La primera vez en que varios chicos que me dieron por el culo fue en Playa Perdida….
Un chico pasa la noche en una retirada playa, cuando conoce a varios chicos que le brindan ron y él les comparte su marihuana, juegan la botella y él termina dejándose dar por el culo por todos ellos, y luego por dos de sus amigos que lo encuentran desnudo el la playa..
La primera vez en que varios chicos que me dieron por el culo fue en Playa Perdida…
Por lo general mis dos amigos, junto conmigo, acostumbrábamos a irnos a principio de semana a playa Perdida.
Realmente no sé si ese es el nombre del lugar, pero así nos referíamos a la pequeña playa, que se encuentra bastante retirada del poblado más cercano y de la carretera, de difícil acceso por estar como escondida, entre unos rocosos acantilados.
La cosa es que ellos, a última hora me dijeron para ir a un concierto de rock, pero ya había comprado una buena cantidad de marihuana, por lo que no tenía lo suficiente para pagar la entrada.
Además, como sabía que en el concierto, iban a estar registrando a los asistentes, les dije que los vería al día siguiente en la playa.
Ya había comenzado a caer la tarde cuando llegué, y tras montar mi pequeña tienda de campaña, me preparé un buen tabaco de marihuana, que desde luego me lo fumé yo solo.
Así que, al rato, separé algo menos de un puño, y el resto lo escondí bajo unas rocas, bastante retiradas de la tienda.
Por precaución, ya que, al llegar mis amigos, y si encontraban mi tesoro, sabía que eran capaces de fumárselo por completo, en un abrir y cerrar de ojos, y sin dejarme nada.
Luego mientras preparaba una fogata, volví a preparar otro, pero mucho más pequeño, y tras fumármelo, lo que me provocó fue meterme al agua, por lo que como estaba solo, me quité toda la ropa, y completamente desnudo me tiré al mar.
Así estuve nadando, por un largo rato hasta que comenzó a caer la noche y sentí algo de frío, por lo que decidí salir del agua, y tirarme al lado de la fogata.
Tal como me encontraba, mientras me volví a fumar otro más, y comí unos sándwiches que había llevado, tras lo cual sin vestirme me quedé recostado en una toalla sobre la arena.
Ya había pasado un buen rato cuando no sé de dónde, aparecieron cuatro chicos, como de mi edad, que después de saludarme, uno de ellos me comentó, que la policía en ocasiones pasaba por ese lugar.
Pero de inmediato otro de los chicos, dijo. “Si lo hacen únicamente los fines de semana, para ver si agarran a alguna pareja.”
Eso me tranquilizó, y me di cuenta de que los cuatro, cargaban ya fuera en la mano, o en los bolsillos de sus pantalones, unas canecas de ron.
Yo de inmediato me puse un pantalón corto, mientras que ellos sin que yo los invitase, se sentaron alrededor de la fogata, y tras uno de ellos darse un buen trago, me invitó a que los acompañase a beber.
Así que todos sentados en la arena alrededor de la fogata estuvimos charlando, y bebiendo ron, hasta que a uno de ellos se le ocurrió que jugásemos a la botella.
Un juego relativamente tonto, en el que alguien hace girar una botella, y a quien le apunte el pico, debe cumplir una penitencia, y una vez realizada, nuevamente alguno hace girar la botella, y así sucesivamente.
A medida que fuimos jugando, nos fuimos divirtiendo, ya que la mayoría de las penitencias, se trataban de que a quien le tocaba hiciera algo ridículamente tonto, como imitar a un cantante, a un animal, o cualquier otra cosa estúpida que, a cualquiera de nosotros se nos ocurriera.
Hasta que, de momento, me dieron ganas de volver a prender otro tabaco, pero antes de prepararlo, les pregunté si les gustaba fumar, aunque no les dije que, porque no hizo falta.
Así que a medida que seguimos jugando, fuimos fumando, cuando al más alto de ellos, sus propios compañeros le pusieron de penitencia, que se quitase toda la ropa, y se metiera al agua.
Cosa que él hizo sin protestar, no fue hasta que regresó, como no se volvió a poner su ropa, y se quedó completamente desnudo, que me di cuenta de lo largo y grueso de su miembro.
Aunque mentalmente lo comparé con él mío que, en ese momento, me pareció que era mucho más pequeño.
Y así seguimos jugando, hasta que me tocó perder, quizás por haberme reído tanto, me impusieron la misma penitencia.
Yo nada más me quité los pantalones cortos, y sin más ni más, me volví a meter al agua, pero al regresar, al igual que aquel chico, también decidí quedarme desnudo.
El juego continuó, y en cierto momento volví a perder, por lo que me impusieron de penitencia que, escondiendo mi verga y mis bolas entre mis piernas, e imitase a una reina de belleza.
Por la nota, o por lo mucho que ya había bebido, a medida que comencé a caminar, con mis bolas, y verga ocultos entre mis piernas, moviendo mi abundante cabellera, como si estuviera modelando, sin dejar de reírme.
Pero en cierto momento uno de los chicos, me pidió que dijera unas palabras, como la nueva reina de la playa.
Así que, tratando de imitar la voz de una chica, dije algunas tonterías, tras las cuales todos ellos, incluso yo nos seguimos riendo.
Y fue cuando nuevamente volví a perder, y la penitencia fue que bailara, como si yo fuera una chica, con el chico alto que estaba tan desnudo como yo.
Aunque al principio con voz afeminada dije que no, pero ellos siguieron insistiendo tanto, que finalmente acepté.
Y me puse a bailar, con el que habían elegido mi pareja, quien al principio, se mantuvo a cierta distancia de mi cuerpo, pero de momento, a medida que sus amigos hacían la música con sus bocas y manos.
Él se fue pegando a mi cuerpo, hasta que sentí su dura y caliente verga, un poco más abajo de mi barriga.
Aunque me sentí un poco incómodo, al principio por tener esa cosa caliente, y dura pegada a mi cuerpo, no dije nada.
Y seguimos bailando, pero a medida que lo seguimos haciendo, él fue diciéndome que bailaba muy bien, pegando su pecho al mío, y deslizando una de sus manos hasta mis nalgas.
Sin que yo por lo borracho, o drogado que estaba, siguiera riéndome como una chica, cuando de repente otros de los chicos, del que ni cuenta me di, cuando se levantó.
Se quitó toda su ropa, y se nos unió, pero colocándose de tras de mí, por lo que casi de inmediato sentí también su dura y caliente verga, que lo colocó prácticamente en el medio de mis nalgas.
Mientras que, sin dejar de reírme junto con todos ellos, seguíamos bailando los tres, en esos momentos ellos dos comenzaron a decirme, lo sabrosa que se veían, y lo suaves que se sentían mis nalgas.
Sin que yo me molestase por eso, y hasta sentí como con sus dedos, uno de ellos, me los pasara repetidas veces por sobre mi esfínter, sin que yo me incomodara por eso.
Los tres seguimos bailando, bebiendo, y riendo, cuando uno de ellos, sin dejar de acariciar mis nalgas, acercó su boca a mi oído, y en voz baja, suavemente comenzó a pedirme, que me dejara dar por el culo.
A lo que yo, en el estado en que me encontraba, de momento le dije que no, sin dejar de reírme, pero él insistió tanto, y me dijo que mis nalgas estaban pidiendo a gritos una verga como la del, finalmente le dije que sí.
Por lo que casi de inmediato, me encontré al lado de la fogata, recostado boca abajo sobre mi toalla en la arena, con mis piernas bien abiertas, y mis nalgas levantadas.
En ese momento lo que sentí, fueron sus dedos llenos de saliva que fueron penetrando mi esfínter.
Pero al poco rato los sacó, y de inmediato comencé a sentir la caliente cabeza de su verga, como fue penetrando mi culo, a medida que yo comencé a quejarme pidiendo que me lo sacase.
Hasta que su cuerpo quedó por completo sobre el mío, y sentí como toda aquella cosa se metió por completo dentro de mí.
Así que a medida que él comenzó a meter y sacar toda su verga, una y otra vez de mi culo, yo no sé, pero en lugar de seguir quejándome, y pedir que me lo sacara.
Comencé a mover mis nalgas, y lo más raro de todo, fue que lo estaba disfrutando, y mucho, ya él llevaba un corto rato moviéndose sobre mi cuerpo sin parar.
Cuando su compañero sentándose frente a mi cara, con las piernas abiertas, tras darme otro trago de ron, colocó su verga frente a mi boca.
La que sin que dijera nada, sin más ni más, me dediqué a mamársela, al tiempo que sus otros dos amigos, les decían que se apurasen, que ellos también querían darme por el culo.
Bueno durante el resto de esa noche, y quizás gran parte de la madrugada, los cuatro me han dado por el culo un sin número de veces, al tiempo que yo seguía fumando, bebiendo, y mamando sus vergas.
Levantándome de la arena en ocasiones, solo para lavar mis nalgas en la playa, cuando me vine despertando, ya había comenzado a caer la tarde, y aparte de que me encontraba todo desnudo, sentía algo de dolor de cabeza, y de culo.
Al principio pensé que estaba solo, pero de inmediato me di cuenta de que ellos se habían llevado todas mis pertenencias incluso mi ropa y la tienda de campaña.
Pero a quienes encontré a mi lado, fueron a mis dos amigos, que por lo que me dijeron recién llegaban.
Ellos dos me encontraron tal como estaba, tirado sobre la arena, completamente desnudo, con el culo abierto, y lleno de leche por todas partes.
Por lo que me preguntaron que me había sucedido, en ese momento les dije que, durante la noche, unos seis tipos me habían asaltado, y se llevaron mi tienda de campaña, el morral, y toda mi ropa.
De inmediato mis amigos me dijeron que fuéramos a la policía, pero yo me opuse, fue cuando se me escapó decirles que no le iba a contar a nadie, y menos a los policías, que por estar fumando marihuana me habían asaltado y dado por el culo.
Pero como mis amigos estaban insistiendo tanto, que fuéramos al cuartel de la policía, me acordé de lo que había dejado escondido entre las piedras.
Cosa que por suerte los tipos esos no encontraron, y apenas lo saqué, y preparé un buen tabaco, mis dos amigos no me volvieron a decir, que pusiéramos la denuncia.
Pero a medida que fuimos fumando, a mis dos amigos les dio curiosidad por saber qué fue lo que me había pasado y quizás fueron sus preguntas, las que me hicieron recordar lo bien que me sentí cuando todos esos tipos me estaban dando por el culo.
Por salir del paso, les conté rápidamente todo a mis amigos, al tiempo que me puse frente a ellos dos, a lavar mis nalgas en la playa.
Uno de ellos de golpe me dijo, que no entendía absolutamente nada, así que tras secarme con la toalla que uno de ellos me prestó, se los fui explicando lentamente, pero con lujo de detalles.
Como ya había anochecido, y volvimos a prender la fogata les demostré como había escondido mi verga y mis bolas entre mis piernas, y hasta como me había puesto a modelar, y hablar como si fuera una chica.
Y así seguimos fumando, mientras que yo les contaba, y demostraba todo detalladamente, de cómo dos de ellos se pusieron a bailar conmigo.
Como mientras yo seguía imitando a una chica, ellos me agarraban las nalgas, y hasta me habían metido sus dedos por el culo.
Y de cómo después de que en repetidas veces uno de ellos me pidió que le diera el culo, para que lo visualizaran mejor así lo hice.
Y nuevamente me recosté sobre la toalla al lado de la fogata, boca abajo, con las piernas bien abiertas, y mis nalgas levantadas.
Fue cuando justo en ese preciso momento, sentí que uno de mis amigos se colocó sobre mí, y sin demorar mucho sentí como me fue enterrando divinamente toda su verga.
Mientras que mi otro amigo, que se había mantenido callado, apenas vio como yo comencé a mover gustosamente mis caderas, a medida que el primero me metía y sacaba toda su verga.
Sin mucho esfuerzo me puso su verga frente a mi boca, la que me dediqué a mamar por un buen rato.
Bueno el resto de la noche, a medida que seguíamos fumando, ellos dos no se cansaron de comerme el culo, o de ponerme a mamar sus vergas.
Bueno, cuando regresamos a la ciudad, el resto de nuestros amigos se enteraron rápidamente de todo lo sucedido, y no precisamente por boca de mis dos amigos….
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