La chica de las frutas (Parte 1)
Parecía de 13 o 14 años. Todas las mañanas me hacía fantasear la chica que vendía fruta en un semáforo..
Tenía 36 años de edad, casado, un par de hijos y un negocio que venía cosechando éxitos desde hace 5 años. Mi rutina fuera de casa consistía en moverme entre una y otra de las sucursales de mi empresa, y ocasionalmente en visitar clientes o proveedores.
Un día de esos, detenido en un semáforo de una avenida que transitaba con regularidad, vi a una muñequita vendiendo cocteles de fruta en recipientes desechables. Quiero describirla para que entiendan de qué hablo. Una muñequita morena; de cabell0 negro, lacio y largo que rebasaba su cintura; más o menos de 1.50 m de estatura y muy delgadita; sobresalían unas diminutas chichis; apenas se pronunciaba la curva de su cadera; su cinturita era una cosa diminuta y exquisita; aparentaba 13 años, máximo 14; de origen humilde; con una camiseta muy delgada y ajustada que dejaba ver su ombligo y su cintura; tenía también un shortsito de mezclilla. Mientras la saboreaba la verga se me ponía dura.
La luz cambió a verde y me dispuse a dar la vuelta para volver a verla. Allí seguía y esta vez la llamé para mirarla mas de cerca con el pretexto de comprarle un vaso con fruta. Le llamé con la bocina del auto y se acercó de prisa, muy alegre moviendo su cabello largo. Noté que mientras venía miraba mi auto admirada. No hacía mucho que estaba estrenando un Mazda negro hermoso.
Cuando llegó solo me dio el vaso diciéndome que eran quince pesos. Le dije: «¿Y esos ojitos cuánto cuestan?». Se sonrojó inmediatamente sin atinar a decir nada. Me reí y le dije también: «Cuando sepas me dices, porque se me antojan más que esta fruta». Por fin logró decir «gracias» con una carita llena de nervios. Le pregunté: «¿Aquí estás todos los días?», me dijo que si. «Mañana paso entonces», le dije y me fui con una erección tremenda.
Lo dije en serio. Al día siguiente pasé pero media hora más temprano que el día anterior. Traía puestos unos jeans y otra vez su cinturita desnuda. Le llamé otra vez, corrió hacia mi moviendo su cabello suelto, admirando el auto y con una gran sonrisa. Cuando llegó me recordó e inmediatamente se carita se llenó de nervios. Le dije que no se asustara. Le pagué con un billete para que tardara en darme el cambio. Mientras buscaba monedas le dije: «Qué boquita tan bonita, seguro que esos labios están mas dulces que toda la fruta del mundo». No esperaba una respuesta pero me sorprendió diciendo: «Pues no sé». No desaproveché la oportunidad y le dije: «¿Y si me dejas averiguarlo?». Dominó sus nervios y me sonrió my coqueta. Me di el cambio y me fui después de comérmela con la mirada.
Seguí pasando todos los días. Daba dos o tres vueltas para verla a mis anchas, antes de llamarla y comprarle fruta. Le coqueteaba cada vez más. Al tercer día me dijo su nombre. Al cuarto día me dijo que acababa de cumplir 14 años aunque aparentaba menos. Al quinto día supe que no tenía novia. Y para cuando la semana terminó supe que terminaba de trabajar a las 12 del medio día y que se iba a trabajar a otro lado donde entraba a las 2 de la tarde y salía a las 8 de la noche.
Decidí entonces que la semana siguiente me tendría que ofrecer a llevarla a su otro trabajo cuando terminara en la venta de fruta para entonces hacer mío ese cuerpecito tan delicioso.
Antes de terminar esta primera parte del relato quisiera contarles que el quinto día estaba más apetecible que nunca. Su cabello caía libre sobre su espalda sobrepasando su cintura, como siempre, pero esta vez se veía que lo había cepillado y echado hacia atrás con una diadema morada. Traía una camiseta también morada, pegadita, que no alcanzaba a cubrir su cintura ni su ombligo. Muy probablemente su corpiño estaba ya muy desgastado y débil porque aunque se notaba que lo traía, sus pezoncitos sobresalían exquisitos. Por si fuera poco, debajo de la cintura traía una faldita amarilla, de esas anchas o voladas (no estoy seguro como se les llame), como de tablones, muy ligera, y lo mejor, a medio muslo. Se veía deliciosa.
No tenía dudas. Me determiné a hacerla mía.
La historia promete, pero no la hagas en relatos can cortos, un saludo.
Dominación de Hombres es la temática donde un hombre es abusado y sometido. Favor de respetar los temas y géneros.
Muy corta la historia.
En espera de la siguiente historia. No nos hagas esperar mucho