Jugando tenis, perdí el partido, y como había apostado perdí la apuesta, por lo que me tuve que vestir de nena y perdí el culo.
Un chico jugando tenis pierde un partido y la apuesta por lo que se tiene que vestir de nena, cosa que al principio no le agradaba, hasta que le comen el culo, y lo ponen a mamar de ahí en adelante le encantó vestirse de nena y dejar que le den por el culo. .
Desde muy niño comencé a jugar tenis, por lo que al llegar a mi adolescencia era bastante bueno jugándolo, al punto que en muchas ocasiones jugaba apostando dinero, y por un buen tiempo nunca llegué a perder, hasta que conocí a un chico que vino a pasar vacaciones en nuestra urbanización, y del cual me hice muy amigo.
La cosa es que las veces que habíamos jugado, siempre digamos que terminábamos empatados, pero el día en que mi amigo regresaba a la ciudad donde vivía, se le ocurrió hacerme una apuesta, que consistía en que si yo ganaba él me pagaría el equivalente a unos cien dólares, pero si yo perdía en lugar de pagarle con dinero, me debía poner una ropa de chica.
Por lo que pensando que yo realmente soy un muy buen jugador de tenis, además que ganaría como cien dólares, eso me motivó aceptar esa loca apuesta, pero lo cierto es que no sé qué me pasó que, aunque me esforcé lo más que pude, terminé perdiendo.
No podía creer que hubiera perdido, y para colmo un margen muy amplio, tanto que de no ser porque realmente me esforcé por ganar, no hubiera aceptado que él me venció, pero cuando me mostró la ropa que me debía poner, al principio no quise aceptar, pero al él decirme que una apuesta es una apuesta, y que no era culpa de él si yo había jugado tan mal.
Como realmente me ganó, no me quedó más remedio que cumplir con mi parte de la apuesta, pero cómo me daba vergüenza que alguien me fuera a ver vestido de nena, acepté hacerlo, pero en mi dormitorio.
Así que aprovechando que no había nadie en casa, pasamos mi cuarto donde después de que me desnudé completamente, a pedido de mi amigo me di una ducha, para luego ponerme la ropa que él me había traído, una faldita corta, pantis, sostén, medias, una pequeña y corta blusa, incluso hasta una peluca de color negro azabache, para mí fue algo bien humillante, y una vez que terminé de vestirme, bien molesto le pregunté si ya estaba contento, ya que hasta la manera en que se me pegaba esa ropa a mi cuerpo me indignaba.
En cierto momento cuando le estaba diciendo que ya me había avergonzado lo suficiente, y que me iba a quitar esa ridícula ropa, le comenté que no sabía cómo las chicas se atrevían a ponerse todas esas cosas, cuando de golpe mi amigo me agarró las manos, se me quedó viendo directamente a los ojos y lo escuché claramente decirme. “Te vez tan linda.”
Y apenas terminó de decirme esas palabras, únicamente alcancé a decir la palabra linda, cuando él me ha plantado tremendo beso con lengua y todo dentro de mi boca, yo me quedé paralizado, sin saber que hacer, o como responder, casi inmediatamente sentí una de sus manos acariciando mis paradas nalgas, pasaron varios segundos, y finalmente pude reaccionar separándome de su cuerpo, y preguntándole que estaba haciendo.
De inmediato se disculpó, diciéndome que no se pudo controlar, pero sin soltarme las manos me dijo. “Pero por lo visto a ti también te gustó.” Cuando lo escuché decirme eso, fue que me di cuenta de que mi pequeño miembro se encontraba completamente erecto, como nunca antes lo había visto, ni sentido.
Lo único que se me ocurrió decirle fue, que el estar vestido así, más la manera en que me besó, me habían dejado completamente confundido, a lo que él me respondió. “Sí quieres podemos parar, no pensé que te fueras a poner tan nerviosa con un simple beso.” Aun bastante confundido solo alcancé a corregirle diciéndole que no me puse nerviosa, me puse nervioso.
En ese instante lo escuché decirme. “Genial, entonces sigamos.” Ni idea tenía a que se refería, pero él aun mantenía mis manos agarradas, y de momento se agachó frente a mí, hábilmente levantó la corta falda que yo estaba usando, y de inmediato agarró mi pequeño miembro que sobresalía de los pequeños pantis que tenía puestos, rápidamente dirigió su boca a mi pequeño pene, ni idea tengo como hizo para metérselo en la boca, rápidamente se dedicó a chupármelo, cosa que hasta esos momentos jamás en mi vida nadie me había hecho.
Entre asustado y sorprendido le pregunté que estaba haciendo, al tiempo que él comenzó a mamar mi pequeña cosita, lo que me hizo darme cuenta de lo bien que se sentía, así como en lo húmedo y cálido de su boca, al mismo tiempo que sentía como uno de sus dedos penetraba mi apretado esfínter, en fin, para mí fue toda una experiencia, el que sus manos acariciaran mis nalgas, y uno de sus dedos se fue clavando suavemente dentro de mi esfínter al tiempo que él seguía mama que mama.
Yo estaba y me sentía completamente confundido, pero a la vez sumamente super excitado, como ya dije, jamás me había ocurrido nada semejante, ya que me encontraba tan excitado que en una abrir y cerrar de ojos me vine dentro de su boca, por lo que cuando una vez terminé de acabar, realmente no me di cuenta si escupió toda mi leche o se la llegó a tragar, lo que vi cuando me pude recuperar fue que él se limpiaba la boca, al tiempo que me decía que yo estaba bellísima, y de nuevo inmediatamente le dije que yo no estaba bellísima .
Luego de eso caí de rodillas, y no podía creer lo que me había terminado de pasar, eso de que me hubiera mamado mi pequeño miembro, al mismo tiempo que fue penetrando mi culo con uno de sus dedos, me dejó todo completamente agotado y muy confundido, ya que todo eso me había encantado, pero cuando levanté la vista frente a mí se encontraba él, sentado en mi cama, con sus piernas ligeramente abiertas, preguntándome que me sucedía.
Mis ojos se encontraban clavados en el prominente bulto que se encontraba en las entre piernas de su pantalón, y mientras él me preguntaba que pasaba, yo no podía quitar mi vista de ese bulto, de momento no sé cómo mis manos se dirigieron a la cremallera de su pantalón, y mientras lentamente se la bajaba, él me preguntaba que estaba haciendo yo.
De momento le dije. “Solo cállate, y si le cuentas a alguien de esto te mato.” Apenas terminé de bajar la cremallera, surgió ante mis ojos su enorme verga, completamente erecta, como si tuviera vida propia, para colmo lo que más me sorprendió era lo grande que era en comparación con la mía, tan era así que se me escapó decirle que era enorme, fue cuando él me preguntó. “¿Solo vas a verla, o piensas hacer algo con mi verga?”
Al mismo tiempo que se la agarraba con mi mano, le pregunté. “Es que nunca te callas, y si quieres que te la chupe, guarda tus tontos comentarios para ti, y no me los comuniques, o me retiro.” Por unos momentos me quedé viendo la colorada cabeza de su glande, cerré los ojos y no pude aguantar las ganas de llevármela dentro de mi boca, sintiendo lo caliente de su glande contra mi lengua y labios, y ese extraño sabor por toda mi boca.
A medida que comencé a chuparle su verga a mi amigo, me pregunté a mí mismo que estaba haciendo, mi corazón latía con fuerza al mismo ritmo que mi boca chupaba su enorme verga, de momento me dije a mi mismo que hace un rato hubiera pensado que eso era algo completamente asqueroso que jamás yo haría, pero ahora estoy de lo más excitado, chupa que chupa, y con mi propia verguita nuevamente erecta.
Yo me encontraba de lo más inspirado chupa que chupa, mama que mama, cuando mi amigo se vino por completo dentro de mi boca, haciendo que en gran parte me tragase casi toda su leche, lo cierto es que me sorprendió el sentir el sabor de su leche dentro de mi boca al tiempo que me tragué gran parte de ella.
Mi amigo creo que también se sorprendió, y hasta me dijo que yo mamaba de manera natural, y de inmediato me hizo ver que mi pequeña verga ya se encontraba nuevamente erecta, y continúo diciéndome que no podíamos parar, y tras preguntarme si yo quería seguir, sin esperar mi respuesta, como yo me encontraba en cuatro patas, se colocó tras de mí, rápidamente me bajó los pantis, y en un abrir y cerrar de ojos, llevó su lengua a mi esfínter.
Apenas sentí su lengua atravesando el hueco de mi apretado culito, ya no me importó más nada, mi mente estaba en blanco, disfrutando de todo lo que mi amigo me hacía con su lengua dentro de mi culito, pidiéndole que me diera más, ya que para mí todo eso era increíble.
En esos momentos mi amigo retiró su lengua de mi esfínter, y diciéndome que ya yo estaba listo, y que él no podía esperar más, dirigió su colorado y caliente glande al ojete de mi apretado culito, apenas comenzó a penetrarme, me quedé como paralizado, y a medida que siguió penetrándome lo fui escuchando que decía. “Tú culo aprieta con fuerza toda mi verga, nunca había sentido nada semejante, tu culito es el mejor de todo el mundo.”
Mientras que la verga de mi amigo seguía entrando y saliendo sabrosamente de mi culo, lo que yo sentía era algo sumamente extraño, ya que nunca antes había tenido una experiencia como la que mi amigo me estaba haciendo pasar, mi cuerpo reaccionaba de manera increíble cada vez que él presionaba su cuerpo contra el mío, y yo sentía como su verga entraba y salía una y otra vez de manera continua y bien sabrosa.
Por mi parte sin que él me lo pidiera, comencé a mover mis caderas, de lado a lado, una y otra vez, al mismo tiempo que apretaba y aflojaba mi esfínter, de igual manera, lo que me producía un placer indescriptible, mientras mi amigo me decía cosas como. “Tú culo se siente de manera increíble preciosa, ningún coño se le puede comparar te lo juro.”
Yo me encontraba bocabajo disfrutando de todo lo que mi amigo me estaba haciendo, cuando lo escuche decirme. “Probemos en otra posición, quiero ver tu linda cara, a medida que te lo vuelvo a meter.” Tras decirme eso tal y como si yo fuera una chica, lejos de molestarme, me agradó que me tratase de esa manera, por lo que apenas sacó su verga de mi apretado culito, yo di la vuelta quedando bocarriba acostado sobre mi cama.
Mi amante separó mis piernas, me tomó por los tobillos, y tras levantarlos acercó su verga a mi culo, diciéndome “Prepárate mi princesa que te voy a volver a penetrar.” Por lo que en cosa de pocos segundos me volvió a penetrar divinamente, y a medida que él seguía empujando toda su verga dentro de mí, se me escaparon varios gemidos de placer, lo que en medio de todo eso me sentí sumamente avergonzado.
Por lo que instintivamente procuré taparme la cara, pero mi amigo de inmediato me dijo. “No te cubras el rostro, que te vez preciosa, deja que disfrute viéndote.” Y a medida que me fue diciendo esas palabras, acercó sus labios a los mío, y me volvió a besar intensamente, al tiempo que seguramente volvió acabar dentro de mí, por lo que yo cruzado mis piernas alrededor de su cuerpo lo atrapé, para disfrutar al máximo de todo lo que él me estaba haciendo.
Después de eso me quedé dormido, por lo agotado que me encontraba, hasta que finalmente me desperté, y mi amigo se despidió de mí diciéndome lo linda que era, y lo mucho que me iba a extrañar ya que como terminaron sus vacaciones él regresaba a su casa.
Todo lo que sucedió esa tarde en mi cuarto, quedó en el pasado como algo irreal, algo que hizo que yo en varias ocasiones me sintiera confundido, y hasta me llegase a masturbar recordando todo lo sucedido entre él y yo, al tiempo que yo mismo me empujaba un largo y grueso juguete con forma de verga de color negro.
Por otra parte, a ninguno de mis más allegados, o de mis amigos, saben nada al respecto, y prefiero que siga siendo así, ya que no quiero que se enteren de lo mucho que me gusta vestirme de nena y que me den por el culo, además solo fue una vez que mi amigo me dio por el culo y me puso a mamar su verga, pero eso como que bastó para que yo no pueda olvidarme de eso.
Después de esa tarde con mi amigo, casi todo regresó a la normalidad, yo seguía jugando tenis, pero el gusto por vestirme de chica, no se me quitó, por lo que mi guardarropa femenino lo he ido ampliando, así como los juguetes que me introduzco algunas noches encerrado en mi cuarto, al tiempo que transmito en una de las redes sociales, con mi rostro oculto, y sin dejar que me puedan identificar.
Mientras tanto he seguido jugando tenis, aunque en las noches encerrado en mi cuarto me pongo toda la ropa de nena que me gusta, me maquillo, me pongo alguna de mis varias pelucas, y tras conectarme a un chat especial, digamos que doy un espectáculo dejando que me vean, mientras me masturbo y me entierro alguno de mis juguetes predilectos por mi apretado culito, claro sin que se me vea el rostro, ya que uso una mascarilla.




Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!