Jamás pensé que terminaría así……
Un chico gay, asiste a una fiesta de disfrazado de sirvientita francesa, sus compañeros lo reconocen y se aprovechan para emborracharlo y llevarlo a un callejón donde varios de ellos le dan por el culo y lo ponen a mamar, luego les hizo saber qué disfrutó mucho de toda la fiesta,.
Jamás pensé que terminaría así……
Apenas llevaba menos de un mes en el instituto, cuando recibí por correo interno, una invitación para asistir a una fiesta de disfraces, fiesta a la que todos mis compañeros, me habían comentado que asistirían.
Pero lo que me llamó la atención fue que se trataba de una fiesta de disfraces, no lo pensé mucho, y me preparé, lo mejor que pude.
Como aún no había salido del closet, es decir no le había dicho ni a mis familiares ni a mis conocidos, que soy gay.
Aproveché y en lugar de comprar y ponerme un disfraz de algún superhéroe, como la mayoría de mis compañeros, ya que son los más comunes.
Se me ocurrió la brillante idea de, (eso lo digo en tono sarcástico) disfrazarme de mucama, o sirvienta francesa.
Y de esa manera, aparte de que me daba el infinito gusto de vestirme de mujer, con el maquillaje y un exótico antifaz, me arreglé de tal forma y manera, para que no me reconociera nadie.
Así que, en lugar de mi ropa íntima habitual, me puse unos pantis negros semitransparentes bien pequeños y ajustados, aunque tuve que hacer un pequeño arreglo especial, para que lo que llevo entre las piernas no me fuera a delatar, aunque de por si como mi miembro es bien pequeño, aparte de que me depilé, usé algo de cinta adhesiva para ocultarlo debidamente.
El vestido era extremadamente corto, y bastante ajustado a mi delgado cuerpo, vestido que nada más me bastaba respirar un poco profundo para que se me vieran las nalgas, y aunque soy lampiño, también me depilé las axilas, en fin, todo mi cuerpo.
Una vez que me puse aquel lindo vestido, me di cuenta de que me quedaba regio, ya que con el sostén que me compré, mi pecho al ajustarlo daba la impresión de tener un par de pequeñas tetas, copa A. pero tetas, al fin y al cabo.
Como acostumbro a tener el cabello largo, lo que hice fue hacerme una permanente con rolos, y una vez que me los quité, con algo de laca, logré que me quedara hermosamente peinado.
Me puse un liguero, y unas medias de maya, de color negro, para que todo me hiciera juego, y combinase, el maquillarme, como ya lo he ido practicando, me quedó modestia aparte, bastante lindo, además de los zarcillos, la pulsera, y la gargantilla que hacían juego, y como detalle final, usé un perfume Chanel # 5.
Tan es así que cuando me dirigía al estacionamiento, uno de los guardias de seguridad que me vio, se quedó boquiabierto, mirándome las nalgas a medida que me dirigía a mi auto.
Desde que llegué a la fiesta, reconocí a varios de mis compañeros y compañeras de la universidad.
Estuve a punto de marcharme por temor a que me fueran a reconocer, pero casi de inmediato, sin querer me convertí en el centro de atención, de la mayoría de los chicos.
Los que a cada rato aparte de me sacaban a bailar, apretándome contra sus cuerpos, no perdían oportunidad de traerme algún trago, pero debido a mi inexperiencia comencé a beber como si fuera agua.
A medida que la noche fue avanzando, los chicos que bailaban conmigo, se comenzaron a propasar, quiero decir agarrándome las nalgas, besándome, y apretándome contra sus cuerpos, a medida que bailábamos, haciéndome sentir sus erectas vergas contra mi vientre.
Yo estaba, entre otras cosas, bastante alegre y contento, quizá por lo mareado o bebido que me encontraba, por no decir que bien borracho, cuando se me escapó confesarles a varios de ellos, quien o mejor dicho que yo era.
Pero al parecer eso en ese momento no les incomodó mucho, ya que varios siguieron bailando conmigo, apretándome, manoseando casi todo mi cuerpo en especial mis nalgas, y hasta besándome de manera descarada.
Cuando la fiesta terminó, alguno de los chicos que bailaban conmigo, me invitaron a otra fiesta, la que yo sin detenerme a pensar en las consecuencias, acepté de inmediato.
Debí sospechar algo, cuando escuché a uno de decirle a otro. “Si está bien, no tiene coño, pero en su lugar tiene un buen culo, y una buena boca”.
Realmente no llegamos a ir a otra fiesta, lo que hicieron fue que apenas salimos del local, donde se celebraba la fiesta, me llevaron a la parte trasera del local, por un oscuro callejón, y sin perder tiempo, entre los cuatro o cinco que me acompañaban, me sujetaron y, a la fuerza, me han subido el vestido, dejando mis nalgas al aire.
De inmediato sin darme oportunidad a decir o hacer algo, me recostaron sobre unos cartones, al tiempo que yo gritaba y pataleaba desesperadamente para que me soltaran.
Pero en lugar de eso, vi muerto de miedo, como algunos de ellos, mientras me sujetaban manteniéndome bocabajo, comenzaron a bajarse los pantalones e ir sacando sus vergas.
Yo no paraba de llorar y gritar pidiendo que me soltaran, pero en ese momento uno de ellos comenzó a acariciar mis nalgas, y a decirme que no perdiera mi tiempo gritando, o llorando que en ese lugar nadie me iba a escuchar.
Casi de inmediato él se fue colocando sobre mí, mientras que los demás continuaba sujetándome de pies y manos, fui sintiendo sus ensalivados dedos como los iba introduciendo entre mis nalgas.
Y mientras sus amigos, y él se reían a más y no poder, ese tipo comenzó a penetrar mi culo, creo que, del dolor, o del susto, la vergüenza, y la indignación de no poder hacer absolutamente nada por impedirlo, Hice mi último esfuerzo por liberarme.
Pero a partir de ese mismo instante, sentí como aquel pedazo de carne, comenzó a penetrarme, yo sentía esa cosa caliente y bien dura, que a la fuerza continuaba abriéndose paso entre mis nalgas, produciéndome un gran dolor.
En esos momentos, me di cuenta de que todo su cuerpo ya descansaba sobre el mío, y sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo, a medida que él continuó introduciendo y sacando gran parte de su verga de entre mis nalgas.
Yo no sé el cómo, ni el por qué, comencé a mover mis caderas a pesar del fuerte dolor que sentía en mi culo, de estar llorando y chillando, de momento ya me encontraba gimiendo, y moviendo mis caderas, pienso yo que de manera involuntaria.
Además, a medida que él continuaba clavándome toda su verga, otro de los chicos acercó su verga a mi boca.
No tuvo que decirme nada, ya que de inmediato apenas la abrí, me he dedicado a mamársela, tal y como si de ante mano nos hubiéramos puesto de acuerdo.
De ese momento en adelante, todos y cada uno de aquellos cuatro chicos, me han ido dando por el culo, de la manera más bestial posible, así como también me pusieron a mamar sus vergas.
Al principio varios de ellos me sujetaron, pero cuando se dieron cuenta de que no hacía falta, ya que yo apenas comenzaron a penetrarme, comencé a mover las nalgas.
Nada más bastó que yo viera aquella cosa frente a mi boca, para que sin perder tiempo me dedicase a mamar, durante el resto del tiempo, me tuvieron recostado sobre aquellos cartones, clavándome todos ellos sus vergas, una y otra vez.
Mientras que yo aparte de mover mis caderas, y mamar sus vergas, cuando mi boca se encontraba desocupada, gemía y chillaba de placer.
Realmente ni idea tengo de cuánto tiempo pasó, lo que, si se es que, al despertarme, junto a mí se encontraba un pordiosero que, al verme con las nalgas al aire, sin perder tiempo también me clavó toda su estaca, entre mí ya abierto culo.
Yo cuando él acabó dentro de mí, me volví a quedar rendido, cuando me desperté, estaba comenzando a amanecer, por lo que, al verme solo, como pude arreglé mi ropa, y al poco rato encontré la pequeña cartera de mano que estaba usando.
Luego salí de aquel oscuro callejón, y me dirigí a mi auto, en el cual me volví a quedar dormido. Ya serían como las doce del día, cuando me desperté.
Tal como me encontraba me dirigí a mi apartamento, por suerte nadie me vio llegar, entré en mi apartamento, y me di una buena ducha, expulsando lo que todos aquellos tipos, al igual que el sintecho, dejaron dentro de mis tripas.
Cuando el lunes regresé a clase, más de uno de manera sarcástica, me preguntó como la había pasado en la fiesta.
Ya en ese momento me di cuenta de que todos mis conocidos, sabían de sobra lo que me había sucedido, por lo que, en lugar de negarlo, les hice saber qué disfruté mucho de toda la fiesta, en especial cuando varios de ellos me llevaron engañado, al oscuro callejón donde me comieron el culo como les dio gusto y gana.
Desde ese momento, más nadie me ha vuelto a decir nada, pero ahora estoy deseoso de asistir al próximo baile de disfraces…..
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