Las aventuras de Karim 3
De cómo ahora comienzo a involucrar a más amigos en los juegos con Jaime.
Hola gente! Espero estén muy bien! En mi anterior relato les conté cómo conocí los chats y el cruising casi por casualidad y ahora les contaré cómo comencé a hacerme un poco más «abierto» por no decir promiscuo sexualmente.
A pesar de que la experiencia con Enrique del Chat y el pibe del baño del shopping fueron excitantes no las repetí por miedo a las represalias por faltar al curso de informática ya que el control de mi madre sobre mis horarios se hizo más extensivo. Sin embargo, mientras ella supiese donde estaba y no faltase a clases, tenía algo de libertad. Fue allí dónde comencé a reunirme con un grupo de amigos del colegio para realizar el proyecto de fin de curso y como mi madre me llevaba y me buscaba nunca sospechó nada de las travesuras que ocurrían.
Cuando hubo que iniciar el proyecto de fin de curso (que para nosotros era el último de secundaria), la tutora me pidió que hiciera grupo con un grupo de amigos que no venían muy bien en las calificaciones a pesar de ser buenos chicos, ya que de esa forma no tendrían que repetir año. Ellos eran Osvaldo, Ricardo, Carlos Javier, Carlos Augusto, Reinaldo, Enrique (no es el mismo del relato anterior lógicamente ya que este es de mi edad) y Leonardo. Le pedí a la profesora si también podría incluir a Jaime ya que en ese momento se había convertido en mi mejor amigo aparte de mi amante particular a lo cual accedió.
Decidimos para hacer el proyecto reunirnos una vez por semana en la casa de Enrique ya que su mamá era enfermera, su papá camionero y por lo tanto su casa que era muy amplia casi siempre estaba sola, siempre que no metiéramos chicas ni hiciéramos desórdenes fuera del área de estudio.
El primer día de hacer el proyecto hablamos muchas tonterías e hicimos poco del proyecto, algo típico ya que finalmente estábamos todos juntos en un entorno en el que podíamos charlar de cualquier guarrada sin tener ningún profesor, ni a ninguna de nuestras compañeras juzgandonos por las sandeces que soltabamos, sobre todo cada uno presumiendo de lo vergones que éramos.
En la segunda juntada a pesar de que avanzamos algo más en el proyecto, Jaime el travieso que ya sabía por dónde entrar a las guarrerías, propuso la idea de poner una porno y competir a ver quién podía acabar primero y el que acabará al último tenía que tomar toda la leche de los demás. Todos nos matamos de risa y aunque los demás estaban temerosos, yo ya sabía que era la forma que había planeado Jaime para poder tragar la leche de todos, así que le seguí el juego y le dije que no fuesen tan cagones!
Jaime puso la porno pero antes de que todos nos sacáramos la verga para masturbarnos dijo también «apostemos a quién la tiene más larga y más gorda». Carlos Javier preguntó que cómo sabíamos quién ganaba y Jaime dijo que con la cinta métrica mediamos el largo y el ancho y lo multiplicabamos. Pondríamos 100 bolívares cada uno y como éramos nueve, el primer lugar se llevaba 500, el segundo 300 y el tercero recuperaba sus 100. Algunos chicos en un principio se mostraron reacios pero está ve fue Osvaldo el que soltó «entonces son todos pura charla de que tienen la verga grande ustedes jajajaja». Eso fue el detonante para herir el orgullo de todos y que pusieran su apuesta. Jaime ya sabía que perdería pero ésto le daría la oportunidad de ver y tocar las pollas de una inmensa parte de los compañeros del salón de clases.
Pusimos la porno y comenzamos a pajearnos. Todos tratábamos de estar al máximo de erección para medirla. Al final las medidas fueron:
Osvaldo: 22×7 = 154
Leonardo: 19×6,5 = 123,5
Karim: 18,5×5,5 = 101,75
Reinaldo: 20×5 = 100
Carlos Javier: 22×4,5 = 99
Ricardo: 15×6,5 = 97,5
Carlos Augusto: 17×5 = 85
Enrique: 16×5 = 80
Jaime: 12×4 = 48
No era el que la tenía más larga ni más gorda (es más, se que Jaime me ayudó poniendo medio cm más de largo porque yo ya sabía que me medía 18, lo mismo que ahora) pero me alegró quedar en tercer puesto y que todos se sorprendieran que a pesar de ser un año menor que ellos (me avanzaron un curso anticipado en la primaria) la tuviese de buen tamaño y aparte muy venosa. Obviamente la mayor «sorpresa» fue el tronco de Osvaldo, una verga negra como el ébano, muy derecha y que se veía tal cual los de la porno que había puesto Jaime si acaso no más grande.
La otra tan larga como la de Osvaldo era la de Carlos Javier pero que parecía un hongo, algo cabezona pero bastante más delgada y que me pareció curiosa su forma de masturbarla ya que con una mano sostenía el tallo y con la otra frotaba de forma circular la cabeza.
Cuando terminó la medición, la repartición del premio y las respectivas bromas sobre los «pito chico» Jaime volvió a recordar que la competencia ahora era para eyacular rápido y que el que perdiera tenía que tomar la leche de los demás. Enrique buscó una copa y yo hice un gesto para ir al baño y calentarme un poco más e ir con ventaja. Jaime aprovechó para acercarse a mi sin que los demás lo notaran y me pidió que dejara que los demás acabaran primero y que quedásemos sólo el y yo al final y que me dejaría ganar pero que en lugar de yo acabar en el vaso, le acabara en la cara delante de los demás. Yo nunca había sido violento ni nada de ese estilo pero le aseguré que si me engañaba y me hacía perder, lo iba a moler a trompadas. No sé qué se metió dentro de mi, quizás ese macho dominante que ahora que había obtenido algo de respeto de sus pares no podía perderlo por el morbo de otro.
Sin embargo al mismo tiempo sabía que si todo salía bien, se iba a dar algo muy interesante…
Con todos en posición, haciendo una fila, yo con Ricardo de un lado y Jaime del otro, comenzamos a ver el porno y masturbarnos con toda la furia, pero conmigo controlandome cada vez que estaba por eyacular. Primero la soltaron los dos Carlos, la de C Augusto era muy blanca, no muy abundante y algo líquida, mientras que la de C Javier salió con mucha presión y era más transparente y abundante aunque igual de líquida. Luego Ricardo largó cuatro descargas muy espesas y abundantes, siguiendo Osvaldo con una cantidad de semen importante, muy blanca y muy espesa. Enrique y Leonardo la largaron al mismo tiempo mientras el primero sostenía el vaso y no alcancé a ver sus leches pero ya el vaso tenía una cantidad importante, cuando Reinaldo se levantó a largar la suya, casi transparente pero con abundantes chorros. Tres segundos después le saqué el vaso a Reinaldo pero me puse delante de Jaime quién se hacía el que gemía y tenía la boca abierta y en vez de apuntar al vaso, desde la distancia apunté directo a su boca donde cayeron los dos primeros chorros de mi leche antes de hacerme el confundido y apuntar el resto al vaso.
Jaime hizo arcadas pero terminó tragando la leche que le cayó en la boca y de algún sitio de mi salió ese sátiro y le pregunté «te supo rica mi leche?». Jaime bajó la mirada y asintió, con lo cual acerqué mi verga aún húmeda y le dije «acá queda, límpiala bien»… Jaime comenzó a chupar y a ponerme de nuevo a mil y para mi sorpresa, todos se pusieron en un círculo alrededor a observar el espectáculo, masturbándose nuevamente de forma frenética aunque temerosos de interrumpir.
Dicen mis amigos que en ese momento mi cara estaba transformada, que parecía poseído mientras agarraba a Jaime por la cabeza y lo hacía tragar mi verga hasta los huevos y lo incordiaba con improperios del tipo «te gusta putita?», «Dale, come la verga de tu amo», «ahora me tienes que tragar la leche directo del pico zorrita» hasta que levanté la mirada y les dije a los demás… «Si van a acabar se la dan a tragar a la puta» y Ricardo que era el único que estaba seguro que no era virgen porque había sido novio de Clarissa (mi novia en ese momento) me preguntó «y si lo cogemos?». Jaime abrió los ojos como diciéndome que no estaba preparado para tanto; Pero no me importó, Salí de su boca y dirigí la verga de Ricardo para que se la chupara mientras yo le dije a Enrique que buscara crema.
Diez segundos después estaban los demás sujetando las manos de Jaime y abriendo su culo mientras miraban como yo apoyaba la punta de mi verga en su culo. Saqué un condón de mi billetera, me lo puse y se la clavé de una hasta el fondo. Intentó gritar pero tenía la boca repleta de las vergas de los demás.
Cuando la saqué, me di cuenta de que estaba muy limpio del ojete por lo que lógicamente a pesar de que se hacía el violado, había estado preparado. Eso me calentó aún más y la volví a mandar con fuerza hasta el fondo, sintiendo como se rompía el condón. Seguí follandolo sin sacarla hasta que anuncié que venía mi acabada. La saqué, me saqué el preservativo y la volví a mandar mientras le decía «dale puta que tú no sales preñada» y me vacié dentro de él.
Mientras me lavaba y los demás lo seguían rodeando a Jaime que continuaba chupando frenéticamente, sonó el teléfono de la casa. Era la madre de Enrique que llegaría en unos minutos. Salí del baño aún semi desnudo y le dije a Jaime que abriera la boca y a todos que se la llenarán de leche. Tres minutos después ese putito goloso se había tragado no solamente la leche de los otros 7 chicos sino que había limpiado el vaso que inicialmente habíamos cubierto de leche.
Desde ese momento, cada semana cuando tocaba reunión de proyecto, lo primero era vaciarse en la boca golosa de Jaime y luego trabajar en lo posible hasta que llegara algún familiar de Enrique. Luego supe que el día de la primera vez, nadie se atrevió a coger a Jaime por terror a que mi «yo poseído» les hiciera algo. Nada que no pudiera solucionar yo más adelante con más tranquilidad con los que sabía que eran más morbosos como Osvaldo y Ricardo.
Así chicos termina mi tercer relato. Espero les haya gustado y luego les seguiré contando algunas anécdotas adicionales con Jaime, mis amigos y alguno que otro agregado posterior.
Saludos!
Karim
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