Joven virgen incestuoso 3: Sexo con mi papá.
La curiosidad me llevará a tener sexo con mi papá..
Desde ayer le chupé el pene a mi papá él se ha comportado muy amable y cariñoso conmigo, tanto que hasta me daba miedo, se había vuelto nuestra rutina que le chupara el pene cuando nos quedábamos solos y a veces me subía arriba de él y me chupaba el culo, ese hombre me hacía ver estrellas, ahora solo lo veía como un hombre y no solo como mi papá.
—Hijo, ¿te gustan las cosas que haces con papi?— mi papá siempre trataba de hablarme con cariño y cuidarme como su tesoro.
—Si, papi. Me gusta mucho— yo disfrutaba a mi papá como mi hombre cada vez que podía.
—Hijo, llévame a mi cuarto, por favor — siempre usaba su sonrisa pícara y yo caía cada vez.
Al llevarlo a su cuarto se acostó en la cama y me dejó un espacio para que fuera a su lado, en el oído me hablaba entre susurros lo mucho que me quería y lo bien que se sentía tocar mi piel, yo era como una muñeca de cerámica, delicado, frágil y suave, justo como le gustan. Mi papá me dijo que nos acostaramos a dormir, cosa que es extraño porque nunca duerme en las tardes.
Puso su pecho en mi espalda y pego su bulto entre mis nalgas mientras me abrazaba con su fuerte brazo, su respiración quemaba mi nuca y sus piernas invadian las mías, después de un rato sin poder dormír volteo para mirarlo y me sorprendió al ver que el me miraba deseoso, antes de poder decir algo siento su respiración en mi boca y su lengua entrando, un beso deseoso y lujurioso. Me levanto para ponerme arriba de él y con sus manos tocaba mis nalgas, la habitación se llenó de deseo y excitación, yo gemía cada vez que mi padre apretaba mis nalgas.
Tocaba su pene duro dentro de sus boxers y lo restregaba en mis nalgas, de un momento a otro estábamos desnudos, yo estaba sobre su pecho peludo y fuerte mientras él amasaba mis nalgas con deseo. Mi papá me chupo el culo y metió unos dedos que se sentían raros, mientras me pidió que se la chupara y la llenará de saliva. De un momento a otro me lleno el culo de su saliva y me mira directamente.
—Hijo, déjame cogerte, déjame quitarte ese virgo.— Mi papá me lo dijo casi suplicando y con ojos de suplica, yo accedí. Por fin tendría sexo y era mejor que fuera con mi papá.
Frente a frente, mi papá mezclaba su aliento con el mío mientras rozaba la punta de su pene con mi culito, se sentía grande y tardó un poco en entrar. Hasta que entró la cabeza y un fuerte dolor se hizo presente en mi ano, su pene era muy grueso y solo la cabeza me estaba haciendo llorar, él cerró los ojos al sentir mi culito apretado y después de un rato siguió metiendomelo hasta que estuvo en la mitad, en ese momento se quedó quieto y me sometió las manos para besar mis pezones y lamer mi pecho, después de un rato mi papa metio la mitad aue faltaba de un empujón que me hizo ver estrellas.
—Que rico, hijo. Estás apretadito y calientito, déjame ser tu macho— mi papá parecía un animal deseoso, con su pene adentro de mi, sus palpitaciones me hacían volver loco.
Después de un rato y de que disminuyera el dolor mi padre empezó a cogerme como un tigre, sentía como su pene me abría una y otra vez, yo gemía ante el éxtasis que me provocaba mi padre en ese momento, era la mejor sensación de todas. Estuvimos teniendo sexo por casi media hora hasta que con su respiración cansada pego su frente a la mía mientras mis piernas estaban en sus hombros.
—Que rico se siente tu culo, hijo— desconocía a mi padre, en ese momento solo veía a un hombre que me estaba follando como un tigre y se sentía el paraíso. Mi papá siguió dándome y dándome por un buen rato hasta que medio sudado me dió una embestida tan fuerte que me vine sin darme cuenta y después sentí como el interior de mi culo se llenaba de un líquido caliente, me dió unas cuantas embestidas más y salió de mi culo para acostarse a mi lado agitado.
— Que rico— fue lo único que pude decir antes de caer rendido.
Sentía dolor en mi pelvis, me levanto un poco y siento como mi culito estaba todo pegajoso y recuerdo lo rico que lo pase con mi papá esa tarde, él estaba dormido a mi lado y como pude sali al baño para limpiarme, tenía el culo hinchado y salía bastante semen que mi papá me dejó adentro. No pude evitar sonreír al recordar ese momento y lo rico que se sintió tener sexo por primera vez.
Tiempo después llegaron mis hermanos y luego mi madre, mi papá ya estaba como siempre y yo me quedé en mi cuarto soportando el dolor que aún tenía, después de un rato, veo que alguien entra a mi cuarto.
—Qué rico fue cogerte, Esteban— mi papá con esfuerzo llegó a mi cuarto y me dió un beso en la frente. — Cada vez que tú madre no quiera, te cogeré a ti— me dijo susurrando en el oído antes de salir de mi cuarto.
Con una sonrisa me quedé recordando como ese hombre me cogía duro, como sus gruñidos provocaban mis gemidos y su pinga abriendo mi ano virgen, Definitivamente mi papá me había llevado al cielo esa tarde.
Durante semanas mi papá siguió cogiendome cada vez que podíamos, me metía la verga en la cocina, en el sofá, en mi cuarto y en el baño, en cad suba de las veces disfrutaba demasiado sentir a mi padre dentro de mi y él disfrutaba cogerme.
Hola, wuaooooo que morbo y excitante tú historia, espero el siguiente. Saludos
wow sensacional
Que rico relato, cada parte la pude imaginar. Verte en mi mente mientras tu padre de metía toda la verga me hizo tener bien dura mi verga al punto de tener que masturbarme. Gracias