Juguete para 3: Terrible Error (Introducción).
Justo en ese momento escuché la primer oración salir de la boca del que sería el «Sujeto 2» (y que cambiaría el resto de mi noche, y de mi vida) quien comento: – No podría faltar cabrón, y qué mejor que entrar escuchando a este putito decir que está listo para ser usado por sus amos jaja-..
Tenía meses deseando concluir este relato, pero cada que lo intentaba volvía a revivir todo esto que estoy a punto de contarles, y terminaba masturbándome y sacando mi calentura, y de nuevo venía a mí el sentimiento de culpa, pero esa culpa pronto se convirtió en placer, y ganas de desear hacerlo de nuevo, lo que me lleva a esta serie de relatos.
Inicio por presentarme, mi nombre es Julio, tengo 25 años, mido 1.72m y peso 66 kg. (complexión delgada), piel blanca, muy poco vello y 15 cms de verga (blanca, curveada hacia la izquierda, venuda y de gran cabeza rosada). Evitaré dar detalles de mi vida personal, ya que lo único que es relevante para el relato es el que desde que comencé mi vida sexual (a los 16 años con un hombre que conocí por internet) no me he detenido, probando tantos penes que dejé de contar desde hace años.
La verdad nunca he sido bueno para coquetear, ya que siempre he sido muy discreto para eso. En mi familia el solo mencionar la palabra ‘gay’ es un tabú y siempre desata un debate interminable que siempre quise evitar, además de los ya tradicionales comentarios homofóbicos de mis padres, quienes intentan a toda costa ser esa familia «tradicional», que tiene casa, coche y cuerpo perfecto (desde muy joven intentaron involucrarme en deportes y gimnasio pero creo que mi complexión delgada siempre ayudó a que de una manera u otra pudiera escapar con un simple «No puedo más / me cansé»). Es por ello que al no poder coquetear con hombres de una manera convencional, siempre me he refugiado, primero en chats por internet, y en los últimos años en las aplicaciones de encuentros para saciar esas ganas de verga y leche que me vienen de dos a tres veces por semana.
La app que más utilizo es la famosísima app de la máscara (y que sin querer se volvió la pieza clave para que sucediera lo que estoy a punto de contarles).
En esta app llegué a conocer a algunos hombres que se volvieron mis fuckbuddies de confianza, con los que me podía mensajear cada que mi calentura superara mis ganas de iniciar una conversación con un completo desconocido, teniendo ya un par de vergas seguras y listas para empalarme cuando quisiera.
Les comento esto porque mi fuckbuddy #1, a quien llamaremos Leonardo (moreno, fornido, brazos y piernas fuertes y muy bien dotado (18 cms.)), tenía semanas sino es que meses metiendo en mí la idea de compartirme con algún otro activo (por si no lo habían descifrado siempre he sido más de recibir que de dar jaja), ya que según él le ponía durísimo el imaginarme siendo penetrado mientras me comía su verga, o verme turnarme para mamar dos rabos a la vez. No puedo negar que esa idea a mí también me ponía la verga dura y el culo caliente.
Fue hace aproximadamente tres meses que al fin me animé y le dije a Leonardo que estaba dispuesto a hacerlo, pero no solo con dos, sino con tres hombres a la vez, pero con una sola condición, la cual constaba en que para mantener mi anonimato usaría una de estas máscaras de látex negro que únicamente tienen agujeros en ojos y boca y unas pequeñas ranuras en la nariz para permitirte respirar. Él sin dudarlo aceptó, ya que superé aún más la fantasía que él tenía imaginada al integrar una verga más, y esos tintes de sexo kinky con el uso de la máscara (que él acordó comprar). La única condición que Leonardo agregó es que él seleccionaría a los dos activos con quien me compartiría, más solo me mostraría sus vergas por fotografía (la verdad eso me calentó aún más, al imaginarme siendo cogido salvajemente por Leonardo y dos hombres completamente desconocidos).
Pasaron solo tres días para que Leonardo me confirmara que ya tenía a «Sujeto 1» y «Sujeto 2» seleccionados y listos para la que prometía ser una de las mejores cogidas de mi vida (quién iba a pensar en que sería la mejor).
Tal como acordó, me envió las dos fotografías de las vergas de «Sujeto 1» y «Sujeto 2», ambas se me hicieron deliciosas, ya que la de «Sujeto 1» era muy larga (de unos 19 cms), morena y delgada, con venas muy marcadas; y la de «Sujeto 2» era más semejante a la mía (de 17 cms según declaró el tipo), también blanca y con gran glande rosado, aunque también curveada no tanto como la mía. El acuerdo era que al día siguiente nos veríamos todos en casa de Leonardo para el encuentro, por lo que toda esa noche dormí muy poco, ya que me despertaba y pensaba en cómo sería, qué se sentiría ser usado por 3 hombres dotados y con ganas de embestirme hasta el cansancio. La verdad siempre me ha gustado ver porno de gangbangs o sado, e imaginarme que soy yo a quien usan. Al fin logré dormir un poco.
Desperté, hice mi rutina diaria, que pasó muy lento al estar contando el tiempo para ir a casa a prepararme (asearme el culo siempre es obligatorio para mí, y en esta ocasión con más razón al estar por recibir 3 vergas en la misma noche).
Avanzando la tarde sonó mi teléfono, era Leonardo:
– ¿Qué pasa Julio, ya listo para hoy?, estoy bastante caliente y aún falta un par de horas-.
– Claro Leo, no he parado de pensar en eso desde ayer por la noche-.
– Jeje yo tampoco, pero bueno solo te hablaba para confirmar que llegarás antes para prepararte y ponerte la máscara ¿okay?, llega a eso de 8:00 p.m-.
-Vale, ¿si pudiste conseguirla?-.
-Claro cabrón, desde que me la mencionaste la pedí por internet, ya la tengo acá, incluso viene con ajustes para taparte la boca o los ojos jeje, está muy guarra-.
– Uff ya quiero estar ahí, pero bueno te dejo que tengo que ir a casa-.
-Vale chau Julio.
Entre las prisas de lavarme correctamente, depilarme el poco vello que me sale en el pubis y seleccionar la ropa interior que usaría (un suspensorio negro que llegué a pedir por internet alguna vez) me dio la hora de ir a casa de Leonardo, por lo que pedí un taxi, no sin antes avisar a mis padres, ya que nunca habían sido muy especiales para darme permiso para salir, pero siempre preferían que avisara.
Justo cuando llegó mi taxi me dirigí a la sala de tv, donde comúnmente lo pasan mis padres. Lógicamente no dije a donde iba realmente por lo cual al llegar a la puerta de la sala vi a mi mamá y dije:
– Ma, voy a casa de Pepe (amigo mío de toda la vida), así que llego tarde, me traerá su mamá-.
– Okay hijo, no llegues tan tarde, y de ser posible mejor márcale a tu papá, para que cuando se desocupe de su juego de cartas con los de la oficina pase por ti y no molestes a la mamá de Pepe como siempre-.
(Lógicamente Pepe siempre era mi chivo expiatorio para mis encuentros, por lo cual mi mamá imaginaba que yo ya casi vivía en casa de Pepe).
Tomé mi taxi, totalmente nervioso y emocionado con destino a casa de Leonardo, pensando en qué posiciones haríamos, y cuánto tiempo duraría el encuentro, levantando de inmediato la verga en mi pantalón como una carpa de circo.
Al llegar a la puerta de la casa de Leonardo timbré, y él me recibió con shorts y una camiseta de tirantes que dejaba ver sus brazos marcados (los músculos siempre han sido mi debilidad, y Leonardo lo sabe).
-Pasa Julio, ya tengo todo preparado jeje-.
Al entrar a la sala veo que él se disponía a que el encuentro fuera ahí, ya que tenía un sin fin de artículos acomodados uno a uno sobre uno de los sillones de la sala, desde dildos, soga, un pequeño látigo y por último la máscara, a lo que dije:
-Veo que alguien se emocionó haciendo compras en internet, ¿verdad? jaja-.
-Perdón, no pude resistirme, pero quería que vivieras la experiencia completa jeje, pero mejor ven y te voy preparando, ya no deben tardar en llegar los demás-.
No pude resistirme a preguntar:
– ¿Oye y cómo son «Sujeto 1» y «Sujeto 2»?-.
A lo que Leonardo respondió:
-No hagas muchas preguntas, prefiero que sea sorpresa, pero no te arrepentirás, a ambos los saqué del app pero sí los he conocido antes, son activos pero nos hemos masturbado mutuamente algunas veces en las que no queremos lidiar con pasivos-.
Eso me puso más nervioso, el ni siquiera poder mentalizarlos en mi mente antes, no poder ponerles cara, ni siquiera cuerpo, pensamiento que justamente rompió Leonardo diciendo:
– Oye, ¿ves que te comenté que la máscara tenía estos accesorios para taparte los ojos?-.
Me mostró la máscara y no era de látex, sino de cuero, y tenía unos círculos que se podían montar y desmontar de la máscara en boca y ojos.
– Ajá, ¿Cuál es tu punto?-.
– ¿Y si se los ponemos al inicio? jeje ¿no te calentaría la idea de no saber realmente quién te está cogiendo hasta que ya lo estén haciendo?-.
-Uff pues suena bien, pero no estoy seguro, me sentiría muy nervioso- dije.
– No te preocupes, en el momento en que no te sientas cómodo te los quitas y ya-.
– Mmmm bueno jaja creo que sería algo que terminaría de dar un nuevo giro a esta experiencia jeje-.
No pasaron ni 5 minutos que me puso la máscara (aún sin las tapas en los ojos) y me desvestí (quedando sólo en suspensorio) cuando sonó el timbre de la puerta, a lo que Leonardo dijo:
-Es el «Sujeto 01», ¿estás listo?-.
– Ufff, desde anoche estoy listo jaja- dije con un nudo en la garganta y sintiendo mis brazos y piernas temblorinos.
-Pero bueno, entonces déjame taparte los ojos ya jeje-.
Leonardo procedió a taparme los ojos y en ese momento mi corazón se aceleró a 1000 latidos por minuto, mis manos sudaban y mis brazos y piernas temblaban aún más.
Escuché cómo se abría la puerta y Leonardo saludaba a «sujeto 1» diciendo:
-Que hay hermano, ¿Cómo estás? te estábamos esperando-.
– Gracias hermano, me moría de ganas de llegar jeje-.
Su voz se escuchaba juvenil, no de un adolescente pero tampoco de un señor, sonaba sexy y eso empezó a poner mi verga cada vez más dura, lo que debí suponer que Leonardo notaría al momento, ya que dijo:
-Mira hermano, apenas llegaste y nuestro invitado se empezó a emocionar, y eso que ni siquiera te ve jaja’.
A lo que «Sujeto 1» se limitó a contestar:
– pues habrá que darle lo que tanto quiere, ¿o no putito?-.
No supe bien cómo responder a ese adjetivo entre toda mi combinación de nerviosismo y calentura, a lo que me limité a asentir con la cabeza lleno de lujuria. No sabía cómo era «sujeto 1», qué llevaba puesto, pero sólo podría pensar en la imagen de su verga morena, larga y venuda, deseando que ingresar a mi boca ya.
Empecé a sentir cómo alguien tocaba mis hombros, y luego recorría mis brazos, espalda, pecho, casi abrazándome. De inmediato supe que era «sujeto 1» ya que escuché la voz de Leonardo al otro lado de la habitación diciendo:
-El otro cabrón me envió mensaje, diciendo que se retrasaba unos 2o minutos, que empezáramos nosotros y él nos alcanzaba-.
A lo que sujeto uno dijo mientras pellizcaba mis pezones:
– ¿Y crees que sí venga? igual y nos dejará tirados a los dos con este putito-.
A lo que Leonardo contestó:
– Nah, sí viene, ese cabrón es más calentura que persona, siempre me cuenta de los chicos que se coge, así como este putito jeje-.
Era la primera vez que escuchaba a Leonardo decirme así, y aunque por un instante me ofendió, al segundo siguiente se convirtió en calentura, terminando de levantar mi verga dentro de ese suspensorio.
Supongo que «sujeto 1» lo notó, ya que dijo:
-bueno pues, empecemos, que este putito se ve sediento de leche- dijo mientras tomaba mi cabeza enmascarada con una de sus manos presionando hacia abajo.
– De rodillas putito, y abriendo bien-.
Escuché cómo se abría el zipper de su pantalón frente a mi cara, y de inmediato sentí cómo introdujo de un solo golpe su verga por mi garganta, sin piedad. Empecé tragar, intentando saborearla tanto como pude cuando la sacaba, saboreando ese sabor a semen seco, que queda cuando chupas una verga que sacó leche horas antes. No podía parar de imaginarme cómo sería el hombre al que estaba chupándole la verga, o imaginándome el escenario de mí arrodillado y enmascarado, a ciegas ante dos hombres.
Justo en eso escuche la voz burlona de Leonardo diciendo:
-Eh, déjame algo cabrón, también quiero esa boquita en mi verga-.
Escuche cómo caían prendas al suelo, que supongo eran de Leonardo, ya que de la nada solo sentí como la puntita de la verga que estaba chupando se hizo a un lado para convertirse en dos vergas durísimas frente a mi boca. Las tomé con mis manos al tenerlas ubicadas en contacto con mi cara, empezando a masturbarlas y escuchando cómo ambos soltaban pequeños gemidos y sus respiraciones se agitaban, casi tanto como la mía.
Mientras yo me limitaba a saborear cada centímetro de ambas vergas, Leonardo y «Sujeto 1» entablaron una conversación corta, donde Leonardo le contaba cómo y cuándo me conoció, y qué me hizo, cómo me uso un sin fin de ocasiones, como si yo no estuviera ahí, lo que me hizo más meterme en mi rol de sumiso, recordando aquellas peliculas porno que tanto vería de sado y juego de roles amo/esclavo, por lo que me limité a seguir haciendo mi mejor esfuerzo, turnándome para mamar una verga mientras masturbaba a la otra con mis manos.
Pasando unos 10 minutos, sentí como un par de manos me jaló para subirme a un sillón, acomodándome en 4 patas y al instante sentí una verga en mi boca, era la de Leonardo, ya que al introducirla noté que no era tan delgada como la de «Sujeto 1». Casi al instante sentí como una mano empezó a recorrer mi culo, pasando primero un dedo, y luego dos sobre mi raja.
-¿vienes limpiecito putito?- dijo «sujeto 1».
Sólo me limité a volver a asentir con mi cabeza mientras chupaba la verga de Leo.
-Así me gusta putito, porque quiero mamarte el culo-.
Y así empecé a sentir cómo los labios del «sujeto 1» recorrían mi culo, y cómo su lengua se iba abriendo paso en mi ano poco a poco, entrando y saliendo sin parar. Ahí estaba yo, intentando gemir con la verga de Leonardo hasta la garganta, en 4 patas, con mi verga más dura que una roca debajo del suspensorio y la lengua de un completo desconocido profanando mi ano. Perdí la noción del tiempo, sintiendo sensaciones que jamás había experimentado al tener a dos machos usándome como si de un juguete se tratara.
Justo cuando sentí que la lengua de «sujeto 1» abandonó mi culo, y era reemplazada por lo que parecían un par de dedos, mi cuerpo se estremeció al escuchar el timbre de la puerta sonar, ya había llegado en momento. Este trío estaba a punto de convertirse en un pequeño gangbang en el que yo sería el protagonista. Tantas veces soñaba con estar en el lugar de aquellos actorcillos amateurs que ocupaban el lugar de pasivos en todos los videos de gangbangs que eran de mis favoritos, pero ahora sí era yo, era real.
De inmediato sentí como salió de mi boca la verga de Leonardo, quien dio algunos pasos, y por lo que escuche supuse que fue a ponerse los shorts que tría puestos cuando me recibió, después se oyeron sus pasos alejándose, y posteriormente se escuchó el sonido de la manija de la puerta girar. Todo esto mientras «Sujeto 1» seguía pasando los dedos por mi raja, empezando a meterlos a mi culo.
Mientras sentía cómo recorrían mi interior los dedos de un completo extraño, intenté prestar atención a los sonidos que provenían del acceso a la casa, pero justo en ese momento «Sujeto 1» empezó a hablarme, diciendo:
-¿Te gusta putito? ¿estás listo para mi verga?, que no se compara en absoluto con lo que estás sintiendo ahora.
Por primera vez le respondí hablando, – sí, estoy listo- mientras intentaba aguantar un gemido que ansiaba salir de mi boca.
A lo que él contestó: – ¿Sí que? putito- en tono molesto, mientras me azotaba una nalgada con la mano que tenía libre.
Años de porno me llevaron a lograr responder a la pregunta que me acababa de hacer «Sujeto 1»:
-Sí, amo, estoy listo-.
Justo en ese momento, mientras terminaba de salir de mi boca la oración que me encasillaría en mi rol de sumiso ante esos hombres, escuche dos pares de pasos acercarse con dirección a nosotros, era Leonardo y «Sujeto 2», que venían conversando, por lo que la primera oración que escuché con claridad fue de Leonardo, diciendo:
-Empezamos sin ti cabrón, este putito estaba que se moría por empezar a ser usado-.
No me acostumbraba a escuchar a Leonardo referirse a mí de esa manera, pero cada que lo hacía ponía aún más dura mi verga.
A lo que «Sujeto 1» añadió:
-Sí cabrón, creí que ya no ibas a venir, pero llegaste justo a tiempo, ya lo tengo bien abiertito del culo, listo para recibir la primer verga.
Justo en ese momento escuché la primer oración salir de la boca del que sería el «Sujeto 2» (y que cambiaría el resto de mi noche, y de mi vida) quien comento:
– No podría faltar cabrón, y qué mejor que entrar escuchando a este putito decir que está listo para ser usado por sus amos jaja-.
Apenas escuche esa voz, un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral, desde mi cabeza hasta mi culo. Por un momento flanqueé y estuve a punto de caerme del sillón en el que aún se me mantenía a cuatro patas, debía ser mi puta mente jugando conmigo como nunca antes.
A lo que la siguiente oración del que consideraba como «Sujeto 2» terminó por confirmar lo que mi mente se negaba a creer:
-Iba a llegar más temprano cabrón, pero tuve que pasar primero a un juego de póker con los de la oficina-.
En ese momento detalles tan insignificantes hicieron click en mi cabeza, confirmando lo que tanto me temía (y ahora agradezco): Era su voz, la verga de la foto era casi idéntica a la mía, y justo esa noche tenía juego de póker. Era mi padre. Justo en ese momento se limitó a concluir con su oración diciendo:
– Pero ya estoy aquí, así que de aquí no se va este pedazo de maricón hasta que nuestros huevos queden secos y su culo lleno de leche-.
Jamás creí que esto podría pasarle a alguien, mucho menos a mí.
Continuará…
Sé que fue largo pero les prometo que este es el epílogo de lo que se viene, no quería resumirlo para que vivieran como yo ese camino lleno de morbo e incertidumbre que me llevó a vivir la mejor experiencia de mi vida. No tardo en subir la siguiente parte, gracias por leerme y si esto les ha gustado no se imaginan lo que se pasó después.
-Julio.
No me parecio largo, al reves, estaba tan bueno que me quedo corto jajaja, ojala subas la continuacion pronto!
Jajaja.. Largo? Largas son las ganas que tengo de seguir leyendo y ver qué pasa al caer la mascara.