Juan me hizo el amor
Despues de la apuesta con mis amigas, comienzo un romance clandestino con Juan.
Luego de la apuesta con mis amigos, y que si bien no me gustaba eso de vestirme de mujer, si me gusto ser follado, así que a las pocas semanas le escribí a Juan, y que damos en vernos en su habitación.
Al llegar el medio un buen beso, él vivía por Ensanche de Vallecas, un poco lejos de mi casa, pero eso no me privo de ir hasta allá.
-Hola Amor-dijo Juan- por que no te viste de mujer para mí.
-No Juan-dije- no me gusta eso, si me quieres follar será como hombre.
-Está bien-dijo-ya te convenceré.
A punta de besos en mi boca y cuello, me llevo hasta la cama, y comenzó a quitarme la ropa, con cariño y mucho, amor, luego comenzó a chuparme, la verga, era hasta ese momento la mejor chupada de verga que me habían dado, luego me hizo bajar y chuparle la polla a él, o más bien para que me follara la boca, diciendo me que era su puta, su hembra, y que me haría su mujer siempre.
Luego paso y nos recostamos en la cama, ya los dos desnudos, y el siguió besándome cada parte de mi cuerpo, como queriendo marcarlo como suyo, yo estaba en el cielo, cuando me puso de espaldas a el , siguió besándome la espalda, me chupo las orejas, y fue bajando, me beso y lamio las nalgas, y después siguió por mis piernas depiladas (me había vuelto a depilar días antes), y después de lamerme bien la planta de los pies volvió a subir hasta mi culo lamio y beso mis nalgas unas cuantas veces, y después las separo y comenzó a comerse mi culo.
El pacer que sentía era enorme, este hombre me estaba haciendo suyo de verdad, estaba haciéndome el amor, y marcando me como su pertenencia, luego de un rato dilatándome el culo, escupió varias veces metió sus dedos varias veces, y empezó a penetrarme.
No sentí dolor como la primera vez, sentí placer y mucho amor, Juan fue delicado, y muy cariñoso, para el era su mujer, y me trataba así, como su novia su pareja, me estaba cuidando, algo que nunca había sentido con una mujer.
Cuando el llego al clímax y se corrió dentro de mí, yo me corrí sin tocarme sobre la sabanas, estaba en el séptimo cielo, y el me beso el cuello y me volvió a besar todo el cuerpo.
-Eres mía Inés-dijo Juan- eres la mujer perfecta, y ahora eres totalmente mía de verdad.
Después de eso, dormimos un rato, y al despertar me pidió disculpas por haberme violado en el baño, que desde que me había visto frente a la tienda de lencería le había puesto muy cachondo, yo le dije que ya lo había perdonado, que me gusto, pero esta vez me gusto más, nos besamos con mucha pasión.
-vístete de mujer-dijo Juan- para mí en privado.
-Lo voy a pensar-dije- pero no me gusta eso.
Nos empezamos a ver una vez por semana, y siempre era hermoso follar con Juan, me trataba como su novia, con amor, y mucho cariño, jamás pensé sentirme tan cómodo con otro hombre en esa situación pero con Juan era especial, al final una tarde después del sexo apasionado que teníamos, acepte vestirme con el de mujer, pero el tenia que conseguir las prendas y el maquillaje, y me cambiaba allí en su casa y antes de irme me lo quitaba, el acepto ilusionado, pero eso es parte de otra historia.
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