La Fábula del Osito de Peluche
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Clepsidra.
Poco a poco, ese osito de peluche había aprendido sin darse cuenta, a humillarse delante de una mujer, y empezaba a ser lo que más deseaba en este mundo.
Todo empezó cuando tan solo era poco más que un osito pre-adolesente, con aquella maestra de Inglés, cuando apenas alcanzaba la edad de 11 años, ¡Ay, pobre osito!, cuantas veces le hizo llorar como una niña en el pasillo, aquella maestra. Aquella maestra le humillaba e incluso le castigaba muchas veces sin motivo, y él muy sumiso sin protestar salía de la clase y se ponía a llorar. Pero llegó un día en que aquella maestra no consiguió hacerle llorar nunca más, ¿y cómo lo consiguió aquel osito?, la razón fue bien simple, aquel osito comenzó a desear besar los pies de su maestra, deseó verse de rodillas ante ella, castigado y humillado, y empezó a comprender su existencia. El pobre osito había vendido su alma, por no llorar. Pero si solo hubiese sido esto, ese pobre osito habría podido recuperar su alma, al cambiar de curso.
Pero un día en su adolescencia, cuando sus hormonas pedían paso a gritos, se empezó a dar cuenta que de sus compañeros ositos, colgaban hermosos y grandes penes, y que él en cambio solo tenía un triste maní entre las piernas. ¡Ay pobre osito!, deseaba más que nunca volver a los pies de su profesora, para ser duramente castigado. Pero no fue así, y ahora este pobre osito, busca a esa mujer que le vuelva a hacer llorar como a una niña, y le permita estar a sus pies, que lo castigue y lo humille…
…Y será por esta razón que decidió atreverse a conocer a esa mujer dominante…pero llegó el día que esa mujer solicitó tributo de su sumisión, y le exigió que la complaciese en el plano sexual, donde tantas veces había perdido un poco más de su dignidad como osito. Una vez en situación, el osito miedoso, tenía vergüenza y escondía su pequeña cosita. Pero esa mujer le exigió una vez más que llevase a cabo lo que la lógica de una situación sexual requiere. Y el osito temeroso consigue erectar porque sabe que le falta poquito para ser humillado, introduciendo su pequeña cosita en ese anhelante volcán de deseo por ser sexualmente complacida, que es una mujer. Y una vez la hormiguita es absorbida por el torbellino, la mujer le dice al osito. ¿Eso es todo lo que puedes ofrecerme? Porque con esto no tengo ni para empezar.
Y deberás entender osito mío, que aunque te quiera, tu mini pollita, no es digna ni complace mi volcán. Y deberé hacerte cornudo, muy cornudo, ya que hay grandes osos con grandes pollas y con mucha pasión por dar a mi volcán. ¿Y sabes lo que creo?, que en la cama, eres poco más que un osito maricón con una minipollita. .Pero no te preocupes osito mío, tu has nacido para hacer felices a las mujeres de otra manera, yo te enseñaré…y tu aprenderás, porque no tienes otra opción.. ni voy a dejarte otra opción. Aprenderás a ser feliz estando siempre, entre el suelo que piso y mis tobillos…ese va a ser tu lugar, ya que el resto de mi cuerpo ya no es para ti.
Aprenderás a vivir entre mis tacones y mis esmaltes de variados colores, y ese será tu universo. Y desde ése, tu nuevo hogar, podrás disfrutar de la única manera que puedes ser útil para una mujer. Y no te sientas humillado porque a partir de hoy te trate como una osita más que como un osito, pero eso siempre me ayudará a recodar porque te puse allí. Y acéptalo osito mío, sabes que se te va a dar mejor llevar un delantal entre las piernas, que un condón. Y siempre podrás recodar el olor y el sabor de mi piel, cada vez que regreses a tu hogar..mis pies. Pero te aconsejo que nunca decidas traspasar mis tobillos, no te dejes llevar por la aventura ni por la autodeterminación, ya que si traspasases mis tobillos, encontrarías grandes peligros para los que no estás todavía preparado. Ay osito mío, cuanto me veo obligada ha hacerte sufrir, pero que te quede bien clara una cosa, todo…absolutamente todo te lo mereces. Y aún más… lo veo necesario, ya que yo, como mujer dominante, me encargaré personalmente de que no vuelvas a molestar a ninguna mujer, ni nos vuelvas a hacer perder el tiempo, y pasarás de mis pies, a los pies de otra mujer, para estar siempre bien controlado, hasta el final de tus días.
Y créeme osito mío, algún día llegarás a comprender tu única posibilidad y existencia con las mujeres, y ese día llegará y te darás cuenta por ti mismo, porque suplicarás ser castrado, y se te concederá tu deseo, porque serás tan sumiso y estarás tan domesticado, que ya podrás ir solo sin que te acompañen de la mano. Y entonces volverás a tu hogar sin preguntarte ni cuestionarte nada…serás feliz sirviendo a una mujer y sometiéndote a todas sus peticiones y humillaciones. Y ahora osito mío abajo, ves abajo…que ya no te vea, que solo te sienta… en mis pies..
Y es así que dicho esto, aquel osito acabó de vender su alma a aquella mujer, para comprender un estado superior de entrega al que muy pocos ositos estaban dispuestos a llegar. Pero él lo deseaba, como una necesidad, que despierta cada día junto a él, como una sombra de un sol…que nunca atardece.
Con Cariño, de un esclavo psicoanalizado por si mismo.
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