La recepción del hotel: el 1er encuentro con Ginebra a solas
Ginebra disfruta de su dosis de BDSM.
Todo el día martes fue una tortura para mí, agotado, lunes por la noche hacer el amor con Patricia, martes por la mañana la cogida que me pegue con Ana.
Para hacer el día más pesado, me tocó la guardia ejecutiva del hotel, de aquí allá en todas las áreas, deseaba llegar a casa y dormir.
A eso de las 5 pm bajé al acceso de empleados para firmar los pases de salida de los objetos reclamados por mis compañeros, Doña Maru fue la última.
La señora me sonrió pícara haciendo sus bromas de doble sentido, los guardias de seguridad se rieron como siempre y yo le seguí el juego.
Sabía que en sus palabras había un mensaje, seguía contenta con la cogida y me agradeció las atenciones.
Cuando el reloj dió las 10 pm, salí corriendo del hotel camino a mi nueva casa.
El corto trayecto me sirvió para despejarme y pensar en mi nueva vida, semental y amante «pero si nunca has sido tal cosa mamón» me dije.
Cerca del hotel hay un gimnasio que opera 24 horas los siete días de la semana, por curiosidad me detuve en el exhibidor de productos y encontré algunos que me llamaron la atención, más energía, más energía sexual, cosas para recuperarse rápido del desgaste físico, incluso algunos para las articulaciones.
Con el resto del dinero que me dió Paty me surtí y esa misma noche inicie a tomarlos.
Debo decir que esa noche dormí de corrido, mi nueva cama es una delicia, el aire acondicionado, las sábanas, dormir en esta cama es reparador.
Dormi tan plácidamente que me despertó el sonido del celular, era un mensaje de Arturo, antes de leerlo ví la hora «madre mía las 12 del mediodía».
Con pereza abrí el celular y Arturo no era el único que me había mandado mensaje.
Ana: Espero que nos veamos de rápido en el trabajo, bonito día xoxo
Patricia: Hoy le toca visita a Ginebra, tratarla bien, cómo puta, pero no la lastimes, besos.
Arturo: Buenos días ¿A qué hora debería llegar, llevo algo?
Maru: Hola mi amor, todavía me duele la colita de la cogidona que me pusiste, apenas pueda,me doy otra escapada contigo.
Doña Maru me da un poco de pereza, me causa morbo sí, pero es una mujer que desee atender de manera regular, y si va a venir a qué le dé mantenimiento, será cuando yo lo decida.
«Tranquila puta, así no funciona, tu vas a venir cuando yo quiera y desee cogerme a una puta vieja y gorda, te me calmas y más te vale estar disponible cuando yo quiera»
Patricia se merece toda mi atención, es una señora y le doy el trato que se merece.
«Tú no te preocupes por eso, Ginebra está en buenas manos, se la va a pasar bien, te la voy a mandar a casa laxa, laxa y muy satisfecha»
Ana es mi segunda prioridad, la deseo, la flor de su juventud, la anhelo solo para mi.
«Buenos días Anita, si espero vernos en el elevador, a solas, al menos unos minutos»
Finalmente Arturo, el mariconcito, el esposo de mi número uno, ese hombre que espera algo especial, y yo le daré algo especial.
«Quiero que pases a una tienda y te compres una bonita lencería, hoy vas a ser mujercita, llega a las 12 con el estómago vacío»
Puse mi celular en modo avión y eche mano a los recursos de la casa.
En la cochera, junto a la pequeña alberca, hay un pequeño cuarto, dentro hay herramientas, nada útil excepto una cuerda.
Decepcionado, decidí alistarme para el trabajo, si bien llegó en 15 minutos, quería pasar a comer algo y hacer compras.
La ventaja de vivir en el centro de la ciudad es que hay de todo y cerca, cómo la sexshop frente a la plaza principal a 5 manzanas de mi trabajo.
Ahí compré algunos accesorios que consideré necesarios, los metí en mi mochila y me fui al trabajo, no sin antes detenerme en una tienda de 2da mano, me llamó la atención un celular de esos de la manzana bastante barato, me picó la curiosidad y pregunté del por qué.
«Le falta el cargador y tiene unos raspones, la gente que usa estas cosas no los quiere así»
Adquirí el equipo y me fui a trabajar.
En el trabajo todo normal, lo de siempre, un turno tranquilo en la recepción, huéspedes llegando, alguna petición o queja, pero todo tranquilo.
Me retiré del trabajo un momento para ir al sanitario, la verdad es que me pasie por el hotel, no tenía ganas de hacer nada y en mi deambular acabe en la cocina, los lavaplatos corrían por todos lados, la cocina estaba cerrada, limpian el lugar antes del fin de turno.
No podía quitarle los ojos de encima a Ana, debajo de ese uniforme que cubre sus suculentas carnes su rostro sigue siendo hermoso.
«Dígame ¿en qué le ayudo?»
La jefa de stewards me trajo a la realidad, con una excusa barata de revisar un pendiente del día anterior me safe de la situación, la señora agradeció que le diera seguimiento y me despedí.
Eso funcionó, Ana notó mi presencia y avisó que iría al sanitario.
Detrás de mí llegamos al baño de empleados, un lugar apartado y pequeño, es espacio para 1 sola persona, sin cámaras, sin migitorios, solo la taza.
Toqué para ver si estaba vacío, abrí la puerta ante la nula respuesta, abrí la puerta, encendí la luz y jale adentro a Ana.
Con el seguro puesto nos besamos, mis manos se metieron debajo de su uniforme y recorrieron su suave piel, ella agarra mi verga por encima del pantalón, pero en un segundo bajó el cierre, al siguiente ya estaba de rodillas mamando.
No tenía intención de acabar, pero joder, que delicia de mamada, esta chica es capaz de comerse entera mi verga sin reflejos o ascos, lame la base y chupa con fuerza.
«Mierda, eres la mejor mamadora Ana, quisiera darte toda mi leche, pero te go in compromiso»
Ana se detuvo, con media verga en la boca me miró con sus pícaros ojos sonriendo.
«¿Genes ug gongomijo?»
La caliente madre soltera adolescente siguió con la mamada, evidentemente tiene mucha experiencia, pensar que me beneficiaré de eso me erizó la piel.
«Sí Ana, tengo un compromiso, con una de mis amantes, no sé si le daré leche, pero quiero guardarla por si acaso»
Sacando mi pene de su boca con pericia usando su lengua y labios la dejó impecable, brillosa, roja, parada.
«Me gusta ser una de tus amantes, pero un solo día a la semana no es suficiente, si quieres exclusividad, necesitaré al menos dos días»
La chica me salió caliente, puta y con carácter.
«No podemos vernos los lunes, miércoles y viernes, los tengo ocupados, en la semana nos ponemos de acuerdo.»
«Eso espero, porque tengo muchas ganas de leche».
Guardé mi miembro y ella se acomodó el uniforme, abrimos la puerta y salió ella, me hizo la señal y salí.
El resto del turno anduve ansioso, caliente, quería cogerme a Ana, mis huevos están hinchados.
A las 11 en punto salí corriendo a mi casa, activé mi teléfono y me llegaron mensajes de todas mis amantes de nuevo.
Patricia me mandó una foto de ella en el gimnasio, sudando, sonriendo, me cuido para ti, cuida a mi esposo para mí. Le respondí con una foto de mi verga bien parada, dura y escurriendo preseminal.
Ana me mandó una foto de ella en lencería, todo esto te puedes comer las veces que quieras, pon día. Le reenvié la misma foto y el mensaje, ¿el domingo a qué hora?
Maru me mandó una carita triste «no te enojes conmigo mi amor, seré tu puta cuando quieras pero no me dejes de coger. A ella también le mandé la foto y le dije, pórtate bien puta y te voy a meter esto por todos tus agujeros, con un poco de suerte, te los voy a llenar de leche.
Arturo me escribió un «OK, llevaré alcohol», me dió algo de asco contestarle, pero tampoco lo deje en visto. Te voy a tratar bien, tu esposa me encargó tus nalguitas.
A la 12 ya tenía todo listo, la cuerda colgando en medio de la sala, ya había cenado, me tomé mis suplementos, estaba listo, sentado en un sillón esperando al mariconcito que me toca atender.
Puntual como siempre, se bajó del carro y entró a la sala, le extendí mi mano y lo saludé por su nombre, Arturo.
Conversamos sobre su semana, cuántas veces se la ha cogido su esposa, su trabajo, le hable sobre mis otras amantes, no tuvo problema en tanto atendiera cómo es debido a su esposa, profundice con el tema de Ana y se echó a reír «¿Quieres ser sugar daddy?», me sinceré con él y muy tranquilo me dió dinero.
«Solo asegúrate que mi esposa sea tu prioridad»
«Siempre, pero ahora pedazo de puto, maricon de mierda, a lo que veniste ¿Veo el alcohol, pero no veo la lencería?»
De inmediato asumió su papel, dejó de ser Arturo y se transformó en Ginebra, «La tengo puesta».
Con ayuda de un banco bajé la cuerda, Arturo se sorprendió al verla «¿Qué esperas mariconcito? Muéstrame »
Ginebra se quitó su ropa de hombre, debajo tenía un bralette que cubría sus senos de hombre y algo más, una tanga que sujeta sus genitales y se le mete en el culo rematando con un liguero y medias, todo en color negro.
Pude ver en su rostro la vergüenza y felicidad de exhibir su cuerpo vestido de esa forma frente a otro hombre, se sentía mujer y eso le daba placer, pero la vergüenza de la primera vez lo ruborizó.
A mí se me paró la verga, pensar en Paty o Ana vestidas así me puso caliente. Ginebra se ruborizó más, pensaba que mi erección se la dedico a él, pobre iluso.
«Sácate el pene»
Con pena Ginebra expuso su pene, flácido, pero con una gotita en la punta, sin darle tiempo a reaccionar, le coloqué el cinturón de castidad para su sorpresa.
Estaba hincado delante de ella, pese a estar postrado a sus pies, me sentí superior, poderoso «separa tus piernas», obediente acató la orden.
Retiré su tanga y me agrado ver qué está depilado, al parecer con cera, pues está extremadamente suave.
«Idea de la zorra de mi esposa» me dijo sonriendo
«La zorra que tienes por esposa no solo hace bien el amor, también sabe lo que me gusta ¿Quién escogió la lencería?»
«Ella»
«Vaya, también tiene buenos gustos, quiero que le digas que el lunes la quiero usando algo idéntico, ahora, ¿Que tal se siente esto?»
Con una mano envolví sus huevos y se los apreté suave, el mariconcito se estremeció parte dolor parte placer, su pene se erecto dentro de la jaula causando dolor más se erecto.
Sus piernas temblaron, comenzó a gemir como mujer por el dolor, sentí sus manos en mis hombros y me dió asco.
Tomé la cuerda, lo ate de manos y jale la cuerda, ate el otro extremo de la cuerda y quedó así colgando.
El resto de la cuerda me estorbó, fui al cuarto de herramientas por algo para cortar y algo me dió una idea.
Regresé con un palo, cinta de embalaje y un machete filoso «¿Qué vas a hacer?» Preguntó Arturo nervioso, se había salido de su papel y recordé el acuerdo.
«Tranquilo, nada que te haga daño, te voy a torturar un rato, pero me aseguraré de darte placer, te voy a mandar a casa sano y salvo»
«Ok, continuemos» lo ví cerrar sus ojos como queriendo volver a su papel, decidí darle una mano y desde atrás masajee su ano y apreté sus huevos, un grito afeminado me indico que Ginebra había vuelto.
«Muy bien putita, hoy te la vas a pasar bien, si tienes suerte, tal vez te coga, ahora mariconcito de mierda, separa tus piernas»
Obediente hizo lo que le pedí, con el palo que traje y la cinta ate sus pies a cada extremo, con sus extremidades atada, en lencería, su tanga corrida mostrando el cinturón de castidad agregué el chupón dildo que aceptó sin problemas y realicé una llamada ante el horrorizado Arturo.
El sonido de tono en altavoz lo alerta más, camino en círculos a su alrededor y voy tocando su cuerpo, está tenso, sudando frío, con mi boca en su oído susurro «tranquilo, nada que te haga daño o te afecte»
Del otro lado de la línea contestó una adormilada Paty, inicié conversación con ella, me preguntó por su esposo y le dije que estaba bien, aquí conmigo «¿Quieres verlo?» Patricia es inteligente, de inmediato entendió la situación, con un tripié coloqué el celular y cambié a la cámara frontal.
«Ahí la tienes zorra, tu flamante marido es un mariconcito sumiso, lo voy a torturar un poco, le compré unos juguetes, algunos son para su culito, otros son para castigarla por puta ¿Quieres ver?»
Del otro lado de la línea Patricia se ríe, «¿Estás feliz mi amor? Te van a tratar como siempre has querido, te van a coger, te van a usar, te van a maltratar, pero mañana vendrás a mí y dormirás a mi lado, te voy a coger con tu dildo y te vas a venir como siempre, te envidió mi amor, quisiera estar en tu lugar, pero está es tu noche, disfrútala mi amor, yo te voy a ver desde aquí y me voy a masturbar »
Ginebra totalmente ruborizada y con su pene erecto apretado en su jaula está sonriendo y tratando de decir algo. Una fuerte nalgada lo tensó todo.
“Qué mariconcita tan maleducada, hablando con la boca llena las sucias perras sumisas no hablan, solo disfrutan y se callan.”
La zorra de Ginebra comenzó a disfrutar de nuevo, lo notó con la saliva que escurre por su boca y su pene erecto, apretado, doblado escurriendo líquido preseminal. Detrás de él contemple sus depiladas nalgas de señor, grandes, algo caídas, pero con un poco de ejercicio se pueden rescatar.
“Para ser un viejo tienes buen culo Ginebra, espero que estés yendo al gimnasio como te lo ordene” le dije mientras acaricio sus nalgas y las separo para ver su ano, oscuro, ya no virgen, escupí en la entrada y metí mi dedo con violencia, se le fue hasta el fondo “me da gusto saber que tu esposa le da uso a tu ano seguido”.
Detrás del chupón dildo que hace de mordaza se escuchan los gemidos de placer del maricón de mierda que disfruta con el dedo. Con mi mano libre retomé la magullada de huevos consiguiendo el efecto esperado, la travesti de mierda se retuerce de placer y dolor, sus piernas le tiemblan pero la cuerda lo sostiene.
Con la misma violencia saqué mi dedo de su ano, su cuerpo se estremeció una vez más. En el teléfono se escucha el sonido de una vagina húmeda siendo estimulada, la zorra de Paty se masturba con lo que ve.
“Es hora de los juguetes, espero que estes lista, primero vamos a probar con estas pinzas que traje para tus pezones, tienen bolitas para que te duela más”
Detrás de Ginebra baje el bralette un poco y pude ver su pecho depilado, sus pezones de hombre son grandes, al menos más grandes que los míos, es erótica la forma en que Ginebra se queda quieta, se deja hacer, expectante a lo que sigue. No quería hacerla esperar, con las pinzas abiertas al máximo, las liberé pellizcando el pezón con fuerza haciendo que Ginebra se retorciera de dolor.
“¿Te gusta maricón? Apuesto a que si, te gusta sufrir, que te traten mal ¿Quieres que te la meta un rato? ¿Te gustaría sentir dentro la verga que le da placer a tu esposa?”
Ginebra no para de gemir y llorar, las pinzas fueron demasiado para ella, pero Paty me lo encargó, me sentí obligado a darle placer y tratarla bien, por eso fui por su siguiente juguete, un estimulador de próstata eléctrico.
De nuevo detrás de “ella” le hable bonito al oído mientras le quito el chupón dildo.
“Eres una puta maricona de mierda con suerte, la zorra de tu esposa me da mucho placer, me encanta hacerle el amor en tu lugar, ella nos ve en este momento, ve como te trato, quiere que disfrutes, seré bueno contigo, ahora chupa esto quiero que lo dejes bien mojado para que entre a tu culo”
Con hambre y desesperación Ginebra chupó ensalivando en abundancia el aparato, su esposa lo animaba desde el teléfono, le decía que aguantara, que ella podía “Naciste para ser una puta come vergas mi amor, ¡tú puedes!” Ginebra mamó y mamó conmigo detrás, mi duro pene picándole sus nalgas, mi aliento en su oreja, mi mano libre apretando sus huevos.
Su cuerpo respondió a los estímulos, su duro pene encerrado babea, puedo sentir su ano palpitar, el una vez hombrecito es ahora una mujercita que se entrega a la voluntad del hombre que lo tortura y le da placer simultaneamente.
Me costó retirarle el dildo de la boca, la muy zorra quería seguir chupando, su cara está roja, no he dejado de apretar sus huevos y gime como mujercita, en el teléfono su esposa le dice que se ve hermosa, lo orgullosa que está de su ahora esposa, le agrede el haberla entregado a este hombre que ahora le da placer a ella.
“Si mi amor, sí, soy una mujercita, soy Ginebra y me encanta que me traten como puta, me prometió que si soy bueno esta noche me va a coger ¿Te molesta? ¿Me das permiso que me coga este hombre?”
“Siii mi amor, si, te doy permiso, se una buena putita, obediente, haz lo que te pida, yo te voy a ver desde aquí, me voy a masturbar mi mojada vagina a tu salud, divíertete”
Fui introduciendo el dildo en su ano y la puta comenzó a gemir «¿Te gusta mariconcito?»
«Aaaaaah aaaaaah siiii hummmm»
Suavecito entró hasta el fondo el pequeño dildo y de inmediato lo encendí, los gemidos cambiaron por gritos sofocados de placer.
En el teléfono Paty seguía masturbándose, gimiendo, repetía una y otra vez «cogeleta», la mujer estaba en trance, disfrutaba lo que le hacía a su esposo, el mariconcito Ginebra.
La sensación de poder volvió a mi, está vez pude controlarme y concentrarme en lo que hacía, Ginebra debe sufrir, pero también disfrutar, de eso depende mi nueva lujosa y cómoda vida.
«Te gusta, verdad putito»
«Siiii, siiii»
«Te tengo más sorpresas, espera»
Desate al putito, deseaba darme algo de placer. Acostado en el sofá, su cuerpo descansa en el respaldo, su cabeza roja por la sangre que se le baja, en esa pose metí mi pene por su boca, la práctica con el dildo chupón le enseñó a respirar mientras algo invade su garganta, me estoy cogiendo a Ginebra por la garganta mientras estrujo sus expuestos huevos, el zumbido del dildo metido en ano va y viene conforme lo meto y saco.
«Haaaay papi, quiero que me hagas eso, que uses mi garganta así y me comas la pucha»
Paty está disfrutando esto también, que delicia, nunca pensé que cogerme a un hombre por la garganta fuera tan placentero, su abundante saliva hace sonidos desagradables, me moja los huevos que chocan con su frente.
La puta mariconcito de Ginebra disfruto esto tanto que se vino, el cerdo tuvo un orgasmo mientras violo su garganta, juego con su ano y estrujo sus huevos.
Una gran cantidad de semen escurre por la jaula, lo recojo con mi mano, saco el dildo y le vierto su propio esperma para usarlo de lubricante.
Muy a mi pesar me levanto de su cara, está rojo, empapado en saliva, pero está bien, la zorra de Paty gime en el teléfono al saber que su esposo se vino.
Tomo el teléfono y le muestro de cerca a su esposo, semen escurre de su pene, su ano palpitando mueve el dildo como chupando, su cara roja y empapada.
«Cógelo papi, dale una cogidita, se lo ganó la puta»
«¿Estás segura que quieres mi verga en su culo?»
«Si mi amor, un rato, le comparto mi verga, pero no le des lechita»
«Ya escuchaste puta asquerosa de mierda, tu esposa quiere que te coja»
Cómo pudo se incorporó y se puso a cuatro dándole la espalda a la cámara, detrás de él saque el dildo aún vibrando dejando un agujerito detrás, puse mi verga en la entrada de este culo que desvirgue hace unos días con violencia, me aseguré que se viera bien en la videollamada la escena y empuje con fuerza para el placer de la pareja.
Ambos gemían, uno al ser penetrado, la otra al verlo.
Sin problemas me deslicé hasta el fondo, mis huevos chocan con los suyos, la sensación de escroto con escroto es extraña, no me desagrada, pero tampoco me gusta, su interior es cálido, el semen que le vertí hace rato me da una sensación placentera, una especie de lubricante pegajoso, su interior se contrae y eso me da placer, es diferente al culo de Paty o Maru, este culo tiene mas fuerza, aprieta con más tensión.
Sujetando con fuerza de la cadera al hombre que me cojo inicie el clásico bombeo, debo decir que es una delicia cogerte el culo fuerte de un hombre, no es algo que quiera repetir otras veces, pero entiendo a los que les gusta.
Paty gime como loca en el teléfono y me invita a cogerlo con fuerza, Ginebra deja salir gritos femeninos de placer, mis huevos chocan con fuerza con los suyos que al ser de menor tamaño se aplastan contra el cinturón de castidad.
Pese al placer, tenía una cosa segura, no me podría venir en el culo de un hombre.
8 minutos de esto y Ginebra se viene por segunda vez en la noche, el esperma salpica y mancha todo a través de la jaula, sigo bombeando un poco más y me retiro de ano.
Sentado sobre sus nalgas le muestro mi erecto pene a Party por el teléfono.
«Pero qué hermosa verga, ya la quiero tener adentro y que me llenes de leche»
«La tendrás zorra, la tendrás»
Agotado, Arturo se incorpora, me pide permiso para quitarse el arnés, la lencería se ve usada, sudada, las medias corridas y rotas.
«Si, puedes quitartelo, date un baño, te invito una cerveza»
Arturo fue a otro cuarto que no sabía tenía un baño, mientras tanto hice lo propio.
Bajo el chorro de la regadera con agua fría espero a que se me bajé la erección, antes de meterme a bañar me filmé y tomé fotos con mi pene erecto.
Poco a poco se desinfló mi verga, salí del baño con una bata, Arturo se había vuelto a vestir, me esperaba en la mesa con 2 cervezas.
«Eso fue increíble, gracias»
Brindé por eso y le expliqué que todo por su esposa, aunque fui claro con él «no me excitas, no me podría venir en tí».
Eso pareció no molestarle «mientras yo me venga, no hay problema, además, ya escuchaste, tu leche es de Patricia».
«Gracias, pero si quieres, conozco a alguien que podría llenarte el culo de leche, lo puedo invitar la próxima semana, y tranquilo, el tendrá los ojos vendados y las manos atadas»
Arturo sentado bebe de su cerveza, estoy seguro que le interesó la propuesta, pero tiene sus dudas y preguntas.
«Si está atado de manos ¿Cuál sería el objetivo?»
«Simple, yo te torturo, él te coje y te llena de leche con su pene, si lo que quieres es que interactúe ¿Qué tanto te molestaría usar una máscara de piel?»
Arturo se termina su cerveza, mira su reloj 140 AM, «lo pienso y te aviso en la semana».
«Maneja con cuidado, y llévate esto, quiero que lo uses diario, me vas a mandar fotos de evidencia.»
Le extendí un plug anal con una piedrita roja en la punta, pequeño, discreto, delgado.
Extendió su mano y se echó a reír «¿Qué pasa, crees que no puedo con algo más grande?», acto seguido se bajó el pantalón, no tenía la lencería puesta, se metió el plug a la boca, lo lubricó y después lo metió en su rojo ano sin problemas.
Nos despedimos de mano y me dijo «mañana vendrán a limpiar mientras trabajas, mejor que no estés»
Acostado en mi cama reviso mi celular, tengo un vídeo de Paty mostrando lo viscoso de su vagina «ve como me pusiste, ahorita que llegue Arturo lo voy a poner a mamar, fue delicioso, quiero que me hagas lo mismo».
Le mandé el vídeo de mi verga erecta con un mensaje «el viernes».
Doña Maru me mandó fotos de sus gordos senos, grandes nalgas y viejo chocho peludo, cuando quieras mi amor, dime y voy a que me cojas.
Le envié una de las fotos de cuerpo completo con la verga bien parada y le escribí «así me gusta»
Pero el mensaje que más me gustó fue el de Ana, acostada, con su hijo dormido a un lado, se masturba y pellizca los pezones «con lo que me diste le voy a pagar a un compañero para que me cubra el domingo y a mi vecina para que cuide a mi bebé ¿A qué hora quieres que llegue?»
Ana seguía en línea, le envié el vídeo de cuerpo completo con mi verga bien parada y brillosa.
Vio el vídeo y mi teléfono timbró por una llamada.
«¿Pero quién putas te dejo así?»
«Mi amante»
«Pues que pinche amante tan mierda, desperdiciar tan hermosa verga»
«Yo escogí esto, estoy guardando la leche para tí»
«Aaaaaaaaw ¿En serio? Te la voy a sacar toda todita, el domingo ¿A qué hora?»
«Qué es lo más temprano qué puedes?
«Puedo llegar a tu casa a las 830 de la mañana si tomo taxi»
«Sirve que desayunamos juntos»
«Si me invitas el desayuno puedo llegar a las 8»
«Bien, entonces nos vemos el domingo»
Pensé que me costaría trabajo pero caí rendido de inmediato, supongo que el cansancio o la cerveza.
Continuará…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!