la rubiecita.
Espere profe, no se moleste, son tradiciones de esta isla, aparte es de las tontas, que importa que le hayan sacado del lugar, si nunca aprendía – dijo Blondie tratando de calmarle.
Me importan todas mis alumnas, aunque sean tontas, aparte que esa como dijo, la tenía marcada – dijo tontamente aún molesto Erick.
Marcó a Molly, entonces no la eligieron para eso, oiga profe, no sabe nada de “eso” verdad – dijo algo inquieta la chica viendo con otros ojos al maestro.
No sé nada de nada, ya me tienen arto, estoy por mandar todo al demonio – dijo molesto Erick.
Espere profe, cálmese un poquito – suplico la linda rubia asustada por perderlo.
¿Qué pasa? – decía Erick, aunque al notar la mirada de su estudiante, casi podía adivinar sus intenciones, y con el poco humor que tenía acepto casi de inmediato.
Erick no estaba contento, pero desde que había tomado el cuerpo de Molly, sentía un calor en su interior, había pasado mucho tiempo sin acción en esa maldita isla, peor aún, pensando que las señoras lo veían como un posible violador, más todo indicaba que era otra cosa, maldita sea la suerte con el hermetismo de esa gente, aunque viendo bien a Blondie, esta parecía dispuesta a tener un poco de acción nocturna, su mirada estaba encendida en alguna clase de idea picara, y su playera dejaba ver claramente sus pezones rosas, así que no se pudo resistir. A fin de cuentas estaban solos y el atardecer se acababa, así que algo molesto, pero se hallaba muy caliente, la jalaría para besarla, la rubiecita se sorprendería, más no se resistirá, solo se dejaba hacer tanto como pudiera, y eso lo aprovechó el maestro para llevarla a la colchoneta donde se dormía, ahí la dejó y la vio, era un cuerpo tentador que no se resistiría a sus deseos, ella sólo suspiraba nerviosa, así que la fue tomando lentamente, acariciándola mientras iba sacándole la ropa, dejando a la vista unos pechos no muy grandes, pero si bonitos, con puntas que apuntaban al aire, las cuales lamio con desespero, como si fuera un bebe hambriento, también sobaba el vientre, jugando con su piel, cruzando de su ombligo hasta llegar al short, que casi no dio resistencia, dejando a la vista un viejo calzón que pronto fue superado para comenzar a tocar su tesoro con un desespero tal, como si quisiera adentrarse todo lo que fuera posible a su interior, logrando tocar el himen, causando molestia, pero sintiendo como una fuerte sensación caliente destrozara la cordura de esa chica, quien al estar entre los brazos del profeso empezaba a soltar sus líquidos como si su olor a hembra le causara un efecto afrodisiaco tan fuerte que aseguraba lo que iba a pasar en breve.
Ahora sí, se nota que estas lista – decía Erick mientras se acomodaba, sacándose la ropa, colocando las piernas en sus hombros, mientras apuntaba su verga lista para desflorar aquella pequeña virgen, jugando un poco para hacerla sentir más caliente.
Profe, usted también me va a marcar, como a Molly – parecía decir en un estado de confusión por el placer que sentía, se veía entregada a ese deseo, sintiendo un palpitar en su entrepierna.
No sé de qué hablas, eso me molesta, pero te voy a coger como te lo has ganado – decía un poco molesto Erick antes de penetrarla con fuerza, empezando a cogerla de forma ruda.
En sus últimas palabras la alumna molestó al maestro, de nuevo estaban esos secretismos, algo parecía ocultarse, y el hombre penetraba con fuerza ignorando todo, aprovechando cuan caliente estaba la chica, pues ya estaba húmeda, el saberse a punto de ser marcada le hizo calentarse, para recibir ese miembro hasta el fondo, sacándole un grito ahogado que se perdería gracias a la falta de aire, pero su sorpresa con dolor se reflejarían en su cara, mientras este le empezaba a embestir con toda su frustración liberada, 3 meses de malos tratos por parte de las viejas amargosas, niños sin deseos de estudiar, alumnas que le provocaban, y cuando sintió algo bueno gracias a Molly, esta desaparecía, al demonio.
Te voy a dar con todo pequeña puta – decía Erick mientras embestía a la rubiecita.
Ah, profe, me duele, mm, ah, pero me gusta – decía Blondie vencida completamente.
El hombre no cuidaba nada, no tenía ninguna consideración, solo estaba violando a la alumna como si fuera una puta barata, su vaivén era rudo, incluso le mordía un poco las tetas, o le besaba desesperado, metiéndole la lengua hasta el fondo, trataba de restregar su cuerpo en cada embestida, mientras sus sudores iban envolviendo ambos cuerpos de manera viciosa, parecían irse fundiendo entre sí, la chiquilla gemía perdida en esas sensaciones nuevas, aquel ardor sexual estallaba de manera inesperada, destrozando su cordura, quedando cautiva por aquel deseo que estaba vigente pero que apenas entendía o había empezado a explorar, pues las costumbres ahí eran rígidas, extrañas, castrantes, por lo que ahora al tener a un hombre tomándola a sus anchas, su cuerpo explotaba de placer de forma tan intensa que lo único en su mente era el placer, el que esa verga le daba a través de su conchita la cual soltaba un fuerte flujo de su esencia, mientras esta gemina perdida en ese gusto tan inesperado.
AH, profe, que me está haciendo, no, ah, no entiendo – dijo la chica con suerte porque su cabeza no podía mas con tanto placer.
Cállate pequeña puta, si bien que hace unas horas me estabas enseñando las bragas para que te hiciera esto, así que disfrútalo, que casi me vengo – decía Erick sin dejar de penetrarla.
¿Qué me va a hacer? Ah, mm, ahh – decía Blondie sin poder contenerse.
Pero no hubo respuesta, solo pudo sentir como su cuerpo era embestido con mayor rapidez, en un movimiento de caderas furioso, mismo que llegaba tan profundo como podía, e iba alcanzando su interior con fuerza inesperada, tan profundo que no tardo en hacerla correrse, todo en un orgasmo que lograría hacer que el maestro al sentir esas convulsiones, acabara en un clímax increíble, tan fuerte como para soltar todo en su interior, inundando la vulva, mientras un calor inmenso le haría decir a la cría:
Profe esto es ser marcada – decía temerosa la muchacha.
Interesante y muy excitante historia.
Gracias por el comentario, en cuanto pueda subo la segunda parte…