La Educacion de Sara (I)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A sus veinticuatro años, Sara era la reina del barrio y se ufanaba de ello. Media un metro setenta, de largos brazos y piernas, cabello negro azabache y un cuerpo bien proporcionado en le que destacaban sus pechos abundantes. Su rostro era un poco anguloso, pero de bellas facciones y con unos ojos de un profundo color avellana. Su unico maquillaje habitual era un carmin muy rojo y un poco de rimel en las pestañas. Pero lo peor era su forma de ser. Con altaneria y desprecio hablaba de los hombres que habia humillado y se reia de ello con sus amigas. Aunque esto ultimo lo supe cuando me dejo.
Sin saber como, despues de conocernos en un pub, empezamos a salir juntos y yo no podia creer la suerte que tenia. No es que sea feo, pero se que no soy el tipo de hombre que vuelve locas a las mujeres. Asi que cuando andaba por la calle junto a ella mis amigos me envidiaban y sus amigas se reian.
En los dos meses en los que estuvo conmigo, sus promesas no cumplidas me mantuvieron en un grado de excitacion que solo podria soportar masturbandome a menudo y dandome duchas frias.
Vestia de una forma muy provocativa, con grandes escotes, breves faldas, zapatos de tacon alto y comportandose como si fuesemos a hacer el amor un instante despues. Un instante que nunca llegaba.
Un dia me cito en un hotel con la promesa de que veria realizados mis sueños. Cuando entre en la habitacion que ella habia reservado, la encontre vestida tan solo con unas minusculas braguitas y un sujetador a juego que enseñaba mas que ocultaba y sentada en un taburete. Me miro y me dijo que era el dia que tanto habia esperado. Me acerque a besarla y me dijo que no, que ibamos a jugar a algo. Me pidio que me desnudara y me tendiera en la cama. Excitadisimo me desnude tan rapido que creo que bati mi record personal.
Por toda la habitacion quedaron las prendas y yo desnudo en medio de la cama. Ella se sento sobre mi tripa y senti su sexo sobre mi, lo que me hizo alcanzar una ereccion monumental. A escasos centimetros sus pechos amenazaban con desbordarse por encima del sosten. Me miro picara entre su cabello que caia. Vi que metia la mano bajo la almohada y sacaba unos trozos de cuerda. Me senti mareado por un calor que recorria todo mi cuerpo. Segundos despues estaba atado por las muñecas al cabecero y por los tobillos a las patas de la cama. Se aparto y me miro alli, indefenso, con el pene tieso… y empezo a reir y a reir.
Al principio sonrei, pero poco a poco me fui dando cuenta de que todo era una burla. Ella saco una maquina fotografica y disparo varias veces sobre mi, desde diversos angulos. Despues telefoneo y dijo algo muy bajo que no pude oir. Le pregunte a quien habia llamado y volvio a reir. Unos minutos despues llamaron a la puerta y vi a tres de sus amigas partiendose de risa ante el espectaculo.
Una de ellas llevaba otra camara e hizo varias fotos mas. Las insulte, las maldije, las amenace, pero solo consegui mas y mas burlas. Cuando pudo sosegarse un poco, Sara se puso una falda y una blusa, cogio su bolso y con sus amigas se alejo por el pasillo. Para mas regodeo, habian dejado abierta la puerta de par en par.
Ademas de la vergüenza terrible que pase en el hotel hasta que me descubrio una camarera y me desato un botones, tuve que encontrar copias de las fotos por algunos locales que frecuentaba, con las consiguientes puyas de los que me reconocian. Tuve que dejar de aparecer por algunos sitios y discuti con algun gracioso, pero durante todo el tiempo juraba que Sara me las pagaria.
Llevaba semanas sin verla cuando me entere, por la novia de un amigo que tambien pensaba apuntarse, que mi victima planeaba ir en las proximas vacaciones con otro grupo de chicas a las Canarias, durante todo el mes de agosto. Me parecio el momento ideal para llevar a cabo mi plan, pues asi nadie la echaria de menos.
A finales de julio, ya tenia todo preparado en el chalet de mis padres, que estaban de crucero por el Caribe y que no volverian hasta finales de septiembre.
continuará
Autor: Anonimo
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