Joven virgen incestuoso 2: mi papá, mi hombre.
La curiosidad me llevará a hacer cosas sexuales con mi papá..
Después de lo cometido con Pedro, sus padres lo enviaron a casa de su abuela y jamás hablaron de eso de nuevo, ni siquiera sé lo comentaron a mi papá.
Aún mis deseos de sexo estaba al tope, los vídeos y la masturbación ya no me complacían lo suficiente, quería más.
Recién me dieron vacaciones en el colegio y debía estar todo el tiempo en casa porque no me dejaba salir a ningún lado, pasaron mañanas, tardes y noches de ver videos de porno y masturbaciones diarias. Esteban ya estaba hecho una bomba de deseo sexual.
Hace una semana el padre de Esteban fue herido en una misión y fue obligado a guardar reposo en su casa por órdenes de su superior, la herida fue tan grave que perdió temporalmente la movilidad en el brazo derecho y tuvo una fractura en la pierna derecha también, por lo tanto debía ser cuidado en casa.
—Esteban, acá están las pastillas de tu padre y estas son las indicaciones que debes seguir para ayudarlo— mi madre no podía cuidar a mi padre por su trabajo, al igual que mis hermanos por eso me tocó cuidarlo.
Mi madre me dió todas las indicaciones y salió a su larga jornada laboral, ella siempre estaba 12 horas fuera de casa. Mi padre se caracteriza por su imponente y amargura constante, es muy estricto y da miedo a simple vista.
Mi padre prefería estar en casa solo con un shorts un poco ajustado para su comodidad, y verlo siempre así provocó en mi algo extraño, un poco de curiosidad. Tenía que servirle de soporte para que pudiera ir a cualquier parte de la casa, la parte que más disfrutaba era llevarlo al baño ya que podía ver por milisegundos su pene flácido, era lo mejor; su color era oscuro, era bastante grueso y largo para estar dormido. Desde ese momento me imaginaba chupando el pene de mi padre, surgió el pensamiento de ver qué tan grande era ese animal que tenía mi papá entre las piernas.
Día a día, nuestra relación de padres e hijo fue mejorando, yo acostumbré a usar shorts ajustados como él y notaba que en varios momentos mi papá me veía las nalgas apretadas que se me marcaban y supe que tenía una oportunidad, sabía que desde que mi padre llegó de su misión no había tenido intimidad con mi madre por el accidente, así que él también estaría deseoso.
— Papá, sabes que yo soy un adulto, ¿Verdad?— estábamos en el sofá y yo buscaba cercanía mientras hablaba con él.
— Hijo, tú eres un joven adolescente aún, no eres un adulto. — él se mostraba compasivo con su típica sonrisa pícara que empezaba a volverme loco.
— Papá, ¿Puedo sentarme en tus piernas como lo hacía antes mientras vemos la peli?— él parecía confuso pero asintió, mi plan solo era sentarme sobre su pene porque estaba un poco caliente y podria al menos sentirlo aunque sea entre telas.
Me senté como un niño sobre sus piernas pegando mis nalgas a su entrepierna, pude sentir como se exponía nervioso y algo duro crecía en mis nalgas, yo fingía que nada pasaba pero sabia que estaba teniendo una erección en mi culo. Era la gloria, pero él me obligó a bajarme para pedirme que lo llevará al baño.
Mi padre siempre fue muy masculino y muy alto, es blanco quemado por el sol, de cabello negro y barba poco abundante, por su trabajo tenía un cuerpo trabajado y músculos fuertes. Se veía tan fuerte como un caballo, al sentir su erección pude darme cuenta que definitivamente era un animal muy grande lo que tiene entre las piernas.
Lo lleve al baño y me dijo que cerrará la puerta, yo acepté aunque quería ver lo que haría, porque de seguro se haria una gloriosa paja. Después de un rato no pude evitar y sin tocar abrí la puerta, él estaba sentado con las piernas abiertas y su pinga tiesa al aire. Supe de inmediato que no podía masturbarse porque su mano estaba vendada y la otra le incomodaba.
—Hijo, sal de aquí — me miró confundido y enojado, pero no le hice caso y cerré la puerta atrás de mi.
— Papá, se que es difícil para ti, déjame ayudarte o te quedarás así todo el día.— lo mire comprensivo y él por varios minutos se negaba pero le insistí hasta ue accedió a qué le diera un baño frío.
Me acerqué a él y me arrodillé entre sus piernas, me quedé paralizado al ver cómo tenía casi tres piernas. Definitivamente era el pene más grande que había visto, era largo y grueso en todo su esplendor, tragué Ondo y lo agarré en mis manos para hacer movimientos suaves de arriba abajo, mi papá se relajo al sentir como lo masturbaba y cerró los ojos. Así estuve por unos minutos hasta que sentí la necesidad de probar esa berga carnosa y sin previo aviso me metí la punta a la boca.
Mi papá se sorprendió tanto que abrió los ojos y me miró confundido pero no me detuvo, seguir chupándole el guebo a mi progenitor, chuparlo y lamerlo era excitante, era grande y cabezón, mas o menso 21 cm, todo un animal en mi boca. Estuve chupando y lamiendo por unos minutos hasta que siento como mi boca se llena de un líquido amargo y salado intenso, veo que sale mucho más de la punta de su pene y mi padre sonríe al venirse en mi cara, después de unos minutos me observa sonriendo.
— Disculpame, hijo. Tenía semanas sin vaciarme, pero sigo con el tanque lleno, ja, ja, ja, ja— sonríe un poco y me mira lleno de su semen, con sus dedos agarra todos el semen que estaba en su pene y partes de mi cara y lo recoge para ponerlo en mi boca, yo estaba desesperado porque el sabor estaba un poco desagradable.— Hijo, tragatelo. Tragate a tus hermanitos— con una voz fuerte me obligó a tragar todo el líquido espeso que tenía en la boca, luego de que tragara me metió su pene de nuevo en la boca para que lo limpiará de los restos de espermas que tenía.
Después de chuparle el pene a mi padre sentí que estaba mojado y note que también me había venido por la excitación, él se volvió más cariñoso y me indicó que lo llevará a su cuarto antes que llegaran mis hermanos o mi mamá.
Hola, me gusta tú relato y como lo narras, son excitantes, espero el siguiente. Saludos
ufff ke tierno rico