La casa de pueblo de mi suegro 3
Tras unos meses de volví al pueblo de mi mujer. A casa de mis suegros… .
Ya hacía unos meses que no habíamos vuelto a la casa de pueblo de mis suegros. Yo, después de lo que ocurrió la última semana que estuvimos allí, tenía unas ganas tremendas de volver. Estaba bastante nervioso, no sabía si mi suegro querría volver a jugar conmigo o lo dejaría pasar. Además, me daba un poco de miedo de que nos pillasen. Me pasé el camino hasta el pueblo dándole vueltas a que podría pasar, casi no hable.
A mi mujer se le veía ilusionada por volver al pueblo y ver de nuevo a sus padres. Al fin, llegamos. Ella se bajo del coche, entró en casa a saludar, mientras yo entraba las maletas. Mientras ellos charlaban en el comedor, yo entre al cuarto a dejar las maletas. Al principio, no me di cuenta, hasta que de repente, vi un bote de crema Nívea en la estantería.
Me quedé un poco sorprendido, eso no estaba ahí hace unos meses, ni nosotros usabamos crema… Quizá la había dejado mi suegro… No, habría sido mi suegra… En fin, deje las cosas y salí de la habitación. Me saludaron y charlamos un rato.
Mi suegro, no me prestaba mucha atención, como solía ser normal en el, por lo que me seguía creando la duda de si ocurriría algo más.
A la mañana siguiente, mi mujer se levanto temprano y salió de la habitación. La escuchaba hablar con su madre mientras tomaban café. Entró a la habitación y me dijo que se iban a saludar a sus tías.
Se me aceleró el corazón… Me iba a quedar solo con mi suegro. Ufff
– Esto… Os vais ya… Tu y tu madre?.. Solas?..
– Si, si, yo y mi madre… Vamos a saludar y en un rato venimos
– Ah.. Bien… Vale..
Se marcho… Y yo seguí en la cama. Aún en pijama… Sin saber muy bien que hacer, si salir de la habitación, vestirme… De repente, tocan a la puerta de mi habitación
– Eh.. Si?
-Hola Rubén… Puedo pasar?
Buff, era mi suegro!
– Eh.. Si, claro.. Pasa, pasa…
La habitación estaba aún a oscuras. Yo solo llevaba un pantalón de pijama para dormir. Se abrió la puerta, entraba la luz de la calle. Veía la silueta de mi suegro. Su tripa pronunciada, sus boxers anchos… Mientras entraba en la habitación y se dirigía a la estantería
– Aún durmiendo Rubén? Fue largo el viaje ayer?
– Eh, no, no… Todo bien, ya estoy despierto, solo estaba aquí.. Tumbado
– Ya veo… Has visto la crema que te dejé?
La había dejado él! Estaba seguro..
– Eh.. Si..
– Y sabes para que es?
– No…
– Esta crema, lubrica mucho, lo sabías?
Una punzada de excitacion me recorrió todo el cuerpo. Note como mi pene se puso duro al instante. Veia como había cogido el tarro, lo sujetaba con una mano, mientras con la otra, le quitaba la tapa
– Ahora, es mejor que te gires y te pongas sobre el borde de la cama, de espaldas
Apenas dude. Me incorpore un poco, y fui hacia el borde de la cama, como me había pedido. El estaba junto al borde también, con el bote en la mano
Me tumbe sobre la cama, de espaldas a el. Notaba mi cuerpo temblar de los nervios y la excitacion. Mi pene estaba totalmente duro, excitado. Lo notaba apretado contra mi tripa y la cama.
– Ahora, te pondré crema, tranquilo, te pondré bastante. Bajate el pantalón, por favor.
Yo seguía temblando, baje el pantalón
La habitación estaba a oscuras, entraba un poco de luz por la puerta semi abierta. La había dejado así para poder escuchar si venían las mujeres. Apenas veía lo que ocurría, solo la penumbra.
De repente, note un dedo resbalar por la raja de mi culo. Detenerse en mi ano, frotarlo.. Entrar en mi ano! Volver a coger crema y repetir la operación. Restrega el dedo por el ano, entrar en mi ano. Esta vez, se detuvo un poco más en mi ano. Se sentó junto a la cama, y notaba como urgaba mi ano, como ponía crema, como lo agradaba, lo excitaba.
– Creo que ya esta. Le escuche decir mientras se levantaba y se ponía detrás mio
Escuchaba su respiración, tranquila, detrás de mis piernas
Una mano apoyarse en la cama, mientras note una cosa dura rozarse en mi ano
Con su pene buscaba mi entrada
Note como se acomodaba detrás mio. Otra vez el roce. Está vez ya se quedo ahí la cosa dura.
Note como empuja, como algo grande y duro trataba de abrirse paso en mi ano. Mi reacción fue la de cerrarme. El se mantuvo firme, presionaba con su pene mi entrada
– Relajate, quieres… Tranquilo, que terminaré pronto. Me he reservado estos días para ti
Esto hizo que me excitase más aún. Había preparado este encuentro. No solo tenía ganas de cogerme sino que había guardado su leche para este día.
Ahora si note mi ano abrirse, algo duro entrar. Me hizo daño. Mi culo se abrió mucho. Me sentía lleno, empañado. El se detuvo dentro de mi, para buscar una buena posición para poder moverse y para que mi ano se acostumbrase a su pene.
Su pene no era de un tamaño enorme. No era muy largo, pero si era grueso. Un capullo grande, de color morado, cabezón. Un tronco grueso, blanquecino, recto. Sus huevos, grandes, arrugados, con pelos carnosos.
Empezó a moverse. No lo hacía muy rápido, pero si extendía sus movimientos. Entraba a fondo, salía despacio, empujaba a fondo, se detenía y salía. Volvía a empujar, se detenía y salía.
Así estubo un tiempo. Notaba que mi culo cada vez absorvia mejor las embestidas, me notaba gemir cada vez que entraba dentro de mi. Presionaba su barriga contra mi culo, me aplastaba contra la cama, me presionaba.
El también comenzó a gemir. Incremento un poco el ritmo. Yo tb el de mis gemidos. Hasta que se detuvo dentro de mi y note como se corría.
Ah.. Aumm, aumm
Le escuchaba gemir a cada borboton de semen que salía de se pene dentro de mi ano. Se estaba corriendo bastante. Me aplastaba contra la cama y notaba como su capullo palpitaba dentro de mi ano, echando semen y más semen.
El seguía gruñendo, disfruanto por haberme llenado el ano con sus semen. Hasta que por fin se incorporo y se acerco a mi cara
Vi la silueta de su pene colgando, semi flácida, a la altura de mi boca. La tomaba con su mano y me la acercaba a la boca.
Abri la boca y le chupe. El sabor era súper fuerte. A restos de crema, a restos de mi ano, a restos de su semen. Así le chupe hasta que se le quedo flácida del todo.
Vi que se subía el slip y dejaba el bote de crema en la estantería.
-Bueno, ahora ya sabes para que es la crema
Y se fue mi habitación
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