La fábrica del señor Smith, la elección
Decisión, deseo, el señor Smith encontró su destino.
En el momento que el señor Smith terminaba y pausaba su narrativa, mi mente no podría procesar tanta información, mi mano no podía escribir con tanta claridad, era tanto el morbo y la excitación que yo no estaba en mis cinco sentidos.
Decidi en un momento de autocontrol enfocarme en lo que estaba haciendo, y siendo esta mi primera oración durante más de una hora, dije en tono serio.
Yo: Podemos continuar…
El señor Smith volteo a verme y solo sonrió y asintió con la cabeza.
Sr. Smith: Después de ese día, y esperanzado a que la señora Ernestina, mamá del pequeño no regresara, salió a caminar por la mansión y en efecto encontró que doña Ernestina no había asistido a laborar, sin más detalles y el tampoco quiso indagar transcurrió el día normal, sabía que la acusación de una sirvienta no serviría de nada para manchar el nombre de tan prestigiada persona.
Al día siguiente, mi padre apenas al levantarse salió hacia el cuarto de lavado, no con la finalidad de encontrar a su primer victima, si no, que había dejado una playera que quería usar ese día.
Al entrar al cuarto, lo primero que vio fue a Ernestina doblando unas sábanas que recién salían de la secadora, al verla sus ojos buscaron por toda la habitación para ver su instrucción había sido realizada pero no encontró nada.
Ernestina: Señor, de verdad medité mucho lo que me pido y después de un largo día, he decidió hacer lo que me pidió, solo que le va costar un extra cada vez que quiera usar a mi pequeña.
Sr. Smith: Esas palabras en la cabeza de mi padre taladraron lo más profundo de su ser, la señora no sabía que había liberado a la bestia que realmente era, así que mi padre se dio la media vuelta y saliendo con dirección a su habitación, tomo un fajo grande billetes, regreso y se los aventó en el suelo, “toma, el dinero no es problema, ahora dame lo mío zorra”
Ernestina: “Vanessa, hija sal” el joven amo quiere verte
Sr. Smith: El pequeño que ahora era Vanessa salió de la puerta del baño, con un vestido rosa y unas mallas blancas, con un poco de rubor y labial en su rostro, y una peluca de risos dorados.
Mi padre al ver esto, se lanzó sobre de ella y sin decir más saco su pene erecto introduciéndolo en la boca, con una demencia que asustaba a cualquier persona.
La pequeña boca de aquella nueva mujer, era violada tan salvajemente que las lágrimas rodaban de su tierno rostro, al ver esto la madre se acercó para comentarle a mi padre que lo hiciera con cuidado, cual fue su sorpresa que mi padre en su demencia, le arrancó la blusa y la inco a un lado de su pequeña, exigiéndole que chupara el culo de su pequeña, con la lágrimas en los ojos accedió.
Aquello era un salvajismo interminable, la madre una señora ya de 40 años, gorda y con unas tetas enormes, chupaba el culo apretado de lo que un día fue su hijo y hoy no era más que la exclava sexual de su patrón.
En un momento mi padre paro y de un jalón volteó a la pequeña dejándola en cuatro con todo el culo ensalivado por la madre, se disponía a penetrarla cuando de su sucia cabeza, surgió una idea.
Bajate la falda y el calzón, rápido, le exigió a doña Ernestina, que obedenciendo aquella indicación, dejó ver una vagina llena de pelos, algunos blancos, y al abrirse de piernas mi padre empujó la cabeza de su juguete sexual obligando a chupar la concha peluda de su madre, en este empujón clavó su enorme trozo de carne en el culo aun lastimado de la pequeña Vanessa.
Los gritos de Vanessa, los gemidos de la madre y los bufidos de mi padre orquestaban la mejor melodía para un depravado como el, era feliz, era libre…
Despues de más de 1 hora de sexo anal, mi padre colocó a las dos cachete con cachete y sin más se dedicó a brotar chorros de leche en la cara de ambas, hasta la última gota quedó impregnada en su rostro, exigiendo al terminar que la pequeña Vanessa lamiera todo lo que su mamá tenia en su cara.
Mi padre se levantó, ya no era el mismo, ya no era humano, ya no era conciente, solo le importaba su propio placer.
Ernestina, mencionó, apartir de hoy Vanessa es mi puta personal, olvídate de llevártela ella vivirá aquí en mi casa, tu no te preocupes por que dirán mis padres, cada semana te daré la misma pasta o más, dependiendo qué tal se comporte conmigo Vanessa.
Entre más sumisa sea, más dinero tendrás tu y tu familia.
En mi cabeza más o menos sabia hacia donde se movía la famosa empresa Smith y asociados, pero que lejos estaba de entender lo que pasaba, y más lejos estaba de poderme concentrar con lo erecta que estaba mi verga dentro del pantalón, no aguante mas y pedí pasar al baño al señor Smith, mi segunda frase de la noche, “Me permite su baño”
Obviamente sabía a lo que hiba a lo cual me mencionó.
Sr. Smith: El baño para invitados está el finalizar el pasillo, solo lo voy a esperar 20 minutos, no más, mi tiempo es valioso.
20 minutos, jajajaj una paga de 5 minutos y regresó, pense entre mi, más sin embargo al llegar al baño, no encontré escusado, o letrina, no había nada mas que solo un foco viejo de una lámpara ensendido, estaba dispuesto a salir cuando una mano me sostuvo y volteando rápidamente a ver, entendí que mi suerte se había disparado ese día, una rubia de no más de 22 años, con los ojos vendados sin ropa y con unas tetas enormes sostenía mi brazo, buscando desesperadamente mi bragueta, ya no pensaba con claridad y recordando que tenia 20 minutos, baje mi cierre, saque mi pene y lo introduje de un golpe en la boca de aquella rubia exquisita.
Mi primer pensamiento, “será trabuco”, no le
hiba a quedar con la duda, a lo cual me agache un poco y pude notar que si era una mujer biológica, la cual tenía una vagina llena de pelos güeros, y el culo por igual, no me desepciono, al contrario la mababa con tanta expertos, que mis bolas no tardaban mucho en arrojar la leche que había acumulado con tan calientes historias.
En ese punto ya no aguantaba más y deje salir toda mi leche en su boca, me metí el pito nuevamente en el pantalón y saliendo apresurado llege y me senté nuevamente enfrente del señor Smith quien a su vez me comentó.
Sr. Smith: Que suerte la tuya, apenas vamos comenzando y ya probaste las mieles de la lujuria, espero te quede leche, por que lo que viene está mejor…
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