Jorge y Juancito 2
sigue de Jorge y Juancito.
Después de ese día, Jorge ya sabía antes si Juan quería solo dormir a su lado o si quería comer, si era así se quitaba toda la ropa antes de subir a su cama.
Y cada vez que lo hacía, cuando empezaba a darle energía a chupar la teta, si Jorge se empalmaba empezaba a pajearse. Cuando se corría normalmente Juan paraba de chupar y se quedaban así, secando con servilletas.
Una noche pero se quedó con ropa, y solo hizo caricias y besos, y luego se puso con la cabeza encima del de la barriga de Jorge, acariciándole la zona del ombligo, mientras él le acariciaba las orejas.
Después de un rato se acercó a los boxer y abrió mirando adentro, y dijo De esa forma, de flojo, tiene mucho cariño, se parece un chupete, verdad?
Como que parece chupete?? ajajajj…Bueno las mujeres lo usan como chupete a veces y sacan leche da allí!
Puedo probarlo? en lugar de la teta para dormir. O te duele?
No, no duele creo, nunca he probado pero seguramente se pone gordo y luego no puedes hacer de chupete!
No puedo intentar? respondió Juan, con cara triste y una lagrima saliendo, mientras volvía al cuello del hermano.
Ahi mi amor! No hagas así…vale haz como quieres y si se pone duro que no puedes más vuelves arriba, vale?
Gracias Mami, te quiero mucho! respondió Juan, dandole unos besos en la boca.
Se giró arriba abajo y, como que los boxer no eran aquellos adherentes, sacó la polla de lado y la tomó en la boca, chupando dulcemente en la punta.
Sorprendentemente Jorge no se empalmó y vió en eso el mismo cariño de cuando chupaba de dormido. En un rato después de eso, mientras Jorge le acariciaba los pies y piernas cerca de su cara, se quedaron dormidos los dos.
Normalmente en las noches Juan o se quitaba la ropa y empezaba comiendo desde Mami, o se giraba de arriba abajo y se quedaba dormido con el otro chupete, y cuando hacía esto se quedaba con la ropa puesta.
Casi nunca se le empalmaba aunque si lo usaba de chupete, solo unas pocas veces se pasó, y Juan sabía que tenía que parar, entonces se quedaba simplemente a lado de la polla del hermano y se dormía así.
Una noche estaba hambriento así que se quitó todo y empezó a comer de la teta, mientras que Mami le acariciaba el pelo y el pecho. Jorge se empalmó como siempre pero no quiso pajearse, quería más ternuras.
Juan lo entendió y después de unos minutos se puso arriba de él, todo largo acostado. Jorge lo abrazó estrecho y le dió muchos besitos en frente, boca y orejas.
Lo mismo hizo Juan, sin moverse de arriba, y se paró en los labios. Normalmente siempre se daban besos en la boca, pero solo apoyados. En ese entonces Juan empezó a lamer los labios y chuparlos como hacía con los pezones.
De instinto Jorge abrió un poco la boca y sacó la lengua para hacer lo mismo, así que los dos se lamieron las lenguas. Rieron, porque era la primera vez que hacían eso, pero le gustó a los dos así que siguieron haciéndolo por algo como veinte minutos, antes de quedarse dormidos los dos.
Me gusta mucho más cuando Mami y yo no llevamos ropa, le dijo la tarde siguiente cuando estaban solos y desnudos en la cama.
A mi también, e igual me gustó lo de ayer, así yo también pude tener mi chupete con tu lengua, respondió Jorge
Cuando mi colita sea grande como la de Mami puedes tener chupete como yo también, o las tetas…
No, solo tú comes la leche, soy yo tu Mami, pero tu colita ahora se desaparece en mi boca, mira! dijo riendo Jorge, y abriendo la boca tomo adentro toda la pollita y las bolas pequeñas de Juan, haciendole reir porque realmente desapareció todo en su boca.
Unas noches más tarde le estaba dando comida como normal, cuando Jorge se empalmó, empujando entre las piernas del hermano ahí sentado.
En un rato empezó a tocarse, pero Juan dejó de chupar la teta y dijo Mami, me muestras como lo haces? Quiero ver bien y aprender,
Se sintió con las piernas abiertas a caballo del hermano, dejando libre el espacio entre sus piernas,
Así que Jorge la agarró y empezó moverla como de paja, pero con dificultad porque tenía el hermano en el medio.
Juan miró un rato y dijo Puedo probar yo Mami?
De principio movía un poco fuerte, pero Jorge le arregló y luego fue muy bueno en hacerlo, hasta el final que lo hizo correr todo en su barriga y pecho, hasta un poco en su cara,y dijo Mami puedo hacerlo siempre? Fue muy divertido
Jorge dijo que sí que podía hacerlo cuando quería. Eso no porque quisiera aprovechar del hijo, sino porque quería darle todo lo posible para que fuera feliz.
Desde ese momento, cada vez que se ponía dura, cuando comía de las tetas o cuando se empalmaba porqué usaba como chupete, siempre acababa Juan con la paja, y eso lo divertía mucho.
Ahora muchas veces cuando se hacían ternuras los besos iban a acabar con las lenguas. Una tarde, mientras hacían esto, desnudos como siempre, Jorge pudo sentir algo de duro que le empujaba contra el ombligo, y de repente se enteró, diciendo Mi amor! La tienes dura!
Ahora puedo hacer como hago a la tuya?
No sé mi hijo, inténtalo, respondió Jorge
Se sintió encima de la barriga de Jorge, moviendo un poco la pollita con la mano como hacía con aquella del hermano, pero después de poco se volvió floja, y dejaron.
Otras veces mientras se besaban de esa forma la de Juan se ponía dura, y ahora duraba un poco más con duro, pero aunque si empezaba a pajearse, o que lo hacía Jorge por él, siempre después de poco se ponía floja y dejaba de probar.
Mientras tanto seguían pasando los meses, y poco a poco Juan se iba desarrollando, hasta su pollita estaba creciendo un poco, igual porque siempre la estaban tocando.
Misma cosa, cada noche, un poco más un poco menos, Jorge le daba comida a al hijo y, sus pezones, parecía que se estuvieran adaptando, poniéndose mas gordos y suaves. Hasta su pecho, en las tetas, se había puesto más suave, igual porque se estaba poniendo un poco más gordito que antes.
Ahora ya nunca se ponían ropa, siempre querían el contacto de la piel aunque fuera solo para un poco de cariño.
A veces Juancito se quedaba dormido colgado a las tetas, a veces al chupete, pero nunca se dormía sin algo de eso.
En cualquiera de los dos casos pero siempre había Mami dandole caricias, en la cabeza y espalda si estaba en la teta, en los pies, piernas o culito si estaba en el chupete.
Ahora muchas veces cuando estaba en el chupete Jorge se empalmaba, pero le dejaba seguir chupando un rato más para que se durmiera aunque estuviera duro porque no podía dejar que se pusiera triste.
Jorge nunca le decía que no. Cuando le dejó que chupara aunque estuviera empalmado, le dijo Si quiere Mami puede tomar mi chupete tambien mientras que yo como de la teta, ahora que está creciendo un poco.
De verdad seguía siendo muy pequeña, pero menos que antes, así que esa vez se dobló un poco mientras que el chupaba de la teta izquierda, y puso ese guisante en la boca, tomando como un chupete.
En menos que un minuto que lo tenía en la boca, lo pudo sentir crecer y ponerse duro, pero no le hizo caso, siempre se pasaba cuando lo tocaba, y sigo chupando como un chupete.
Podía sentir en la lengua la pequeña cabeza de la polla descubierta de la piel, parecía casi de tener un bolígrafo en la lengua.
Se quedó haciendo así algunos minutos, mientras tanto Juan seguía tirando con la boca en la teta.
Después de unos minutos haciendo así, aún no se había puesta floja, de repente Juan dejó de chupar, se puso rígido y tuvo un escalofrío. Jorge se enteró que algunas gotas se estaban callendo de la pollita encima de su lengua.
Mi hijo! Has echado tu primer semen! dijo Jorge abriendo la boca enseñando la lengua, aunque de verdad no se veía nada, pero Juan se había enterado que algo había pasado.
Después de eso, cada vez que se ponía duro intentaban pajear a Juan, él mismo o Jorge, pero nunca salía nada, aunque si se quedaba duro.
Todas veces que se empalmaba Jorge, era Juan que lo pajeaba, nunca dejaba que lo hiciera él mismo.
Pero Jorge lo veía que se ponía triste por no hacer lo mismo que él, o sea correrse, así que una noche mientras comía leche hizo lo mismo de aquella vez, sin hacer nada mas que mover labios y chupar como un chupete, como la vez pasada.
Pasaron no más que unos minutos antes de que se pasó lo mismo, se había corrido unas gotas de semen en su lengua, e intentó enseñarsela, pero no se veía.
Se enteró en ese entonces que en ese momento él solo se corría de esa manera, y pudo ver que se alegraba mucho cuando lo hacía, entonces empezó hacérselo cada vez que se ponía duro. Y eso ahorita se pasaba casi cada día.
Pero no lo iba a tomar en la boca si estaba flojo, porque no era para su propio placer, sino para que fuera feliz Juan.
Algunos meses después que empezó esto, cuando Juan estaba en el chupete de abajo, había empezado a jugar con los pies. Primero empezó a masajearlos, pero después de unos tiempos se puso a chuparle los dedos, como él hacía de principio con su propio pulgar de la mano.
Mami, esto es maravilloso, me relaja mucho! dijo la primera vez que intentó hacerlo, así que desde ese entonces siempre se dedicaba en eso también.
Una noche comenzaron besos y lenguas, que empalmaron a Jorge, pero no hizo nada y dejó apagar cuando siguieron con caricias
después.
Más tarde Juan se giró para ir al chupete, y le dijo Mami porfavor dame tus besitos a los pies, los quiero!
Claramente Jorge lo hizo, para que el hijo fuera feliz, y se dedicó completamente a sus pies con los ojos cerrados, sin pensar en nada más.
De allá abajo Juan tenía la punta floja en la boca, chupando suavemente para dormirse, y de arriba Jorge daba pequeños besitos bajo de los pies, en los tobillos, lamía y chupaba dulcemente los dedos y entre ellos.
Claramente Jorge se empalmó por la chupada de Juan, pero estaban totalmente sumergidos los dos en lo que estaba haciendo en los pies, que ni uno ni el otro se enteró que era así de tanto que iba chupando la polla, ahora ya bien dura.
Por culpa de lo de los pies, o por lo que tenía en la boca, Juan tampoco se enteró que seguía chupando la punta dura, cada vez con más intensidad como hacía con las tetas. Estaba empalmado él mismo también pero ni uno ni el otro se enteraron.
Soltanto un fuerte escalofrío despertó a Jorge del mundo de los sueños en que estaba, chupando el pulgar del pie de Juan, pero era tarde para enterarse.
La corrida de Jorge se explotó en la boca y en la cara de Juan, que no lo esperaba y se quitó un poco, y dijo Has hecho igual que yo Mami
Disculpa mi amor, no quería hacer esto, dijo Jorge sentido
Está bien, ahora sé que desde aqui puedo comer leche también
Vente aqui, Mami te limpia un poco, respondió Jorge, besandolo en su propia corrida antes de limpiarlo.
Desde ese entonces, como que Jorge siempre quería agradecerle al hijo y nunca decirle que no, cada vez que quería lo dejaba chupar el chupete al final y comer toda la leche, y si no tenía ganas de comerlo lo dejaba caer en su cuerpo y Jorge limpiaba. Normalmente después de comer se quedaba dormido muy pronto.
En los meses siguientes los dos siguieron de la misma manera, Mami le daba comida de tetas o chupete, y continuaban intentando las pajas con mano a Jorge, pero él seguía corriéndose solamente en la boca de Jorge, aún no podía con mano.
Juan ya tenía mas que ocho años y el hermano el doble. Juan seguía teniendo pinta de niño, Jorge estaba creciendo, comenzaba teniendo algunos pelos más en el cuerpo, pero no parecía muy masculino.
Además con la adolescencia se había puesto un poco mas gordito, no muchísimo, pero con un poco de barriga y con pecho algo graso.
A Juan, que seguía siendo muy delgado, esto le gustaba, decía que Mami era muy suave, y las tetas más blandas aún.
Aunque Juan hubiera crecido mucho desde que todo inició hace un año y medio, y aunque eso se había vuelto en muchas cosas más, lo de comer a las tetas de Mami nunca se había acabado.
Por supuesto, en ese momento en que las tetas de Jorge, como que estaba más gordito, se habían hinchado un poco, él había dejado bastante el chupete y se dedicaba cada noche en ellas.
Cada noche chupaba una o la otra teta, pero a veces en el día también cuando estaban solos en casa.
Ese día Juan llegó de la escuela un poco enojado por tener una pelea con un compañero de clase, así que Jorge, cuando se lo contó, le dijo Mi hijo vente aquí que Mami te dá amor
Juan estaba enojado pero también lloraba un poco, así que de pronto se fue colgado a la teta mientras Jorge le acariciaba el pelo y el cuerpo desnudo, y le daba muchos besos en la cara y cabeza.
Ahora que había crecido mucho ya no podía caber en sus brazos como hacía de más pequeño, pero se colgaba con sus propios brazos al cuello de Jorge mientras chupaba,
Cuando más lo necesitaba, como en ese momento, con la mano o las manos agarraba la teta de la que estaba comiendo y la masajeaba, chupando más intenso, tirando el pezón con los labios.
Estaban los dos en ese momento de amor muy fuerte entre Mami y hijo, cuando se pasó algo.
Jorge sintió un raro escalofrío, pero no en el vientre como cuando se excitaba, en el pecho, y de repente tuvo agradables cosquillas en la teta que estaba chupando Juan.
No sabía que era, pero le hacía sentir muy bien. Después de un rato Juan paró de chupar un momento y dijo Mami siento un sabor raro, dulce, parecido a lo que sale del chupete
Los dos miraron en el mismo momento el pezón, estaba echando un líquido blanco en gotas.
Mami! Mami! Me estás dando leche de verdad, Mami! casi gritó Juan
Jorge respondió No desperdicie, come toda mi leche por ti, la tengo solo para ti mi amor.
Juan sin que se lo dijera una vez más volvió al pezón, lamiendo lo que colaba y sigo chupando como antes, sin parar un segundo.
No era tanto lo que producía, pero durante de todos los diez minutos siguientes podía sentir esas pequeñas gotas dulces que le caían en la lengua y que le gustaban muchísimo.
Desde el momento que se enteraron de eso, y todo el tiempo en el que Juan seguía comiendo realmente, Jorge no paró de llorar, por lo feliz que estaba.
Estaba pasando lo que dentro deseaba desde la primera noche en la que él de dormido había chupado por primera vez su pezón.
Como le pasa a los niños pequeños, después de unos diez minutos que comía, Juan se quedó dormido, con la boca aún pegada a la teta.
Jorge lo dejó dormir hasta que oyó a sus padres llegando en casa, entonces le puso pantalones a Juan y lo despertó dulcemente.
Cuando la noche siguiente empezó a comer de la otra teta, ya de pronto se quedó dormido y no salió nada. La siguiente aún, pero, después de chupar por un poco más, la izquierda también empezó a echar leche, claramente solo unas gotas, pero salía, y los dos se volvieron más felices.
Desde ese momento nunca pararon, cada noche y a veces la tarde también, Juan se colgaba a una teta y comía al menos unos diez minutos.
Una noche, después de ese tiempo, Juan paró de chupar y se subió a la boca del Hermano, besándolo antes en la boca y después con la lengua.
Cuando paró se puso a lado de su cuello y le preguntó Mami, has sentido el sabor de tu leche cuando te he besado?
Sí pero no mucho, creo que es un sabor un poco parecido a tu corrida, cuando lo echas de tu colita.
Tiene sabor diferente de tu corrida pero, es más dulce, espera. Así dijo y volvió a la teta donde estaba, siguiendo a chupar. Pronto empezó a salir otra vez leche, pero no la trago, la llevó en la la boca y después de un minuto volvió a aquella del hermano, dejando caer lo que tenía en su lengua
Está buena, ¿verdad? Creo que es muy parecida a tu semen, a ti te gusta? le preguntó de respuesta
Claro que me gusta, hace un mes que no paro de comer! Lo necesito!
Jorge también lo necesitaba, cuando la noche tardaban un poco en hacerlo ya sentía las tetas hinchadas, pero lo más que necesitaba era el amor que eso le daba.
Una tarde, después de besarse por un tiempo, Juan se empalmó y él comenzó a chupar como siempre. Cuando lo hizo Juan le dijo Cuando acabo no la tragues, quiero probar si tiene mismo sabor de la leche. Como cada vez el hermano le daba todo lo que quería, así que cuando se hubo corrido hizo lo mismo que había hecho Juan, escupo su corrida, mezclada a su propia saliva, en su boca abierta.
Es verdad Mami! Tiene el mismo sabor, ¡que lindo! Ahora proba la tuya, dijo Juan de respuesta, y se fue abajo a la de Jorge.
Esa vez pero no hizo de chupete como hacía antes, acostado encima de Jorge comenzó a chupar intenso la punta, aunque estuviera floja aún, y cuando se empalmó tiró una paja rápida, teniendo la boca cerca a la punta.
Ya conocía muy bien cómo se ponía más rígido, en polla y cuerpo, cuando estaba a punto de acabar, y en ese momento se puso con la boca encima chupando sin nunca quitarse.
Muy pronto toda su corrida fue en la boca de Juan, que no trago y se fue a su boca para hacer lo mismo.
Sí, muy diferente, sigue comiendo leche verdadera de la teta, esto sabe a agre no me gusta que lo comes! respondió, y continuaron besándose por mucho tiempo.
Aunque Juan fuera el menor de los dos, Jorge estaba pendiente de él, siempre hacía nomás de lo que quería, sin nunca molestarle o pedirle algo más.
Si algunas noches no comía leche, un poco le molestaba, casi le dolían, pero nunca le pedía de chupar si él no quería.
Después de tres días en seguida Juan se quedó dormido antes de comer, se le hincharon las dos y tenía mucha ganas igual como de correrse, pero de las tetas. Así que mientras Juan ya dormía en su barriga, él se masajeó los dos pezones gordos hasta que, después de unos minutos, comenzó a salir la leche de las dos.
No podía tomar una servilleta para limpiar para no despertar al hijo, así que mientras salía lo limpiaba con las manos y lo lamía de esas.
Haciendo esto se empalmó mucho y le dió más placer aún de una cualquiera paja. Descubrió gustarle realmente mucho su propia leche, pero no quería quitársela al hijo, así que desde ahí comenzó a hacer esto solo cuando él ya se había quedado dormido sin antes comer.
Eso era lo único que hacía por su propia cuenta sin decírselo a Juan, tampoco se pajeaba en solas porque sabía que el otro quería hacérsela él.
(Sigue en el tercero)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!