Ivancito y sus tíos 3

Ahora el objeto del deseo de Manuel era mi inocente nena.

Relato 3

Después del tremendo cogidon que mi cuñado le había propinado a mi pequeño hijo y de haber constatado que mi nene podía recibir en su pequeño ano a una verga gruesa como la de su tío, habiendo eyaculado muchísimo del morbo de ver como fue taladrado el culito de mi Iváncito, me fui a acostar pero no podía dormir, así que intenté tener intimidad con mi esposa pero me mandó al carajo, así que me volví a levantar y fui al baño.

No necesite más que cerrar los ojos y recordar la Escena que acaba de ver para que la verga se me pusiera firme y palpitante, de cualquier forma puse un par de videos porno en el celular para pajearme a gusto. Para mi sorpresa en el buscador puse sexo con nenes y me salieron increíbles escenas de maduros destrozándose culos de jovencitos y de otros muy muy jóvenes. Me pajee pensando en la cogida de mi nene, me limpie y fui a tratar de descansar.

Al día siguiente, para cuando me levanté ya estaban todos despiertos, me senté a la mesa y mi nene corrió a abrazarme, se me sentó en las piernas y comenzó a platicarme que su tío le compraría un Nintendo.

Voltee a ver a Manuel y éste sonrió cínicamente, pero no dijo nada. Mi nene no dejaba de moverse mientras me contaba sus cosas, y entre tanto movimiento la verga se me paró. No podía creer que el culito caliente de mi nene me hubiera provocado una erección. Lo bajé de mis piernas y le pedí que se sentara en una de las sillas, pero en lugar de eso corrió a los brazos de Manuel.

En cuanto llegó a sus brazos, Manuel lo abrazó y acomodó entre sus piernas, directo a su bulto, y mi nene gustoso solo le decía que ya le comprara el Nintendo. Manuel se dejaba consentir con el culito de mi nene. Hasta que le dijo:

Manuel: ya Ivancito, por qué me vas a romper los huevos y esos los ocuparé más tarde para generar harto meco.

El comentario me pareció desagradable pero no dije nada. Me salí a trabajar. Aunque en realidad sabía que no podría concentrarme por qué ahora mi nena de meses sería el objeto de no sé qué cosas, aunque dudaba que este cabrón le hiciera algo.

Por las cámaras vi que mi suegra se fue y se llevó a Iváncito, y le dijo a Manuel:

Suegra: voy y vengo, y por favor no quiero más pendejadas.

Manuel: de qué hablas.

Suegra: no te hagas, entre tú y tu hermano me van a sacar canas verdes, no sé en qué momento perdieron el camino.

Mi cuñado se había quedado con la nena en el sofá de la sala; ella dormía y él parecía ver TV, aunque en realidad estaba viendo una película porno, lo supe por los sonidos. No le importó el comentario de su madre pero a mí me dejó pensando en que ella sabía lo que este pervertido le hacía a mi Ivancito.

Para variar el cabrón solo andaba en short deportivo y sin playera, lo observaba agarrarse la verga de vez en vez pero parecía no prestarle atención a la nena, lo cual me tranquilizaba.

Hasta que mi nena despertó y comenzó a llorar, vi a Manuel cargarla y tratar de tranquilizarla pero la nena no dejaba de llorar, él comenzó a desesperarse y se paró y fue por el chupete y vi como se lo metió a la nena a la boca y está inmediatamente comenzó a succionarlo y dejar de llorar, Manuel la acostó otra vez en el sillón y siguió viendo su peli porno.

Mi nena seguía dormida y solo lloriqueaba cuando el chupete se le caía de su boquita y Manuel otra vez se lo daba sin dejar de ver la película.

Manuel se para y se saca el short y pude ver a explendor su verga gorda, la verdad se le veía súper antojable y comenzó a jalársela al ritmo de los gemidos provenientes de la TV y en todo momento ignoraba a mi nena. Hasta que en un momento lo vi observarla con malicia como succionaba el chupete. En mi mente sabía que haría alguna chingadera y comencé a transpirar.

Vi a Manuel dejar de jalársela y sacarle el chupete a mi nena de la boca, está inmediatamente comenzó a buscar con la boca semiabierta el chupete y Manuel se acercó con la verga, agarrándola de la base para sostenerla y la aproximo a la boquita de mi nena, la cual en un primer momento solo abrió su boquita y probó la punta de esa enorme verga gorda pero movió la boquita para otro lado.

Supongo que a Manuel eso lo calentó y agarró con una mano la cabecita de mi nena y con la otra acercó otra vez la punta de la vega a los labios de mi nena, la cual entre resistencia abrió su boquita y abarcó una parte del glande de su tío, vi a Manuel estremecerse y quedarse quieto, asumo que estaba excitadisimo por qué no dijo nada y solo disfrutó de ese intento de medio mamada que estaba recibiendo de mi nena.

Así estuvo un par de minutos hasta que lo escuché decirle que a huevo se iba a tragar su verga y dicho eso dio un empujón con su verga en la boquita de la nena y está quedó con la boca inválida por el enorme glande, si bien no lo tenía todo a lo largo metido en su boca, sus pequeños labios sí abarcaban todo lo grueso de esa verga. Manuel comenzó a reír y decir:

Manuel: uff no mames que rico putita, ufff no sabía que se sentía tan rico y que podías abrir la boca tanto, ufff así perra succiona.

Mi nena de manera instintiva succionaba lo que ella creía era su chupete sin saber que su tío estaba dándome a probar su primera verga.

Manuel estaba quiero y con la verga firme solo dejando que mi nena succionara tiernamente su verga hasta que dijo:

Manuel: no mames que rico se siente esto, oye putita, tienes la puchita bien bonita ehh, seguro cuando crezcas te encantará la verga como a tu mami y tu papi. Si mi amor a tu papi también. Le gusta comer verga. Soltó una carcajada.

Manuel: no me quiero imaginar la cantidad de mecos que te darán por esa puchita, ufff mira ya de pensarlo se me puso duro el pito. Volvió a reír.

Mi nena solo lo veía y sonreía inocentemente.

De pronto Manuel la vuelve a abrazar y comienza a desnudarla, ya no me espere y salí corriendo de mi oficina, no permitiría que la destrozara con esa verga.

Ya cuando estaba cerca de la casa volví a checar las cámaras y lo vi contemplar a mi nena desnuda y con su puchita expuesta, sin un solo bello. Manuel también estaba desnudo y con la verga erecta. Yo me quedé en el coche a una cuadra de mi casa viendo todo, no sé si estaba en shock o demasiado excitado.

Puso a mi nena al borde del sillón, con su puchita prácticamente al aire, como esperando ser usada, lo vi delicadamente acercarse y darle tiernos besos alrededor de su vaginita, luego abrió su boca y comenzó a lamerla, se estremeció y siguió pasando la lengua por ese pequeño coñito, después con dos de sus dedos abrió los labios vaginales y se clavó a chuparla en lo profundo, mi nena solo estaba quieta (supongo que disfrutando esa invasión de la lengua de su tío).

Manuel: que delicia putita, no pensé que supiera tan rica tu puchita, está riquísima, podría quedarme todo el día chupándotela

Volvió a clavarse a chupar la pequeña vagina y cada vez la succionaba con más pasión, cada que se alejaba veía como la vaginita de mi nena estaba colorada y babeada, debo admitir que se veía deliciosa.

Manuel: no sabes cómo se me antoja darte a comer mi verga pero obvio no te entrará, si apenas a tu hermanito le Cupo.

Dicho eso se levantó e intentó de meter la verga en esa pequeña cavidad pero no pudo, solo posicionaba la punta de la verga en la entrada y se masturbaba.

Manuel: ufff putita ya que no puedo meterlo por lo menos te llenaré de mecos para que los vayas conociendo, peor a ver intentemos si puedes comerte uno de mis dedos.

Dicho eso se puso saliva en el dedo medio y delicadamente lo introdujo lentamente en la vaginita de mi nena, la cual al sentirlo comenzó a llorar. Manuel pareció asustarse y lo sacó de inmediato, peor tardo más en sacarlo que en volver a meterlo pero esta vez solo una parte de su dedo, mientras con la otra mano se masturbaba.

Lo vi jalársela frenéticamente y acercar la punta de la verga ala entrada de la pequeña vagina de mi nena. Para mi sorpresa mi nena no se movía, parecía seguir disfrutando lo que su tío le ofrecía.

Manuel comenzó a gemir frenéticamente, mientras sostenía la punta de su verga en la entrada de la vagina de mi nena, vi como salieron chorros de semen disparados por todas partes.

Manuel se echó al suelo cansado y mi nena quedó con la puchita roja y escurriendo de mecos, si bien no le habían metido la verga, cualquier que viera la escena hubiera jurado que sí.