Jugando y bebiendo descubrí mi verdadero yo..
Unos amigos se van de pesca a una represa, pero los agarra una fuerte tormenta, y se ponen a jugar cartas y beber, por lo que uno de ellos termina desnudo y dejando que los otros le den por el culo..
Jugando y bebiendo descubrí mi verdadero yo..
Varios de mis amigos y yo nos encontrábamos, aburridos como ostras, en una cabaña cercana a la represa, a la que habíamos de pesca.
No pudimos pescar nada ni tan siquiera pudimos salir, para regresar a nuestros hogares, incomunicados, todo eso debido a la tormenta y las fuertes lluvias que asolaban toda la región.
Llegamos el viernes en la tarde, y apenas nos bajamos de los autos, se desató una torrencial tormenta, la cual pensamos erróneamente que ya para el sábado habría terminado, pero no fue así.
Las noticias que escuchamos por la radio nos indicaban que no pararía de llover, por lo menos hasta el domingo en la noche o lunes en la mañana.
Además de los anuncios de que varias carreteras que debíamos usar para regresar se encontraban cerradas, debido a deslizamientos de tierra.
Después de todo eso, no nos quedó más remedio que quedarnos a salvo donde nos encontrábamos, y esperar a que la tormenta pasara.
Por comida no teníamos problema, había demás, lo mismo que gas para la planta eléctrica, en caso de que se fuera la electricidad.
Pero ya el sábado estábamos tan aburridos, que como nos encontrábamos solo nosotros, que tres de mis amigos y yo nos pusimos las trusas de baño, salimos de la cabaña para curiosear.
Nos asomamos a un riachuelo cercano que va a dar a la represa, donde en otras muchas ocasiones nos hemos bañado.
El condenado riachuelo se encontraba desbordado, una fuerte corriente lodosa, bajaba con fuerza y cualquiera que se le hubiera ocurrido meterse, de seguro se habría ahogado.
De regreso a la cabaña, uno de muchachos se acordó que habíamos traído una caja completa de las botellas de ron.
Y sin demora abrió la primera, invitándonos a todos un trago, por un largo rato hablamos de muchos temas, desde política, a religión, pero en el que nos detuvimos la mayor parte del tiempo fue, cuando nos pusimos hablar sobre las mujeres.
Como siempre nunca falta el exagerado que dice que lo ha hecho con más de una mujer y prácticamente al mismo tiempo, como el que asegura que, en una sola noche, acabó seis veces, y con seis mujeres diferentes.
Yo únicamente me limité a escuchar, ya que realmente, mi mayor experiencia sexual en esos momentos era el haber besado a una chica, y dejar que ella misma colocara una de mis manos sobre una de sus tetas, y apenas por breves segundos.
Pero continuamos bebiendo, y hasta el tema de las mujeres ya nos había aburrido también, fue cuando uno de mis amigos, sacó un par de mazos de cartas, y propuso que jugásemos una partida entre los seis.
Al igual que el resto, yo también estuve de acuerdo, pero apenas terminamos de jugar la primera mano, nos dimos cuenta de que el aburrimiento continuaba, por lo que otro de los presentes, propuso que apostásemos algo, mientras que continuábamos bebiendo.
Lo de incluir las apuestas, le dio un vuelco de 180 grados al juego, después de un sin número de manos, ya los centavos que habíamos estado apostando quedaron en las manos de uno solo de los chicos.
Fue cuando él mismo propuso que apostásemos, alguna prenda que cargáramos puesta, o los tragos de ron que nos correspondían.
Con lo que todos estuvimos de acuerdo, rápidamente yo perdí la toalla y la trusa de baño que tenía, quedándome completamente desnudo, y así mis otros tres amigos.
Por lo que lo único que nos quedaba para apostar eran nuestros tragos de ron, y nadie quería perder su trago.
Por lo que otro de los chicos propuso que si no querían apostar su trago de ron, el que perdiese o sea el que tuviera la menor puntuación sufriría una penitencia o castigo.
Ya íbamos por la segunda de las botellas, cuando me tocó perder a mí nuevamente, y como me encontraba algo entonado, por no decir que borracho y quería seguir bebiendo.
Cuando me dijeron que imitase a una modelo caminando por una pasarela, sin pensarlo demasiado me levanté y completamente desnudo, comencé a caminar como lo hacen las modelos, pero uno de los presentes, me dijo. “Oculta la verga entre tus piernas para que te veas más real.”
Lo que hice, hasta que todos me dieron su aprobación y volví a sentarme a la mesa para seguir jugando.
El detalle que cada vez que yo perdía, me ponían de penitencia o castigo, que hiciera, o imitase a una mujer, haciendo esto o aquello.
Pero como continuaba bebiendo, la verdad es que eso no me importó mucho realmente, hasta que una de las veces en que volví a perder, me impusieron de castigo que debía seguir hablando y comportándome como una mujer hasta que finalizara el juego.
O sea, era hacer eso, o dejar de jugar y de beber, y como yo tontamente quise seguir jugando y bebiendo, comencé a hablar y a comportarme como una chica.
Después de un buen rato, me volvió a tocar una racha de mala suerte, y uno de los chicos me propuso que me pusiera a bailar con él, pero desde luego, que a mí me tocaba hacer el papel de mujer, por lo que debía ocultar mi miembro entre mis piernas, y dejarme hacer lo que las mujeres se dejan hacer cuando uno baila con ellas.
Al principio lo pensé por unos instantes, justo en el momento en que abrieron la tercera botella de ron, y me ofrecieron mi trago, que, de tomármelo, significaba que aceptaba, y me lo tomé.
Como él, al igual que yo también estaba desnudo, procuré mantenerme separado de su cuerpo, pero a los pocos pasos de baile que dimos, como él es un poquito más alto que yo, ya me tenía pegado a él, pude sentir su caliente y erecto miembro contra la parte baja de mi vientre, al tiempo que sus manos comenzaron a acariciar mis nalgas.
Protesté, pero de inmediato el resto de mis amigos me dijo que siguiera bailando que muchas chicas se dejan tocar las nalgas cuando bailan.
Pero además de tocar y acariciar mis nalgas, comenzó a besuquearme por las orejas, cosa que realmente me agradó mucho, pero por aquello de que no me fueran a decir maricón, traté de cortar, pero a pesar de mi oposición a que continuase besándome por el cuello y orejas, él continuó.
Pero a los pocos segundos terminó la pieza que estábamos bailando y automáticamente me separé de mi amigo.
Cuando continuamos jugando, otro de los chicos dijo. “El próximo que pierda, debe hacerle una paja al que gane, o en lugar de eso, se va a tener que raspar una puñeta bajo la lluvia.”
Por suerte yo no perdí, pero me tocó ver a otro de los chicos, como completamente desnudo, comenzó a masturbarse, bajo la lluvia, pero sin llegar a venirse, la verdad es que me impresionó ver como agarraba su grueso miembro, con su mano derecha y como se fue haciendo una paja frente a todos nosotros.
Pero me quedé sin decir nada, de igual forma me quedé sin decir nada, cuando sentí que el que bailó conmigo, mientras que estábamos viendo al que se hacía la paja bajo el torrencial aguacero.
Comenzó descaradamente a agarrarme las nalgas y, por si fuera poco, fue introduciendo uno de sus dedos dentro de mi culo, lo que dejó de hacer apenas regresamos a la cabaña.
Continuamos jugando y nuevamente perdí, al tener el número de cartas de menor valor, como nadie había dicho nada, sobre la penitencia.
Me dirigí a la puerta, parar para salir y bajo la lluvia comenzar a masturbarme, hasta que el que ganó la partida dijo. “Las chicas no se hacen la paja como nosotros, así que como tú eres una chica, ahora te toca hacerme una paja a mí.”
El resto estuvo de acuerdo con él, por lo que simplemente tomó asiento en el centro de la sala, y señalando su miembro me dijo. “Que esperas tú perdiste, te toca pajearme ahora.”
Yo estuve a punto de negarme, pero otro de mis amigos me entregó un gran trago de ron diciéndome. “Vamos has le paja, al fin y al cabo, eso no es nada del otro mundo.”
Después de que le di el primer sorbo a mi trago de ron, me senté a lado del que ganó, y lentamente comencé a manosear su verga, la que ya de por si estaba bien parada, y de igual manera, poco a poco comencé a mover lentamente mi mano de arriba abajo sobre su caliente verga.
A medida que fui masturbándolo, fui sintiendo su caliente y venosa verga entre mis dedos, de momento me puse a pensar cómo se sentiría tener esa cosa dentro de mi boca.
Algo dentro de mí me provocaba probar su sabor al tener dentro de mi boca esa parada verga, a medida que lo seguía masturbando, no paraba de pensar en chupársela lentamente.
Quizás por la manera en que le estaba haciendo la paja, o como miraba su verga, de momento el resto de nuestros amigos, comenzaron a decir a coro, mámasela, mámasela, mámasela.
Yo continué masturbando el miembro del, a medida que los escuchaba a todos ellos decirme que se la mamase, y entre lo que pasaba por mi cabeza, y una cosa y otra de momento me encontré llevándome a la boca la verga de mí amigo, la que comencé a chupar y mamar, mientras ocasionalmente dejaba de hacerlo, para darme otro trago de ron.
Hasta que él colocó sus manos en mi cabeza, aceleró los movimientos, y repentinamente sentí que se había venido dentro de mi boca.
Sentí ese líquido, caliente y pegajoso, entre mis labios y lengua, mientras que él terminó de venirse sobre mi cara.
Yo casi de manera automática, en lugar de escupirlo todo me lo he tragado, apurándomelo con lo que me quedaba de ron, no sin antes recoger con mi lengua y dedo, el reto que había quedado en mi rostro.
Al terminar, yo me dirigía a la mesa para seguir jugando, cuando otro de los chicos me dijo. “No nos hagas perder tiempo, danos el culo y así todos quedamos contentos, que se ve que te va a gustar, no te hagas de rogar.”
De momento sentí una gran vergüenza, pero también un gran deseo de que me clavasen todos ellos sus vergas, aunque nunca había hecho nada parecido, en esos instantes deseaba intensamente que todos me dieran por el culo.
Así que, sin más demora, pero sin decir ni pio, caminé moviendo mis caderas hasta una de las habitaciones agarrando una de las botellas de ron, y tras darme un trago a pico de botella, me acosté bocabajo, con mis piernas bien abiertas, y mis nalgas levantadas.
Uno de los chicos trajo manteca de la cocina y con ella me embadurno el culo, y a los pocos segundos sentí que me estaban clavando mi primera verga.
Quizás por lo borracho que estaba, ni vergüenza sentí, aunque si un poquito de dolor, pero apenas sus bolas chocaron con las mías, comencé a mover todas mis caderas.
A medida que no sé quién, me lo estaba clavando por el culo, otro de mis amigos, colocó su verga frente a mi boca, y sin demora me dediqué a mamar.
De momento me había convertido en la puta de todos ellos, no me cansaba de escucharlos decir que buen culo yo tenía, y que hacía mucho tiempo tenían ganas de clavarme, y cosas así por el estilo.
Al que se la estaba mamando no tardo en venirse por completo dentro de toda mi boca y sin que me obligase, me tragué todo su semen, apurándomelo después con otro trago de ron.
Apenas sentí que esa primera verga finalmente salió de entre mis nalgas, me di otro trago de ron y salí fuera de la cabaña y bajo el mismo torrencial aguacero, expulsé todo y como pude me lavé las nalgas.
Estaba tan y tan borracho que dando tumbos regresé a la cama completamente mojado, y estaba por quedarme dormido, cuando otro de mis amigos me comenzó a secar el cuerpo y diciéndome. “Es mejor que te caliente un poco, no sea que te agarré una fiebre.”
Y zas que sin tan siquiera separar mis piernas sentí como nuevamente me volvían a tener clavado por el culo.
Yo no sé qué pasó después, ya que estaba tan y tan borracho que perdí la cuenta de las veces que me dieron por el culo, y me pusieron a mamar.
Por lo que bastante agotado me debí quedar dormido, pero al siguiente día cuando me desperté, aparte del fuerte dolor de cabeza, me encontré con que uno de los chicos, se encontraba sobre mi, al parecer me debió haber tenido clavado por el culo.
Ya que su verga la tenía pegada a mis nalgas, y no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que seguramente había sucedido.
Cuando me levanté todos estaban pasando la borrachera, mi cabeza estaba por reventarme, por lo que me tomé algo para el dolor, y me di cuenta de que mis nalgas aun chorreaban semen, y que mi cara estaba toda llena de manchones secos de leche.
Al principio me sentí mal, y hasta me comencé a molestar con mis amigos por haberse aprovechado de mi borrachera y darme por el culo sin cansancio.
Como aún seguía lloviendo aproveché para bañarme y limpiar todo mi cuerpo bajo la fuerte lluvia, pensando en todo lo que había dejado que me hicieran, por estar de pendejo jugando y bebiendo.
Pero al regresar a la cabaña me encuentro de frente con uno, que al verme me dijo. “Anoche por lo visto disfrutaste mucho, ¿no querrás que ahora te vuelva a dar por el culo?”
Y al tiempo que decía eso se agarró su erecta verga frente a mí de manera vulgar.
Me le quedé viendo, pero de momento me entraron unas ganas locas de volver a sentir un miembro dentro de mi culo.
Por lo que sin dudarlo por un instante me agaché frente a él, y comencé a mamar nuevamente su miembro, y una vez que lo sentí bien duro, me detuve, y sin más ni más me puse en cuatro, ofreciéndole sin vergüenza alguna mis nalgas.
Al tiempo que otro de los chicos que al parecer se estaba despertando nos observaba, y apenas el primero me volvió a penetrar divinamente.
El otro se levantó y tras lavar su verga con algo de ron me la colocó en la boca, la que me dediqué a mamar.
El resto del domingo no hubo quien no me volviera a dar por el culo nuevamente o me pusiera a mamar, pero sin consumir nada de ron.
Lo estuve haciendo las veces que pude hacerlo tan solo por disfrutar de tener una buena verga clavada dentro de mis nalgas.
Creo que de haberme dado cuenta de mi verdadero gusto antes, no me hubiera divertido tanto como ahora.
Hoy en día entre todos mis amigos tengo fama de maricón, pero ellos son los primeros en invitarme cada vez que salen de pesca, así mientras unos pescan otros me clavan.
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