La sesión vista por mi putita Sum-Dan
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por shavedj.
Entrada del 15 abril 2010
Han pasado dos días desde mi última sesión con mi Amo y Señor ShavedJ. Mi cuerpo acabó totalmente dolorido y extasiado de las practicas que mi Señor decidió realizar sobre el cuerpo de su mascota. A continuación voy a hacer un breve relato del devenir de la sesión desde su comienzo hasta su finalización.
Inicié la sesión, como siempre con mi cuerpo completamente desnudo, sin nada que lo cubriese tal y como a mi Amo le gusta. De rodillas, con mi cuerpo postrado en señal de sometimiento. Era el día de las pinzas y en primer se me hizo voltearme mostrando sumisamente mis genitales. Una fila de pinzas comenzó a decorarlos, finalizando dicha fila casi en mi perineo junto a mi ano. El dolor era grande pero el placer de someterme, complacer y obedecer siempre es mayor. El estiramiento de las pinzas para mostrar la elasticidad de mis genitales me hizó soltar algún gemido de dolor. Ya en cuclillas, el tener que subir y bajar hasta rozar y sentarme sobre el suelo, marcó más de una mueca en mi cara. Tres pinzas más, sobre el glande, sin piedad, mordiendo mis partes más intimas. El gozo y las palabras de mi Señor siempre podían al dolor que experimentaba.
Ahora a cuatro, mostrando impudicamente mis genitales pinzados y mi puerta de atras entre los dos cachetes de mi culo. Separar las nalgas, para mostrar mi ano, de color oscuro, palpitante, tal vez sabedor de que progresivamente iba a ir cobrando protagonismo en ese sesión.
Azotes, con la mano abierta , un total de cinco en cada cachete del culo, pasando este del blanco nuclear de un invierno sin sol al rojo ardiente, producto del castigo. Me ardía el culito, pero no había tiempo para lamentos o pensamientos de ningún tipo. Un salivazo en mi ano, humedeciéndolo, un dedo, no, dos, se deslizan en mis entrañas invadiéndome progresivamente, no hay punto de retorno, se van abriendo camino dentro de mí. Comienzan a entrar y salir, ummmh, ¿eso ha sido un gemido?, tal vez, poco a poco mi culo va ganando elasticidad. Siento que ya no depende de mi voluntad su grado de apertura, sino que se ha convertido en esclavo de los movimientos rítmicos de sus intrusos.
Una nueva sorpresa, cuatro pinzas, mi Amo desea que formen los pintos cardinales, con mi ano como eje. La primera pinza, "el norte" muerde mi esfinter, dolor, humillación ¿placer?, "el sur" encuentra rápido acomodo mordiendo mis carnes. "este" y oeste" son mas tardanas ya que al estar tan ensalivada mi puerta de atrás no consiguen ocupar su lugar. Finalmente mi culo se convierte en ese brújula que señala los puntos de goce y placer en sus cuatro direcciones.
Las palabras de mi Amo , son de humillación continua, tal y como a él le gusta tratarme.
Las pinzas de los genitales comienzan a abandonar su sitio, el dolor es grande, el masaje sobre mi cuerpo no hace más que acrecentarlo.
Un dildo, tamaño natural, se dirige a mi culo y sin compasión, lo invade, lo somete y comienza a entrar hasta lo más profundo de mis entrañas, no hay vuelta atrás. El vaiven del mete saca comienza a producir efectos en mi cuerpo, de deseo, de palcer, de gozo, ciertos gemidos comienzan a invadir mi boca, ya no puedo controlar mi cuerpo y lo abandono al sometimiento, al placer, al gozo de mi Amo sometiendome y tratandome como merezco.
No hay vuelta atras, hay que aceptar la realidad, soy su perra, siempre dispuesta a ser sometida, vejada, humillada, castigada….
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