La mañana que conocí a Carlos (Sexta Parte)
Adonis llega al Rancho de Héctor. (la verdadera historia “no contada” en la Quinta Parte) .
Héctor conduce mientras plática con Adonis del Rancho que posee, dedicado a la crianza de caballos, le manifiesta el gusto que le produce que venga a vivir con él, que ya era tiempo de estar juntos, -en el futuro Adonis va a heredar-, tienes que conocer cómo funciona el negocio, el contrato de trabajo que tengo con los vaqueros. ¡Algún día serás el dueño!
El sol de la tarde ilumina los verdes árboles y campo; había poco tráfico en la carretera, puedo escuchar el silencio del campo y el ruido del viento que refresca el ambiente, tenía una sensación como si fuéramos transportados a otra dimensión; luego de varios kilómetros de ensoñación dejamos la carretera atrás, giramos de dirección a la izquierda para adentrarnos en un camino de grava enmarcado por una hilera de árboles a ambos lados, del camino, mientras más avanzamos más mágico se transformaba el paisaje, súbitamente se manifiesta la entrada del Rancho de Héctor. Ya en la propiedad lejos de la entrada, vienen a nuestro encuentro vaqueros a caballo, que se apresuran a recibirnos, se desmontan y agitando sus sombreros en mano, dan gritos de júbilo de bienvenida; -querían conocer de cerca en el momento de su llegada, el anunciado hijo del patrón. –
Héctor se detiene, sale del coche, los saluda a todos de la mano, ellos con sombreros en mano sobre el pecho, inclinan su cabeza a manera de respeto
- Muchas gracias, por esta agradable bienvenida, sobre todo por el ánimo de ustedes y no hay mejor momento que ahora, aquí, en el campo, ¡para que conozcan a mi hijo!
Adonis baja del coche, se dirige hacia cada uno de ellos extendiéndole su mano. -El primer contacto con cada uno de ellos- Siente las ásperas y grandes manos que aprieta, que lo hace estremecer; ellos corresponden del mismo modo, con agrado, con miradas seductoras y sensuales, cautelosos lo saludan y fijan su mirada en los ojos de Adonis que no logra comprender lo que ven; hombres muy guapos, atractivos, hasta el grado de que el feo es más guapo, -Adonis nunca había sentido el deseo de estar con otro hombre que no fuera Héctor– aquella tarde sintió que su vida cambiaria, siente una fuerte atracción por aquellos hombres de piel bronceada por el sol, vestidos con ropa y bota vaquera, sus camisas desabonadas de pecho y mangas remangadas hasta el codo; lo que más le sorprendió fue comprobar, que todos son hombres velludos y algunos muy velludos y como se ha de esperar, brazos fuertes y manos grandes. Adonis se sintió terriblemente seducido y atraído por cada uno de ellos durante el apretón de mano, con cada uno y de un modo diferente, Adonis parado frente a ellos, lo miran con deseo, lo percibe y le corresponde, -no tienen temor de mostrar su gusto por otro hombre y más si es guapo,- a penas se acerca a saludar, Adonis percibe el olor tan diferente que transpiran aquellos hombres, olor de ranchero, hombres que trabajaban montados a caballos todo el día, sudan bajo el sol sobre sus monturas todo el día; puso especial atención en ver cómo montaron sus caballos, verle sus Jeans desgastados por el uso, cómo se les marcaban las piernas y sus nalgas, ¡Adonis se excitó!
Adonis observa la carretera pensativo y extasiado, permanece en silencio en lo que va del camino, Héctor siente el cambio de ánimo de Adonis, lo mira de reojo varias veces, le nota la leve sonrisa en sus labios y el brillo de sus ojos
- No has dicho nada, ¿te quedaste sin habla?, ¿Te gustaron los vaqueros?
- Si, mucho, nunca había sentido tanta atracción por otro hombre que no fueras tú, todos los días veo hombres en la calle, en el colegio, en el gimnasio, algunos me han gustado, pero ¿estar con ellos?, ¿coger con ellos?, es otra cosa, no se me antoja, no como contigo, pero estos hombres, tus vaqueros, son muy diferentes, sus miradas, sus olores, su energía, me impactaron demasiado
- Te entiendo, yo también siento mucha atracción por ellos, como ellos la sienten por mí; me agrada la idea de que te sientas atraído por ellos, porque es muy seguro que ellos sentirán mucha atracción por ti, así será más placentero que vengas a vivir conmigo, consintiendo mis deseos de estar con hombres, con plena conciencia de lo que hacemos podremos vivir momentos increíbles, de satisfacción sana y plena, de lo que puedes estar seguro es que ninguno me gusta como ¡tú!
- No entiendo, ¿por qué no te importa? que me sienta atraído por esos hombres o por otros hombres, ¿no te dan celos?, ¿Hay entre ellos… o tu con ellos alguna relación de pareja?
- No, no me dan celos, las relaciones entre nosotros, son sexuales no amorosas, algunos de ellos, a veces se relacionan como pareja, pero al final se dan cuenta que tener pareja implica atadura, porque el juicio moral de nuestra psique a si nos lo demanda, entonces, deja de ser agradable la vida en el Rancho, nos distrae del trabajo, se pierde el gozo de la total independencia del placer en el sexo, ¡Ahora bien!, siempre debe existir el muto acuerdo en la preferencia de ese día o momento
- ¿Qué quieres decir con… “la preferencia de ese día o momento” ?, ¿tú nunca amaste a mamá?
- A tu madre la amaré siempre, tu fuiste el resultado del amor en una noche desenfrenada de placer; ahora bien…, si preguntas ¿si… fuimos pareja?, no, no lo fuimos, nos veíamos para coger, ¿Qué si… nos amábamos?, sí ¿Qué fuiste concebido en el amor?, sí, pero no fuimos pareja, tu madre tenía sus relaciones con otros hombres o mujeres e igual yo, solo que con hombres. Lo que quiero decir con tu pregunta es que un día o momento te puede gustar ser activo y otro día o momento deseas ser pasivo
- ¿Me hiciste prueba de ADN, cómo sabes que soy tu hijo?, yo soy muy blanco y güero y tú en cambio eres blanco, pero moreno,
- Si, lo hice, solo para confirmar lo que ya sabía y salir de dudas, tienes el gen recesivo de tu madre, güera de ojos claros como tú, ¡lo velludo! me lo heredaste y tu verga es como la mía, la conozco muy bien
- Ya lo se puto……, recuerdo cuando veía la tuya de niño…, me impresionaba mucho
- Estos cabrones vaqueros tienen unas vergas deliciosas, además cogen riquísimo…, quiero ver cómo te cogen
- ¿De verdad quieres eso, quieres que me cojan?, ¿quieres… ver cómo me la meten?
- Si, ¡quiero ver!, ¿tú no?, ¿no quieres ver cómo me la meten otros hombres?
- ¿Pero eso sería infidelidad en la relación, en nuestra relación?
- Para mí no lo es, si existe en mí, la aprobación y mí conocimiento de tu relación con los vaqueros, no es infidelidad, porque lo estoy consintiendo, a veces, hasta lo puedo provocar, es de mi agrado que te gusten y no me importaría que te cojan, o tú a ellos, porque deseo que lo hagas y quiero que tú también lo hagas para conmigo y si eso a ti y a mí nos hace feliz, ¡esta bien!, y me gustaría que te hiciera feliz ¡mi felicidad!, siempre he querido nuestra felicidad, ¡juntos!
- Viéndolo de ese modo…. me confirma mi deseo de verte coger con otros hombres, ¿te gustaría que te viera coger con otros hombres?
- Me encantaría
- ¿Entonces, no sientes celos de verme con otros hombres, o qué, pueda yo desear estar con otros hombres?
- La respuesta es ¡no! En todo caso me harías feliz; además, quiero que le hagas honor a tu nombre ¡Adonis! –“Asociado mitológicamente con un joven de una belleza incomparable, amado por la diosa Afrodita, representando la belleza masculina, la juventud y el renacimiento”– Ahora comprendes los deseos que guardo para contigo, saberte mi hijo me llena de alago, que otro hombre pueda desear mi objeto de deseo…, ¡me excita!
A su llegada a la casa, al bajarse del coche Héctor nota el miembro de Adonis excitado, Héctor abre la casa y le entrega las llaves a Adonis, -informándole que serán sus llaves, para que puede salir y entrar cuando guste- le muestra partes de la casa, mientras lo conduce a la recámara que había preparado para él. Llamó la atención de Adonis el decorado de la habitación: los grandes ventanales con largas cortinas de finas sedas, las argollas y cuerdas que cuelgan del techo sobre la cama grande con almohadones y cojines, sábanas y cobijas de juveniles colores, -en realidad toda la habitación es juvenil.- Héctor le muestra el amplio baño, con tina y regadera, -le manifiesta su interés de que Adonis conozca la regadera en la que se bañaran juntos- Adonis con curiosidad, recorre la casa en la que vivirá de ahora en adelante. Héctor, junto a él, le muestra todas las áreas y sobre todo su habitación, ubicaba a unos pasos de la de Adonis.
- ¿Por qué las habitaciones las tienes decoradas con cuerdas y argollas colgadas del techo sobre la cama?, ¿con esos muebles con formas tan extrañas y sugerentes?
- Las habitaciones son espacios dedicados al descanso y al placer, entenderás por qué la decoración. Luego me cuelgo de las argollas para que varios vaqueros me cojan por el culo o me los cojo yo a ellos, en el Rancho entre nosotros nos cogemos unos con otros, no se acostumbran los celos; ¡aunque luego son interesantes!
- Ya empiezo a entender tu versión de los celos, por lo que veo y escucho de tu boca tienes un palacio del placer, más que un Rancho
- Trabajar diario en el Rancho a todos, nos da una razón de vivir, es algo que tendrás que hacer cuando te hayas instalado y enganchado al ritmo del Rancho, además es lo que da dinero y me permite tener un palacio del placer, ¡como lo llamas!, pero ven, vamos a que te acomodes en tu recámara
Ya en la habitación, Héctor le ayuda a guardar sus cosas en la cómoda, en el closet con espejo y en el botiquín del baño, cuando terminaron, Héctor le dio un apasionado beso de bienvenida a Adonis que abraza a Héctor por el pecho, mientras Héctor le agarra las nalgas a Adonis, que toma la iniciativa de desnudar a Héctor, lame los vellos de su pecho y sus tetillas, regresa a besarlo en la boca, Héctor desnuda a Adonis. Con sus cuerpos libres de prendas se ven, se observan uno al otro, se tocan se acarician los vellos de sus cuerpos y se jalan las vergas. Héctor recuesta a Adonis sobre la cama, le levanta los brazos para oler sus axilas, luego las lame, entre besos en la boca y lamidas en el cuerpo de Adonis, Héctor llega a su verga se la mama, mientras Adonis se retuerce en la cama gimiendo de placer, Héctor se coloca entre sus piernas, las separa y escupe los vellos güeros del pubis de Adonis. Héctor le mama y le chupa su entrepierna, los huevos, la base del pito, lo lame desde abajo hasta la punta, baja su prepucio, le chupa el glande que lo huele, comprueba que sabe a meados, Héctor le escupe, para seguir mamando
- Mámame la verga ¡maricón!
- Te mamo lo que quieras ¡puto de mierda!
Héctor le mama la verga, la chupa y se la mete en la boca hasta la garganta, Adonis toma la cabeza de Héctor para cogerle la boca, luego lo toma de la barba para sentir los vellos gruesos de su quijada, mientras recordaba a los vaqueros que había conocido, recuerda sus bocas como si ellos se la estuvieran mamando y no su padre, el olor de Héctor le hace recordar el olor de los vaqueros, Adonis en el éxtasis del placer, suelta la cara de Héctor, se tira boca arriba sobre la cama, levanta sus brazos sobre su cabeza para venirse en la boca de Héctor, Adonis se la llena de mecos que, Héctor traga y saborea mientras recorre la verga de Adonis de arriba abajo, luego lo voltea para mamarle el culo, entre chupetones, lamidas y escupida, Héctor le mete los dedos por el culo, luego extiende un brazo hacia el buró y toma un lubricante, para su verga y los dedos que le mete por culo a Adonis, -para estimular el esfínter,- Héctor saca sus dedos y se la mete de golpe hasta el fondo, Adonis grita quiere escapar, Héctor se lo impide, lo abraza por la espalda, lo domina y se lo coge una y otra vez sacando y metiendo su verga hasta el fondo, bombeándole el culo mientras Adonis gime de placer, pidiendo que se detenga, por el contrario, Héctor lo suelta del torso, se recuesta sobre su espalda, lo toma de las muñecas para someterlo y cogérselo con fuerza mientras brotan lágrimas de placer incontenible de los ojos de Adonis. que pide que le parta el culo, Héctor se viene en el culo de Adonis que permanece inmóvil debajo de su cuerpo
- Sentí que me violaste
- Lo sé, eso querías, ¿no?, ¿Te gustó?
- Me encanta que me sometas y me violes, que me llenes el culo de mecos
- A mí también me encanta violarte, como dices, no imaginas lo que me gusta cogerte, además, al nuevo en este Rancho por lo general yo soy el primero en cogérselo
- ¿Ósea, como si nunca hubiéramos cogido?
- Si hemos cogido, pero no en el Rancho, luego van a querer cogerte los cabrones, ya los conozco, además contigo está permitido y lo saben……; de nuevo la tienes bien dura, súbete sobre mi pecho siéntate y jálatela, déjame ver cómo te la jalas, vente en mi pecho y cara
Adonis sentado sobre el velludo cuerpo de Héctor, le acaricia su pecho mientras se jala la verga, le aprieta fuerte los vellos del pecho con sus manos, Héctor se retuerce y grita de placer
- Dame tu semen, ¡maricón!
Adonis se viene sobre la cara y pecho de Héctor, luego Adonis recostado sobre él, lo besa en la boca para compartir los mecos, luego acomoda sus nalgas y le caga los mecos que trae en el culo sobre el pubis y la verga de Héctor que siente el calor de mecos que escurre por los vellos de su pubis y besa apasionadamente a Adonis
- Trágate los mecos que cagaste ¡puto!
Adonis se acomoda entre las piernas peludas de Héctor, para tragar los mecos, lame los vellos del pubis y le chupa la base de su verga a Héctor que lo toma por los risos de su cabellera para obligarlo a chupar, lamer y tragar. Luego de reposar un rato, Héctor toma de la mano a Adonis
- Ven vamos a bañarnos muy pronto estará la cena que organicé para ti
- ¿Van a estar los vaqueros?
- Ya quieres conocerlos, ¿Verdad?
- Para que mentirte, si los quiero conocer
- Esta cena es para nosotros dos, ya tendrás tiempo de conocerlos, no corras prisa
Luego de tomar una copa de vino como aperitivo se dispusieron a disfrutar de la cena que Héctor había ordenado para recibirlo aquella noche tan especial. Sólo ellos dos, disfrutan el uno del otro como nunca, entre risas y recuerdos de los baños en la regadera, Adonis relata lo que sintió el día que Héctor le metió el dedo por el culo; el día que Adonis le pudo agarrar la verga, su deseo constante de tocarlo, la atracción que sentía hacia él, Adonis recuerda con agrado hasta los momentos más reveladores en el descubrimiento de su sexualidad, le confiesa en detalle a Héctor la atracción que sintió hacia los vaqueros, atracción que nunca había sentido por otro hombre, a pesar de tener maestros muy guapos, los papás de sus compañeros hombres maduros muy atractivos, nunca se había sentido atraído hacia ellos; en cambio aquí, al ver los vaqueros, pude sentir la energía que emanan, el olor de sus cuerpos, las miradas penetrante de los ojos de todos ellos, me sentí muy atraído, me sentí bien, muy bien recibido. Héctor le relata su versión
- Mi atracción hacia ti empezó cuando tenías siete años, desde pequeño siempre me abrazabas por las piernas, sin darte cuenta tocabas mi verga, luego me excitaba, cuando te cargaba mordías mi barba y yo te invitaba a que continuaras, luego metías tus deditos a mi boca, hasta querías meter la mano. Los juegos se convirtieron en placeres, por eso propuse que nos bañáramos juntos, quería tocar tu cuerpo de niño, la suavidad de tú piel, no puedes imaginar el placer que sentí cuando metiste el jabón y luego tu mano en mi culo, mi deseo era que metieras el brazo, pero el proceso tenía que ser lento amoroso y mutuo, y ¡así ha sido! poco a poco dejaste de ser un niño y te convertiste en un adolescente muy atractivo y mi fascinación se incrementó, ver como tu cuerpo se transformaba en un joven atlético; ser testigo de cómo tu cuerpo se ha poblaba del vello güero que lo cubre, la primera vez que te rasuraste, justos frente al espejo, imitando y siguiendo mis trazos, tu mirada inocente se transformó en pícara y luego en seductora; ahora tu sudor ha cambiado ya no hueles a niño, hueles a hombre, me gusta que no escondes tu olor con desodorantes; ahora me seduce tocar tu cuerpo musculoso y firme, acariciar los vellos que lo cubren, lamerlos, y ni hablar de las velludas nalgas que has desarrollado, tu verga como ha crecido.
- ¿Te gusta mi verga?, ¿Te gusta que sea muy velludo?,
- Sí, me excita mucho el vello en los hombres
- ¿Por eso los vaqueros son tan velludos
- Sí, me excita el olor del vello sudado, sobre todo de las axilas, el pubis y las nalgas, por eso me agrada tanto que hayas heredado la vellosidad del cuerpo, me atraes más, me gusta como huele el vello de los güeros, huelen diferentes a lo morenos
- Entonces es real que me atraigan los hombres velludos y olorosos, pensaba que era pura imaginación mía
- Me agrada que te sientas atraído por los vaqueros son muy guapos y caballerosos, también puedo decir que cabrones. Son los que quiero que te la metan por el culo y por la boca, quiero verte chupar los vellos de todas las partes sus cuerpos, sus axilas y que ellos disfruten igual de tu belleza, de tu atlético cuerpo de tus vikingos vellos güeros, quiero que tú le jodas el culo y le des brazo, que te vengas en sus bocas, sus barbas y sus culos y ellos en ti. Todos son muy machos y muy maricones a la vez, pero, sobre todo, muy leales, luego los irás conociendo poco a poco, hasta me puedo llegar a poner celoso, ¡ríe!
Luego de varias horas de plática, de confesiones y recuerdos, se dieron las buenas noches con un apasionado beso donde hubo mordidas en barba y dedos en bocas, agarres de vergas y nalgas y se retiraron a sus habitaciones, no sin antes Héctor decirle a Adonis
- Pasaré a tu habitación en la mañana para despertarte y tomar otro baño en tu nueva regadera y luego dar un paseo por el Rancho para que lo vayas conociendo
La mañana siguiente Adonis se levantó temprano, se sintió medio crudo se tiró de nuevo completamente desnudo sobre la cama, había sido una noche calurosa y el calor reinaba en la habitación, Adonis había sudado durante la noche se agarraba su verga, pasaba sus dedos por sus huevos, los huele, chupaba sus dedos, huele sus axilas estruja sus dedos para oler y lamer sus dedos. Héctor entra en la habitación vistiendo sólo unos pantalones de pijama, se paraliza viendo Adonis tendido sobre la cama, completamente desnudo, con una mano en su verga y la otra en su boca; lo que provocó la erección del grueso miembro de Héctor que mete su mano por debajo del pijama se jala y acaricia su verga y sus huevos, los vellos de su peludo pecho, mientras admira el juvenil cuerpo de Adonis, que ve como Héctor se está jalando la verga, le dice
- ¡Dame verga! Ven que he sudado durante la noche y mi cuerpo está húmedo y oloroso como te gusta
- Me gusta ver cómo te has desarrollado, creo que tus visitas al gimnasio no debes descuidarlas, para que mantengas la firmeza de tus músculos.
Héctor habla y toca el cuerpo de Adonis, apretando fuerte sus músculos y acariciando los vellos güeros que lo cubren. Tomó la mano de la boca de Adonis para oler y lamer sus dedos, luego se los mete en su boca para chuparlos, Adonis le aprieta la boca y la barba y le mete los dedos en la boca
- Definitivamente la vellosidad la heredé de ti, me gusta tu cuerpo, como huele, siempre me ha gustado; desde niño, sobre todo el olor a hombre que transpiras me excita igual, veo mis fantasías en ti, me gusta tocarte, sobre todo ahora quiero tocar y agarrar la verga que escondes debajo de ese pijama
- ¡Tócala sácala y acaríciela todo lo que quieras, soy todo tuyo!, ¡puto!
Adonis se sienta al borde de la cama, Héctor parado frente a él, Adonis baja el pijama de Héctor dejando en libertad la verga que guardaba, Adonis aproxima su cara al pubis de Héctor para olerlo, Héctor lo toma de los rizos güeros de su cabellera y le dice
- Maricón huele, chupa y lame la base de mi verga
Mientras le estruja en la cara el pubis, Adonis chupa, lame y escupe para volver a chupar, oler y mamar, Héctor se voltea le coloca su culo en frente de la cara, con sus manas separa sus nalgas peludas
- Huele mi culo peludo, lame mi ano chupa mi ano ¡puto de mierda!
Adonis con sus manos toma las nalgas de Héctor las acaricia y las separar mientras le lame el ano, Héctor lo vuelve a tomar de los rizos güeros y le estruja su culo en la boca, Héctor está muy excitado, se voltea y empuja a Adonis boca arriba sobre la cama.
- Ven papi, aquí esta tu nene, te quiero chupar, lamer y escupir el culo, la verga, tu pubis, tu olor me excita, ¿no te has bañado?
- ¡No, quería bañarme contigo!, ¿te gusta cómo huelo?
- Si me gusta, me encanta como transpiras, tu olor lo recuerdo desde que era niño, me gustas más como hueles antes de bañarnos, ¡como ahorita!
Acostados en un sesenta y nueve, se olían sus pubis mutuamente, se chupaban los vellos escupiendo sus vergas, ambos se las mamaban luego de chuparse los huevos, morder sus perineos, meterse los huevos del otro en la boca, lamerlos, se maman las vergas mutuamente, Héctor acostados sobre Adonis le bombea la boca con su verga, Adonis casi se ahoga, aparta a Héctor se acomoda sobre él y le bombea la boca con su verga, Héctor agarra a Adonis por las caderas para tragarse la verga de Adonis hasta sentirla en la garganta, Adonis con la verga de Héctor en la boca gime y le descarga sus mecos en la boca de Héctor que igual no aguanta más y descarga en la boca de Adonis. Luego de venirse en el sesenta y nueve cada uno en la boca del otro, se abrazan para seguir oliendo y chupando los vellos sudados y llenos de semen en el pubis del otro.
- ¿Cuándo organizas una cena con los vaqueros para verlos a todos de nuevo?



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