ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (25 votos)
Cargando...
Dominación Hombres, Heterosexual, Infidelidad

La bestia que invite a mi casa Pt.1

Hay encuentros que te cambian la vida y decisiones que son mas importantes de lo que parecen, mi vida, y la de mi familia nunca serán iguales.

Hola, mi nombre es Ricardo Cisneros y tengo cincuenta y un años, pero la historia que les vengo a traer empezó hace varios años, cuando yo tenía treinta y seis años.

En ese entonces, mi matrimonio pasaba por tiempos difíciles, mi esposa, Eva, en ese entonces de treinta y cuatro años, la estábamos pasando mal, y la razón era que yo sufría de disfunción eréctil.

Nunca antes nos había pasado algo así, y me sentía horrible, Eva y yo nos conocimos en la secu y nos hicimos novios rápido y por supuesto nos acostamos en seguida.

Cuando estábamos en prepa, Eva quedo embarazada, ella tenía dieciséis entonces, y dio a luz a una hermosa bebita un mes antes de cumplir diecisiete.

Así empezó nuestra familia, nuestros papas nos ayudaron y gracias a eso no solo pudimos terminar la escuela, sino que durante esa época, no nos quitábamos las manos de encima, al punto de que cada año la familia siguió creciendo.

Para no hacerles el cuento largo,solo diré que producto de nuestro amor y nuestra calentura, nacieron en total cinco hijas, por alguna razón el destino quiso que solo tuviéramos mujeres.

Nombramos a la mayor Paola, ella tenía quince cuando esto sucedió, luego vino Lorena, dos años menor, de trece entonces, la tercera fue Mariana, de doce, y de último dimos la bienvenida a las gemelitas, la mayor por media hora es Carla y la mas chiquita es Andrea, ambas de once entonces.

Después de las gemelas decidimos detenernos, por que ya eran bastantes bocas que alimentar, pero siempre nos quedamos con ganas de un niño y le dije a mi mujer que no se operara, por si se daba la oportunidad.

Desgraciadamente, mientras crecían las niñas, producto de la rutina y la vida aburrida de un trabajador común y corriente, nuestra relación se fue enfriando, Eva y yo ya no teníamos relaciones muy frecuentemente, al punto de que dejamos de hacerlo casi por completo y luego, de plano ninguno de los dos hacia el intento, llegando al final al punto donde ni siquiera se me paraba.

Me sentía mal por ello, Eva no se merecía eso, pues aun después de cinco crías, ella aun era una mujer muy bella, de un metro setenta de altura, piernas largas, un enorme par de pechos que solo creció con la maternidad, copa DD en ese entonces, una cinturita estrecha por que Eva hacia ejercicio, caderas grandes de tanto parir chamacas y un culote bastante llamativo también por el ejercicio, si a eso le agregan que ella es clara de color, ojos verdes en forma de almendra muy bonitos, largo cabello marrón claro y un par de labios gruesos, creo que entenderán por que me costó trabajo contenerme al principio.

En fin, nuestra vida transcurría tranquilamente hasta este punto y yo solo pensaba que era lo que nos toco vivir, pero todo habría de cambiar por una simple decisión mía.

Decidí añadirle una pieza mas al segundo piso de la casa, pensando que si algún día queríamos intentar tener al niño que queríamos, necesitaríamos mas espacio.

La decisión en si no fue el detalle, sino a quien le encargué la obra.

Se trataba de un vecino que vivía cruzando la calle justo en frente de nosotros, un hombre divorciado que vivía solo, albañil de oficio y que a ninguno de los vecinos les caía bien.

Su nombre es Diego, un tipo nefasto pero que cobraba barato y decidí que el ahorro valía la pena, aun que tuviéramos que soportarlo.

En ese entonces el rondaba ya los cincuenta y un años creo recordar, alto, de un metro con noventa de estatura, grueso como un toro y con ambos brazos cubiertos de tatuajes completamente, cabello negro ya un poco canoso y barba un poco larga y desaliñada.

En realidad era un tipo intimidante.

En fin, la obra comenzó y lo teníamos en la casa una buena parte del día, cosa que si bien yo elegí, no me dejaba muy tranquilo, le dije a Eva que me avisará a la menor señal de problemas con el, pues yo tenía que ir a trabajar.

No era una obra pequeña si contamos que el dijo que podía solo, por lo que no contrate a nadie mas, le tomaría unos cuantos meses el terminar, y durante los primeros días no pareció haber problema, le llamaba a Eva para preguntar si todo estaba bien y ella me decía que si, que el estaba ocupado y que ni hablaba con el casi.

Después de menos de una semana, deje de llamar, todo parecía en orden.

Fue hasta como alrededor de la segunda semana que note algo un poco raro, note que Eva sonreía mas y se estaba vistiendo un poco diferente de como usualmente lo hacia, un poco mas destapada de lo normal, y como ya dije, Eva tenía bastante para mostrar, por lo que el cambio no paso desapercibido, sin embargo, no le tome mayor importancia y no le dije nada al respecto.

Seria hasta la tercera semana cuando por fin descubrí la razón.

Ese día, la oficina solo trabajo medio día, pero se me olvido comentarle a Eva, a eso de la una, ya iba rumbo a mi casa.

Las niñas llegaban de la escuela como a las dos, por lo que pensé en relajarme un poco mientras llegaban, en eso iba pensando cuando me estacione, sin mas entre a mi casa y fui a la cocina, prensando que ahí encontraría a Eva, pero no había nadie en la cocina.

Pensé que había salido, después de tomar un poco de agua pensaba irme a tirar en el sofá de la sala, pero al pasar por la escalera, me percate de un leve sonido, no pude identificar que era, pero me acorde que Diego debería estar trabajando, por lo que pensando en ir a ver como marchaba todo, subí las escaleras.

Al subir, note que no se escuchaba ruido de trabajo, cosa que era rara, al acercarme, note que la puerta de mi habitación estaba entreabierta y luego escuche ese sonido una vez mas, esta vez con mucha mas claridad, se escuchaba como un sollozo.

Me acerque unos pasos mas, pero cuando estaba como a cuatro pasos de la entrada, vi algo que me dejo petrificado.

En la puerta de mi cuarto había colgado un espejo casi de cuerpo completo que usaba yo para arreglarme cuando Eva estaba usando el de junto a la cama.

Pues en ese momento, la imagen del espejo me dejo inmóvil en cuanto la vi.

O mejor dicho, en cuanto…los vi.

En medio de mi habitación estaba parada Eva, pero no estaba sola…Diego estaba ahí con ella.

Ella estaba parada de frente a la cama y Diego estaba pegado justo detrás de ella, Eva estaba en ropa interior y el también, y el estaba manoseandola con ambas manos.

Su mano derecha estaba metida abajo de su brasiere, manoseando su teta derecha y la izquierda metida por dentro del frente de sus calzones, jugando con las partes intimas de mi Eva.

Luego escuche el sonido una tercera vez y pude presenciar que se trataba de un gemido de Eva, ella estaba gimiendo de la manoseada que Diego le estaba dando.

“Así te gusta, ¿verdad, perrita?” escuche su ronca voz.

“Hmmm….,”fue todo lo que ella contestó en otro gemido mas.

“Eres toda una zorra caliente, Eva, me encantas,” el declaró.

“Diego, por favor, dejame ya, las niñas no tardan en llegar, por favor,” dijo Eva entre gemidos.

“¿y tu creés que eso me importa?, por mi no hay problema que tus hijas vean que clase de perra es su mamita,” el gruño.

“Eres un desgraciado,” se quejo ella.

“Y tu la puta sucia que vino solita a ofrecerme las nalgas, pendeja, a ver, niegalo” respondió el.

Ella solo se quedo callada, sin responder nada, aceptando así sus palabras.

Yo estaba impactado, acababa de escuchar que mi esposa se fue a ofrecer a ese cabrón.“

Las niñas,” Eva insistió.

“Relajante, aun nos queda como una hora, además, cuanto antes empiezas, antes vamos a acabar, así que ya sabes lo que tienes que hacer, ponte de rodillas como la perra que eres y usa esa boquita tuya para ponérmela dura,” el ordenó.

Eva solamente se detuvo por un segundo y a continuación se volteó y obedeció la orden que recibió.

Yo no podía creerlo, Eva estaba siendo insultada, el le llamaba perra y todo tipo de calificativos insultantes y ella lejos de protestar, obedientemente hacia lo que el le ordenaba, como si no le importara.

No podía creer que esa fuera mi mujer, jamás había visto a Eva de esa manera, no podía yo concebir como era que ella parecía disfrutar mientras ese bastardo la trataba de esa manera.

Vi a Eva hincarse y usar sus dos manos para bajarle los boxers y en cuanto lo hizo, casi pego un grito del susto.

La vergota mas grande, gorda y venosa que jamás había visto casi le pega en la cara a Eva, esa madre era enorme, nunca había visto nada parecido, ni en las pornos que a veces veía a escondidas.

Esa pinche vergota fácil media mas de veinte centímetros y se veía horrenda, obscura y grotesca.

Pero la cara de Eva me dijo que ella no veía lo mismo que yo, ella lo veía con unos ojos hambrientos, como si esa monstruosa barra de carne fuera su comida favorita.

Eva no dudó ni un instante, la vida abrir su hermosa boca y pegar sus carnosos labios en la cabezona de esa verga.

“Así, bonita, saboreala toda, como te enseñe,” el jadeó.

Vi con una mezcla de asombro y horror como Eva se la estaba mamando al vecino de enfrente, y la forma en la que lo hacia se veía súper erótica, no creo que nunca se haya visto ella así mientras me la chupaba a mi, ella nunca vio a la mía de la forma en la que miraba a la de el.

La chupaba de una manera tan sensual, como si esa vergota fuera el amor de su vida, no creo poder describir mejor lo que estaba presenciando esa tarde.

No creo que sea fácil de entender para la mayoría, como fue que me quede ahí parado viendo mientras mi mujer me ponía los cuernos, pero deben de entender que aquello era algo muy impactante para mi, mis piernas no me respondían, mi garganta estaba como cerrada, las manos me temblaban, estaba como pasmado.

Y por la razón que fuera, el ver a Eva de esa manera, el verla comiéndole la verga a otro hombre me pareció la cosa mas erótica que había visto en mi vida.

Ver una porno te la puede poner dura, pero no es lo mismo ver a una mujer que ni conoces ni te importa, a ver al amor de tu vida en esa misma situación.

¿Que si me gusto de inmediato?, la respuesta es no, sentía nauseas y casi ganas de vomitar, pero a medida que seguí viendo, mi propia verga reaccionó a lo que mis ojos percibían.

Podría sentirme asqueado, pero eso no significa que solo eso sentía, las personas son mas complejas de lo que la mayoría cree, y no es tan raro ver algo y sentir cosas distintas ante una misma situación, era asqueroso y erótico al mismo tiempo para mi.

Se me paró de ver a mi mujer con la boca llena del tolete de otro cabrón, así de simple.

De pronto, vi como el agarraba a Eva de su cabello, y usándolo como riendas, empezó a controlar la velocidad y profundidad de la mamada que ella le estaba dando, y Eva se dejo manipular sin objeción alguna.

“Cada día se sienten mas ricas tus mamadas, dentro de pronto, ya serás una experta mamadora de vergas, Evita,” el declaró.

Eva solo gimió sin sacársela de la boca, a modo de agradecimiento.

No mentiré, mi corazón se rompía a pedazos mientras miraba a mi esposa de rodillas ante otro hombre, rindiendo pleitesía a su enorme cabezona de una manera que ella nunca hizo conmigo.

Eva siguió en eso por espacio de cinco minutos mas, los sonidos húmedos y asquerosos que brotaban de su boca era increíbles.

“Yo creo que ya es suficiente, belleza, es hora de que disfrute de esa sabrosa panocha tuya,” el declaró.

Eva se saco la verga de la boca y solamente se le quedo viendo, esperando ver que orden le daba.

Diego solo sonrió satisfecho al verla, era obvio que estaba complacido con ella.

“Ya sabes que de perrito es como mas me gusta cojerme a mis perras,” el pronunció.

Eva se le quedo viendo un segundo mas y luego se puso de pie y se empezó a quitar la ropa interior, tanto brasiere como calzones, a continuación, ya desnuda, se subió en nuestra cama y se empinó, dejando su culo viendo hacia el.

Eva solo le miraba, como esperando que entrara en acción.

“No te hagas pendeja, sabes que si quieres verga tienes que rogar por ella,” el gruñó.

“Diego, eres un hijo de puta, solo hazlo de una puta vez que ya es tarde,” Eva contestó impaciente.

“Te lo dije desde el primer día, si quieres ser mi perra tienes que ganarte el privilegio de que yo te haga mi perra, así que ponte a rogar como la puta sucia que eres,” el insistió.

“No, mi amor, no lo hagas, no le ruegues a ese malnacido, no lo hagas,” pedí en mi mente, ya era suficiente dolor el ver lo que estaba por pasar, no quería que encima de verla engañarme, la viera humillándose ante ese hijo de puta, desgraciadamente, yo sabia que mi deseo seria ignorado.

“Diego, eres un hijo de tu putisima madre, no sabes cuanto te odio, pinche basura humana, lo único bueno que tienes es esa puta verga despiadada y eso enormes huevos tuyos, sin ellos no valdrias nada, maldigo el día que decidí acercarme a ti, daria lo que fuera por no haber probado esa vergota, pero lo hice,.maldita.sea, lo hice…y ahora no puedo pasar un puto día en paz por que me la paso pensando en esa rica verga, es tu maldita culpa que ahora solo en esa pinche monstruosidad pueda pensar, así que ahora haz lo que te plazca, basura, ya ganaste, ya soy adicta a que me metas la verga, así que hazlo, metemela hasta los huevos, taladrame mi panocha de mujer casada, hazme una perra sucia que engaña a su amado esposo con una puta basura verga larga como tu, ven y disfruta lo que te robaste, perro!” Eva proclamó y cada palabra de esa proclamación se sintió como un clavo mas en mi corazón, las palabras no alcanzan para describir lo horrible que sentí al escucharla.

“Espléndido!, maravilloso!, por fin estas volviéndote mi puta ideal, así me gustan mis perras esclavas, sucias, groseras, obedientes y rogonas, no sabes lo mucho que me gusta agarrar a pirujas mojigatas y orgullosas como tú y doblegarlas, hacerlas adictas a mi pitote y verlas humilladas suplicandome que me las coja,” el bastardo se regodeaba presenciando la sumisión de mi mujer.

“Bien hecho, puerca, ahora abrete tu misma esas nalgotas, quiero que tu misma me ofrezcas esa panocha casada tuya, quiero ver como chorrea sus jugos, suplicandome que la agarre a vergazos!” el ladró.

Jamás en mi vida había conocido a semejante malparido como Diego, jamás imagine que existiera un hombre tan perverso en este mundo, que no solo disfrutaba robándose a la mujer.de otro, sino que aparte se deleitaba rompiéndola, destrozando su orgullo y sometiéndola de una manera cruel y despiadada, tratándola peor que basura solo por el gusto de verla humillándose ante el, les juro que me rechinaban los dientes de la furia y la impotencia que sentía.

Siempre fui un tipo tranquilo, no recuerdo cuando fue la última vez que me peleé con alguien y ciertamente no sabia hacerlo, el intervenir solo lograría que me matara a golpes un malnacido mucho mas grande y fuerte que yo.

Y tampoco diré que no se me ocurrió ir a la cocina por un cuchillo, y enterrarselo en la barriga, pero eso seria ir a prisión y dejar a mi familia desprotegida, simplemente no podía hacer eso, y lo que era mas, mi cuerpo no me respondía, mis pies parecían estar pegados al piso y mis manos temblaban sin control.

Ese mismo día, descubrí no solo que mi mujer me engañaba con el albañil, sino que también descubrí que yo era una basura cobarde, en mi mente no hubo ninguna duda, estaba perdiendo a mi mujer por que no me la merecía, me aborrecía a mi mismo.

Eva, mientras tanto, obedeció una vez mas, y usó ambas manos para separar sus enormes y redondas nalgas, dándole a el una vista en primera fila de los encantos que ya le pertenecían.

La maldita mueca de orgullo en su cara mientras mi esposa se separaba las nalgas para el casi me hace vomitar, no podía creer lo que veía en ese espejo.

“Eso es, perra, así me gusta, aquí viene la verga de tus sueños, belleza, preparate” el declaro mientras alineaba su verga con la mojada panocha de Eva, luego, de un solo empujón, se la metió completa, hasta que sus huevos chocaron con sus piernas de ella.

Vi a Eva arqueando la espalda en cuanto le llenaron el coñito de carne, y la expresión de su cara me decía que ella sentía que el someterse a el había valido la pena.

“Ya esta hecho mi reina, mi verga gorda dentro de tu puto coño infiel, ahora mueve ese culo y ordeñame rápido o tus hijas van a venir y van a encontrar a su mami todavía ensartada,” Diego dijo de manera burlona.

Eva no dijo nada y solo comenzó a mover sus caderas empalandose ella misma.

Ver a mi mujer así es algo que nunca olvidare, encima de nuestro lecho conyugal, en posición como si fuera una rana al borde de la cama, con su culo saliendo de la cama y ese malnacido disfrutando mientras ella se humillaba sola.

“Eso es, mas rápido, mueve ese culo mas rápido, dejame disfrutar mas de esa estrecha panocha casada!,” el maldito seguía ladrando sus odiosas ordenes y Eva le obedecía sin decir mas nada, solo gimiendo para el.

“Olvidarlo, aun no eres lo suficientemente buena moviendo el culo para lograr hacerme venir lo suficientemente rápido, aun tengo que adiestrar a este culo enorme un poco mas antes de que lo logres” dijo el y agarrándola de la cintura, empezó a embestirla salvajemente.

“Ay…dios mio…ah…es tan grande….ah…,” Eva ya no podía ni hablar de la cojida tan profunda y frenética que le estaban dando.

“Eso, sigue aullando, perra, como debe de ser!” el seguía sobajando implacablemente a mi mujer.

No se en que momento sucedió, les juro que no me di cuenta cuando fue, pero cuando vine a ver, ya me había sacado la verga del pantalón y estaba chaqueteadome viendo a mi mujer siendo cojida por Diego.

“Eso…ah…bastardo….metemela hasta el…ah…fondo…” Eva seguía obedeciendo, esa ya no era mas mi mujer, ya era su perra-esclava de Diego, y el pensar eso me dolió en el alma.

Siguieron cojiendo en esa posición por espació de veinte minutos mas, al parecer esa posición era la que a los dos les agradaba mas, por que nunca hicieron por cambiarla.

“Ya estoy cerca, mi reina,” informó el cerdo.

“Afuera…ah…sin condón….ah…afuera…,” alcanzó a decir Eva entre gemidos.

“Sigue soñando, pendeja, ya te dije que las perras infieles como tu no se merecen condones y tambien quiero que te lo metas en la cabeza,” el ladró, mientras vi como se inclinaba sobre ella y su mano izquierda se enredaba en su cuello y la derecha la agarro del cabello fuertemente.

“Tu ya no eres libre, piruja, este sabroso culo ya es mio, podrás estar casada con ese pobre diablo, pero las nalgas de la perra infiel de su esposa son mías, ¿entendiste?.

“Te…ah…odio…” Eva le miraba con un desprecio que el parecía disfrutar.

“Odiame todo lo que quieras, estúpida, de todas maneras no cambia el hecho de que esta deliciosa y apretada panocha ya es mía, y tu solo eres una mas de mis puercas,” el declaró, “quiero oírte declararlo!” el ordenó.

Eva se quedo callada, aun existía resistencia en ella, por minúscula que esta fuera.

“Eres terca, perra, dilo!” el ladró.

“No!” ella se resistía.

“Dilo!, o te juro que te lleno de leche la panocha!” el gritó.

“Eva, mi amor, no por favor….no lo hagas, no le des el gusto a ese bastardo…no te sometas…no dejes que te arrebate tu libertad, mi cielo, te lo suplico…” en mi mente rogaba fervientemente mientras mi maldita mano y mi inmoral pito seguían enfrascados disfrutando del espectáculo.

“Pu…puer…ah…ca…” escuche la débil voz de Eva.

“No…cielo…no…” una lágrima rodó por mi mejilla

“No te escucho!” el ladró.

“Puerca…” Eva ya estaba a un paso de su total rendición.

“Habla bien!, dilo completo!” el bastardo aumento la intensidad de sus embestidas, decidido a terminar de destrozar el orgullo de mi mujer a metidas de verga.

“Soy…tu…puerca…” Eva por fin no pudo resistir mas, la derrota de mi mujer ya era completa.

“Di mi nombre, quiero escucharte decir a quien le perteneces,” el no estaba satisfecho, quería mas y lo vi apretar su mano alrededor de su cuello, aun no era suficiente para el.

“Soy…tu puerca…soy la puerca de…Diego..ah…mi culo…le pertenece…a Diego…”vi una lágrima rodando por su mejilla, esa lágrima rodó cuesta abajo, llevándose consigo el orgullo de mi mujer.

“Jajajaja…al fin!, otra perra infiel a la que le rompo el orgullo, una zorra mas para mi colección de puercas amaestradas, jajaja…” el desalmado se reía a carcajadas mientras seguía cabalgando a mi mujer.

“Esto hay que celebrarlo, y tu sabes bien como vamos a hacerlo, ¿verdad, mi puerca?” el preguntó, pero ya sabia la respuesta, incluso yo la sabia.

“Aquí viene….disfruta cada gota, mi hermosa puerca…” el gruño mientras se la enterraba hasta el fondo.

Eva ya no dijo palabra alguna, ya su mente derrotada no podía oponerse a el aun cuando sabia bien que el no tenía la mas mínima intención de perdonarla.

Todo lo que salio de su boca fue un leve chillido mientras sentía la caliente leche de Diego llenando su vientre.

El la mantuvo en posición, aun con una mano en su cuello y otra en el pelo, asegurándose que no escapara mientras el seguía disparando su leche dentro de la panocha de mi amada.

“Ah…nada como vaciar la leche de tus bolas dentro de la esposa de otro pendejo, sobre todo cuando la perra altanera te odia, jajaja…” el malnacido proclamó victorioso, mientras disfrutaba de llenar de leche la vagina de la esposa de otro…de la mía…”

No pude mas, en ese momento, viendo la lecheada que le estaban dando a mi Eva, me vine, y el tiro fue tan poderoso que salio volando hasta caer en el espejo.

Y justo cuando mire esa gota, al lado de ella, vi la sonrisa macabra de ese lunático, y sus ojos viéndome fijamente.

Me asuste, casi pego un grito y como pude me escapé, me fui corriendo escalera abajo mientras me guardaba el pito y por último, salí corriendo de la casa, sin dirección alguna.

No sabia ni por que corría, solo no pude detenerme hasta que me falto el aliento, en ese momento, me di cuenta que había llegado a un parque que quedaba a unas seis cuadras de mi casa.

Arrastre mis pasos hasta llegar a una banca y me deje caer pesadamente en ella.

No se cuanto tiempo me pasé ahí sentado, estaba como fuera de mi, como si mi alma hubiese abandonado mi cuerpo.

Miles de pensamientos se arremolinaban en mi cabeza y mientras esto sucedía estaba desconsolado.

No es todos los días cuando ves a tu mujer sometiéndose ante el peor patán que jamás hayas conocido, no todos los días tu vida se cae a pedazos frente a ti.

Odie todo acerca de ese día, la odié a ella, por entregarse a ese perro, lo odie a el infinitamente mas por maltratar de esa forma al amor de mi vida, pero por sobre todo, me odie a mi mismo mucho mas que incluso a el, por que solo pude observar mientras la madre de mis hijas era rebajada a nada mas que una esclava sucia y grosera que se sometía a un bastardo inmisericorde que disfrutaba humillándola a placer y por si fuera poco, todavía disfruté de la inmoralidad de ambos, goze viendo a mi esposa aullar de placer mientras ese puto desalmado usaba su demoniaca verga cabezona para someter a mi mujer, degradándola a mas no poder, volviéndola una perra esclava, a quien yo no era capaz de reconocer.

No tengo idea de cuanto tiempo pase en esa banca, pero deben haber sido horas, y probablemente me habría pasado ahí hasta el anochecer, pero un sonido y una vibración me sacaron de mi trance.

Era mi teléfono.

Al ver quien era, rechine los dientes.

“Diego” se leía en la pantalla, ese bastardo todavía tuvo el descaro de escribirme.

“hola cobarde,¿sigues con vida?” se leía en mi pantalla.

“Hijo de toda su puta madre” grité a todo pulmón, espantando a mas de un transeúnte.

“Contesta, maricón!” el insistió.

“Te voy a matar, perro!!!” le escribí.

“Jejeje, sabia que seguías vivo,” respondió.

“Estas muerto,” respondí.

“No lo creo, si no te dan los huevos para matarte, mucho menos te dan para matar a alguien mas, cobarde,” fue su replica.

Estaba bufando del la furia y la impotencia, por que sabia que el tenia razón.

“¿Que es lo que quieres?” fue lo que le respondí.

“Te gusto el show?” el hijo de puta no conocía la vergüenza.

“Chinga tu puta madre,” sin mas tecleé

“Mi mama no le llega ni a los talones a tu mujercita, jajaja” al parecer su gusto por la humillación no se limitaba a las mujeres.

“Te vas a ir al infierno, desgraciado,” fue todo lo que pude replicar.

“Cierto…pero basta de estupideces, mira, la cosa esta así, a mi me encanta cojerme a tu mujer, a ella le encanta todavía mas que yo me la coja y a ti…mi cornudo amigo…te fascinó vernos cojiendo” se leyó en mi pantalla.

“Mentiras!” bufé de indignación.

“¿Mentiras?,ok entonces dime ¿quien le disparo un lechazo al espejo?” preguntó.

Su pregunta me dejo sin respuesta, como podía negar sus palabras, en el espejo estaba la prueba de que decía la verdad.

“¿Lo vez?, no puedes contestar, y no puedes por que sabes que es verdad,” fue lo que el explicó “mira, Ricardo, solo yo te vi, Eva estaba ocupada disfrutando mi leche para fijarse, pero yo te vi ahí parado, jalandotela mientras me cojia a tu vieja,” el bastardo sin duda me vio.

“Y que quieres, que te de las gracias?” estaba indignado.

“Pues de hecho no estaría mal, pero me conformo con que te des cuenta de algo,” leí.

“¿De que?” pregunté.

“De que en realidad, nadie perdió nada aquí”

“Estas chiflado,!” respondí molesto.

“No, estoy mas cuerdo todavía que tu, piensalo…tu nunca podrías hacer lo que yo hago, nunca podrías complacer a Eva como yo puedo,” escribió.

“La trataste peor que a la basura,” repliqué.

“¿La viste resistirse?, la respuesta es no, y la razón es que, por incomprensible que a ti te parezca, asi le gusta a ella ser tratada, yo solo hice lo que a ambos nos gusta, a mi dominarla e insultarla y a ella ser dominada por un macho fuerte y agresivo que la ponga en su lugar, el lugar donde ella quiere estar,” el declaró

“Imposible!” no le creía.

“No me creas si no quieres, pero fíjate como a estado estos días, esta alegre, ahora ya sonríe, ya no se siente insatisfecha, y yo le di eso, no tú” el escribió.

Sus palabras me hicieron pensar, y me di cuenta de que era verdad, el tenía razón, estos últimos días, la bella sonrisa de Eva se veía a diario.

“Lo repito, aquí nadie perdió, ni siquiera tu, por que si yo soy un macho dominante y Eva una hembra sumisa y masoquista, tu eres un cornudo masoquista no menos depravado que nosotros dos.” sus despiadadas palabras no cesaban.

Yo por supuesto, sabia lo que era un cornudo masoquista y tenía que admitir que la descripción encajaba conmigo a la perfección, sufrí viéndolos, pero también gozé, y no lo podía negar, ni a el ni a mi mismo.

“Digamos que puedes tener algo de razón, de todas maneras prefiero nunca disfrutar tal placer de nuevo,” me sincere.

“Lo siento, eso no podrá ser, a mi me encanta Eva y a ella le encanta mi tolete, y ni tu ni nadie va a evitar que nos veamos,” el escribió.

“Llamaré a la policía,” estaba furioso con su descaro.

“¿Y les dirás que?, ¿que metan al albañil en la cárcel por que te bajo a tu vieja?, eso va a estar divertido, además, tienes mucho mas que perder que yo si eso sucede” leí.

“De que hablas,” mis cejas, no entendía.

“Mira,” fue lo que escribió y a continuación me mando una foto del culo de Eva, con el coño goteando su leche.

“Esta la tome cuando te fuiste, supuse que querrías verla,” escribió.

“hijo de puta!” le mande.

“Que pasaría si los ojos de alguien mas ven está fotito, digamos…¿los vecinos?, o ¿los compañeros de las niñas?

“Estas enfermo,” escribí.

“Estamos, marica, estamos, tu no eres mejor que yo, una basura cobarde que disfruta de que le pongan los cuernos y no tiene ni los huevos de admitirlo,” fue lo que leí.

No pude responder a eso, no había forma de negarlo, y aun si pudiera negárselo a el, no podía hacerlo conmigo mismo.

“Mira, es sencillo, te gusta, a mi también y a Eva igual, nada tiene por que cambiar, no tiene por que haber pleito entre nosotros, yo te prometo que no dejaré que esa sonrisa se vaya de su rostro y a ti te prometo que nunca te faltará material para que goces todo lo que quieras, Eva ya me ha contado de tu problema, pero mis ojos vieron que la tenías bien parada hoy, vernos te alivio, y estoy casi seguro de que ya no se te va a parar de otra manera, rey,” el declaró.

Yo sabia que el solo quería preservar lo que tenía, le encantaba disfrutar de doblegar a una mujer ajena, pero también era cierto que había verdad en sus palabras, era cierto que hoy no tuve dificultad para tener una erección al verlos, no lo podía negar.

“Mira, tomate unos minutos, pensarlo y Respóndeme cuando te lo hayas pensado un poco,” el bastardo ahora quería jugar al comprensivo.

Baje el celular, completamente exhausto emocionalmente y mi mirada se perdió en la distancia, con dirección a mi casa.

Eran muchas preguntas y toda sonaban al mismo tiempo en mi cabeza.

¿Puedo vivir con eso?¿ella lo dejaría si se lo pido?¿que pasara si la confronto?¿podría soportar si ella me deja por el?¿que seria de mis hijas si nos divorciamos?¿de verdad ella es feliz siendo tratada tan mal?¿puedo detenerlo? Etc…

Estas y miles mas de preguntas rondaban mi cabeza, pero en eso, vi algo que me dio una especie de epifanía.

Vi a un par de viejitos paseando por el parque, una señora y un señor, la señora en silla de ruedas, y el señor empujándola con paso calmado, sin prisa.

Quizás yo este loco, pero lo que pensé mientras los observaba fue lo siguiente:

*el no esta en silla de ruedas, si ella no estuviera, el podría ir a un paso mas rápido, a un paso normal, quizás incluso correr, pero a el eso no le interesa, si ir con su mujer es ir a paso lento, el va a ese paso con una sonrisa, feliz de salir con su esposa al paso que sea, el paseo no se trata del como, sino del con quien,” así pensé.

Que importaba quien le dio la sonrisa a Eva, ella la tenía y eso era todo, por mucho que me doliera, ese enfermo tenía razón, Eva era mas feliz ahora, y si ella era feliz, lo demás no importaba, y yo no tenía derecho a juzgarla por ello, si no fuera por mi incapacidad de darle lo que ella requería, ella nunca hubiera siquiera volteado a ver a alguien mas, mucho menos ofrecerse a otro hombre, eso fue mi culpa, yo cause eso, y ahora, no tenía derecho a quitárselo aun si ella me lo permitía.

Es curioso como algo tan simple como ver a una pareja de viejitos paseando te puede cambiar la vida, al menos yo puedo decir que así fue para mi.

Tome aire, y volví a sacar el teléfono, habían pasado como quince minutos desde que el me dijo que lo pensara.

¿Como va a funcionar esto? fue mi respuesta.

“Simple, tu regresa a tu casa con tus hijas y tu mujer y pretende que aquí nada ha pasado, del resto yo me encargo,” respondió rápidamente, y juro que casi podía ver esa odiosa sonrisa en su cara dentro de mi mente, pero por mucho que la odiara, si aguantarla significaba ver la hermosa sonrisa de Eva, pues encontraría la forma de hacerlo, tendría que, ese seria mi castigo por ser un mal esposo.

Y de esa forma, tomando aire, me enfile de vuelta a casa, ya a eso de las cinco de la tarde, mi hora usual de llegada, en lo que a mis hijas respecta, ese día fue como cualquier otro, pero para mi y Eva fue un día que nos cambio la vida a ambos.

Por supuesto, solo yo sabia que así fue para mi, solo yo y el enfermo sabíamos, ese día, Sonreí al ver la cara radiante de Eva mientras me sentaba a la mesa, e hice mi mejor esfuerzo para olvidar que fue lo que puso esa sonrisa en su bello rostro, fue una bonita tarde, la familia se sentó a ver una película luego de comer y Eva se acurrucó a mi lado, tenía mucho que no lo hacia.

Yo rodeé sus hombros con mi brazo y con una sonrisa en ambas de nuestras caras, nos pusimos a ver la película, tratando ambos de olvidar a la bestia que invite a nuestra casa y que ya se había devorado a mi esposa.

Desafortunadamente para mi familia, no se me ocurrió algo básico sobre las bestias.

Entre mas grande es la bestia, mas alimento consume, Diego era una bestia descomunal, y yo cometí el error de pensar que un solo trozo de carne era suficiente para saciar su hambre.

 

No tardaría mucho en darme cuenta de mi error, pero eso lo dejare para otra ocasión.

 

Aun así, les evitaré el suspenso…no fue así…ni de cerca….

 

P.s. si has llegado hasta aquí, te agradezco tu tiempo y tu paciencia, espero te haya gustado y me puedes dejar en los comentarios lo que piensas de mi relato, sea bueno o malo me encantaría saber.

¡Saludos!.

DonNadie

 

14210 Lecturas/1 noviembre, 2022/7 Comentarios/por DonNadie
Etiquetas: culo, hijo, infiel, madre, mama, mayor, vagina, vecino
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Mi sobrina agustina de 8 añitos (9) (Lourdes)
Mis experiencias, el inicio con mis hermanas y mi vecino de 60 años
Se derrumba mi heterosexualidad A mis 15 parte 2
MI SOBRINA DESDE LOS CINCO 2
CON SU MADRE EN LA CAMA DEL LADO
CONTINUACIÓN DE .- CON MI PRIMER NOVIO LE FUI INFIEL A MI ESPOSO. PARTE 2
7 comentarios
  1. sergiobr Dice:
    1 noviembre, 2022 en 9:09 pm

    Muy interesante, usualmente recurren al morbo para enganchar, pero tu descripción de la decepción y cólera por lo que veía hacer a su esposa lo hace mas creíble y mas morboso. En lo personal me gusto y espero la continuación. Buen relato

    Accede para responder
    • DonNadie Dice:
      3 noviembre, 2022 en 9:20 pm

      Agradezco el comentario, intentare que se ponga aun mejor, Saludos!

  2. Anthony8602 Dice:
    2 noviembre, 2022 en 7:31 pm

    Mira entretenida pués si, mórbida por la escena de sexo, pero a mi que me considero una persona que no tiene desviaciones (gustarme la humillación por ejemplo) pues me quita la excitacion en una escena de sexo.

    En cuanto al marido es estúpida su conclusión, puedo entender que el reaccionará o mejor dicho no lo hiciera al ver esa escena, que quizás se wxgitsra, pero no necesitaba pelearse con el tipo para pararso, bastaba con decir algo, que ella se diera cuenta de que el lo había visto y luego irse de casa, en ese lapso ella lo he haría al amante y luego el regresaba para hablar y mandarla mucho a chinhar su madre.

    Pero obvio, la historia está pensada en cornudo consentido, todo en ella lo hace notar, como siempre el amante ese alto, y como no con una verga descomunal, un comentarista dijo que era creíble, para mí es el cliché más grande de las historias de consentidores, así que eso de creíble ni siquiera un poco.

    Si la hubieras hecho, que el marido al verla hiciera ruido y luego confrontar la y ver si el la perdonaba xq el admite que la dejo de atender ok lo aceptaría o la separación, y cuando ella vea que el pijudo solo la quiere para eso se arrepentirá.

    Eso hubiera dado más credibilidad a la historia.

    Y ya lo que insinúa al final es ya asqueroso, su hijas de 15 la de 13 y la de 12 y las de 11 también se van a acostar con el tipo ese? Habrá sexo con menores de edad en la continuación? La madre dejará que el tipo se coja a sus hijas y el estúpido del marido también? Vamos, clichés y más clichés, una lastima, pudo haber sido una historia diferente, pero es una más del montón…

    Accede para responder
    • DonNadie Dice:
      3 noviembre, 2022 en 9:16 pm

      Agradezco tus comentarios, tomaré en cuenta tus comentarios.
      Saludos!

  3. Thor4332 Dice:
    3 noviembre, 2022 en 3:55 am

    Muy buen relato muy cachondo, ya quiero leer lo que contínua

    Accede para responder
    • DonNadie Dice:
      3 noviembre, 2022 en 9:19 pm

      Que bueno que te gusto, espera la segunda parte pronto

  4. LAEGARCIASW Dice:
    6 noviembre, 2022 en 3:27 pm

    Pues si es verdad, es una situacion que te toco pasar, un conocido tiene algo similar la esposa se la coge un amigo cercano, a lo largo de como 8 años, ya es consensuado, esperamos escribas mas.

    Accede para responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.076)
  • Dominación Hombres (3.208)
  • Dominación Mujeres (2.507)
  • Fantasías / Parodias (2.493)
  • Fetichismo (2.184)
  • Gays (20.178)
  • Heterosexual (7.053)
  • Incestos en Familia (16.091)
  • Infidelidad (3.951)
  • Intercambios / Trios (2.690)
  • Lesbiana (1.063)
  • Masturbacion Femenina (713)
  • Masturbacion Masculina (1.508)
  • Orgias (1.692)
  • Sado Bondage Hombre (406)
  • Sado Bondage Mujer (146)
  • Sexo con Madur@s (3.521)
  • Sexo Virtual (220)
  • Travestis / Transexuales (2.189)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.130)
  • Zoofilia Hombre (2.024)
  • Zoofilia Mujer (1.590)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba